1. REUNIÓN DE AULA: 2 AÑOS (IKASTOLA UMANDI –
GASTEIZ)
1. PRESENTACIÓN
Si os parece bien, vamos a hacer una ronda rápida para conocernos. Id
diciendo en voz alta vuestro nombre y de quién sois madres, padres,
abuelas o acompañantes. De paso, yo voy viendo si hay alguna familia que
no ha venido.
HAN ASISTIDO A LA REUNIÓN
NIÑO/NIÑA MAMA PAPA OTRO/OTRA
2. En principio, y si no hay cambios, voy a ser la tutora de este grupo durante
este curso.
Los puntos que vamos a tratar son los siguientes:
• Período de adaptación
• Reparto de: horario periodo adaptación, varios (comentar sólo lo más
importante, y que en casa se lo lean despacio), entradas y salidas,
txartela,, tríptico adaptación, calendario curso 2008-09.
• Ruegos y preguntas
2. EL PERIODO DE ADAPTACIÓN
¿QUÉ ES EL PERIODO DE ADAPTACIÓN?
La Escolarización supone a las criaturas una posibilidad de descubrimiento,
de exploración y de experimentación de objetos y espacios nuevos que
ampliarán sus experiencias y enriquecerán su desarrollo personal
Pero enumerar los beneficios no quiere decir que el ingreso en la escuela
vaya a ser fácil. Toda criatura necesita su tiempo para conocerla, buscar su
sitio, relacionarse con los demás, descubrir cosas interesantes, encontrarse
a gusto y disfrutar.
Llamamos a ese tiempo PERIODO DE ADAPTACION: proceso mediante
el
cual la criatura valora, desde el punto de los sentimientos, la pérdida que le
supone la separación frente a la ganancia de lo que encuentra en la escuela,
hasta llegar a una aceptación interna de la misma.
3. Para ayudarles en este proceso, la escuela ofrece un calendario de
adaptación, que intuimos adecuado, suficiente para que una mayoría de las
criaturas se vaya adaptando al nuevo entorno, tanto físico (de espacios),
como personal (sus iguales, su andereño, las otras andereños....). Pueden
darse casos de criaturas que necesiten un período de adaptación más largo,
incluso durante todo el curso...
Queremos dejar muy claro que no lo hacemos por la comodidad de las
personas adultas, ni de las madres y padres ni del profesorado, sino para
facilitar este proceso.
¿QUÉ LE SUPONE A VUESTRA CRIATURA ESCOLARIZARSE,
VENIR POR PRIMERA VEZ A LA IKASTOLA?
No es una necesidad que tienen las criaturas, sino un algo impuesto; es
decir es una decisión que los adultos toman por ellas, por diferentes
motivos. Esta decisión le supone separarse, por un determinado tiempo,
de su familia, separarse de las personas de apego, que le proporcionan
seguridad tanto física como afectiva y emocional.
En el ambiente familiar la criatura ocupa un puesto muy definido (es el
pequeño, es el mayor, es tímido, es travieso…), se mueve en un espacio
seguro, conocido, protegido, se relaciona basándose en unos códigos
determinados que su familia entiende perfectamente.
Pero, al venir a la ikastola se va a encontrar con un espacio, una situación
desconocida, con criaturas y personas adultas extrañas que, de momento,
no son de su confianza, que le van a mirar con otros puntos de vista y con
las que tiene que aprender a relacionarse, comunicarse y hacerse entender.
Si a esto le añadimos que a estas edades no está adquirida la noción del
tiempo y no sabe cuándo volverán a buscarle y que todavía no han
desarrollado la suficiente madurez para afrontar la separación de una forma
positiva, puede sentirse insegura, abandonada, con miedo.
Hay criaturas que, bien por su desarrollo madurativo, bien por experiencias
acumuladas, elaboran mejor esa separación. Pero hay otras que lo pasan
mal, lo viven de forma estresante, están más mimosos, piden atención todo
el tiempo. Pueden aparecer reacciones de miedo, llanto, sentimientos de
inhibición, agresividad, ansiedad e inseguridad. También alegría
desbordante, aferrarse a sus cosas, no moverse de la puerta. Todas estas
reacciones son expresiones de sentimientos que hay que dejar que afloren y
se expresen, siendo fundamentales para su resolución.
