22. aunque se nos haga tremendamente difícil volver a nadar, con ese miedo oscilante, a hundirnos en oscuras profundidades,
23. me ofrece su terror una afirmación incandescente... porque sé demasiado bien que nadie será como tú,
24. a la hora de mirarme, nadie más me visualizará como tú, ni siquiera volveré a tropezarme con unos ojos igual de calmos,
25. me quedaré pensando durante el resto de mis atardeceres, e iré en pos de la belleza de todas las puestas de sol que me queden, y te celebraré aquí muy a dentro, donde el sentir aún es dueño y señor,
26. jamás discutiré con los arraigos a la vida, que tanto me han sujetado, y nunca les diré que ellos han sido los culpables de tanta belleza muerta...
27. no tengo ese derecho, como no he tenido otros tantos, me lo ha dicho un pajarillo pícaro, que lo sabe absolutamente todo,
28. por eso insisto en prestártelo todo, la mochila de los sueños, la carretilla de las necesidades, los ojos insatisfechos, y estos mis labios, que tanto han querido a los tuyos,
29. siento pesos imposibles de elevar, no sé si están situados en mi cuerpo o acaso en mi centro de gravedad que sabes que está en el alma... de verdad que lo ignoro,
30. y si encuentro alguna playa que me ofrezca refugio, volveré siempre a ella, esperando que nunca me lo niegue, y sabes?... la llamaré como tú,
31. porque me gusta llamar por tu nombre a las cosas que me auxilian, a las que me ceden una porción desinteresada de caricias especiales, y sé que siempre me recordarán a ti,
32. todos mis peones quedarán a merced de lo desconocido, porque saben a ciencia cierta que sus motivos son débiles ahora que ya no pueden defender a su verdadera reina,
33. Se quedará tirado el tiempo de nuestras glorias... ya nadie sabrá ni podrá usarlas... porque eran demasiado nuestras,