Trabajo acerca de los profetas

1. Los Profetas en el
libro de los
Proféticos

2. 1
ÍNDICE
1. Introducción………………………………………………………………….....2
2. Definición de profeta…………………………………………………………...3
- Enfatiza la alianza con Dios………………………………………………..4
- Denuncia la infidelidad a Dios……………………………………………..4
- Motivan a la conversión y dan esperanza a una vida nueva…………......5
3. Conclusión………………………………………………………………………6
4. Bibliografía……………………………………………………………………...7

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I. INTRODUCCION
En el AT los profetas desempeñaron un papel muy importante. Ser profeta no era un oficio
hereditario, sino que respondía a una llamada personal de Dios, el cual encomendaba a
algunos la misión de ser los mensajeros de su pablara ante el pueblo (Am 7, 14-15) los
profetas eran, pues, hombres que hablaban de parte de Dios con una visión de futuro.
El profetismo floreció durante la época de la monarquía (Silvio siglos X- VI a. C). De
entre los profetas más antiguos algunos estaban vinculados a la monarquía (Natán: 2 Sm
7; Gad: 1 Sm 22, 5; Miqueas: 1 Re 22), otros vivían en pequeños grupos entorno a un
gran maestro como Samuel, Elías o Eliseo (1 Sm 10, 10; 19, 20; 1 Re 22, 10) y otros
vivieron entre el pueblo alejados del palacio real, como Ajías de Siló (1 Re 11, 29-39). A
partir del siglo VIII a. C se produce un fenómeno nuevo en la historia del profetismo y
hace su aparición el profetismo clásico, un grupo de profetas cuyo oráculos y biografías
dieron lugar a los escritos proféticos. Estos profetas clásicos desarrollaron su ministerio
tanto en la época anterior al exilio (Amos, Oseas, Isaías I, Miqueas, Sofonías, Nahúm,
Jeremías y Habacuc) como durante el exilio de Babilonia (Ezequiel e Isaías II) y la época
inmediatamente posterior (Ageo, Zacarías, Isaías III, Abdías, Malaquías y Joel) más
tarde, el profetismo se fue extinguiendo y llego incluso a desaparecer1.
Dios fortalece a los profetas para trasmitir su cercanía y protección al pueblo, al tiempo
que lo desafía a vivir según su corazón. Envió profetas que le hablaran directamente a los
reyes, pues su misión de líderes es guiar al pueblo según los ideales de Dios para evitar
injusticias, divisiones y depravaciones humanas. La introducción al Antiguo Testamento
muestra como Dios envía a los profetas a cada rey y a los que suscito en la época del
Exilio y la restauración de Jerusalén.
En el Nuevo Testamento Jesús es saludado como el profeta por excelencia (Lc 24, 19),
porque él encarnó de forma admirable esta misión. Dentro de las comunidades cristianas
existía también el misterio de los profetas (Hch 21, 10), que desempeñaban una función
muy importante, junto con los apóstoles y maestros (1 Cr 12, 28.-29). Eran predicadores
itinerantes, que imitaban la radicalidad de vida de Jesús e iban visitando las comunidades
para recordarles las enseñanzas del Señor, pero también entre ellos se dieron abusos, hasta
el punto de que Mateo tiene que advertir a su comunidad sobre la existencia de falsos
profetas (Mt 7, 15-20).
1 La Biblia Católicapara Jóvenes. (2005).Estella (Navarra),España.Editorial Verbo Divino.

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II. DEFINICIÓN DE PROFETA
La palabra “profeta” tiene origen en griego. El término “pro-phetes” significa “hablar en
vez de”, “ser portavoz de” o también “hablar ante alguien”, “hablar en voz alta”, según el
sentido de la preposición griega “pro”.
En el texto masorético del Antiguo Testamento se corresponde con la palabra “Nabí”,
pero también traduce a vocablos como “hozeh” y “roeh”, ambos significan “vidente”,
ambos nombres expresan la idea de que el profeta es instrumento de Dios, hombre de
Dios que no ha de anunciar su propia palabra sino la que el Espíritu de Dios le sopla e
inspira. También se usan otras denominaciones como “hombre de Dios”, “soñador”, etc.,
aunque el vocablo más utilizado es “nabí”. Actualmente es aceptada su etimología de la
raíz acádica “nb” que significa “llamar”, (convocar). La forma hebrea seria pasiva, de
manera que etimológicamente significaría “llamado”, “convocado” al consejo de Dios
para una vocación o misión completa.
Según 1 Re 9, 9, el “vidente” es el precursor de los otros profetas; y efectivamente, en la
época de los patriarcas, el proceso profético se desarrolla en forma de “visión” e
iluminación interna, mientras que más tarde, ante todo en las “escuelas de profetas” se
cultivaba el éxtasis, señal y característica de los profetas posteriores que precisamente
son llamados “nabí”2.
La biblia divide los libros proféticos en mayores y menores, por el tamaño de su obra y
no por la importancia de su mensaje. Tal como podemos ver, Isaías, Jeremías, Ezequiel,
Daniel pertenecen a los profetas mayores o más largos. La falta de orden cronológico
suele causar confusiones de tipo histórico, por lo que al leer cada libro conviene revisar
su presentación para situarlo bien el tiempo.
2 ACI Prensa: El Antiguo Testamento: Los Profetas. Disponibleen:
https://www.aciprensa.com/Biblia/profemay.htm?fbclid=IwAR0G5BLgBe8Eyuf6hVDaORPDuEAvHFLSSeg
XRKnCB9pq0EOWJ0crOXOaULA
Profetas mayores:
Isaías, Jeremías,
Ezequiel, Daniel
Profetas menores:
Oseas, Joel, Amós,
Abdías, Jonás, Miqueas,
Nahúm, Habacuc,
Sofonías, Ageo,
Zacarías, Malaquías

