La interseccionalidad se refiere a que las personas tienen múltiples identidades que se superponen, como su género, raza y clase social. Estas identidades interactúan y afectan sus experiencias de forma compleja. El término fue acuñado por Kimberlé Crenshaw hace 30 años para describir cómo los movimientos antirracistas y feministas ignoraban las experiencias únicas de las mujeres negras. Entender la interseccionalidad es crucial para programas de inclusión laboral efectivos que apoyen a todos los empleados.
1. interseccionalidad
¿Qué es la interseccionalidad?
En resumidas cuentas, interseccionalidad se refiere a que las personas tienen más de una identidad,
y que todas estas identidades o categorías sociales están superpuestas. Sus empleados con
discapacidades tienen muchas otras identidades que afectan su experiencia laboral. Por ejemplo,
un trabajador con pérdida auditiva que recientemente llegó a los Estados Unidos. Entender la
interseccionalidad en el lugar de trabajo es de vital importancia para cualquier programa de
inclusión. Para apoyar de manera efectiva a todos sus empleados, las medidas de inclusión tienen
que incorporar la interseccionalidad.
La historia del término
El debate sobre la interseccionalidad es cada vez más frecuente en el ámbito laboral. Pero el
término en sí no es nada nuevo. Kimberlé Crenshaw, profesora de derecho en Columbia University
y UCLA, creó el término hace casi 30 años en el contexto de la justicia social.
Crenshaw argumentaba que los movimientos antirracistas estaban enfocados en hombres negros,
y los movimientos feministas estaban enfocados en mujeres blancas. Ambos movimientos
ignoraban los desafíos particulares de las mujeres negras. Crenshaw señaló que la discriminación
experimentada por las mujeres negras es “más grande que la suma de racismo y sexismo”.
En una charla TED reciente (disponible solo en inglés) explicó esta idea, y planteó la siguiente
pregunta:
2. “Ahora la cuestión es …una problemática que afecta a personas negras y una problemática que
afecta a mujeres, ¿no abarcaría automáticamente personas negras que son mujeres y a mujeres que
son negras?” De hecho, ella afirma que esta manera de pensar plantea un “efecto de filtro” que
hace que muchas personas se queden al margen.
Las diferentes desigualdades (social, cultural, educativa, política, económica) que sufre el sujeto
son ejes que interseccionan momentos y situaciones de la vida del alumnado que experimenta el
fracaso y el abandono. La noción de interseccionalidad nos coloca en la interdependencia y en la
interacción, en esos puntos de cruces tejidos por las diferentes dimensiones, estructuras y
dinámicas que determinan el fracaso escolar y el abandono educativo, y nos sitúa, además, en los
dispositivos que definen y causan la desigualdad, la discriminación y la exclusión, o por el
contrario, provocan experiencias y situaciones de privilegio.
De esa interseccionalidad emanan diferentes formas de dominación bajo las que el alumnado
construye sus identidades (de género, cultural, étnica, de clase social, etc.), que pueden entran en
confrontación por efecto de esas formas de dominación. Estas remiten al patriarcado, a la
xenofobia, al colonialismo, etc., pero también al propio fracaso. Este se configura como una forma
de dominación, de base relacional, que reproduce las desigualdades ya existentes y produce otras,
con grados diferentes y con múltiples y diversas maneras de expresión según las realidades de cada
sujeto, y con un carácter acumulativo que generan estructuras durables que inyectan
discriminación y marginación.
El estudiantado perteneciente a las categorías de fracaso escolar y de quienes han abandonado se
sitúa en esa intersección, de ahí que resulte necesario enfocar el análisis en los sujetos para poder
comprender el modo en que esos factores y sistemas inciden y