En la vida actual globalizada que exige competencia de calidad y calidez un básico la Inteligencia Emocional para poner en practica en el diaria hacer y quehacer de la vida exitosa.
2. 1.-LOS ORÍGENES INFANTILES DE LOS BLOQUEOS AFECTIVOS
2.-LA IMPORTANCIA DE AHONDAR EN EL PASADO
3.-EL TIEMPO Y EL INCONSCIENTE
4.-CÓMO SE OPERA EL PROCESO DE CAMBIO
5.-"NO QUIERO OCUPARME DE MIS SENTIMIENTOS"
6.-"NO MEREZCO AMOR"
7.-"NO NECESITO A NADIE: SOY FUERTE"
8.-"EN MI HORÓSCOPO NO HAY AMOR"
9.-"PARA MI ES MUY TARDE; MI PLAZO YA VENCIÓ"
10.-'ES INEVITABLE QUE SALGA LASTIMADO'
11.-"ME SIENTO AMENAZADO CUANDO OTRA PERSONA SE ACERCA DEMASIADO"
12.-"NO QUIERO TENER QUE PEDIR POR LO QUE NECESITO" (O "¿PORQUÉ NO PUEDES LEER MIS PENSAMIENTOS?")
13.-"¿POR QUÉ DEBO DE DAR TANTO POR TAN POCO?"
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5. Los bloqueos afectivos se encuadran en
tres categorías principales.
Algunos afectan sobre la visión interior que
tenemos de nosotros mismos.
Así, algunas percepciones comunes de
las propias personas, tales como "no
merezco amor", o "no necesito a nadie,
soy fuerte", pueden dañar seriamente
nuestra receptividad al amor.
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6. Otros bloqueos afectivos inciden sobre nuestra
visión del mundo en general y reflejan nuestra
filosofía de vida y nuestras expectativas.
Por ejemplo, muchas personas fueron educadas en
la idea de que el mundo es un lugar frío u hostil, y
en consecuencia creen que "en mi horóscopo no
hay amor".
A otras personas se les enseñó a ver el mundo
como un lugar en el que las oportunidades se
esfuman rápidamente, por lo cual creen que "para
mí es demasiado tarde; mi plazo ya venció".
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7. El tercer tipo de bloqueos afectivos determina nuestra
visión de los demás y nuestras expectativas respecto de
cómo deben tratarnos.
Muchas personas, por ejemplo, creen que "el amor debe
ser de cierto modo".
Si se les ofrece amor de otra manera, consideran que no
es verdadero amor y lo rechazan.
Hay también quienes piensan que si al amor hay que
pedirlo, no es verdadero amor.
Por lo tanto, encaran sus relaciones con una demanda
implícita: "¿Por qué no puedes leer mi pensamiento?".
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8. La mayoría de las personas padece más de
un bloqueo afectivo, de diferentes tipos.
De hecho, es frecuente que un mismo
individuo padezca bloqueos de los tres tipos
mencionados, que actúan en forma
simultánea.
En ese caso, su percepción de sí mismo
tiene expectativas irrazonables respecto de
los demás.
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9. Como es obvio, los bloqueos afectivos
pueden manifestarse en nuestro
pensamiento consciente, adoptando formas
ya conocidas por nosotros.
Pero por lo general los bloqueos están
arraigados en nuestro inconsciente y sirven
a fines- y producen efectos - de los que no
tenemos plena conciencia.
De ahí que sean tan tenaces y nos afecten
con tanta fuerza.
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10. Los bloqueos afectivos afectan a las personas de
distinta manera y en distintos grados.
Algunas personas tienen relaciones que les ofrecen
la posibilidad de sentirse amadas y valoradas y de
lograr una auténtica intimidad.
Sin embargo, sus bloqueos afectivos les impiden
concretar esas posibilidades.
Más aún: las personas así afectadas se comportan
de un modo que inevitablemente les crea
problemas y que hasta puede llegar a destruir por
completo las relaciones.
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11. En otras personas, la afección es más grave.
Sus bloqueos afectivos las llevan a entrar en
relaciones que les ofrecen poca o ninguna
posibilidad de llegar a sentirse valoradas y
amadas y de encontrar la intimidad que buscan.
Se vinculan con personas reprimidas, crueles,
inmaduras, egocéntricas, o bien con personas
que al parecer reúnen las condiciones
necesarias para brindarles amor, pero no
pueden hacerlo por razones ajenas a ellos.
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13. Dado que todos deseamos ser amados, es obvio que nadie
genera un bloqueo afectivo por elección consciente. }
Nuestros bloqueos afectivos son inconscientes y en su origen
es probable que haya una razón que los justifique.
Suelen nacer como una manera de protegernos contra alguna
experiencia anterior que nos produjo miedo y confusión, una
experiencia tan difícil y dolorosa que nuestra frágil psiquis no
pudo manejarla.
Tal vez desde una perspectiva intelectual adulta nuestros
bloqueos afectivos no parezcan tener mucho sentido.
Pero si exploramos nuestras experiencias tempranas,
inevitablemente descubriremos que hay amplios motivos
emocionales que los explican.
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14. La naturaleza también decretó que permaneciéramos en
esa situación de desvalimiento y dependencia durante un
período inusitadamente prolongado.
La mayoría de los animales madura en un lapso
relativamente breve después del nacimiento, pero el
infante humano nace cuando el cerebro y el cuerpo se
encuentran muy lejos del desarrollo completo.
Para cada uno de nosotros eso significó que durante el
largo período de la infancia y la adolescencia nos
encontráramos en una situación de extrema
vulnerabilidad.
Existía una gran riesgo de que alguna de nuestras
necesidades no fueran satisfechas y de que nada
pudiéramos hacer para remediarlo.
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15. Si bien jamás superamos la necesidad de
amor, ésta nunca es tan urgente como en
las primeras etapas de la vida.
De hecho, el amor es tan crucial para la
supervivencia del infante como el aire que
respira y la leche que lo nutre.
Como dice una canción popular, "el amor es
como oxígeno; si no tienes bastante, te
mueres".
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16. Cuando la necesidad infantil de amor no es
satisfecha en la medida necesaria, ocurre algo
trágico: el niño comienza a perder su receptividad
natural para el amor.
En términos ideales, esa receptividad natural se va
expandiendo a medida que su necesidad de amor
es satisfecha, del mismo modo como su cuerpo
crece a medida que son satisfechas sus
necesidades alimentarias.
Y al mismo tiempo que crece la capacidad del niño
para recibir amor, también crece su capacidad de
dar amor.
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17. Pero cuando el niño no recibe bastante amor, su
receptividad natural disminuye, tal como se contrae
un estómago que no recibe alimento.
Si la necesidad de amor de un niño no es
satisfecha en forma sostenida durante largo
tiempo, o si el niño sufre una experiencia
traumática en la cual la respuesta a su pedido de
amor es el maltrato o el total rechazo, aquella parte
del niño que llegó al mundo abierta y receptiva al
amor puede marchitarse por completo.
Será entonces como si el yo naturalmente
receptivo del niño hubiera muerto.
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18. Los mecanismos de supervivencia que nos
ayudaron en la infancia suelen volverse contra
nosotros en la adultez bajo la forma de
bloqueos afectivos, y en última instancia nos
causan más daño que beneficio.
Si bien nos fueron necesarios para sobrevivir
en la infancia y en la adolescencia, en la edad
adulta debemos liberarnos de ellos para poder
desarrollarnos y recibir amor.
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20. Son legiones los que piensan que ahondar en
el pasado es una tarea absurda.
Una razón obvia de semejante posición es que
para mucha gente el pasado fue doloroso.
Como no quieren reconocerlo, miran
estoicamente sólo hacia el futuro diciendo
"dejemos atrás el pasado".
O tal vez se permitan recordar el pasado, pero
sólo una versión fantasiosa que justifique su
afirmación. "Tuve una infancia muy feliz".
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21. En algunas familias se miente abiertamente
sobre el pasado, o se lo oculta.
Si los niños formulan preguntas que indagan
en el pasado, se los silencia con frases
como "no es asunto tuyo", "eso nada
tiene que ver contigo" "no eras más que
un bebé entonces", "eso fue hace mucho
y se acabó", "en realidad no tiene
ninguna importancia"...
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22. La verdad, en cambio, es que el pasado tiene una gran importancia. Al
igual que se transmiten los genes de una generación a la siguiente,
también se transmiten los esquemas y los problemas psicológicos.
Incluidos los bloqueos afectivos.
Cuanto más ignore una persona su legado psicológico, tanto más
probable será que quede atascado repitiendo una y otra vez los
esquemas y dramas pasados de la familia.
Por otra parte, si no se comprende por qué y cómo se desarrolló un
bloqueo afectivo, todo intento de superara ese bloqueo afectivo, será
superficial y estará condenado al fracaso.
La actitud que adopta mucha gente es "No me importa de dónde
vienen mis bloqueos; sólo me importa librarme de ellos".
Pero la eliminación de un bloqueo empieza por la comprensión de sus
orígenes, y ello sólo es posible cuando la persona está dispuesta a
examinar su historia familiar y sus propias experiencias tempranas.
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24. Este concepto descansa en una premisa totalmente
incorrecta, a saber que la psiquis humana funciona
conforme al tiempo lineal y es capaz de establecer
distinciones claras entre pasado, presente y futuro.
En realidad sólo la conciencia puede distinguir entre
pasado, presente y futuro: el inconsciente no hace estas
distinciones.
A decir verdad, el inconsciente no tiene ningún sentido de
tiempo lineal.
Cada vez que un suceso de nuestra vida nos provoca una
intensa reacción emocional, el recuerdo de ese suceso y
los sentimientos que lo acompañan son automáticamente
depositados y almacenados en el inconsciente.
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25. A medida que avanzamos por la vida tenemos otras
experiencias que hacen aflorar recuerdos inconscientes
de experiencias pasadas, y junto con ellos afloran también
los sentimientos que en su momento experimentamos
como reacción a dichas experiencias.
Pero cuando los sentimientos del pasado reviven en
nuestro interior, no los experimentamos como viejos
sentimientos; los experimentamos en el aquí y ahora, a
menudo con la misma intensidad de la primera vez,
aunque el suceso haya ocurrido treinta, cuarenta o
sesenta años atrás.
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26. Es como si la identidad adulta nos fuera
arrancada de pronto haciéndonos sentir
nuevamente como niños desvalidos. Aunque
estemos vestidos con ropas de adulto por
dentro sentimos como si hubiéramos vuelto
a los pañales.
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27. Aunque en ocasiones el inconsciente falle en el
almacenamiento de los detalles de hechos
pasados, jamás deja de conservar los
sentimientos. Aun cuando pueda parecer que
ciertos sentimientos surgen "de la nada" o
"porque si", en realidad afloran desde el
subconsciente. Y aunque el protagonista de la
experiencia tenga la impresión de que esos
sentimientos sepultados vuelven a la
conciencia "sin razón aparente", suscita, por
ejemplo, un perfume, un sonido, o el aire de
una persona entrevistada al azar en la calle.