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Los profetas eran personas llamadas por Dios para ser sus portavoces ante el pueblo, sobre
todo en tiempo de crisis. Su mensaje se conoce como profecía u oráculo; usan muchos
símbolos y metáforas, y escriben en variados géneros literario entre los que destacan
gestas o hazañas, cartas, oraciones o plegarias, lamentaciones, oráculos, relatos de la vida
y lenguaje apocalíptico.
El mensaje profético se caracteriza por la valentía de responder a la llamada de Dios, a
pesar de las múltiples dificultades, pues su mensaje era duro, sobre todo para los
poderosos y dirigentes del pueblo:
 Enfatiza la alianza con Dios, su fidelidad y la necesidad de guiar su conducta de
acuerdo con la ley.
El profeta vive desde la iniciativa divina. Es la vocación, la llamada de Dios que le da su
verdadera identidad al interior del pueblo de la alianza. Él se siente como dominado por
Dios, como invadido por su Espíritu. Amós lo expresa de forma plástica: «Ruge el león,
¿quién no temerá? Habla el Señor Yahvé, ¿quién no va a profetizar?» (Am 3, 8)3. El
profeta es un hombre seducido por Dios, como explica Jeremías. Elegido desde el seno
materno. La presencia Dios en su vida le hace tomar conciencia de ser un hombre de
labios manchados en medio de un pueblo de labios manchados, dirá Isaías. Ezequiel por
su parte nos dice que la mano de Dios pesaba sobre él: «Y el espíritu me levantó y me
arrebató; yo iba amargado con quemazón de espíritu, mientras la mano de Yahvé pesaba
fuertemente sobre mí.» (Ez 3, 14).
El profeta, por tanto, no se da a sí mismo la identidad, la recibe del Señor. Ellos al ser
llamados, toman conciencia de la alteridad de Dios y de la iniciativa divina en sus propias
vidas. La identidad del profeta está, en última instancia, en ser boca de Yahvé. Él purifica
los labios del profeta (cf. Is 6), para que no comuniquen nada de ellos mismos, sino
únicamente la palabra que Dios deposita en ellos. El Siervo tiene labios de Dios porque
tiene oídos de discípulo (cf. Is 50, 4s)4. El profeta no habla desde la mera razón; comunica
una palabra que no pasará: «La hierba se seca, la flor se marchita, más la palabra de
nuestro Dios permanece para siempre» (Is 40, 8)5.
Como hombre de fe, el profeta es consciente de estar al servicio de una palabra, que por
no ser suya, sino de Dios, es sólida y estable. En medio de las pruebas y conflictos, él
permanece firme, pues se apoya en la palabra de Dios. De esta forma se nos recuerda que
la existencia del profeta tiene su centro y punto de apoyo en la Palabra, que él recibe en
el silencio de su corazón. Esta es su seguridad y el arma que le permite avanzar en medio
de las dificultades de la existencia.
 Denuncian la infidelidad a Dios, que lo ofenden a Él, hiere a las personas y
destruye al pueblo, advirtiéndoles el castigo sino se convierten.
3 Shökel, Luis Alfonso. (2015). La Biblia del Pueblo. Burgos, España.Ediciones Mensajeros.
4 Shökel, Luis Alfonso. (2015). La Biblia del Pueblo. Burgos, España.Ediciones Mensajeros.
5 https://parroquiasanleonmagno.wordpress.com/cursos-de-formacion/catequesis-biblica/t4-la-fe-de-
los-profetas-de-la-alianza-la-roca/?fbclid=IwAR36wAQh7xz-
HCuMML7CTq_R2SYMJaffCtowNiMCy8TNMZnZ0pvrQWpjs6U