4. ¿QUÉ LE SUPONE A LA FAMILIA?
Algunas familias no le dan importancia pensando que sus hijas, hijos se
acostumbran a todo con facilidad y que ya están habituados a jugar con
otras criaturas en el parque; confían demasiado en la sociabilidad de sus
criaturas y no entienden las reacciones de rechazo.
A otros padres y madres les crea una gran ansiedad e inseguridad por cómo
estará el niño/a que hace que duden de su decisión o que no tengan
confianza en las posibilidades de su hijo e hija en la propia ikastola.
Otras familias lo viven con naturalidad y tranquilidad, sobre todo las que ya
conocen la ikastola.
Es importante que descubramos que, aunque no podemos evitarles sus
dificultades, podemos ayudarles a superarlas. Nuestra serenidad será el
mejor apoyo.
¿QUÉ LES SUPONE A LAS PROFESORAS?
Tampoco es un período fácil para nosotras: no conocemos a las criaturas ni
tampoco a las familias. También tenemos nuestras dudas, nuestras
inseguridades con respecto a si lo haremos bien, si nos aceptarán tanto las
criaturas como vosotras las familias, si se vincularán afectivamente…
No obstante, somos conscientes de la ansiedad, la angustia y los
sentimientos encontrados que puedan tener las criaturas y las familias e
incluso nosotras mismas.
Pero somos profesionales que llevamos muchos años trabajando en
Educación Infantil; sabemos de la importancia de la afectividad a estas
edades y por lo tanto somos afectivas (utilizando la afectividad como
herramienta de trabajo), siempre con mucho respeto hacia la individualidad
de cada criatura y proporcionándoles la seguridad que necesitan.
Resumiendo, lo que anteriormente decíamos de que el venir a la ikastola
era una imposición, vamos a aprovechar para convertir esa imposición en
una oportunidad:
• Para: disfrutar con personas, tanto de su misma edad como adultas;
personas que, los primeros días son desconocidas, que pueden ser
vividas como “amenazantes”, pero que, con la seguridad que le da la
5. presencia de su ama, aita, abuela, abuelo, o acompañante, poco a poco
se van a unir afectivamente.
• Para: explorar, conocer y dominar un espacio nuevo, donde va a
encontrar materiales nuevos, juguetes atractivos, experiencias
placenteras, a veces; otras veces, no tanto, y podrá crecer al resolver
esas experiencias.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA FACILITAR Y AYUDAR EN EL
PROCESO?
LA FAMILIA:
• Intentar vivir esta etapa con ilusión y optimismo.
• Aceptar personalmente la separación, evitando transmitir a la
criatura angustias y temores.
• Mostrar seguridad y confianza en la escuela. Si tenéis algo que
comentar, por favor decídnoslo a nosotras directamente.
• Es importante para la criatura y la ikastola que la persona que
acompaña en los primeros días sea siempre la misma (conoce el
espacio, lo ocurrido el día anterior…), que siempre tenga la misma
referencia, que se actúe más o menos de forma parecida… Si por
alguna razón cambia esa persona es conveniente que a la nueva se le
ponga al tanto del proceso y de cómo se debe actuar.
• Esa persona, la acompañante (figura de apego) debe de estar en clase
lo más natural posible, como cuando se está en el parque, en los
columpios, con otras personas que no conocemos, con otras criaturas
no conocidas.
EVITAD:
E Estar encima, agobiarles. Si la criatura no le llama, si no le invita a
jugar, la persona adulta, está, sin más. Habla, o no, con las otras adultas.
Se sienta, o se queda de pie. Es, un poco, lo que te pida el cuerpo, lo que
te dicta el sentido común.
t Forzar a la criatura a jugar, ni a relacionarse, si no quiere.
F Tener prisa por marcharse, porque la criatura se “adapte”.
