1. El documento habla sobre los ángeles buenos, sus orígenes, naturaleza y capacidades. 2. Los ángeles son seres espirituales creados por Dios para servirle. Algunos permanecen fieles mientras que otros se rebelaron. 3. Tienen gran conocimiento y poder, pero son limitados y están subordinados a Dios.
4. Los agentes especiales de Dios: los ángeles
◼ Hay seres sobrehumanos, no divinos, que obran en la historia
humana.
◼ Algunos de ellos, que permanecen fieles a Dios, llevan a cabo su
obra.
◼ Otros, que cayeron de su estado de santidad, viven para
oponerse a Dios y a sus hijos.
◼ El cuidado y preocupación de Dios por su creación es evidente en
la ayuda de los ángeles buenos.
◼ Por contraste, Satanás y sus huestes tratan de torcer los
propósitos de Dios, pero Dios ha limitado sus poderes.
4
5. Los agentes especiales de Dios: los ángeles
◼ Por ángeles entendemos esos
seres espirituales que Dios creó
superiores a los humanos,
algunos de los cuales
permanecen obedientes a Dios
y cumplen su voluntad, y otros
le desobedecieron, perdieron su
condición y ahora se oponen y
dificultan su obra.
5
6. Los ángeles buenos
◼ El principal término hebreo para ángel es ְך ָא ְ
ל ַ
מ
(mal’ak); la palabra griega correspondiente es
ἄγγελος (angelos); en cada caso, el significado
básico es mensajero, ya sea humano o angélico.
◼ Cuando se utiliza para ángeles, los términos
resaltan su papel de portadores de mensajes.
◼ Ejemplos de humanos designados con el término
ְך ָא ְ
ל ַ
מ o ἄγγελος son el mensajero enviado por
Jezabel a Elías (1 R. 19:2) y ciertos discípulos de
Juan el Bautista (Lc. 7:24) y de Jesús (Lc. 9:52).
6
7. Los ángeles buenos
◼ Otras expresiones hebreas que se cree que
hacen referencia a los ángeles son “hijos de
Elohim – Dios –” (Job 1:6; 2:1) e “hijos de Elim –
los poderosos –” (Sal. 29:1; 89:6).
◼ Cuando se habla de ellos en su conjunto se les
llama “la congregación” (Sal. 89:5, 7) y
“ejército” o “ejércitos” como en la expresión
muy común “Jehová de los ejércitos” que se
encuentra más de sesenta veces sólo en el
libro de Isaías.
7
8. Los ángeles buenos
◼ Con frecuencia, cuando ἄγγελος aparece en el Nuevo Testamento,
le acompaña una frase que deja claro que está haciendo referencia a
los ángeles, como por ejemplo: “los ángeles de los cielos” (Mt.
24:36).
◼ Otras expresiones del Nuevo Testamento que se cree que hacen
referencia a los ángeles son “huestes celestiales” (Lc. 2:13),
“espíritus” (He. 1:14), y en distintas combinaciones “principados,”
“potestades,” “tronos,” “dominios” y “autoridades”.
◼ (ver especialmente Col. 1:16; también Ro. 8:38; 1 Co. 15:24; Ef. 6:12;
Col. 2:15).
◼ El término arcángel aparece en dos pasajes, 1 Tesalonicenses 4:16 y
Judas 9. En este último se llama a Miguel arcángel.
8
9. Su origen, naturaleza y estatus
◼ Las Escrituras no dicen explícitamente que los
ángeles fueran creados, tampoco se les
menciona en el relato de la creación (Gn. 1–2).
◼ Sin embargo, que fueron creados queda
claramente implícito en Salmos 148:2, 5:
“Alabadlo, vosotros todos sus ángeles; alabadlo,
vosotros todos sus ejércitos…Alaben el nombre de
Jehová, porque él mandó, y fueron creados.”
◼ Los ángeles al igual que los objetos celestiales
mencionados en los versículos 3 y 4, se dice que
fueron creados por el Señor.
9
10. Su origen, naturaleza y estatus
◼ Esto parece que también se afirma en Colosenses 1:16:
“porque en él fueron creadas todas las cosas, las que
hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y
para él.”
◼ Aparentemente los ángeles fueron creados todos a la
vez directamente, dado que parece ser que no tienen el
poder de propagarse de forma normal (Mt. 22:30), y no
se nos dice que hubo más creaciones directas de Dios
después de que finalizara el esfuerzo creativo original
(Gn. 2:2–3). 10
11. Su origen, naturaleza y estatus
◼ Los judíos y los cristianos siempre han creído y
enseñado que los ángeles son seres inmateriales
o espirituales.
◼ Por otra parte, los ángeles han aparecido en
forma de seres humanos con cuerpos materiales.
◼ En esto, como en el tema de su creación, no
existen evidencias explícitas abundantes.
◼ De hecho, uno podría concluir que los ángeles y
los espíritus son seres distintos unos de otros en
Hechos 23:8–9, aunque puede que los ángeles
formen parte del género de los espíritus.
