Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024
El Hijo Redentor.docx
1. El Hijo Redentor
Antes de entrar en materia del tema que nos corresponde reflexionar, me permito citar las
palabras del papa Benedicto XVI: “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o
una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un
nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Deus Caritas est, 2005).
Pregunta ¿Por qué o para qué están ustedes aquí? ¿Qué les motivó estar aquí?
Como cristianos y catequistas que son, ustedes tienen una misión importantísima dentro de
la Iglesia, es “la transmisión de la fe cristiana, que es ante todo el anuncio de Jesucristo para
conducir a la fe en él” (CEC 425). En la catequesis lo que se enseña es Cristo, el Verbo
encarnado e Hijo de Dios y todo lo demás en referencia a él.
Ustedes son los que guían a los niños en el camino hacia Jesús, esa es esencialmente su
misión, pero, para guiar ustedes tienen que conocer porque como dijo san Agustín “nadie
ama lo que no conoce”, así ustedes no pueden hablar de lo que no conocen, por eso es
necesario e indispensable un encuentro real y verdadero con Jesús, es fundamentalmente
importante que nosotros tengamos una comprensión esencial de la persona de Jesús y de su
mensaje, pero ¿Cómo logramos eso? Por medio de la experiencia.
Y Jesús se conoce desde nuestras acciones ¿Por qué? Porque nosotros tenemos una
experiencia con una persona y no es cualquiera, es la persona de Jesús, esa experiencia es
transformadora, veamos algunos ejemplos en la biblia: san Mateo (Mt 9, 9), la samaritana
(Jn 4), Zaqueo (Lc 19, 10). Nosotros que hemos tenido un encuentro con la persona de Jesús
debemos manifestarlo y se debe notar en nuestras vidas, en el servicio que nosotros
realizamos.
Para finalizar, es importante nunca perder de vista que es Cristo quien renueva nuestra vida
y nuestra esperanza debe estar puesta en él, ante este mundo que no quiere darse cuenta de la
redención que nos Jesús nos ha ganado (Jn 3, 16). Hermanos no nos desanimemos de enseñar
a otros el seguimiento de Cristo, no nos cansemos de guiar a otros por el camino hacia la vida
(Jn 14, 6).