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28. Tal vez uno esté convencido que puesto que
nada recuerda, nada ocurrió. Lo más probable,
sin embargo, es que sufra perturbaciones
emocionales- depresión, ansiedad, miedo a la
intimidad o desórdenes alimentarios- cuya
existencia misma indica que hubo en algún
momento des se pasado una experiencia
traumática. Aun cuando el recuerdo de una
experiencia dolorosa parezca haber sido
borrado, las consecuencias emocionales de
esa experiencia persisten.
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29. Al principio es sólo una comprensión
intelectual, un concepto incorporado en la
mente. Pero a veces es preciso mucho tiempo
mucho tiempo para que ese nuevo
conocimiento penetre en las emociones y en el
corazón. Si bien la comprensión intelectual es
decisiva, el cambio sólo puede producirse y
completarse cuando lo que se comprende por
vía intelectual es captado emocionalmente y
comienza a penetrar cada vez más hondo en la
psiquis.
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30. Y al dar este paso, es muy común constatar
que cuando alguien supera un bloqueo
afectivo, descubra que detrás de él se
ocultan otros.
Las características del cambio personal, en
relación a los bloqueos afectivos, podemos
sintetizarlas así:
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31. 1. EL CAMBIO COMIENZA CON EL DESEO DE CAMBIAR,
JUNTO CON LA COMPRENSIÓN DE QUE EL CAMBIO ES
POSIBLE: Muchas personas pasan por la vida como
sonámbulos, con escasa o ninguna percepción de los
problemas que existen en su relación con los demás o consigo
mismos. Hay quienes saben que algo anda mal y los expresan
de las más diversas maneras: "Sufro mucho", "Necesito crecer
más como persona", "Quiero obtener más de la vida y de la
gente", "Mis relaciones nunca resultan como yo quiero", "Algo
me falta", y así sucesivamente. A veces esas mismas personas
sienten que "Soy como soy, nada puedo hacer para cambiar".
Pero después de ver cómo cambia la gente a su alrededor, su
actitud puede cambiar: "Tal vez no deba seguir siendo como
soy", "Tal vez yo también pueda cambiar". Ese es el momento
en que puede comenzar el cambio.
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32. 2. EL CAMBIO SE PRODUCE MÁS
FÁCILMENTE CON LA AYUDA DE UN GUÍA:
Cuando nos disponemos a internarnos en un
territorio desconocido, siempre es aconsejable
consultar a alguien que estuvo antes allí. Un
guía puede sugerirnos qué caminos tomar,
alertarnos sobre los accidentes del terreno,
decirnos qué podemos esperar del viaje,
estimular nuestro interés y entusiasmo y
contarnos las experiencias de quines ya han
viajado por la misma ruta.
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33. En el dominio del campo psicológico, son muchos
los guías que pueden sernos de utilidad. Por
ejemplo, los libros de autoayuda, las enseñanzas o
prácticas espirituales, y los grupos de apoyo como
Alcohólicos Anónimos. Existen también guías
individuales. En buena parte del mundo y a lo largo
de gran parte de la historia, el guía personal fue
casi siempre un maestro espiritual, un gurú o
mentor. Pero en la cultura occidental de nuestros
días el guía personal es habitualmente un
psicoterapeuta.
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34. Es conveniente formular una advertencia. La
terapia no es el único medio para superar
los bloqueos afectivos. Si bien es el modo
decididamente indicado para aquellos cuyos
bloqueos afectivos le incapacitan
gravemente para mantener relaciones,
quines sólo padecen problemas leves
pueden superarlos con otro tipo de guías.
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35. 3. AÚN EL MEJOR DE LOS GUÍAS ES SÓLO UN GUÍA;
es el paciente quien produce el cambio. Muchos libros
escritos en años recientes dejan la impresión de que la
única manera en que alguien logra cambios sustanciales
en su vida interior y su comportamiento exterior es
sometiéndose a un prolongado tratamiento
psicoterapéutico individual.
Más aún: un aluvión de recientes libros de autoayuda
escritos por psicoterapeutas describe el proceso e cambio
ubicando al terapeuta en el papel estelar y convirtiéndolo
en un ser omnisapiente que siempre encuentra la palabra
justa en el momento justo.
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36. Según tales elatos estereotipados, el paciente llega al
consultorio con su vida deshecha, y como se muestra
reacio a entrar en detalles, el terapeuta logra, con
habilidad detectivesca, arrancarle su historia mediante
una serie de preguntas sagaces.
Casi antes de que el paciente termine de hablar, ya el
terapeuta ha asimilado completamente los problemas
expuestos y sabe como resolverlos. Aun más asombroso
es que al instante es capaz de comunicarle todo esto al
paciente en un lenguaje compasivo, elocuente y sucinto.
Al poco tiempo el paciente vuelve al consultorio del
terapeuta y le informa que su vida ha dado un vuelco total.
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37. Los pacientes de terapia que leen este tipo de descripciones se
desalientan, dado que ellos no han experimentado cambios tan
enormes, y llegan a la conclusión de que algo anda mal en su
tratamiento y que sus terapeutas no son tan rápidos e infalibles
como los de los libros. La realidad es otra. Los terapeutas no
son dioses, y aun el más perceptivo, sabio y brillante de ellos no
es más que un guía. Por otra parte, en la terapia es el paciente
quien hace el grueso trabajo y quien produce la totalidad del
cambio. A lo sumo, el terapeuta participa una hora por semana,
pero el paciente vive el proceso de cambio durante 24 horas por
día y 7 días por semana. El terapeuta puede tener percepciones
profundas y brindar brillantes interpretaciones de sueños, pero
nada de eso ayudará un ápice al paciente si éste no ha llegado
por sí mismo a idénticas conclusiones.
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38. 4. EL CONOCIMIENTO CONSCIENTE ES UN
INGREDIENTE CLAVE DEL PROCESO DEL
CAMBIO: Es habitual que en sus relaciones
con los demás el individuo no tenga conciencia
de lo que hace ni de as razones por las cuales
lo hace. Obviamente, mientras una persona
desconozca sus propios esquemas de
conducta, le resultará muy difícil cambiarlos. De
ahí que sea crucial cobrar conciencia de los
problemas.
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39. Igualmente crucial es comprender por qué se generan
determinados esquemas. Muchas personas que no se han
esforzado seriamente por comprender y cambiar sus
esquemas psicológicos y de comportamiento rechazan la
idea de que el conocimiento consciente es importante.
Se aferran para ello a la siguiente posición: "Suponiendo
que en efecto llegue a descubrir que mis problemas de
adulto están relacionados con lo que me ocurrió en la
infancia "¿Cuál sería la diferencia? Pero aunque parezca
un razonamiento de forma teórica en realidad existe una
respuesta. Cuando una persona descubre los motivos
raigales que l llevan a sentir y a actuar de determinada
manera, la diferencia es enorme.
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40. Es como si una luz poderosa penetrara en un túnel
oscuro. El túnel seguirá siendo largo y tenebroso,
lleno de sombras. Pero cuando la luz cae sobre las
paredes interiores, revelando la forma, las
dimensiones y la textura del túnel, resulta mucho
más fácil encontrar la salida.
Con la comprensión de los problemas,, las piezas
anteriormente mezcladas del rompecabezas, que
es la vida de un individuo, comienzan a juntarse en
un todo coherente, y muchas cosas que parecían
misteriosas, insondables y desconcertantes,
comienzan a cobrar sentido.
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41. PARA QUE SE PRODUZCA UN CAMBIO
SIGNIFICATIVO ES PRECISO QUE EL
CONOCIMIENTO CONSCIENTE SEA
SEGUIDO POR LA INTEGRACIÓN. Para
algunas personas Y EN CIERTAS
SITUACIONES, EL CONOCIMIENTO
CONSCIENTE DE LO QUE HACEN Y DE
POR QUÉ LO HACEN ES SUFICIENTE
PARA EMPEZAR A CAMBIAR SUS
SENTIMIENTOS Y SU CONDUCTA.
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42. Para LA MAYORÍA, sin embargo, ése es sólo el primer
paso. Para que una persona cambie realmente sus
sentimientos y su conducta hacia los demás, es
indispensable la integración.
Cada no de nosotros posee diferentes estratos de
conciencia y la capacidad de adquirir distintos tipos de
conocimiento. Existen el conocimiento intelectual y
racional, el que se da a nivel de la mente. Existe el
conocimiento emocional o visceral, que se produce en el
corazón, las entrañas y el alma. En culturas de orientación
cognoscitiva como la nuestra, la mayoría de las personas
perciben primero las cosas a través de la mente, pero
lograr esa misma percepción a nivel visceral lleva más
tiempo, y es entonces cuando tienen lugar los cambios
más profundos.
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43. 5. LA RAPIDEZ DE LOS CAMBIOS VARÍAN SEGÚN SU ÍNDOLE,
PERO LOS CAMBIOS MÁS PROFUNDOS SE PRODUCEN MUY
LENTAMENTE. A veces, la estrategia más útil para una persona
puede ser cambiar primero su comportamiento, con la esperanza de
que luego cambiará en consonancia su manera de sentir. Así, por
ejemplo, cuando Nancy se planteó la necesidad de conseguir trabajo
después de terminar sus estudios, se sintió aterrada hasta el punto de
ser incapaz de redactar su vitae o efectuar llamadas telefónicas
necesarias. Hubiera podido abocarse primero a tratar de superar sus
miedos, y luego buscar trabajo. En cambió decidió aceptar por el
momento sus miedos y actuar y actuar a pesar de ellos. Una vez que
consiguió empleo y empezó a trabajar, comprobó que esos miedos
empezaban a disiparse automáticamente, ya que sólo se debían a sus
fantasías de no poder adaptarse o desempeñarse con eficacia. En
este caso, lo sensato fue cambiar primero la conducta.
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44. 6. MUCHAS VECES, CUANDO AL PARECER
NADA OCURRE, EN REALIDAD SE ESTÁN
OPERANDO CAMBIOS PROFUNDOS. La lentitud
del proceso de cambio es en sí misma causa
suficiente de frustración. A ello se suma además
que la mayoría de los cambios profundos no
ocurren de manera ostensible o rotunda. Si bien es
cierto que algunas personas experimentan a veces
iluminaciones súbitas, lo más común es que los
cambios se experimentan de un modo muy sutil. A
veces tan sutil, que al parecer no ocurre nada en
absoluto y la persona tiene la sensación de
encontrarse completamente estancada.
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45. 7. EL CAMBIO NO SE PRODUCE EN FORMA
SOSTENIDA Y LINEAL; A LO LARGO DEL
CAMINO HAY RETROCESOS Y TROPIEZOS.
A veces, los momentos de calma chicha son
exactamente lo que parecen: momentos en los
que nada ocurre. Estas pausas son inevitables.
Sería muy lindo el cambio se produjera en línea
siempre ascendente e ininterrumpida, pero la
realidad es que hay momentos en los que el
ritmo del cambio se hace más lento o se
detiene temporariamente.
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46. Del mismo modo, son inevitables los retrocesos.
Por ejemplo, cuando Nancy se esforzaba por
superar sus atracones de comida, hubo ocasiones
en las que volvió a recaer en sus antiguos hábitos.
Esas regresiones nunca son agradables, pero
tampoco deben ser motivo de desesperación. El
proceso de cambio es un proceso clemente. Una
persona puede resbalar, caerse del vagón, por así
decirlo y volver a treparse al tren. No hay castigos.
No será obligada a"volver a fojas cero", sino que
podrá reanudar el viaje en el punto en que lo dejó.