11
12. Su origen, naturaleza y estatus
◼ La frase más clara sobre la
naturaleza espiritual de los ángeles
la encontramos en Hebreos 1:14,
donde el escritor, refiriéndose
evidentemente a los ángeles (ver
versículos 5, 13), dice: “¿No son todos
espíritus ministradores, enviados para
servicio a favor de los que serán
herederos de la salvación?”
12
13. Su origen, naturaleza y estatus
◼ Que los ángeles son espíritus también se puede deducir de las
siguientes consideraciones:
1. A los demonios (ángeles caídos) se les describe como espíritus (Mt. 8:16;
12:45; Lc. 7:21; 8:2; 11:26; Hechos 19:12; Apoc. 16:14).
2. Se nos dice que nuestra lucha no es contra “sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas
de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes” (Ef. 6:12).
3. Pablo, en Colosenses 1:16, parece identificar las fuerzas celestiales como
invisibles.
4. Que los ángeles son espíritus parece deducirse (aunque no
necesariamente) de las afirmaciones de Jesús de que los ángeles no se
casan (Mt. 22:30) y no mueren (Lc. 20:36).
13
14. Su origen, naturaleza y estatus
◼ A la vista de las consideraciones
anteriores, parece seguro concluir que los
ángeles son seres espirituales; no tienen
cuerpos físicos o materiales.
◼ Las manifestaciones físicas recogidas en
las Escrituras se deben considerar
apariencias tomadas para la ocasión
(angelofanías).
14
15. Su origen, naturaleza y estatus
◼ A veces ha habido tendencia a exaltar
exageradamente a los ángeles, ofreciéndoles el
culto y la reverencia debida sólo a la deidad.
◼ Sin embargo, el pasaje más extenso sobre los
ángeles: Hebreos 1:5–2:9, concluye que Cristo es
superior a los ángeles.
◼ Aunque durante algún tiempo se le hizo un poco
inferior a los ángeles, él es en todo superior a
ellos.
◼ Aunque Jesús durante un periodo de tiempo
estuvo subordinado al Padre, los ángeles
siempre están subordinados a Dios y llevan a
cabo su voluntad; no actúan por iniciativa propia.
15
16. Su origen, naturaleza y estatus
◼ Aunque son superiores a los seres
humanos en muchas habilidades y
cualidades, forman parte de la clase de
los seres creados y por lo tanto son seres
finitos.
◼ No sabemos con precisión cuándo
fueron creados, pero parece evidente
que Dios en un momento dado les dio
vida.
◼ Como seres totalmente espirituales son
únicos entre las demás criaturas, pero
siguen siendo criaturas.
16
17. Su origen, naturaleza y estatus
◼ Hay un gran número de ángeles.
◼ Las Escrituras tienen varias formas de indicar su cantidad:
“diez millares” (Dt. 33:2); “veintenas de millares de
millares” (Sal. 68:17); “doce legiones” (entre 36,000 y
72,000 – el tamaño de una legión romana variaba entre
3,000 y 6,000) (Mt. 26:53); “muchos millares de ángeles”
(He. 12:22); “millones de millones” (Apoc. 5:11).
◼ La última referencia puede ser una alusión a Daniel 7:10.
Job 25:3 y 2 Reyes 6:17 también indican un gran número
de seres angélicos. Aunque no hay razón para tomar por
exactas estas cifras, en particular por el significado
simbólico de los números utilizados (12 y 1,000), queda
claro que los ángeles son un gran número.
17
18. Su apariencia
◼ En la mayoría de los casos no se ve a los ángeles.
◼ El Señor tuvo que abrir los ojos a Balaam para que
viera al ángel que estaba en su camino (Núm. 22:31).
◼ Eliseo oró para que el Señor abriera los ojos de su
criado; después el joven vio la montaña llena de
hombres a caballo y carros de fuego alrededor de
Eliseo (2 R. 6:17).
◼ Cuando se ve a los ángeles, normalmente tienen
apariencia humana, de manera que pueden ser
confundidos con humanos (Gn. 18:2, 16, 22; 19:1, 5, 10,
12, 15, 16; Jue. 13:6; Mr. 16:5; Lc. 24:4).
18
19. Su apariencia
◼ A veces la gloria del Señor resplandece en
ellos (Lc. 2:9; 9:26) – quizá la razón por la
cual a veces se les ve llevando ropa blanca
de brillante apariencia.
◼ Fijémonos en cómo describe Mateo al ángel
del Señor que removió la roca del sepulcro
de Jesús: “Su aspecto era como un
relámpago, y su vestido blanco como la
nieve” (Mt. 28:3; cf. Ez. 1:13; Dn. 10:6; Apoc.
1:14 y 19:12).
19
20. Su apariencia
◼ Algunos de los conceptos que se han
mantenido comúnmente no están apoyados
por ninguna referencia de las Escrituras.
◼ No hay indicaciones de ángeles que aparezcan
con forma femenina.
◼ No hay referencias específicas a que tengan
alas, aunque en Daniel 9:21 y Apocalipsis 14:6 se
dice que vuelan.
◼ El querubín y el serafín son representados con
alas (Éx. 25:20; Is. 6:2) y también las criaturas
simbólicas de Ezequiel 1:6 (cf. Apoc. 4:8).
