1. Soneto V
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo de escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis,
yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
Se trata de S un soneto petrarquistra clásico, formado por dos cuartetos
más dos tercetos con rima consonante ABBA ABBA CDE CDE. Es uno de los
poemas en los que Garcilaso alude a su amor por Isabel Freire, dama de la
corte portuguesa a la que ama con locura. Ella, como musa literaria, marcará
los vaivenes sentimentales de su poesía.
En este poema se reflejan unos sentimientos que guardan un gran
equilibrio (es decir, no hay exageraciones ni arrebatos); y las ideas platónicas
sobre el amor también quedan patentes en el texto. El tema es el amor. Ese
amor platónico e ideal, un amor de naturaleza superior y arrebatador.
En los cuartetos se nos muestra la importancia de este amor con dos
metáforas:
1. El alma como papel en el que la amada escribe
2. La amada como motivo de fe, al igual que Dios.
2. En los tercetos esta idea se refuerza mostrando el poeta que su
existencia sólo tiene sentido por su amada.
En este soneto, Garcilaso de la Vega se libera de la casi inevitable
exaltación de la dama mediante la hipérbole sagrada (“tomando ya la fe por
presupuesto”).