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47. Así como no siempre el proceso de cambio se desarrolla
hacia delante y en línea ascendente, tampoco es siempre
muy divertido.
De hecho, en la medida en que saca a la luz recuerdos
largamente reprimidos, a menudo hace surgir sentimientos
dormidos de dolor, pérdida, tristeza, ira, etc, que pueden
ser muy difíciles de soportar.
En ciertos casos existe el riesgo de que la persona
empeñada en el proceso de cambio se sienta tan invadida
por sentimientos penosos que no pueda seguir
funcionando o caiga en una grave depresión.
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48. Cada vez que el proceso de cambio penetra
penetra en un territorio tan pedregoso es
indispensable recurrir de inmediato a la ayuda
profesional.
No hay razón en el mundo para que una persona
sumida en intolerable sufrimiento o depresión deba
continuar en ese estado. Un psicoterapeuta que
trabaje en equipo con un médico, o a la inversa,
podrá indicarle un tratamiento que tal vez incluya
medicación y que la ayudará a capear el período
difícil y a continuar con el proceso de cambio.
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49. 8. MUCHAS DE LAS RESPUESTAS YA ESTÁN DENTRO
DE USTED. Al descubrir que padecen bloqueo afectivo,
muchas personas reaccionan diciendo en esencia lo
siguiente:"Muy bien, comprendo que tengo un problema.
Ahora dígame qué puedo hacer al especto". Estar abierto
para recibir ayuda y consejo es un rasgo saludable, pero
hay quienes lo llevan demasiado lejos. Pretenden que los
guías que han elegido no se limiten simplemente a
señalarles los caminos posibles, sino que decidan por
ellos cuál deben tomar, Como no confían en su propio ser
interior, no se dan cuenta de que tal vez en un nivel
inconsciente ya tengan una idea exacta de lo que
necesitan saber.
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50. Para que el proceso de cambio avance, es preciso que el individuo
tenga una conciencia cada vez más clara de sus propias fuentes
interiores de sabiduría y que se apoye en ellas. Cada uno de nosotros
posee una voz interior inconsciente que sabe lo que más nos
conviene. Esa voz procura comunicarse con nuestro yo consciente de
diversas maneras: a través de sueños, de imágenes o recuerdos que
acuden a nosotros sin que sepamos por qué, a través de
enfermedades físicas que parecen difíciles de explicar o curar. Existen
muchas formas de hacernos más receptivos a nuestra voz interior,
entre las que se incluyen la meditación, los ejercicios de visualización,
llevar un diario, acostumbrarse a recordar, registrar y analizar los
sueños, la creación, el ayuno, los rituales religiosos, la danza, el
canto, la música, la pintura y otras artes creativas. Cuando una
persona se comunica mejor con sus propias fuentes de sabiduría,
estará en mejores condiciones para decidir qué camino elegir entre
aquellos que otros le aconsejan.
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51. 9. EL PROCESO DE CAMBIO PUEDE SER FATIGANTE Y
HACERNOS SENTIR ESTÚPIDOS. No es solo la lentitud la que
puede tornar fatigante el proceso de cambio, sino también la
necesidad de indagar tanto en el propio yo. Por mucho que a
muchas personas les pueda resultar inicialmente interesante la
autoexploración y el auto análisis, suele llegar un momento en
que sienten que "Esto no va más. Estoy harto y asqueado de
hablar de mi vida y mis problemas. Me enferma tanto hurgar
bajo la superficie y analizarlo todo. Me aburre mi propia
neurosis. Lo único que deseo es callarme e ignorarla por n
tiempo". Durante cualquier viaje largo, es inevitable sentirse a
veces harto de tanto viajar y aburrido con el panorama. Tales
sentimientos deben ser aceptados y elaborados, Son parte del
proceso de cambio, y no un motivo para abandonarlo.
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52. Lo mismo puede decirse de los sentimientos de estupidez que
casi siempre surgen. Cuando alguien comienza a establecer
relaciones penetre lo que sucedió en la infancia y lo que le
sucede en su vida adulta, suele ocurrir que esas relaciones le
parezcan "tan obvia que cualquiera podría verlas". Cuando
logran una percepción importante, no exclaman "Eureka" ¡Es
maravilloso que haya comprendido esto! En cambio reaccionan
con alguna versión de "¿Cómo no me di cuente antes?" Es tan
evidente que solo a un idiota se le pudo escapar", o "debo
haber estado ciego" "¡Qué imbécil que soy!". La realidad es que
muchas de las cosas más obvias para los ojos de los demás
respecto de nosotros mismos y de nuestras vidas, son
precisamente aquellas que a nosotros más nos cuesta ver. Es
preciso recordar esta verdad cuando uno está embarcado en el
proceso del cambio.
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53. 10. EL CAMBIO ASUSTA. Los esquemas
hondamente arraigados como lo son os
bloqueos afectivos, se originaron por una sola
razón: para ayudarnos a sobrevivir. Por lo tanto,
cuando una persona se dispone a
abandonarlos, es probable que sienta que su
supervivencia está en juego, que literalmente
va a morir. No hay duda de que causan miedo,
y a veces terror, cambiar esquemas de
sentimientos y comportamientos de toda una
vida y encarar la existencia de una manera
diferente y desconocida.
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54. 11. NUNCA ES TARDE PARA CAMBIAR. Este es uno de los
principios del cambio que tropieza con una mayor resistencia.
Muchas personas que padecen bloqueos afectivos y otros
problemas psicológicos llegan a un punto en la vida que
piensan: "He perdido mi oportunidad de cambiar. He sido como
soy desde que recuerdo, y supongo que lo seguiré siendo hasta
que me muera". En nuestra cultura obsesionada con la
juventud, es habitual dar por sentado que una vez pasada cierta
edad, la gente pierde su capacidad de cambio. Esto es
rotundamente falso. Las personas cuya historia se relata en las
páginas siguientes se embarcaron en un esfuerzo por cambiar
diversas edades, desde antes de los 30 años hasta bien
pasados los 50 años. Para nadie existió la barrera de la edad, y
la mayoría comprobó que su mayor experiencia les daba
sabiduría, perspectiva y humor, todo lo cual facilita las cosas.
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55. 12. EL CAMBIO ES UN TRABAJO PARA TODA LA VIDA. Este
principio final suele ser fuertemente resistido. Nancy por ejemplo, no
ha concluido su proceso de cambio. Después de lograr progresos
significativos, la persona puede llegar a un punto en que siente que:
"Ya está. Me siento mucho mejor; no me queda más trabajo para
hacer". Luego, dos días, meses o años después, advierte que hay
más trabajo para hacer, tal vez a un nivel más profundo respecto de
cuestiones por completo diferentes, que desconocía antes. Puede
resultar muy desalentador darse cuenta de que no está mejor como
creía, que se debe seguir trabajando. Es útil recordar que hay dos
maneras de ver la situación. Una persona puede lamentarse y decir:
"Oh, no, creí que estaba mucho mejor y ahora descubro que todavía
me falta mucho. ¡Qué desalentador!". O bien puede decir: "!Qué
bueno! Creí que había llegado lo más lejos que podía ir, y ahora
descubro que todavía hay espacio para progresar. ¡Puedo sentirme
aún mejor!".
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57. El amor es una sensación, un sentimiento. De
ahí que para poder amar y sentirse amada, una
persona debe primero ser capaz de
experimentar emociones. Esto suena simple,
tan obvio que algunos podrán decir que es
ridículo señalarlo. La verdad es, sin embargo,
que muchas personas desean poder amar y
sentirse amadas, al mismo tiempo que se
mantienen ajenas a lo emocional.
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58. Aunque tal vez consideren que "enamorarse"
apasionadamente es una experiencia deseable,
creen que por principio es necesario mantener
controladas las emociones, no ceder a ellas ni
permitir "que se apoderen de nosotros". Según esa
visión, dejarse llevar por los sentimientos es un
signo de debilidad, falta de carácter y/o mala
crianza, aunque ser arrastrado por el sentimiento
específico del amor, sobre todo el amor romántico
o el amor hacia los hijos, puede ser aceptable e
incluso deseable.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 58
59. Aquellos que padecen las formas más severas de bloqueo "No quiero
ocuparme de mis sentimientos" se encuadran en términos generales
en dos grandes categorías. La primera la forman las personas que no
pueden tolerar la intensidad emocional. Los sentimientos fuertes de
cualquier naturaleza los ponen incómodos, aun cuando sean
sentimientos "agradables" como el amor. Se empeñan en mantener
bajo control sus propios sentimientos, asumiendo un aire de calma
imperturbable, y casi siempre también procuran controlar los
sentimientos de los demás, para lo cual utilizan un repertorio
convencional: "No te sientas de ese modo", "No puedes dejar que eso
te perturbe", "Estás sobreactuando", etc. Por mucho que deseen
sentirse amados, cuando por fin se les presenta la oportunidad se
muestran ansiosos y alterados y sienten que la experiencia les
produce una enorme agitación interior, hasta el punto de dejarlos
aturdidos, confusos, descolocados. Para ellos, la perspectiva de pasar
por la vida sin amor puede ser menos asustante que vivir la
inquietante experiencia de ser amados.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 59
60. Para el segundo grupo de personas afectadas
por este bloqueo, la cuestión no es cuán
intensamente sienten, sino qué sienten.
Desean sentir en forma selectiva,
experimentando sólo aquellos sentimientos que
consideran "buenos, agradables, y positivos.
No tienen inconveniente en experimentar estos
sentimientos "buenos" con intensidad, siempre
que no experimenten nunca sentimientos
"malos", tales como "enojo, envidia y
resentimiento.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 60
61. Ambas actitudes son igualmente efectivas para bloquear
la receptividad del amor, porque si lo aceptaran correrían
el riesgo de sentirse sacudidas, conmocionadas.
Semejante intensidad los excede, son incapaces de
absorberla. Las personas del segundo grupo se bloquean
para no o aceptar amor porque creen erróneamente que
pueden cerrarse sólo a los "malos" sentimientos. No
comprenden que dado que todos los sentimientos están
inextricablemente vinculados, nadie puede suprimir varios
sentimientos "malos" sin perder la capacidad de
experimentar también todos los otros sentimientos,
incluidos los "buenos".
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 61
62. No todas las personas afectadas por el bloqueo
"No quiero ocuparme de mis sentimientos" lo
padecen en sus formas graves. Tampoco se
encuadran todas exactamente en una de las
dos categorías descriptas.
El bloqueo puede manifestarse en forma sutil:
personas que no están permanentemente en
guardia contra los sentimientos fuertes, pero
que tampoco se sienten del todo cómodos
cuando sienten una emoción con auténtica
intensidad.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 62
63. Si se sorprenden a sí mismos experimentando un sentimiento que
consideran "malo", digamos resentimiento hacia un ser querido, deseo
sexual hacia alguien que no es su pareja, o envidia hacia un amigo, se
apresuran a censurar y reprimir ese sentimiento, diciéndose "No
debería sentir los que siento". Y si experimentan una emoción con
gran intensidad, ya sea rabia o euforia, los invade el temor de que si
no la controlan, esa emoción puede dominarlos y hacer que se
comparten de un modo tonto e imprudente que luego lamentarán. No
matan la emoción, pero le ponen sordina.