20
21. Su apariencia
◼ Sin embargo, no podemos estar seguros
de que lo que es cierto para un querubín
y un serafín lo sea también para los
ángeles en general.
◼ Como no hay referencia explícita que
indique que la totalidad de los ángeles
tienen alas, debemos considerar esto
como una mera inferencia sacada de los
pasajes bíblicos en los que se les
describe volando.
21
22. Sus capacidades y poderes
◼ Los ángeles son representados como
seres personales.
◼ Se puede interactuar con ellos.
◼ Tienen inteligencia y voluntad (2 S. 14:20;
Apoc. 22:9).
◼ Son criaturas morales, algunos son
caracterizados como santos (Mt. 25:31;
Mr. 8:38; Lc. 1:26; Hch. 10:22; Apoc.
14:10), mientras que a otros, que han
caído, se les describe como mentirosos y
pecadores (Jn. 8:44; 1 Jn. 3:8–10).
22
23. Sus capacidades y poderes
◼ En Mateo 24:36 Jesús da a entender que
los ángeles tienen un conocimiento
sobrehumano, pero al mismo tiempo
afirma expresamente que su
conocimiento tiene límites: “Pero del día y
la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los
cielos, sino solo mi Padre.”
◼ En 1 P. 1:12 puede que haya una alusión a
la naturaleza limitada de su conocimiento.
23
24. Sus capacidades y poderes
◼ Evidentemente ellos crecen en
conocimiento observando las acciones
humanas y oyendo hablar del
arrepentimiento humano (Lc. 12:8; 15:10; 1
Co. 4:9; Ef. 3:10).
◼ Que su conocimiento es mayor que el de los
humanos se aprecia en su presencia en los
consejos celestiales, su implicación en la
transmisión de la revelación (Gá. 3:19) y su
interpretación de las visiones (como en los
casos de Daniel y Zacarías).
◼ Ser comparado con un ángel puede implicar
que se posee una gran sabiduría.
24
25. Sus capacidades y poderes
◼ Al igual que los ángeles poseen gran conocimiento, pero no
omnisciencia, así también tienen un poder grande y
sobrenatural, pero sin ser omnipotentes. El gran poder de los
ángeles se enseña de tres maneras en las Escrituras:
1. Los títulos asignados al menos a algunos de ellos: principados,
potestades, autoridades, dominios, tronos.
2. Afirmaciones directas; por ejemplo: “mientras que los ángeles, que
son mayores en fuerza y en poder [a los humanos]” (2 P. 2:11);
“Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles poderosos en fortaleza, que
ejecutáis su palabra obedeciendo a la voz de su precepto” (Sal. 103:20).
3. Los efectos atribuidos a su actuación (2 Crónicas 32:21; Hechos 12:7–
11).
25
26. Sus capacidades y poderes
◼ Los ángeles obtienen su gran poder de Dios y siguen
dependiendo de su voluntad favorable o de su
permiso para ejercitarlo.
◼ Están restringidos a actuar dentro de los límites de su
permiso.
◼ Esto le ocurre incluso a Satanás, cuya habilidad para
afligir a Job estaba circunscrita a la voluntad del
Señor (Job 1:12; 2:6).
◼ Los ángeles de Dios sólo actúan para llevar a cabo sus
órdenes, no lo hacen de forma independiente. Sólo
Dios hace los milagros (Sal. 72:18).
◼ Como criaturas que son, los ángeles están sujetos a
todas las limitaciones de las criaturas.
26
27. Su organización
◼ A veces se han desarrollado esquemas bastante
elaborados sobre la organización de las huestes
angélicas.
◼ Hay muy poca información definida y clara sobre
este tema.
◼ Sabemos que hay arcángeles, que evidentemente
tienen una posición más alta que la de los ángeles
ordinarios.
◼ El término sólo se utiliza dos veces en la Biblia, en 1
Tesalonicenses 4:16 y Judas 9.
◼ Sólo Miguel es identificado por el nombre como
arcángel. Aunque popularmente se piensa que
Gabriel también es un arcángel, no hay ningún
lugar en la Biblia en el que se le identifique como
tal. Ni se nos dice cuántos arcángeles hay.
27
Ejemplo de especulaciones
28. Su organización
◼ Se ha intentado concebir un
patrón organizativo partiendo de
los distintos términos utilizados
por Pablo, como principados,
potestades y tronos.
◼ Aunque estos términos pueden
designar diferentes funciones,
allí realmente no hay una forma
de detectar si existe una cadena
de mando.
28
29. Su organización
◼ El querubín y el serafín presentan problemas
especiales, ya que no se hace ninguna declaración
sobre su relación con los ángeles en general. Sólo se
hace una mención a los serafines: Isaías 6:2–3 los
representa adorando a Dios.
◼ Los querubines, por otro lado, son mencionados con
bastante frecuencia; se les describe como de
apariencia humana, con alas y asistiendo de manera
especial a Dios, que tiene su trono por encima de
ellos (Núm. 7:89; 1 S. 4:4; 2 S. 6:2; Sal. 80:1; 99:1; etc.).
◼ Cuando Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del
Edén, Dios colocó querubines y una espada
encendida para guardar el árbol de la vida (Gn. 3:24).