6. Comparar con el resto. Cada criatura es diferente y lo que es válido para
unas no lo es para las demás.
u Reñir porque no juegue, porque esté pegada a sus piernas,....
Todo es normal, no hay nada “bueno” ni “malo”. Cada niñ@ lleva su ritmo.
LAS PROFESORAS
Nosotras no vamos a establecer contacto directo, “a trapo”, con la criatura.
Os “entraremos” a vosotras-os, le hablaremos a la persona de apego, para
que la criatura vea que la profesora (esa desconocida) es “amiga” de su
“acompañante”. Nos acercaremos primero a la acompañante, pero
paralelamente, dirigiremos miradas, guiños a las niñas-os.
Poco a poco, estableceremos relación a través de los objetos, siempre que
la criatura nos acepte.
Imitaremos sus gestos, ruidos, les hablaremos, nos iremos acercando poco a
poco.
En la medida que la criatura dé muestras de que está a gusto en clase,
juega, se relaciona con otras criaturas, acepta cierta cercanía o la presencia
de la profesora, la acompañante puede irse “alejando” físicamente (quien
mejor conoce a la criatura es la acompañante, ella sabrá en qué momento
va a decirle a la criatura que se va a la sala de en medio, pero también
nosotras en un momento determinado podemos valorar positiva hacer la
prueba de salir a la sala txiki).
La puerta de clase, estará siempre abierta.
La persona de apego debe decirle a la criatura que se va un ratito: se le
puede decir “veo que estás aquí jugando con el camión, voy a salir a leer el
periódico, mira aquí, en este banco, si necesitas algo, yo aquí voy a estar”.
Es conveniente que traigáis un libro, periódico, pasatiempos… algo para
pasar ese rato en el pasillo, y que a la vez ese algo sea la disculpa, la razón
que se le da a la criatura para salir al pasillo. Si la criatura le sigue, hay que
aceptarlo. En ningún momento, reñirle o decirle que vaya adentro. Sí
animarle.
Fuera, no hablarle demasiado, no “distraerle”, no divertirle. Si saca algún
juguete hay que decirle que los juguetes no se sacan de clase. Que la
criatura viva el estar fuera de clase como algo en contraposición a “clase:
actividad, juego, atractivo”.
La criatura tiene libertad para entrar o salir.
7. Cuando veamos que ya es capaz de estar un rato largo sin necesidad de la
cercanía de la persona adulta, que está centrada en la actividad que está
haciendo, se puede ensayar salir al patio. Se le puede decir “veo que estás
aquí jugando con el camión, voy a salir al patio a tomar un poco el aire,
mira ahí, si quieres puedes mirar por la ventana y me saludas. Yo voy a
estar ahí. No me voy a ir del patio”.
Una vez que ya veamos que es capaz de estar tiempos largos, la
acompañante se puede ir a casa. Pero siempre hay que despedirse. Siempre
siendo sinceras-os. No vale “escaparse” sin decir nada. Hay que decirle que
os vais a hacer una compra, por ejemplo, y que volvéis enseguida. Ese
enseguida, tiene que ser, de verdad, enseguida. Al principio, cinco minutos.
Dependiendo de cómo esté el niño-a, se podrá alargar. La despedida tiene
que ser corta y sin titubeos.
Damos por hecho que todos tenemos sentido común. Que tanto la
andereño, como la familia, queremos lo mejor para la criatura. Y tan
perjudicial sería abandonarle sin que estuviera adaptada, como impedir que
vaya haciéndose autónoma. Apelamos a ese sentido común, para
individualmente ir viendo si la niña-o necesita de la presencia de la
acompañante ó no.
Ya veréis, cómo son muy diferentes unas criaturas de otras. No agobiaros,
si los resultados no son cómo esperabais.
CALENDARIO DEL PERÍODO DE ADAPTACIÓN
Banatu.
3.VARIOS: comentar sólo lo más importante, porque esta hoja se les
reparte para leer con más atención en casa.
Banatu.
4. RUEGOS Y PREGUNTAS