La persona asertiva tiene la capacidad de reconocer sus propias necesidades y hacerlas saber a otros de manera firme pero cortés, aceptando el mismo derecho de los demás. Las personas asertivas evitan la manipulación, tienen una autoestima más alta y muestran respeto hacia los demás. Son más seguras de sí mismas, comunican de forma transparente y no necesitan disculparse tanto porque son honestas. La sinceridad es su característica más distintiva ya que defienden la realidad y narran los hechos tal como ocurrieron.