29
30. Su organización
◼ Ha habido diversos tipos de especulación sobre los
serafines y los querubines.
◼ Algunos han argumentado que el querubín se debe
identificar con el serafín.
◼ Ante la ausencia de más datos, resulta infructuoso
especular. La posición más cautelosa es simplemente
considerar al serafín y al querubín como pertenecientes al
grupo de criaturas espirituales que se designa con el
nombre general de ángel.
◼ Puede que sean ángeles con funciones especiales, o un
tipo especial de ángel.
◼ En cualquier caso, no podemos asumir que las
características del serafín y del querubín se puedan aplicar
a todos los ángeles. Y no sabemos si son de un rango
mayor o menor, si es que existen los rangos.
30
31. ¿Quién es el “Ángel del Señor”?
◼ En el Antiguo Testamento hay
numerosas referencias al ángel del
Señor o al “ángel de Dios” (Gn. 16:7–
14; 18; 22:11, 14–15; 24:7, 40; 32:24–30;
48:15–16; Éx. 3:2; 14:19; 23:20–23;
32:34–33:17; Jue. 2:1, 4; 5:23; 6:11–24;
13:3, etc.).
◼ Aunque hay numerosos pasajes
donde el ángel del Señor se identifica
con Dios, hay muchos otros pasajes
en los que los dos se distinguen.
31
32. ¿Quién es el “Ángel del Señor”?
◼ Ejemplos de pasajes en los que se
igualan son Génesis 31:11 y 13, donde el
ángel del Señor dice: “Yo soy el Dios de
Bet-el,” y Éxodo 3:2 y 6, donde el ángel
del Señor le dice a Moisés: “Yo soy el
Dios de tu padre.”
◼ Ejemplos de pasajes en los que los dos
se distinguen son Génesis 16:11, donde
el ángel del Señor le dice a Hagar:
“porque Jehová ha oído tu aflicción,” y
Éxodo 23:20 donde el Señor le dice al
pueblo de Israel: “Yo envío mi ángel
delante de ti.”
32
33. ¿Quién es el “Ángel del Señor”?
◼ Hay tres interpretaciones principales sobre “el ángel del Señor”:
1. es únicamente un ángel con una misión especial;
2. es Dios mismo temporalmente visible con forma humana;
3. es el Logos, una preencarnación temporal de la segunda persona de
la Trinidad. Aunque ninguna de estas interpretaciones es
plenamente satisfactoria, por la claridad de identificación de estas
frases tanto la segunda como la tercera opción parecen más
adecuadas que la primera.
◼ Donde hay una distinción aparente entre Dios y el ángel del
Señor, Dios hace referencia a sí mismo en tercera persona.
◼ Por tanto, no es posible sacar de la naturaleza del ángel de Dios
conclusiones que se puedan aplicar a todos los ángeles. 33
34. Sus actividades
1. Los ángeles continuamente alaban y
glorifican a Dios (Job 38:7; Sal. 103:20;
148:2; Apoc. 5:11–12; 7:11; 8:1–4).
1. Aunque esta actividad normalmente se
produce en presencia de Dios, al menos una
vez se produce en la tierra: en el nacimiento
de Jesús los ángeles dijeron: “Gloria a Dios en
las alturas” (Lc. 2:13–14).
34
35. Sus actividades
2. Los ángeles revelan y comunican el mensaje de Dios a los humanos.
1. Esta actividad está más en consonancia con la palabra ángel.
2. Los ángeles participaron particularmente como mediadores de la ley (Hch.
7:53; Gá. 3:19; He. 2:2). Aunque no se les menciona en Éxodo 19,
Deuteronomio 33:2 dice: “Jehová vino…entre diez millones de santos.”
Este oscuro pasaje puede ser una alusión a la mediación de los ángeles.
3. Aunque no se dice que realicen una función similar con respecto al nuevo
pacto, el Nuevo Testamento con frecuencia les representa como
portadores del mensaje de Dios. Gabriel se aparece a Zacarías (Lc. 1:13–20)
y a María (Lc. 1:26–38). Los ángeles también hablan con Felipe (Hch. 8:26),
Cornelio (Hch. 10:3–7), Pedro (Hch. 11:13; 12:7–11) y Pablo (Hch. 27:23).
35
36. Sus actividades
3. Los ángeles ministran a los creyentes. Esto incluye
protegerlos del daño.
1. En la iglesia primitiva fue un ángel el que sacó a los apóstoles de la
cárcel (Hch. 5:19) y más tarde a Pedro (Hch. 12:6–11).
2. Los salmistas experimentaron el cuidado de los ángeles (Sal. 34:7;
91:11).
3. Sin embargo, el ministerio principal son las necesidades espirituales.
Los ángeles se interesan mucho por el bienestar espiritual de los
creyentes, regocijándose en su conversión (Lc. 15:10) y sirviéndoles
en sus necesidades (He. 1:14).
4. Los ángeles son espectadores de nuestras vidas (1 Co. 4:9; 1 Ti. 5:21) y
están presentes dentro de la iglesia (1 Co. 11:10). A la muerte de los
creyentes, les conducen al lugar bendecido (Lc. 16:22). 36
37. Sus actividades
4. Los ángeles llevan a cabo los juicios sobre los enemigos de
Dios.