Viven el miedo como "incómodo", la alegría como"agradable" y el
enojo como"desagradable". Si bien son capaces de sentir afecto y
amor por los demás, no se permiten amar sin trabas, porque esto
implicaría perder el control. Y aunque en el plano intelectual puedan
saber que otros los aman profundamente, son incapaces de
experimentar la expansiva calidez interior que logra quien se permite a
sí mismo abrirse de verdad y dejar que el amor de otra persona
penetre en lo más hondo de su ser.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 63
65. Es indudable que nuestras experiencias familiares tempranas
determinan en gran medida el estilo con que manejamos
nuestros sentimientos. Pero una de las razones por la que
tantas personas se sienten incómodas con sus sentimientos es
que somos todos productos de una cultura caracterizada por n
fuerte prejuicio anti-emocional. En la cultura norteamericana se
enseña a admirar la racionalidad "viril" como un rasgo al que se
debe aspirar, en tanto que el sentimiento es menospreciado por
considerárselo femenino e infantil. A cultura popular ha
glorificado al hombre fuerte, silencioso, que nunca "cede" ante
sus sentimientos, pintándolo como un ser noble, heroico y hasta
sexy. En contraste con ello, la expresión abierta de los
sentimientos es vista como algo embarazoso, poco serio o
indecoroso, y a quienes manifiestan sus sentimientos se los
suele considerar débiles y tontos.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 65
66. Por su puesto los diversos grupos étnicos tienen actitudes
distintas frente a las emociones y se ajustan a distintas reglas
respecto a la manera de expresarlas. En términos generales,
las culturas alemana, escandinava, inglesa e irlandesa tienden
a una represión emocional mucho mayor que las latinas y
mediterráneas. Y en las culturas asiáticas, así como las árabes
y africanas, existen distintas creencias respecto e cuáles son
los sentimientos aceptables y cuáles los modos permisibles de
expresarlos. Cuando hablamos del prejuicio anti-emocional que
impregna la cultura norteamericana, nos referimos a una
tendencia de la corriente cultural dominante, que hasta el
presente se halla sometida sobre todo a la influencia de las
culturas de Europa del Norte.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 66
67. Es verdad que este prejuicio antiemocional tiene su
lado positivo. Dado que el comercio y las
relaciones sociales serían imposibles si todo el
mundo diera rienda suelta a sus emociones, cierto
grado de represión emocional es necesario para
que podamos vivir en n mundo aceptablemente
ordenado, eficiente y civilizado. Pero es igualmente
cierto que esa represión torna difícil para mucha
gente la saludable aceptación de sus emociones,
tan crucial para el bienestar psicológico y el
mantenimiento e relaciones satisfactorias.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 67
68. Junto con el prejuicio general contra los sentimientos, prevalece
en nuestra cultura la idea de que ciertos sentimientos son
especialmente malos. Así, por ejemplo, muchas personas
consideran que la pena y la tristeza son sentimientos impropios,
enfermizos y de mal gusto.
En la infancia se les enseño que no tenían derecho a ellos, y
que experimentarlos era una tontería, una falta y una grosería.
Tal vez sus padres les inculcaron que los "niños grandes no
lloran", trataron de convencerlos de que "en realidad no te
sientes de ese modo", los fastidiaron con expresiones como
"apuesto a que no sabes sonreír", o les dijeron "no tienes
derecho a sentir lastima por ti mismo cuando en China (o donde
fuere) los niños mueren de hambre".
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 68
69. Aun cuando a n niño se le permitía
experimentar pena y tristeza, lo más posible es
que se le enseñara a no dejar que tales
sentimientos se prolongaran demasiado, pues
corría el riesgo de acabar "hundiéndose" en
ellos.
De ahí que cuando experimentan tales
sentimientos en la edad adulta, muchas
personas reaccionan con impaciencia y enojo
contra si mismo, diciéndose que están en falta
y que deben "salir de eso lo antes posible".
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 69
70. El enojo es otro sentimiento que a muchos se
les enseñó a ocultar, o incluso a no permitirse
experimentarlo. El castigo podía ser manifiesto,
como en el caso de niños a quienes se les
pegaba cuando tenían una rabieta o se
enojaban. También podía ser sutil, como en el
caso de los padres que retaceaban afecto,
aprobación o alimento hasta que sus hijos
empezaban a sonreír como ellos creían que
debía hacerlo un niño.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 70
71. El sexo es un factor de peso para determinar
cuáles son los sentimientos que aprendimos a
considerar inaceptables. Por ejemplo, a las mujeres
se les da por lo general más libertad que a los
varones para tener sentimientos y expresarlos.
Pero el problema es que esa libertad sólo se aplica
al grupo relativamente pequeño de emociones
humanas consideradas "femeninas", tales como la
compasión, la ternura, la humildad y el amor
romántico y maternal. Otros sentimientos humanos
como la ira, la lujuria, la ambición, la agresión, el
odio, y la vanidad están catalogados como "no
femeninos".
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 71
72. También los varones aprenden que sólo ciertos sentimientos
son aceptables. La ambición, el orgullo, los celos y la
arrogancia son permisibles; no así las emociones más tiernas y
"femeninas". Y si bien en la infancia se les enseña a niñas y
varones que la ira es mala, en la edad adulta los hombres
gozan de mayor libertad para experimentarla. Los "jóvenes
iracundos" representados por figuras de actores muy famosos y
sexys, constituyen un elemento aceptado En cambio no existen
imágenes correspondientes de jóvenes iracundas igualmente
atractivas. En una sociedad que prohíbe la ira en las mujeres
pero las acepta y alienta en los hombres, "a menudo las
mujeres se deshacen en lágrimas en lugar de tener un estallido
de ira, en tanto que los hombres se enfurecen cuando alguien
lastima sus sentimientos y tienen ganas de llorar".
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 72
73. Para ciertas personas los sentimientos más o
perturbadores son los de índole sexual. Para quienes
viven con incomodidad los sentimientos sexuales, el sexo,
más que un medio para llegar a la intimidad, puede ser
una barrera contra ella. Por ejemplo, Julia, sentía
repugnancia por los genitales de su marido; en cambio
con sus amigos podía relajarse y aceptar afecto, porque
estaba sobreentendido que había límites claros para el
grado de contacto físico permitido. Pero la relación con su
marido que debía incluir por definición, el contacto sexual,
le resultaba amenazante y abusiva porque hacía surgir
recuerdos reprimidos de abusos sexuales que Julia había
sufrido cuando niña.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 73
74. En una situación inversa a la de Julia, ciertas
personas son capaces de experimentar intimidad
con su pareja sexual, pero no con amigos. Ello se
debe a que asocian el sentimiento cánido de ser
amado con el "cosquilleo" e la excitación sexual y
les causa terror la posibilidad de que el sentimiento
cálido de la amistad íntima pueda encender
sentimientos sexuales que consideran
inaceptables. En los heterosexuales el miedo suele
ser especialmente intenso cuando se trata de la
amistad con una persona del mismo sexo, a la
inversa de lo que ocurre con los homosexuales.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 74
76. Lo que hacemos con nuestros sentimientos, es
decir nuestro comportamiento, puede
caracterizarse como correcto o incorrecto,
bueno o malo. La renombrada psicoanalista
suiza Alice Miller señala este hecho al reherirse
a la ira y el odio. Como lo explica la autora. La
ira y el odio suelen ser respuestas apropiadas a
las crueldades y a la injusticia que muchas
personas sufren en el mundo. Ambos son
sentimientos normales, y "un sentimiento nunca
ha matado a nadie".
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 76
77. Es necesario dar salida a los sentimientos de alguna
manera, ya sea verbalmente, a través del lenguaje
corporal o del comportamiento. Pero en lugar de formas
saludables de dar salida a los sentimientos, lo que se le
ha enseñado a mucha gente es a practicar la negación
("En realidad no me siento de ese modo") , a juzgarse y
autocensurarse ("No debería sentirme de este modo") y a
provocar que sus sentimientos se ajusten a las
expectativas impuestas desde afuera ("Llegaron las
fiestas, debo sentirme feliz"). Estas son defensas
corrientes contra las emociones y pueden ser eficaces, al
menos por un tiempo, para mantener a raya a los
sentimientos perturbadores.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 77
78. Pero a la larga es perjudicial manejar los
sentimientos de esta manera. En primer lugar,
las defensas minan la autoestima. Para sentir
auténtica autoestima, un individuo debe estar
en condiciones de decir: "Soy un ser que
siente, capaz de experimentar toda la gama de
emociones humanas, y está bien que así sea".
Dicho de otro modo, respetarse a sí mismo
significa respetar los propios sentimientos, sin
exclusión de ninguno.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 78
79. Cuando alguien censura y reprime sus sentimientos
también se priva de una fuente importante de información
y guía. El miedo, por ejemplo, puede alertar a una persona
sobre el peligro que la acecha, y hacerle ver la
conveniencia de tomar precauciones o de huir. La tristeza
que al parecer surge "porque sí" puede estar diciéndole a
alguien que no cumplió el duelo necesario por una pérdida
y que es usada en sus relaciones, ello tal vez sea un
signo de que debe poner ciertos límites a lo que los
demás pueden exigirle. Pero si alguien está demasiado
ocupado censurando sus propios sentimientos, no podrá
"oír" lo que éstos tratan de decirle.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 79
80. Muchas veces también surgen problemas físicos. Si una
persona procura poner coto a sus sentimientos, se hace
más vulnerable a una serie de dolencias psicosomáticas,
que van desde dolores de espalda, cuello y cabeza o
desórdenes digestivos menores, hasta cuadros más
graves como asma, úlceras y colitis. Quienes niegan y
reprimen sus sentimientos también corren un grave riesgo
de caer en adicciones a la bebida o ala droga, pues como
bien saben los alcohólicos y los drogadictos en tren de
recuperación, la bebida y las drogas se utilizan muchas
veces para mantener sepultados los propios sentimientos
verdaderos.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 80
81. Estudios recientes sugieren asimismo que en
las enfermedades físicas las posibilidades de
curación pueden verse afectadas por la forma
en que el paciente maneja sus emociones. Así
por ejemplo un estudio realizado en San
Francisco por la Universidad de California,
demostró que entre enfermos de melanoma,
una forma grave de cáncer de piel, quienes
expresaban con libertad sentimientos como la
angustia y la ira mostraban respuestas
inmunológicas más positivas que quieres
reprimían sus sentimientos.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 81
82. Muchas personas creen que si niegan
determinados sentimientos como la ira o el
resentimiento, éste simplemente se esfumará. Lo
cierto, en cambio, es que los seres humanos no
podemos hacer desaparecer nuestros
sentimientos. Podemos empujarlos al
subconsciente, con lo cual en apariencia
desaparecerán, pero ello requiere una enorme
cantidad de energía, y a medida que transcurra el
tiempo se necesitará cada vez más energía, y a
medida que transcurra el tiempo se necesitará
cada vez más energía para mantenerlos
reprimidos.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 82
83. Es inevitable que esto lleve a ataque de
agotamiento, o a una fatiga crónica que al
parecer no tiene motivos. Y dado que a cada
uno de nosotros posee una cantidad
determinada de energía psíquica, cuanto
mayor sea el caudal de energía que alguien
invierte en reprimir sus sentimientos, tanto
menos le quedará para otros esfuerzos que
le demanda la vida.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 83
85. La represión de los sentimientos acaba
siempre por ser un esfuerzo inútil. Tarde o
temprano los sentimientos sepultados
afloran. A menudo ello ocurre en el momento
más inesperado y con fuerza sorprendente,
lo cual puede causar estragos en las
relaciones. Bien lo sabe cualquiera que halla
estado de pronto con un ser querido, por
motivos que nada tienen que ver con el
asunto que se plantea en ese momento.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 85
86. El bloqueo "No quiero ocuparme de mis
sentimientos" interfiere en las relaciones de
distintas maneras. Dado que la forma principal en
que las personas se vinculan y llegan a intimar es a
través de experiencias y emociones compartidas, a
menudo intensas, quienes se esfuerzan por no
mostrar sus sentimientos- o directamente por no
tenerlos - necesariamente se sienten solos,
apartados y no amados, aun en medio de
relaciones en apariencia íntimas. La alineación que
experimentan respecto de los demás es el reflejo
de la alineación en que se hallan respecto de sus
propias emociones.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 86
87. Cuando un individuo muestra intolerancia y
rechazo y está asustado de sus propios
sentimientos, suelen adoptar la misma
actitud hacia los sentimientos de los demás.