6. 5
El profeta no es un hombre cómodo ni su vida es confortable. Él se halla al servicio de la
verdad, del Dios de la alianza. Y eso hará que experimente con mucha frecuencia la
soledad y el rechazo, tanto de las autoridades como del mismo pueblo, pues no busca
agradar al pueblo ni a los grandes de este mundo, sino servir y garantizar la pureza de la
alianza de Dios con su pueblo. Su ministerio se desarrolla en la más estricta obediencia a
Dios y en una inquebrantable solidaridad con su pueblo, en el cual y para el cual vive.
El profeta critica incesantemente la injusticia y la idolatría, tal como se presentan en sus
días. La idolatría se expresa ante todo en las falsas alianzas con los falsos dioses de este
mundo. Isaías denuncia las falsas alianzas de Israel con Egipto, la potencia, con palabras
muy severas: «En cuanto a Egipto, es humano, no divino, y sus caballos, carne, y no
espíritu; Yahvé extenderá su mano, tropezará el ayudador y caerá el ayudado y todos a
una perecerán.» (Is 31, 3) El profeta está llamado a derribar (cf. Jer 1, 4-19) para reedificar
de nuevo la verdadera alianza de Dios con su pueblo.
El profeta no debe tener miedo: Dios está con él, lo acredita en medio del pueblo y
garantiza su palabra en la historia. Su ministerio se desarrolla en la fe, pues se siente
acompañado en su misión por la presencia divina. Por otra parte, no cesa de denunciar la
injusticia del pueblo y de sus jefes, pues no avanzan de acuerdo con el proyecto de Dios,
sino de acuerdo con sus pensamientos.
Pero el profeta, a pesar de la infidelidad del pueblo y de los jefes, no cesa de anunciar la
fidelidad de Dios. Así pone de relieve que su ministerio es un ministerio de fe. Cree y
sabe que Dios permanecerá fiel a su alianza, que cumplirá en el momento oportuno sus
promesas. Dios, como lo enseña Oseas, es el esposo fiel, que busca por todos los medios
suscitar la fidelidad de la esposa infiel. Si la lleva al desierto es para seducirla y atraerla
de nuevo a él. Dios nunca dará la espalda a su hijo, al que llamó de Egipto. Por ello los
profetas no cesan de anunciar la salvación de Dios en medio de la noche y del caos del
destierro.
El profeta no calla, pues cree en la gratuidad de la salvación. Dios intervendrá para recrear
la alianza por amor de su santo nombre y por su gloria (cf. Is 48, 11; Ez 16, 61). El amor
de Dios no sabe de cálculos y es omnipotente en el perdón. Los profetas no cesan de
proclamar que la salvación y liberación vienen de Dios y no de los hombres. Confían en
Dios y no en los medios humanos. El juicio de los profetas es siempre una invitación a la
conversión, a la vuelta al Dios lento a la ira y rico en misericordia.
 Motivan a la conversión y dan esperanza a una vida nueva, exhortan a
acogerse a la misericordia de Dios y a responder a su amor.
Para huir de las tentaciones de los ídolos y de las corrientes religiosas, es preciso
adentrarse en la verdadera santidad de Dios. La fe es un buscar a Dios, caminar humilde
ante él, marchar en justicia y rectitud; y esto cualquiera sea la situación en que se halle el
pueblo (cf. Am 5, 4.24; Is 1, 17; Miq 6, 8). Lo que Dios pide, según los profetas, es una
religión interior, condición de la alianza nueva (cf. Jer 31, 31-34). Este espíritu debe
animar la vida entera del pueblo, incluido el culto.
El profeta insiste: la última palabra de Dios es una palabra de vida y esperanza. Dios no
quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. A pesar de todas las apostasías