1. El ángel del Señor mató a 185,000 asirios (2 R. 19:35) y a los hijos de
Israel en Jerusalén hasta que el Señor le dijo que detuviese su mano
(2 S. 24:16).
2. Fue el ángel del Señor el que se puso entre el pueblo de Israel y los
egipcios (Éx. 14:19–20); el resultado fue la liberación de los israelitas
y la destrucción de los egipcios en el Mar Rojo.
3. Fue un ángel de Dios el que mató a Herodes (Hch. 12:23). El libro del
Apocalipsis está lleno de profecías sobre el juicio que será
administrado por los ángeles (8:6–9:21; 16:1–17; 19:11–14).
37
38. Sus actividades
5. Los ángeles llevan a cabo los juicios sobre los enemigos
de Dios.
1. Los ángeles estarán implicados en la segunda venida.
2. Ellos acompañarán al Señor en su venida (Mt. 25:31), así como
estuvieron presentes en otros eventos significativos de la vida
de Jesús, como su nacimiento, la tentación y la resurrección.
3. Ellos separarán el grano de las malas hierbas (Mt. 13:39–42).
Cristo enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta y
juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos (Mt. 24:31; cf. 1
Ts. 4:16–17).
38
39. ¿Y qué del “ángel de la guarda”?
◼ ¿Qué hay del concepto de ángeles guardianes,
la idea de que cada persona o al menos cada
creyente tiene asignado un ángel específico
para cuidarle y acompañarle durante toda su
vida?
◼ Esta idea era una creencia judía popular en los
tiempos de Cristo y ha pasado a una parte del
pensamiento cristiano.
◼ Se citan dos textos bíblicos como evidencia
de la existencia de ángeles guardianes.
39
40. ¿Y qué del “ángel de la guarda”?
◼ Tras llamar a un niño y colocarlo en medio
de sus discípulos Jesús dijo: “Mirad que
no menospreciéis a uno de estos pequeños,
porque os digo que sus ángeles en los
cielos ven siempre el rostro de mi Padre
que está en los cielos” (Mt. 18:10).
◼ Cuando la muchacha Rode les dijo a los
que estaban en la casa que Pedro estaba
a la puerta, ellos dijeron: “Es su ángel”
(Hch. 12:15). Estos versículos parecen
indicar que los ángeles están asignados
especialmente a los individuos. 40
41. ¿Y qué del “ángel de la guarda”?
◼ Sin embargo, en todas partes de la Biblia leemos
que no un único ángel, sino muchos
acompañaban, protegían y cuidaban a los
creyentes (ver salmo 91.11).
◼ Eliseo estaba rodeado por mucha gente a
caballo y por carros de fuego (2 R. 6:17); Jesús
podría haber llamado a doce legiones de
ángeles; varios ángeles llevaron el alma de
Lázaro al seno de Abraham (Lc. 16:22).
◼ Además, en la referencia que Jesús hace sobre
los ángeles de los pequeños especifica que
están en presencia del Padre.
◼ Esto sugiere que estos son ángeles que alaban
en presencia de Dios en lugar de ángeles que
cuidan a los seres humanos en este mundo.
41
42. ¿Y qué del “ángel de la guarda”?
◼ La respuesta a Rode refleja la tradición
judía de que el ángel guardián se parece a la
persona a la cual está asignado.
◼ Pero una indicación de que algunos
discípulos creían en los ángeles guardianes
no confiere autoridad a esta creencia.
◼ Algunos cristianos todavía tenían creencias
equivocadas o confusas sobre diversos
temas.
◼ En ausencia de un material didáctico
definitivo, debemos concluir que no hay
evidencias suficientes para el concepto de
los ángeles guardianes. 42
44. El origen de los demonios
◼ La Biblia tiene poco que decir sobre cómo
los ángeles malos llegaron a tener su actual
carácter moral y dice menos aún sobre su
origen.
◼ Podemos aprender algo de su origen por lo
que se dice de su carácter moral.
◼ Dos pasajes estrechamente relacionados
nos informan sobre la caída de los ángeles
malos:
44
45. El origen de los demonios
◼ Segunda Pedro 2:4 dice: “Dios no perdonó a los
ángeles que pecaron, sino que los arrojó al
infierno y los entregó a prisiones de oscuridad,
donde están reservados para el juicio.”
◼ Judas 6 dice que “a los ángeles que no
guardaron su dignidad, sino que abandonaron su
propio hogar, los ha guardado bajo oscuridad, en
prisiones eternas, para el juicio del gran día.”
◼ Los seres descritos en estos dos versículos se
identifican claramente como ángeles que
pecaron y serán juzgados. Deben ser seres
creados, al igual que el resto de los ángeles.
45
46. El origen de los demonios
◼ Estos dos versículos dicen que los
ángeles fueron arrojados a las tinieblas
para esperar allí a ser juzgados.
◼ Esto ha llevado a algunos a teorizar que
hay dos clases de ángeles caídos: los que
están en prisión, y los que están libres
para llevar a cabo el mal en el mundo.