De ahí que a veces pueda causar una falsa
impresión de de insensibilidad. Aunque se
diga a sí mismo que al reprimir sus
sentimientos "negativos" protege a los
demás de hecho su falta de calidez,
tolerancia y naturalidad emocional lastima a
los demás y los aleja.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 87
88. Otra consecuencia de no asumir los propios sentimientos es la
proyección. Esta situación se da cuando una persona ubica
mentalmente sus sentimientos en otra, imaginando que esta
última quien experimenta las emociones que en realidad es él
quien siente. Por ejemplo, una mujer que está enojada con su
marido pero no se permite a si misma admitirlo, se aferrará a la
idea de que es él quien está enojado con ella. O un hombre que
se siente inseguro en una relación puede proyectar sus
sentimientos de vulnerabilidad sobre su pareja, pues en ella le
parecen mucho menos amenazantes. "nos fuimos a vivir juntos
porque ella necesitaba esa cercanía", dirá él, sin reconocer
nunca que él lo necesitaba tanto como ella. La proyección es un
mecanismo habitual en toda clase de relaciones y genera
buena parte de los malentendidos entre las personas.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 88
90. Una de las simples verdades de la vida es
que una persona no será capaz de aceptar
el amor de los demás si antes no se ama a
sí misma. Del mismo modo, una persona no
será capaz de sentir amor por los demás a
menos que también se ame a sí misma. Ello
está implícito en las palabras de Cristo,
quien no dijo "ama a tu prójimo más que a ti
mismo", ni "ama a tu prójimo y no a ti
mismo". Sino "ama a tu prójimo como a ti
mismo".
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 90
91. Cuando alguien tiene amor por sí mismo se
valora y se preocupa por su propia persona, se
ve a si mismo como merecedor de compasión,
benevolencia y felicidad. Tiene plena
conciencia de sus faltas y errores, pero en lugar
de ver sus imperfecciones como prueba de su
falta de méritos y de la imposibilidad de que lo
amen, las ve como pruebas de su condición
humana.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 91
92. Aunque los términos "amor a sí mismo" y
"narcisismo" suelen usarse como sinónimos,
no lo son. El narcisista es un perfeccionista
exigente que se fastidia cuando él y los
demás no responden a sus grandes
expectativas. En cambio, cuando una
persona aprende a amarse más a sí misma
se torna más tolerante y deja de juzgarse y
juzgar a los demás conforme a modelos
imposibles de alcanzar.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 92
93. El individuo narcisista tiene también un marcado sentido
de sus derechos y lo impacienta que los demás no lo
atiendan como él cree que debería hacerlo. Quien tiene
amor por sí mismo, en cambio, considera que merece la
mejor vida, pero no que se le debe un tratamiento
especial.
El narcisista tiene una idea exagerada de su propio valor y
se siente superior a los demás. El que se ama a sí mismo
tiene una visión realista de su propia persona y se
considera un ser complejo, ni superior ni inferior a los
demás y valores como seres humanos tan complejos
como él mismo.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 93
95. Hay quienes están tan acostumbrados a verse a sí
mismos de determinada manera, que jamás cuestionan el
origen de esa visión, sino que dan por sentado que si
sienten desagrado por su propia persona lo más probable
es que hayan nacido con ese sentimiento y que sin duda
es el destino que merecen Los cierto es que nadie llegó al
mundo viéndose a sí mismo feo, malo, estúpido o indigno
de ser amado, ni tampoco hermoso, bueno, inteligente o
digno de ser amado. En lo que respecta a ideas acerca de
nosotros mismos, todos comenzamos la vida con una
pizarra en blanco. Ignorábamos por completo si éramos
listos o tontos, valiosos o despreciables, lindos o feos,
incluso si éramos varón o mujer. Todo lo que sabemos
acerca de nosotros mismos, lo hemos aprendido.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 95
96. A medida que crecimos y adquirimos ideas
definidas acerca de quiénes deberíamos ser.
Lo típico es que constantemente
comparemos el yo que percibimos con el yo
ideal. Si el primero queda muy debajo del
segundo, nuestra autoestima será baja.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 96
98. Desgraciadamente, el impacto del mundo
exterior coloca a ciertos grupos en una
posición de desventaja en lo que respecta al
desarrollo y la conservación de la
autoestima. Así, por ejemplo, aunque un
niño de color se críe en la más afectuosa de
las familias, al mirar a su alrededor y
moverse en el mundo inevitablemente se
encontrará con el racismo, y ello puede
afectar a su autoestima y sus posibilidades.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 98
99. Un niño cuyo idioma materno no sea aquel del país en e que
vive, puede recibir en su hogar un gran caudal de amor
incondicional, pero si en la escuela se le enseña que el único
idioma aceptable es el del país, es razonable que se sienta
avergonzado y descolocado. Los homosexuales y las lesbianas
pueden sentirse muy orgullosos de su identidad sexual, pero en
un mundo en donde la heterosexualidad es considerada la
norma y en el que abunda la homofobia, inevitablemente
encontrarán discriminación, burlas e insultos que pueden ser
una amenaza a su autoestima. Aunque los discapacitados se
acepten a sí mismos como son, dado que el mundo exterior les
le hace tan difícil la inserción- o incluso la supervivencia, sufren
a diario agresiones a su sentido de la dignidad, del propio valor
y de la pertenencia.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 99
100. También es importante recordar que vivimos en
una cultura en la que tradicionalmente se han
considerado superiores los méritos del varón. Un
chico cuyos padres no lo aman lo bastante puede
hallar consuelo en el hecho de que es varón, y
como tal se lo supone más inteligente, más
competente, más importante y en general más
valioso que sus contrapartes femeninas. Una niña
cuyos padres no le brindan suficiente amor no
dispone de esa fuente de consuelo. Más aún: en
lugar de constituirse en baluarte contra el sexismo
de la cultura en la que vivimos, muchas familias
difunden activamente la idea de que los varones
poseen una superioridad innata.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 100
101. Los hombres no sólo son educados en la idea de que tienen más
motivos de autoestima que las mujeres, sino que también se los
alienta a alimentar elevadas opiniones acerca de sí mismos.
Conforme a un milenario sistema de valores en que se privilegia al
hombre, la elevada autoestima es una prerrogativa exclusivamente
masculina. Se da por sentado que los hombres han de tener una
opinión positiva de sí mismos, mientras que las mujeres deben ser
modesta y se les enseña a tener mucho cuidado de no mostrarse
vanidosas o demasiado satisfechas consigo mismas. De ahí que
cuando los padres no logran que sus hijos varones elaboren suficiente
autoestima, se los considera culpables de una falta terrible, en tanto
que criar a una hija con baja autoestima es visto como un hecho
normal y aceptable. Por ejemplo, se habla mucho del frágil ego
masculino, y las niñas son educadas en la idea de que una de sus
tareas más importantes en la vida consiste en apuntalar la autoestima
de los hombres. Muy poco se dice en cambio, del frágil ego femenino,
y no se educa a los varones para que consideren su deber reforzar la
autoestima de las mujeres.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 101
103. En muchos casos, el bloqueo "No necesito ayuda" coexiste con el bloqueo "No
quiero ocuparme de mis sentimientos", y se lo puede considerar una extensión
y manifestación específica de aquel. Las personas que están incomodas con
sus sentimientos en general, lo están en particular con sus sentimientos de
necesidad y dependencia.
Muchas personas que afirman, en esencia, 'No necesito a nadie: soy fuerte',
ignoran que esta posición actúa como bloqueo afectivo. Por el contrario, creen
que los demás los aman por su fuerza y su autosuficiencia, y temen que si no
fueran tan fuertes, los demás los amarían menos. No advierten que existe una
diferencia entre el amor y la admiración, y que si bien la fuerza y la
autosuficiencia pueden ser admirables, estos rasgos no despiertan afecto en la
mayoría de la gente, o por lo menos no tanto afecto como la franqueza, la
suavidad, el humor y la vulnerabilidad. Tampoco advierten que mucha gente
necesita que la necesiten, y por lo tanto una postura de fuerza y
autosuficiencia totales puede apartar a los demás. Así por, por ejemplo, una
persona puede levantar un muro tan alto alrededor de sus sentimientos de
dependencia y vulnerabilidad, que causa la impresión de ser frío y soberbio,
por lo cual suscita antipatía en mucha gente.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 103
105. En nuestra cultura son sobre todo los hombres lo que tienen
dificultades para reconocer las formas en que están vinculados
con los demás y dependen de ellos. Varones y niñas desarrollan
percepciones marcadamente distintas de sí mismos en relación
con los demás.
Ello se debe a que por lo general es la madre quien asume la
responsabilidad principal por el cuidado de los hijos. Las niñas
por pertenecer al mismo sexo, no desarrollan un sentido
profundo de diferencia y separación en relación con la madre, y
el hecho de sentirse similares y conectadas con ella determina
la visión que tienen de sus posteriores relaciones y su manera
de abordarlas.
A la inversa, los varones desarrollan una fuerte percepción de sí
mismos como individuos separados, muy distintos de las
personas con la que tuvieron su primer vínculo íntimo, y ello
colora la visión que tienen de sus relaciones adultas.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 105
106. Estas dos visiones diferentes de la propia persona se refuerzan más
tarde a través de los roles sexuales. En nuestra cultura se ha alentado
tradicionalmente al varón a construirse una identidad fuerte, como
individuo independiente, en tanto que la mujer se espera que derive
su identidad de la fusión con el varón - más valorado por su carácter
de tal - y que, idealmente, le dé hijos varones.
El resultado final es que los hombres tienden a verse a sí mismos
como individuos autónomos, algo separados o totalmente apartados
de los demás, mientras que las mujeres se ven a sí mismas como
personas conectadas, insertas en una compleja red de relaciones.