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del pueblo elegido las promesas de Dios siguen su curso y se cumplirán según su designio
salvador. De un pequeño «resto», Dios volverá a reedificar las ruinas de David. El reino
de Dios está llegando, se encuentra en el horizonte. En el reinará la justicia, la paz y el
verdadero conocimiento de Dios. Esto supone la conversión como apertura a la novedad
y verdad procedentes de Dios. En la perspectiva de los profetas, esto supone un clima
espiritual: «justicia y santidad (cf. Is 29, 19-24), conversión interior y perdón divino (cf.
Jer 31, 31-34), conocimiento de Dios (cf. Is 2, 3; 11, 9), paz y gozo (cf. Is 2, 4; 9,6; 11,
6-8; 29, 19)6». De esta forma los profetas nos proyectan ya sobre la llegada del Mesías,
que animado por el Espíritu de Dios instaurará un orden nuevo.
La expectativa mesiánica penetra la historia de Israel y sostiene la fe y la esperanza del
pueblo de la alianza. Para los cristianos, la promesa que late en el mensaje de los profetas
ha tenido ya su cumplimiento en Jesucristo. Él es el sí de Dios a sus promesas.
Los pecados que denunciaron los profetas con más intensidad pertenecen a los cuatro
sistemas de funcionamientos social. Estos pecados son la idolatría, los falsos profetas y
el culto hipócrita vacío de buenas obras (sistema religioso); las injusticias sociales de los
gobernantes que oprimían a su pueblo sin compasión, en lugar de cuidar de él según el
corazón de Dios (sistema político); la explotación y trampas de los ricos y comerciantes
que reducían a la gente sencilla a la pobreza y miseria (sistema económico); las injusticias
de jueces y tribunales que se dejaban comprar por los poderosos e imponían castigos
desproporcionados a los pobres (sistema judicial)7.
Los profetas están convencidos que su palabra no viene de ellos, sino de Dios. Por ello
repiten sin cesar: «Esto dice el Señor». «Oráculo del Señor». Son «hombres de fe» y su
compromiso más radical es sostener al pueblo en la fe y esperanza. Había profetas que
no dejaban anunciar sobre el porvenir, sino que se ocupaban exclusivamente del tiempo
en que les tocaba vivir. El Espíritu del Señor los arrebataba, irrumpía sobre ellos y los
empujaba a predicar aún contra la propia voluntad (Is. cap. 6; Jer. 1, 6). Tomaba a uno
que iba detrás del ganado y le decía: "Ve, profetiza a mi pueblo Israel" (Am. 7, 15); sacaba
a otro de detrás del arado (III Rey. 19, 19 ss.), o le colocaba sus palabras en la boca y
tocaba sus labios (Jer. 1, 9), o le daba sus palabras literalmente a comer (Ez. 3, 3).
III. CONCLUSIÓN
Cuando se emplea la palabra “profeta”, se suele pensar en alguien dotado de una
clarividencia tal que lo capacita para predecir hechos futuros o lejanos. Sin embargo, esta
idea corresponde muy imperfectamente a lo que fueron en realidad los Profetas de Israel.
Ellos se presentaron como portavoces del Señor. Vivieron intensamente los problemas de
su tiempo y hablaron a sus contemporáneos por el mandato y la autoridad que habían
recibido de Dios. Con la mirada puesta en el momento presente, discernían la presencia
y la acción del Señor en la vida de Israel y del mundo. Para confirmar el carácter divino
de su misión, anunciaban eventualmente el futuro, pero lo hacían siempre con la intención
de iluminar una situación determinada y de provocar un cambio de actitud en los
6 Shökel, Luis Alfonso. (2015).La Biblia del Pueblo.Burgos, España.Ediciones Mensajeros.
7 La Biblia Católicapara Jóvenes.(2005).Estella (Navarra),España.Editorial Verbo Divino.

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destinatarios de su mensaje. La lucidez para descubrir la voz de Dios, que habla a través
de los acontecimientos, es la característica de la interpretación profética de la historia.
Los anuncios de esperanzas dado por los profetas están íntimamente ligados con la
compresión de Dios, al tiempo que revelan su amor incondicional; su perdón para quien
se arrepiente y enmienda; su promesa de un rey “el Mesías”, que gobernaría con sabiduría
y crearía paz, justicia y unidad. También trasmite la revelación paulatina de Dios, quien,
a través de ellos, comunica que ama a todas las naciones y que la salvación es para todos.
IV. BIBLIOGRAFÍA
 La Biblia Católica para Jóvenes. (2005). Estella (Navarra), España. Editorial
Verbo Divino.
 ACI Prensa: El Antiguo Testamento: Los Profetas. Disponible en:
https://www.aciprensa.com/Biblia/profemay.htm?fbclid=IwAR0G5BLgBe8Eyuf
6hVDaORPDuEAvHFLSSegXRKnCB9pq0EOWJ0crOXOaULA
 Shökel, Luis Alfonso. (2015). La Biblia del Pueblo. Burgos, España. Ediciones
Mensajeros.
 https://parroquiasanleonmagno.wordpress.com/cursos-de-formacion/catequesis-
biblica/t4-la-fe-de-los-profetas-de-la-alianza-la-roca/?fbclid=IwAR36wAQh7xz-
HCuMML7CTq_R2SYMJaffCtowNiMCy8TNMZnZ0pvrQWpjs6U