◼ Otra posibilidad es que estos dos
versículos describan la condición de
todos los demonios.
46
47. El origen de los demonios
◼ Que esto último es correcto lo sugiere el resto de
2 Pedro 2. En el versículo 9 Pedro dice: “El Señor
sabe librar de tentación a los piadosos, y reservar a
los injustos para ser castigados en el día del juicio.”
◼ Este lenguaje es prácticamente idéntico al
utilizado en el versículo 4. Observe que el resto
del capítulo (vv. 10–22) es una descripción de la
actividad pecadora continuada de esta gente
que está siendo castigada.
◼ Concluimos que, asimismo, aunque arrojados a
las tinieblas, los ángeles caídos tienen suficiente
libertad como para llevar a cabo sus malvadas
actividades.
47
48. El origen de los demonios
◼ Los demonios, pues, son ángeles creados
por Dios y por lo tanto en origen eran
buenos; pero pecaron y por eso se hicieron
malos.
◼ Cuándo exactamente tuvo lugar la rebelión
no lo sabemos, pero debió haber ocurrido
entre el momento en que Dios terminó la
creación y dijo que “era buena” y el
momento de la tentación y la caída de los
humanos (Gn. 3).
48
49. El jefe de los demonios
◼ El diablo es el nombre que las Escrituras dan al
jefe de estos ángeles caídos. También se le
conoce como Satanás.
◼ El nombre hebreo ן ָט ָ
ש (satan) procede del verbo
ן ָט ָ
ש (satan), que significa ser o actuar como un
adversario. Así que él es el oponente, el que se
opone a la causa y al pueblo de Dios.
◼ La palabra griega Σατᾶν (satan) o Σατανᾶς
(satanas) es una transliteración de este nombre
hebreo.
◼ La palabra griega más común para él es διάβολος
(diabolos: diablo, adversario, acusador).
49
50. El jefe de los demonios
◼ También se utiliza κατήγωρ (kategor –
acusador – Apoc. 12:10). Otros términos
utilizados con menos frecuencia son:
◼ tentador (Mt. 4:3; 1 Ts. 3:5), Belcebú (Mt.
12:24, 27; Mr. 3:22; Lc. 11:15, 19), el
enemigo (Mt. 13:39), el malo (Mt. 13:19,
38; 1 Jn. 2:13; 3:12; 5:18), Belial (2 Co. 6:15),
adversario (1 P. 5:8), la serpiente antigua
(Apoc. 12:9), el gran dragón (Apoc. 12:3),
padre de mentira (Jn. 8:44), homicida
(Jn. 8:44), pecador (1 Jn. 3:8).
50
51. El jefe de los demonios
◼ Todos ellos transmiten algo sobre el carácter y la
actividad del diablo. Aunque al diablo no se le
denomina expresamente demonio en las
Escrituras, Jesús identificó a Satanás con
Belcebú, el príncipe de los demonios (ver los
relatos paralelos de Mt. 12:22–32; Mr. 3:22–30 y
Lc. 11:14–23).
◼ Que Satanás es un demonio también queda
implícito en Lucas 10:17–20, donde la expulsión
de demonios es señal de que se vence a Satanás.
◼ Los que estaban poseídos por demonios se decía
que estaban: “oprimidos por el diablo” (Hch.
10:38; Lc. 13:16).
51
52. El jefe de los demonios
◼ El diablo se dedica, como su nombre
indica, a oponerse a Dios y a la obra de
Cristo. Hace esto especialmente
tentando a los humanos.
◼ Esto se demuestra en la tentación de
Jesús, en la parábola del trigo y la cizaña
(Mt. 13:24–30) y el pecado de Judas (Lc.
22:3). (Ver también Hch. 5:3; 1 Co. 7:5; 2
Co. 2:11; Ef. 6:11; 2 Ti. 2:26).
◼ Uno de los principales métodos utilizados
por Satanás es el engaño.
52
53. El jefe de los demonios
◼ Pablo nos dice que Satanás se disfraza de ángel
de la luz, y que sus ministros se disfrazan de
ministros de justicia (2 Co. 11:14–15).
◼ Su uso del engaño también se menciona en
Apocalipsis 12:9 y 20:8, 10.
◼ A los incrédulos “les cegó el entendimiento, para
que no les resplandezca la luz del evangelio de la
gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”(2
Co. 4:4).
◼ Se opone y estorba a los cristianos en su servicio
(1 Ts. 2:18), incluso valiéndose de dolores físicos
para conseguir su fin (así, probablemente en 2 Co.
12:7).
53
54. El jefe de los demonios
◼ A pesar de todo el poder de Satanás
es limitado, como se indica en el
caso de Job. Se le puede resistir con
éxito y huirá (Stgo. 4:7; Ef. 4:27).
◼ Sin embargo, se le puede hacer huir
no por nuestro propio esfuerzo,
sino sólo por el poder del Espíritu
Santo (Ro. 8:26; 1 Co. 3:16).
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55. Actividades de los demonios
◼ Como sujetos de Satanás, los demonios
llevan a cabo su obra en el mundo.
◼ Por lo tanto se debe asumir que están
implicados en todas las formas de
tentación y el engaño que él emplea.