Dentro de una misma relación, es frecuente que el hombre se vea a sí
mismo más dependiente de lo que es en realidad, en tanto que a la
mujer le ocurre lo contrario.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 106
107. Por ejemplo, cuando un paciente nuestro, Alan, entró en terapia
hacía más de 12 años que Ana se ocupaba de sus necesidades
físicas, sexuales y emocionales. Sin el apoyo emocional de
Ana, a Alan le resultaría difícil enfrentarse con el mundo
exterior, y sin sus servicios prácticos- tales como lavarle la ropa
y llevar el coche al taller para repararlo-, es probable que Alan
no podría vestirse por la mañana. No obstante, Alan persistía en
verse a sí mismo como un ser autónomo y autosuficiente, al
igual que muchos hombres en situaciones similares.
Ana, por el contrario, tenía, como muchas mujeres, una
percepción insuficiente de su propia capacidad para bastarse a
sí misma, y no veía en absoluto la forma en que los demás se
apoyaban en ella. Durante la mayor parte de sus años de
matrimonio, Ana creyó siempre que necesitaba a Alan y
dependía de él mucho más de lo que él la necesitaba y
dependía de ella.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 107
108. Minimizaba el hecho de haber trabajado como
enfermera en doble turno para que él pudiera
terminar su carrera de abogado. "En realidad, él no
me necesitaba", decía. "Si no hubiera contado
conmigo, habría encontrado otra manera de
hacerlo".
Al mismo tiempo, minimizaba sus propios logros,
convencida de que ser enfermera era fácil,
mientras que llegar a ser abogado era difícil. "Yo no
hubiera sido capaz", aseguraba. Sólo después de
10 años de matrimonio y de entrar en un grupo
terapéutico, Ana comenzó a cuestionarse esas
suposiciones.Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 108
110. Las personas que se consideran condenadas a la
privación afectiva, también suelen creerse destinadas a
sufrir privaciones económicas y materiales. Algunos
provienen de hogares en los que la falta de recursos
emocionales iba de la mano con una falta de recursos
económicos, por lo cual las dos clases de privación
quedaron inextricablemente ligadas en su mente. Otros
llegaron a las misma conclusiones pese a haberse criado
en hogares de buena situación económica. En estos
casos, la sensación de carencia emocional que
impregnaba el clima familiar de su infancia salpicaba el
orden de las cosas materiales, coloreando la forma de ver
y manejar el dinero y haciendo que todos se sintieran
pobres y que los niños crecieran con una "mentalidad de
pobreza".
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 110
111. Suele suceder que una persona supere un bloqueo
afectivo, sólo para descubrir que detrás está agazapado
otro bloqueo más grave y más profundamente arraigado.
Eso fue lo que le ocurrió a una paciente llamada Joyce.
Durante su primera etapa de terapia, poco después de los
veinte años, la preocupación principal de Joyce era
superar su bloqueo "No necesito a nadie, soy fuerte". En
ese momento parecía que el principal obstáculo que le
impedía obtener relaciones satisfactorias era su
incapacidad para reconocer y aceptar que tenía
necesidades emocionales. Pero cuando Joyce retomó la
terapia unos años más tarde se hizo evidente que detrás
de aquel bloqueo se ocultaba otro: "En mi horóscopo no
hay amor".
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 111
113. Algunas personas que creen que nunca tendrán
otra oportunidad para el amor, piensan
simplemente que ya han otorgado la cuota que les
corresponde. Un ejemplo clásico es el de la viuda o
viudo que no quieren ni oír hablar de salir con una
persona del sexo opuesto y mucho menos de
volver a casarse, ya que eso sería una traición al
cónyuge desaparecido, 'mi único amor verdadero'.
Pero lo más común es que quienes padecen este
bloqueo sientan que han DESPILFARRADO o
ARRUINADO sus oportunidades, o que corren el
riesgo de que eso les ocurra. Para los que así
piensan, este mundo no es sólo un sitio de
escasez, sino también un sitio implacable.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 113
114. Las personas que creen que ya han consumido
sus oportunidades para el amor, generalmente
piensan que no lograr que una relación
funcione (sobre todo el matrimonio) es un delito
terrible que merece ser castigado. ¿Y qué
mejor castigo puede haber que no tener ya
jamás otra oportunidad, y por lo tanto estar
condenado a la soledad perpetua? Después de
un divorcio, por ejemplo, muchas personas se
culpan a sí mismos razonando de este modo:
'Vivir solo el resto de mi vida es el castigo que
merezco por haber fracasado en mi
matrimonio'.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 114
115. También aquí la influencia de la familia desempeña
un papel importante. Es muy probable que el
mundo le parezca un lugar implacable a quien
creció en un hogar donde reinaba la inquina y
nadie pedía perdón nunca, o donde se arrastraban
las mismas acusaciones y las mismas agresiones a
lo largo de los años. Al que creció en un hogar
donde le más mínimo 'delito' (no tender la cama,
olvidar un plato sucio en la cocina, derramar la
leche en el piso) provocaba amenazas de castigo
eterno ('No volveré a hablarte nunca', 'Te daré una
lección que no olvidarás jamás', 'Ve a tu cuarto y no
vuelvas a salir nunca más'), probablemente le
resulte muy difícil creer que el mundo puede
perdonar.Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 115
116. 'Sólo te dan una oportunidad, y si la malogras no
habrá otras', es una clásica experiencia infantil por
la que pasan incluso las personas que se criaron
en una familia muy bien avenida. Casi no hay quien
no recuerde un episodio en el que perdió, rompió
por accidente o arruinó en un berrinche un objeto
favorito. En lugar de consolarlo por la pérdida, se lo
reprendía: '¿Ves lo que pasa cuando no cuidas tus
cosas? Pues bien, si esperas que te compremos
otro (juguete, vestido, muñeco, etc.), olvídalo. Eres
tú quien lo perdió (rompió, aplastó, etc.), de modo
que te lo tienes merecido'.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 116
117. Las personas que crecen con la sensación de que el mundo es un
sitio implacable desembocan en un callejón sin salida que limita su
capacidad de amarse a sí mismas. Dado que no existe un ser capaz
de llegar a una edad avanzada sin lastimar a otros aunque sólo sea
ocasionalmente y sin cometer algún acto criticable, saber perdonarse
es esencial para el bienestar psicológico. Pero quien no cree en la
posibilidad del perdón no podrá hacerlo, y por lo tanto se verá
obligado a abrazar una de estas dos imágenes distorsionadas de sí
mismo: o bien se verá como una mala persona condenada a pasar por
la vida manchado por todas las malas acciones que alguna vez
cometió, o se verá como alguien que goza de un status muy especial
y elevado, alguien que es incapaz de hacer nada malo y en
consecuencia está por encima de la necesidad de perdón. Para los
del primer grupo el amor a sí mismos está fuera de la cuestión y la
vida llena de autoodio y autocastigo. Los del segundo grupo
PARECEN sentir un gran amor por sí mismos, pero se trata de un
pseudoamor basado en un concepto erróneo del propio yo y del lugar
que ocupan en el mundo.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 117
118. Cuando la gente crece viendo al mundo como un
sitio implacable, también tiene tendencia a ser
implacable con los demás. Esas personas
responden a las heridas y desilusiones que sufren
en su relación con los demás con esta actitud:
"Aquí se acabó todo. Has arruinado todas tus
chances conmigo, y no te daré otra oportunidad de
acercarte a mi y volver a hacerlo". Es habitual que
hagan balance de lo que dan y lo que reciben y se
sientan perpetuamente víctimas y explotados,
lamentándose en estos términos: "¿Por qué dar
tanto para recibir tan poco?".
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 118
119. También la situación económica de una familia
puede hacerle sentir al niño que el mundo es un
lugar de escasez. Muchas personas criados en
hogares donde el dinero escaseaba siguen
sintiéndose pobres aun cuando llegan en la adultez
a una situación económica estable incluso brillante.
Ideas como "No me alcanzará" o "Mañana me lo
quitarán todo" están tan firmemente arraigadas que
es imposible eliminarlas. Estas personas pueden
también trasladar su percepción interior de escasez
del terreno económico al personal, convencidas d
que si gozan de abundancia material el destino se
cobrará lo suyo estafándolos en el terreno del
amor.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 119
120. Muchas culturas tienen leyendas para ayudar a la gente a
manejar la ansiedad y el miedo. A un paciente nuestro, llamado
Jorge, lo ayudó una práctica acerca de un dragón, similar a la
historia india de Vichnú. Cuenta esa leyenda que en tiempos
medievales había una aldea que vivía horrorizada por una
dragón que habitaba en una cueva en las afueras. Todos
estaban dominados por el miedo al dragón, y a medida que el
miedo crecía, mudaban sus viviendas cada vez más lejos de la
cueva. Pero el dragón seguía creciendo. De los diez metros de
largo que medía al principio, pasó a los quince y luego a los
veinte. Le salieron dos cabezas en lugar de una. Grandes púas
le crecieron en el lomo y empezó a echar fuego por la boca.
Cuanto más aterrados estaban los aldeano y cuánto más
trataban de alejarse, tanto más se acercaba el dragón y más
lejos llegaba su aliento ardiente.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 120
121. Cierto día, un joven aldeano que había crecido
en medio del terror que inspiraba el monstruo,
decidió acercarse a la cueva para ver si la
bestia era tan feroz como todos creían. Su
familia y los demás aldeanos tratan de
disuadirlo, pero él estaba decidido. Aunque el
miedo hacía palpitar aceleradamente su
corazón, partió en dirección de la cueva del
dragón. A medida que se acercaba, su miedo
crecía. El sudor le corría por la cara y sus
piernas casi no le sostenían. Pero siguió
caminando.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 121
122. Por fin avistó la cueva. Oyó los movimientos del dragón y su
terror aumentó. Estuvo a punto de vomitar y sintió ganas de
huir. Pero siguió avanzando hacia la cueva hasta que pudo
espiar el interior. Lo que vio lo sorprendió. El dragón era grande
y fiero, pero ni por asomo tan grande y fiero como el suponía.
Tenía una sola cabeza. Y ninguna púa. Arrojaba fuego, pero las
llamas apenas llegaban a un metro de distancia. Muy aliviado el
aldeano decidió sentarse a descansar. Se quedó dormido
durante varias horas, y al despertar notó algo extraño. El
dragón parecía más pequeño y menos feroz que antes. El joven
decidió pasar la noche allí. Cuando despertó por la mañana, el
dragón seguía en su lugar pero era mucho más pequeño. El
aldeano se acercó a la bestia y le habló. Al hacerlo, el dragón
siguió encogiéndose hasta que no fue más grande que un
lagarto.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 122
123. El joven regresó a la aldea y contó su aventura.
Al principio los demás no le creyeron, pero
poco después empezaron a acercarse a la
cueva, primero de a dos y de a tres y luego en
grupos mayores, para ver al dragón con sus
propios ojos. Comprobaron que el dragón era
desagradable y un tanto amenazante, pero ni
tan feo ni tan feroz como ellos creían. Seguían
sin gustarles la idea de que un dragón viviera
en el linde con su aldea, pero ahora que se
habían enfrentado con la bestia no les
molestaba demasiado, y con el tiempo se
acostumbraron su presencia.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 123
125. "Paso la hora, entreguen su prueba". Para la mayoría de
las personas éstas son palabras familiares. Para muchos,
también son palabras ominosas, que les recuerdan alguna
ocasión en que el reloj sonó antes de que hubieran podido
terminar un examen. Que nos dijeran que "pasó la hora"
antes de que hubiéramos terminado una prueba nos
hacía sentir muy mal, sobre todo si habíamos estudiado
mucho. Tal vez nos sintiéramos estafados, pensando que
no nos habían dado el tiempo necesario. Tal vez nos
sintiéramos estúpidos y lentos y nos reprocháramos
habernos demorado tanto en la primera parte.