◼ Producen enfermedades: mudez (Mr. 9:17),
sordomudez (Mr. 9:25), ceguera y sordera
(Mt. 12:22), convulsiones (Mr. 1:26; 9:20; Lc.
9:39), parálisis o cojera (Hch. 8:7).
◼ Y, en particular, se oponen a la progresión
espiritual del pueblo de Dios (Ef. 6:12).
55
56. Posesión demoníaca
◼ A los incidentes de posesiones
demoníacas se les ha prestado especial
atención en los relatos bíblicos.
◼ La expresión técnica es “tener un
demonio” (δαιμόνιον ἔχω – daimonion
echō) o “estar endemoniado”
(δαιμονίζομαι – daimonizomai).
◼ A veces encontramos expresiones como
“espíritus impuros” (Hch. 8:7; 19:12).
56
57. Posesión demoníaca
◼ Las manifestaciones de la posesión demoníaca
son variadas.
◼ Ya hemos señalado algunas de las dolencias
físicas que los demonios infligen.
◼ Las personas poseídas pueden tener una fuerza
inusual (Mr. 5:2–4), pueden actuar de forma
extraña como por ejemplo no llevar ropa o vivir
entre tumbas en lugar de vivir en una casa (Lc.
8:27), o pueden tener un comportamiento
autodestructivo (Mt. 17:15; Mr. 5:5).
◼ Evidentemente hay grados de aflicción, ya que
Jesús habló del espíritu maligno que “toma
consigo otros siete espíritus peores que él” (Mt.
12:45). 57
58. Posesión demoníaca
◼ En todos estos casos el elemento común
es que la persona implicada está siendo
destruida, ya sea física, emocional o
espiritualmente.
◼ Parece que los demonios eran capaces de
hablar, seguramente utilizando el aparato
vocal de la persona poseída (e.g. Mt. 8:29,
31; Mr. 1:24, 26, 34; 5:7, 9, 10; Lc. 4:41; 8:28,
30).
◼ Parece que los demonios también podían
introducirse dentro de los animales (ver los
relatos paralelos del incidente con los
cerdos – Mt. 8; Mr. 5; Lc. 8). 58
59. Posesión demoníaca
◼ Es destacable que los escritores bíblicos no
atribuyeran todas las enfermedades a la
posesión demoníaca.
◼ Lucas cuenta que Jesús distinguía entre dos
tipos de curaciones: “Echo fuera demonios y
hago curaciones hoy y mañana” (Lc. 13:32).
◼ Una distinción similar se hace en Mateo
10:8; Marcos 1:34; 6:13; Lucas 4:40–41; 9:1.
No se confundió la epilepsia con la posesión
demoníaca.
59
60. Posesión demoníaca
◼ Leemos en Mateo 17:15–18 que Jesús expulsó un demonio
de un epiléptico, pero en Mateo 4:24 los epilépticos (al
igual que los paralíticos) se diferencian de los
endemoniados.
◼ En muchas curaciones no se hace referencia a los
demonios.
◼ En Mateo, por ejemplo, no se hace referencia al exorcismo
de demonios cuando se cura al criado del centurión (8:5–
13), la mujer con flujo de sangre de doce años de duración
(9:19–20), los dos hombres ciegos (9:27–30), el hombre
con la mano seca (12:9–14) y los que tocaban el borde del
manto de Jesús (14:35–36).
◼ En particular, la lepra no parece que se atribuya nunca a
los demonios.
60
61. Posesión demoníaca
◼ Jesús expulsaba los demonios sin pronunciar fórmulas elaboradas. Sencillamente
les ordenaba salir (Mr. 1:25; 9:25).
◼ Atribuía el exorcismo al Espíritu de Dios (Mt. 12:28) o al dedo de Dios (Lc. 11:20).
◼ Jesús invistió a sus discípulos con la autoridad de expulsar demonios (Mt. 10:1).
◼ Pero los discípulos necesitaban fe para tener éxito en la tarea (Mt. 17:19–20).
◼ También se menciona la oración como requisito para el exorcismo (Mr. 9:29).
◼ A veces era necesaria la fe de una tercera persona (Mr. 9:23–24; cf. Mr. 6:5–6).
◼ Otras veces los demonios eran expulsados de personas que no mostraban ningún
deseo de ser curados.
61
62. Posesión demoníaca
◼ No hay razón para creer que las posesiones
demoníacas estén restringidas al pasado.
◼ El cristiano debería estar alerta ante la posibilidad
de que suceda la posesión demoníaca hoy en día.
◼ Al mismo tiempo, no se deberían atribuir con
demasiada rapidez fenómenos físicos o psíquicos
aberrantes a posesiones demoníacas.
◼ Así como Jesús y los escritores bíblicos distinguían
casos de posesión de otro tipo de enfermedades,
lo mismo deberíamos hacer nosotros, “probar los
espíritus.”
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63. Posesión demoníaca
◼ En los últimos años ha habido un estallido de
interés hacia el fenómeno de la posesión
demoníaca.
◼ Como consecuencia de ello, algunos cristianos
pueden considerar esto como la principal
manifestación de las fuerzas del mal.
◼ En realidad, Satanás, el gran engañador, puede
estar fomentando el interés en las posesiones
demoníacas para que los cristianos descuiden
otros tipos de influencias más sutiles de los
poderes del mal.
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64. El destino de Satanás y de los demonios
◼ La Biblia deja claro que se está produciendo una
lucha sería e intensa entre Cristo y sus
seguidores por una parte y Satanás y sus fuerzas
por la otra.
◼ Evidencias de esta lucha incluyen la tentación de
Jesús (Mt. 4:1–11), los encuentros de Jesús con
los demonios y muchos otros pasajes (e.g. Lc.
22:31–34; Gá. 5:16–17; Ef. 6:10–20).
◼ La tentación de Jesús representó una victoria
preliminar sobre Satanás.
◼ Otras anticipaciones de la victoria final las
podemos encontrar en Lucas 10:18; Juan 12:31;
14:30; 16:11; Romanos 16:20; Hebreos 2:14–15; 1
Juan 2:13; 3:8; 5:18. 64
65. El destino de Satanás y de los demonios
◼ Apocalipsis 12 describe una guerra en el cielo
entre Miguel y sus ángeles por una parte y
Satanás y los suyos por la otra; una guerra que
termina con Satanás expulsado del cielo hacia
la tierra y después atacando a Cristo y a su
iglesia.
◼ En Apocalipsis 20 leemos que Satanás será
encerrado por mil años (v. 2) y después
liberado por un tiempo antes de ser arrojado a
un lago de fuego y azufre para siempre (v. 10).
◼ Jesús señala que ese será también el destino
de los ángeles de Satanás (Mt. 25:41).
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66. El destino de Satanás y de los demonios
◼ La batalla decisiva en la guerra entre el
bien y el mal fue disputada y ganada por
Cristo con la crucifixión y la resurrección.
◼ Satanás ha sido vencido y aunque
continúa luchando desesperadamente, su
destino ha sido sellado.
◼ Los cristianos tienen que sentirse
reconfortados al saber que no tienen por
qué ser vencidos en ninguno de sus
encuentros específicos con Satanás (1 Co.
10:13; 1 Jn. 4:4).
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68. Aplicaciones
◼ Por oscura y extraña que esta creencia en los ángeles buenos y malos
pueda resultar para algunos, juega un papel importante en la vida de los
cristianos. Se pueden extraer varios beneficios de nuestro estudio sobre
este tema:
1. Resulta reconfortante y alentador darnos cuenta de que existen numerosos
y poderosos agentes invisibles que nos ayudan en nuestras necesidades. El
ojo de la fe hará por el creyente lo que la visión de los ángeles hizo por el
criado de Eliseo (2 R. 6:17).
2. La alabanza y el servicio de los ángeles de Dios nos dan un ejemplo de cómo
tenemos que conducirnos ahora y cuál será nuestra actividad en la vida
venidera en presencia de Dios.
3. Nos debería hacer reflexionar darnos cuenta de que incluso los ángeles que
estaban cerca de Dios sucumbieron a la tentación y cayeron. Esto nos
recuerda que debemos “mirar de no caer”(1 Co. 10:12). 68
69. Aplicaciones
◼ Por oscura y extraña que esta creencia en los ángeles buenos y malos
pueda resultar para algunos, juega un papel importante en la vida de los
cristianos. Se pueden extraer varios beneficios de nuestro estudio sobre
este tema:
1. Saber de los ángeles malos sirve para alertarnos del peligro y la sutileza de la
tentación que podemos esperar que venga de las fuerzas satánicas, y nos da
una perspectiva de las maneras en las que obra el diablo. Tenemos que estar
en guardia contra los dos extremos. No deberíamos tomárnoslo tan a la
ligera como para ignorar los peligros, ni sentir un interés demasiado fuerte
por él.
2. Nos da confianza darnos cuenta de que por muy poderosos que sean
Satanás y sus cómplices, hay límites en lo que pueden hacer. Por lo tanto,
nosotros, por la gracia de Dios, podemos resistirnos con éxito. Y podemos
saber que al final su derrota es segura.
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70. Referencias
◼ Walvoord, John F., y Roy B. Zuck. El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 3: 1
Corintios-Filemón. Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996. Print.
◼ Manser, Martin H. Dictionary of Bible Themes: The Accessible and Comprehensive Tool for Topical Studies. London: Martin
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Caribe, 1995. Print.
◼ MacArthur, John. Biblia de Estudio MacArthur. Nashville, TN: Thomas Nelson, 1997. Print.
◼ MacDonald, William. Comentario Bíblico de William MacDonald: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. Viladecavalls
(Barcelona), España: Editorial CLIE, 2004. Print.
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◼ Swanson, James. Diccionario de idiomas bíblicos: Hebreo 2014 : n. pag. Print.
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◼ Lockward, Alfonso. Nuevo diccionario de la Biblia 1999 : 511–512. Print.
◼ Erickson, Millard J. Teología sistemática. Ed. Jonatán Haley. Trad. Beatriz Fernández. Segunda Edición. Viladecavalls,
Barcelona: Editorial Clie, 2008. Print. Colección Teológica Contemporánea. 70