Inevitablemente entregábamos el examen de mala gana,
quizá diciéndonos: "Si hubiera tenido más tiempo me
habría sacado un 10" .
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 125
126. Para muchas personas, 'Pasó la hora' no es
simplemente una frase asociada con sus tiempos
de estudiante: es también una frase que resume su
manera de sentir respecto de sus oportunidades
para el amor. De acuerdo con su visión del mundo,
cuando el destino distribuye las oportunidades para
el amor, cada una lleva un sello con la fecha de
vencimiento, correspondiente a determinada época
de nuestra vida. SI cumplida esa fecha no hemos
hecho uso de esas oportunidades, mala suerte:
automáticamente todos caducan.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 126
127. A primera vista podría pensar que el bloqueo
'Para mí es muy tarde; mi plazo ya venció',
es idéntico al bloqueo 'Ya no tendré otra
oportunidad', examinado antes. Es cierto
que a veces estos bloqueos van de la mano.
Pero en realidad son distintos el uno del
otro, y la persona que padece uno de los
dos, no necesariamente padece el otro.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 127
128. Para las personas que creen que habrán de consumir o
malograr sus únicas oportunidades para el amor, el mundo es
un sitio donde rige el principio de escasez y donde por lo tanto
cada uno de nosotros sólo recibe una única oportunidad, o unas
pocas. Pero para quienes consideran que su plazo ya venció, lo
que está limitado no es el número de oportunidades, sino el
tiempo dentro del cual debemos utilizarlas. Los que así piensan
pueden creer que se les ha concedido un número INFINITO de
oportunidades, pero como participantes de un concurso
televisivo a los que se les da un minuto para cargar la mayor
cantidad posible de productos en una carretilla, creen que
tienen un plazo determinado para utilizar sus oportunidades, y
que si no logran hacerlo antes de que suene el timbre, eso
significa que 'la hora ya pasó' y todas las oportunidades
desaparecen.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 128
130. Las personas que crecieron en medio de un clima de
impaciencia suelen entrar a la edad madura sin haber
madurado en una serie de aspectos emocionales. El niño tiene
su propio reloj de desarrollo, que indica por qué etapa habrá de
atravesar naturalmente, cuando y en qué orden. En una familia
ideal se respeta el reloj interno del niño. No se lo obliga a
abandonar la mamadera cuando aún siente una gran necesidad
de ella, no se espera que forme frases cuando sólo está
empezando a balbucear sus primeras palabras. Dicho de otro
modo: no se espera- ni se lo obliga a ello- que se porte "como
un chico grande" antes de que haya cumplido el tiempo en que
necesita ser un bebé. En un hogar donde la regla es la
impaciencia de los padres, la situación es muy diferente. Lo que
impera es la necesidad de dominio de los padres, y son sus
expectativas, y no el reloj interno del niño, las que marca el
ritmo para el desarrollo de los hijos.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 130
131. Inevitablemente, los niños criados en hogares impacientes se
ven forzados a recorrer las fases de su desarrollo a n ritmo
acelerado; antes de que hayan tenido tiempo de completar una
etapa, se los empuja hacia la etapa siguiente.
Esas personas a menudo aprenden a enorgullecerse de ser
"muy maduros para su edad" y a tener un "equilibrio de
personas mucho mayores". Pero en un momento dado, los
aspectos emocionales no elaborados en la infancia irrumpen en
la edad adulta, llevándolos en ciertos casos a crisis graves. Si
desean seguir adelante, lo único que les queda por hacer es ir
hacia atrás para identificar y finalmente completar las tare3as
tan largamente demoradas.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 131
132. En la edad adulta, las personas que crecieron en
un clima de impaciencia también tienden a ser muy
impacientes consigo mismo y con los demás. No se
conceden a sí mismos ni a los demás el tiempo
necesario para aprender y crecer. Tampoco
conceden a sus relaciones el tiempo necesario
para desarrollarse. Tienen una necesidad urgente
de establecer una intimidad inmediata, como si ya
en el primer encuentro quisieran dar el salto hasta
la mitad de la relación. Una relación que se
desarrolla a un ritmo más lento, más saludable, los
frustra y los enfurece; las cosas no ocurren lo
bastante rápido y eso no pueden soportarlo.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 132
133. Quienes sienten que su plazo ha vencido suelen rechazar
la terapia- "Es demasiado tarde para empezar a cambiar",
creen. "¿Para qué entonces debo tomarme la molestia de
intentarlo?". Pero si entran en terapia manifiestan la
misma urgencia. Quieren experimentar cambios rotundos,
y experimentarlos ahora. Si eso no ocurre su frustración
es enorme, Puesto que la psiquis incorpora e integra el
cambio gradual mucho más fácilmente que el cambio
súbito, es crucial para las personas que padecen este
bloqueo aprender a darse el premiso s sí mismos para
avanzar lentamente y no dejar que su sensación de que
"mi tiempo se está acabando" los domine hasta el punto
de renunciar por completo al tratamiento.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 133
135. ¿Por qué tantas personas, por lo demás pacientes, sienten semejante
pánico y urgencia cuando esperan que alguien que les interesa las
llame, venga a verlas, les diga "la palabra justa", o satisfaga de algún
otro modo sus necesidades? El pánico surge porque cuando las
necesidades emocionales básicas de una persona son activadas y se
ven luego frustradas en una relación, la experiencia hace aflorar el
recuerdo inconsciente de aquel tiempo en que era un niño desvalido
cuyos padres tenían un poder absoluto. Y ese recuerdo es
acompañado por una regresión a la visión infantil del tiempo. Los
infantes no son capaces de distinguir entre un minuto, una hora y una
semana; lo único que conocen es el ahora, el momento presente.
Cuando un bebé necesita alimento, lo necesita ahora. Si debe
esperar, no puede distribuir entre 10 minutos y una hora; la espera
siempre le parecerá eterna. Además, siente que si su necesidad no es
satisfecha ahora, no lo será nunca, y si eso ocurre sabe que morirá.
De ahí el sentimiento de pánico total aun cuando sólo se trate de un
lapso breve de espera y frustración.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 135
137. El amor y la intimidad siempre entrañan el riesgo
de salir lastimado. Cuando nos importa otra
persona abiertos para recibir su amor, somos
vulnerables a las vicisitudes de su personalidad
individual y a los acontecimientos exteriores que la
afectan. Inevitablemente habrá momentos en los
que personas que son importantes para nosotros
nos criticarán, nos defraudarán, nos subestimarán
o nos harán sufrir de alguna manera. Y siempre
existe el riesgo de que alguien con cuyo amor
contamos se retire en forma parcial o total de la
relación o muera, dejándonos con un sentimiento
de abandono y desamparo, dolidos por la pérdida.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 137
138. Muchas personas consideran que vale la
pena correr estos riesgos en vista de los
placeres y los beneficios que las relaciones
íntimas pueden potencialmente procurarnos.
Para otros, en cambio, pesa más el riesgo
de que los lastimen. En lo hondo de su ser
sienten que el amor siempre lleva al
sufrimiento, un sufrimiento tan terrible que el
dolor supera de lejos al posible placer.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 138
140. Algunas personas equiparan amor con
sufrimiento porque cuando niños su contacto
principal con sus padres fue a través de la
violencia o el desinterés. Los padres se
relacionaban con ellos sobre todo a través
de los golpes o el castigo. Cuando no los
maltrataban en forma activa, sencillamente
no les prestaban la menor atención, por lo
cual los niños crecían con la idea de que ser
amado significa ser maltratado o ignorado.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 140
141. Las personas a quienes les pegaban cuando
eran niños, suelen decir: 'Después de un
tiempo, ya no dolía', y también: 'Era mejor que
a un le pegaran y no que lo ignoraran. El
'tratamiento silencioso' era mucho peor que los
golpes'. Racionalizaciones parecidas son
frecuentes en víctimas de abuso sexual en la
infancia, que afirman: 'No fue tan malo' o 'Por lo
menos me prestaban atención'. Dada la intensa
necesidad de contacto con sus padres que
tienen los niños, algún contacto -aunque sea
abusivo o violento- puede ser mejor que
ninguno.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 141
142. Pero incluso los niños que no fueron habitualmente
maltratados pueden aprender a vincular amor y
dolor. 'Sólo hago esto porque te amo', 'Esto me
duele más que a ti', y 'Si no te amara tanto no haría
esto', son frases comunes en boca de muchos
padres cuando castigan a sus hijos. Estas palabras
le dicen al niño que lo que está recibiendo es amor,
cuando su reacción natural es sentir miedo, ira,
humillación y una gran falta de amor. De ahí que en
ese tipo de situación el niño aprenda a invalidar sus
propios sentimientos, y a internalizar el mensaje de
los padres, diciéndose a sí mismo: 'Recibí el
castigo que merecía', y Sólo me hicieron eso
porque me aman y quieren corregirme'.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 142
144. Aunque todo el mundo está expuesto a la idea de que el
amor conduce al sufrimiento, varones y mujeres reciben
mensajes que, en aspectos sutiles pero significativos, son
diferentes. El mensaje común que transmiten a los
varones sus padres, sus pares y también los medios de
difusión, es que amar los llevará a una pérdida de poder y
libertad. A los varones se los alienta a dar rienda suelta a
sus impulsos mediante el contacto sexual con el sexo
opuesto, pero se los previene contra el compromiso
emocional. Aprenden que una vez que el hombre entrega
su corazón se convierte en un 'bobo enamorado' que
pierde su autonomía, y al que como a un animal de tiro se
lo 'ensilla' con responsabilidades pasadas y restrictivas.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 144
146. Quienes padecen el bloqueo 'Es inevitable que
salga lastimado' pueden agruparse en dos
categorías generales: los que eluden el sufrimiento
y los que son adictos al sufrimiento. A los primeros
los motiva principalmente el miedo al sufrimiento
que están seguros habrán de padecer si se
permiten a sí mismos amar y ser amados. Según
sea la dimensión y la naturaleza exacta de su
miedo, o se abstienen por completo de toda
relación íntima, o bien establecen relaciones pero
luego se distancian o escapan apenas empieza a
desarrollarse una auténtica cercanía.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 146
147. SI bien quienes eluden el sufrimiento pueden pertenecer a
uno u otro sexo y tener cualquier inclinación sexual, esta
manifestación del bloqueo 'Es inevitable que salga
lastimado', es especialmente común entre hombres
heterosexuales. Muchos pasan de una relación
sentimental u otra, retrayéndose o desapareciendo
cuando empieza a desarrollarse una verdadera intimidad.
Cuando alguien repite el esquema hasta el punto en que
eludir el sufrimiento se convierte en un modo de vida, es
inevitable que en ese proceso también desarrolle otro
bloqueo importante. Dicho bloqueo -'No puedo tomar un
compromiso'- y sus relaciones con el bloqueo 'Es
inevitable que salga lastimado', otro bloqueo.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 147
148. Los adictos al sufrimiento también tienen la certeza
de que el sufrimiento será inevitable si se permiten
a sí mismos amar y ser amados. Lo que los
diferencia de la categoría anterior es que están
más que dispuestos a sufrir sin límites en aras del
amor. De hecho, es frecuente que se sientan
atraídos -como la polilla por la lana- precisamente
hacia aquellas personas que más habrán de
lastimarlos. Para ellos, una relación no entraña
cierto caudal de sufrimiento, obviamente no es una
verdadera relación amorosa.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 148
149. Aunque los adictos al sufrimiento pueden ser
hombres o mujeres, heterosexuales u
homosexuales, el ejemplo más emblemático ha
llegado a ser la mujer que una y otra vez se
relaciona con hombres tan acosados por
problemas como lo estaban los padres de ellas. Ya
se trate de alcohólicos, drogadictos, mujeriegos,
tiranos, golpeadores, eternos fracasados o
simplemente individuos emocionalmente
reprimidos, son hombres que generan problemas
con P mayúscula, y que acarrean enorme
sufrimiento a las mujeres que los aman.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 149
150. Sin embargo, estos hombres suelen poseer también ciertas
cualidades muy atractivas, y pasan por momentos o períodos
en los que pueden ser muy cariñosos, cosa que habitualmente
ocurre incluso con los 'peores' padres. Este punto crucial es la
clave para comprender el comportamiento de los adictos al
dolor. Hasta los niños más seriamente maltratados rara vez
crecen con una falta total de amor. Padres que por lo general
son fríos, indiferentes o abusivos con sus hijos, tienen
momentos en los que se muestran bondadosos, atentos,
risueños y afectuosos.
Es el carácter impredecible de la conducta de los padres el que
hace que los hijos se 'enganchen' en relaciones dolorosas. SI
los padres se muestran SIEMPRE fríos e indiferentes, los hijos
pueden simplemente dejarlos de lado y dirigir su búsqueda de
amor hacia otras personas capaces de brindárselo en forma
consecuente.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 150
151. Pero cuando los padres son OCASIONALMENTE cariñosos, los
hijos se empeñan en generar situaciones que susciten esa
actitud afectuosa. Convencidos de que sus padres son buenos
'en el fondo', los hijos hacen todo lo posible por hacer aflorar
esa bondad. Cada vez que el padre o la madre indiferente da
alguna muestra de bondad y afecto, los hijos tratan de recordar
con exactitud qué fue lo que hicieron y dijeron para que ello
ocurriera. Piensan que si vuelven a hacer lo mismo, recibirán
nuevas muestras de amor.
Si esto no ocurre, los hijos no advierten que la conducta de los
padres nada tiene que ver con ellos, y suponen que no han
hecho lo que correspondía, o no lo han hecho exactamente
como debían. Cada fracasado intento de hacer aflorar el lado
afectuoso de sus padres los convence de que los culpables de
esa falta de amor son ellos, y que sin duda algo malo habrán
hecho.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 151
152. Quienes funcionan de este modo repiten el mismo
esquema trágico en sus relaciones adultas, sobre
todo en las relaciones amorosas. Una y otra vez se
embarcan en relaciones con personas tan duras
para brindar amor como lo eran sus propios
padres. Ansiosos de conseguir por fin el amor que
nunca recibieron de sus padres, son arrastrados a
una clásica compulsión repetitiva, una necesidad
inconsciente de volver a vivir sus relaciones
familiares tempranas hasta que logren el dominio
de la situación y puedan cambiar el resultado final.
La decisión inconsciente que toma el adicto al
sufrimiento es ésta: 'Voy a hacer esto una y otra
vez hasta que me salga bien'.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 152
153. Podría argumentarse que las personas adictas al
sufrimiento, sobre todo las mujeres, son masoquistas, o
sea que el dolor les produce placer. Pero a los adictos al
sufrimiento no les resulta para nada placentero el dolor
que sus relaciones les acarrea; por el contrario, lo
encuentran insoportable. El sufrimiento no les parece
BUENO, sino JUSTO, porque les es muy familiar. Es fácil
impacientarse con los adictos al sufrimiento y decir que si
son desdichados en sus relaciones es por su propia culpa,
por elegir siempre a personas que no les convienen. En
verdad, lo que hacen al revivir su sufrimiento temprano es
tratar de encontrar una manera de poner fin al dolor. 'Si
paso por esto una vez más', piensan, 'podré por fin
encontrar una salida'.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 153
155. A primera vista podría parecer paradójico que
en una era en la que tanta gente proclama
abiertamente su deseo de intimidad (como lo
demuestra el auge de los llamados 'anuncios
personales', tanto en los diarios como en
Internet), muchos estén al mismo tiempo tan
profundamente asustados. Es obvio que la
intimidad es un valor caracterizado por la
ambivalencia. Todos la anhelan, pero cuando
tienen una oportunidad de acercamiento son
muchos los que también escapan.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 155
156. Algunas personas temen a la intimidad porque sus experiencias
tempranas los llevaron a equiparar ser amados con ser
sobreprotegidos o dominados. A modo de ejemplo, veamos el caso
clásico del padre que con el pretexto de "ayudar" a su hijo a hacer los
deberes lo suplanta y los hace él. Así el padre se impone de este
modo a su hijo en forma habitual, el niño no desarrollará su yo en
plenitud, se sentirá minúsculo e incapaz, eclipsado por la sombra
gigantesca y siempre presente de su padre. O tomemos la clásica
situación de la madre amante que permanece de guardia junto a la
ventana mientras su hijo juega afuera, y corre en su ayuda al menor
signo de peligro. El niño constantemente sobreprotegido crecerá
sintiéndose incapaz de desenvolverse en el mundo. En ambos casos
se trata de padres cariñosos y bienintencionados, pero su
comportamiento impide que los hijos desarrollen una fuerte conciencia
de sí mismos como seres autónomos. En la edad adulta, esos hijos
seguirán demasiado apegados psicológicamente a sus padres, con un
sentido de identidad subdesarrollado y débil. Cuando otras personas
comiencen a intimar con ellos, reaccionarán como si fueran
nuevamente niños pequeños avasallados por padres todopoderosos.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 156
157. Hay también quienes temen a la intimidad porque
se trata de un territorio desconocido. Muchas
personas crecieron sin experimentar nunca un
sentimiento de verdadera conexión con otro ser
humano. Tampoco aprendieron con el ejemplo,
dado que sus padres no tenían comunicación entre
ellos. Ya adultos, tal vez hagan algún intento de
llegar a la intimidad en ciertas relaciones, pero
como no saben manejarse en esa situación, lo más
probable es que todo termine en desilusión,
sufrimiento o incluso desastre. Eso alimenta su
temor de entrar en territorio desconocido y refuerza
su convicción de que lo más seguro es mantener
altas las defensas e impedir que nadie se acerque.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 157
158. Una razón más de que el miedo a la intimidad sea tan corriente,
es que las relaciones íntimas obligan al individuo a descubrir y
enfrentarse con su yo más profundo, incluso sus costados más
oscuros y menos atractivos. Algo que mucha gente no puede o
no quiere hacer. Muchos crecieron desconectados de part4es
enteras de su propio ser- sus sentimientos más profundos, sus
verdaderos deseos, su confusión, su ira, su ambivalencia, sus
anhelos espirituales- y fueron criados por personas que también
estaban desconectadas de su propio ser. La intimidad implica
para ellos avanzar por una zona desconocida, el territorio sin
mapas del auténtico conocimiento de una mismo. Es así como,
algunos parecen dispuestos a aprender quiénes son en
realidad, suelen dar marcha atrás cuando una relación los
fuerza enfrentarse con partes de su propia personalidad que
prefieren negar o desconocer.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 158
159. Como ocurre con los demás bloqueos afectivos, el
bloqueo "Me siento amenazado cuando otra persona se
acerca demasiado" puede manifestarse en grado
variables y de diferentes maneras. Algunas de las
personas que lo padecen tienen tanto miedo a la intimidad
que sólo entablan relaciones muy superficiales, o pasan
por la vida casi sin establecer vínculos con los demás,
salvo por los del trabajo. Otros tienen numerosos amigos
con los que se sienten cómodos y a los que confían sus
sentimientos, pero se sienten amenazados ante la
perspectiva de abrirse del mismo modo ante la persona
con la que mantienen una relación sentimental o que les
interesa en ese aspecto.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 159
160. En las relaciones amorosas, el miedo a la
intimidad se expresa de diversas maneras.
Algunas personas se sienten cómodas en la
gimnasia sexual con su pareja pero les
resulta muy incómodo confiarle sus
sentimientos más profundos. Otros son más
reprimidos respecto de sus cuerpos pero no
les cuesta revelar sus sentimientos.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 160
161. Si bien este bloqueo está muy difundido, hay que ser muy
cauteloso antes de concluir que alguien lo padece. A veces,
escapar de la intimidad puede ser muy saludable, ya que
abunda en el mundo la gente de personalidad invasora. Apenas
conocen a alguien desean convertirse instantáneamente en su
mejor amigo o su amante, o exigen algún otro modo de fuerte
compromiso desde el primer momento. La persona asediada
responderá a menudo cerrándose en forma instintiva y
apartándose, lo cual en una situación de ese tipo constituye una
reacción sana de autoprotección, y no la evidencia de un
bloqueo afectivo. La reacción es apropiada porque la amenaza
que representa la persona invasora es una amenaza real. Sólo
podemos afirmar que se está ante el bloqueo descripto cuando
alguien reacciona HABITUALMENTE a la intimidad cerrándose
y apartándose, y haciéndolo incluso cuando quien desea intimar
no es una personalidad invasora.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 161
163. A fin de poder relacionarse íntimamente de un modo saludable,
es preciso tener una idea clara de los límites, saber dónde
termina uno y dónde empieza el otro. Los límites claros y
apropiados actúan a modo de antenas que indican cuándo el
comportamiento del otro representa una intrusión o una
amenaza. También permiten establecer el tono justo en la
relación, decir: 'No, no puedes tratarme de ese modo' o 'No, no
puedo hacer lo que quieres que haga: es demasiado pedir'.
Sólo cuando las personas establecen límites saludables son
capaces de alcanzar el delicado equilibrio entre cercanía y
distancia que la intimidad requiere, sin sentirse amenazadas ni
por la cercanía ni por la distancia. Lo cierto, sin embargo, es
que muchas personas crecieron en hogares donde los límites
eran constantemente violados, y la única forma en que podían
proteger de la invasión su frágil individualidad era erigir un muro
de defensas impenetrables.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 163
164. Hay dos clases de invasión corrientes en el seno de la
familia. La primera es una invasión física, que se produce
cuando existe poco o ningún respeto por la privacidad.
Algunas personas crecieron en hogares donde no se les
permitía a los niños cerrar la puerta de su dormitorio para
leer o estudiar, o simplemente para estar solos. Todo
intento de hacerlo era interpretado por los padres como
una acto hostil, y el niño era acusado de 'guardar
secretos', 'estar malhumorado' o 'portarte como si fueras
demasiado bueno para nosotros'. Algunos padres
interpretaban como un rechazo todo deseo de soledad
manifestado por sus hijos y se mostraban ofendidos cada
vez que un niño expresaba el deseo de hacer algo por su
cuenta.
Psicologa y Tantologa Rosalba Mosqueda Ibarra 164