1. Rincón de psicología: volvemos al colegio, comienza el nuevo curso
Se acaba el verano, los pequeños están morenitos, han crecido y se han cargado de
energía. Los horarios y las costumbres han cambiando, han disminuido las obligaciones y
hemos flexibilizado el ritmo de actividades... pero ahora, debemos volver a organizarnos.
Para los padres la tarea es dura: comprar uniformes, comprar libros del nuevo curso y
material escolar...; a veces sufren cierto grado de ansiedad que desaparece cuando
comienza de nuevo la rutina diaria. Para los niños los cambios son alteraciones, pues ya
se habían habituado al ritmo veraniego y ahora deben entrar en un ambiente muy
diferente al de antes.
1. Los padres nos preguntan: "¿cómo preparamos la vuelta al colegio de nuestros
hijos?"
Con tiempo e ilusión hablaremos positivamente a los padres pero sin entrar en detalles
excesivos. Les diremos que conocerán a su nueva profesora y a nuevos amigos que
serán sus compañeros de clase. El testimonio paterno de la época escolar puede ser un
referente, pues los padres pueden contar a su hijo anécdotas e historias que vivieron en
su periodo infantil, y así el niño comprenderá que papa y mama también fueron pequeños
y que pasaban parte de los días en el colegio continuando la educación que empezaron
en casa.
Muchas veces los niños necesitan algún objeto personal (objeto de apego) que les aporte
cierta seguridad y recoja su angustia; los padres pueden darle algo suyo que represente
su propia niñez, y que ellos utilizaron en su momento para ese fin.
Es importante que los pequeños comiencen a aprender a pedir las cosas y manifiesten
sus necesidades,pues ahora los papas no estarán presentes en todo momento y los niños
se dirigirán a la profesora cuando quieran ir al baño, necesiten tener la nariz limpia o
abrocharse sus zapatos. La profesora insistirá en conseguir el mayor grado de autonomía
posible en estas necesidades básicas.
El niño se debe adaptar a las personas que están en el colegio y aprender lo que va a
hacer con cada una de ellas: profesora, cuidadora del comedor, directora..., pues el
colegio es el mejor lugar para la adaptación social y para la socialización de los pequeños,
y los padres deben apoyar este hecho con su propia actitud.
2. Los alumnos nos preguntan: "¿a qué clase voy?"
• Para los más pequeñitos (los que comienzan el cole por primera vez) ir a la escuela
infantil significará una separación de los papas pero una continuación del ambiente en
que viven, pues pasaran de su casa y de su habitación de juegos a otro lugar (otra
casita con otra habitación, su clase) lleno de juegos nuevos y de diversiones aún
desconocidas para ellos. Además su nueva casa tendrá también un patio de recreo para
correr y saltar, y muchos amigos para jugar.
• Para los que ya están (los que cambian de clase en educación infantil) el cambio
significará una nueva profesora, pero la adaptación ya estará bastante superada.
• Para los que pasan de la educación infantil a la educación primaria, el cambio será
mucho mayor... la disposición de la clase será muy diferente y las asignaturas muy
diversas. Aparecerán los exámenes y las notas y estos alumnos deben dar un gran paso
adelante.
2. 3. "Voy al cole por primera vez"
Los primeros días del colegio son arduos para los niños. Se ponen nerviosos, a veces
lloran, persiguen a la profesora por toda la clase y parece que cada jornada no se acaba
nunca. Pasan el día con el niño de su edad y con adultos diferentes a sus familiares. A
veces los papas se preguntan: "¿acompañamos al niño el primer día de clase?"; la
respuesta es compleja. Es lógico que existan sentimientos de duda, pena, o cierto miedo
por parte de los padres... pero debe prevalecer la serenidad y la confianza en la escuela
infantil a la que va a ir el pequeño. Por otra parte, si no hay seguridad de mantenerse
firmes en el momento de separarse de los niños, es mejor que los acompañe otra
persona.
El periodo de adaptación es difícil y los papas deben estar convencidos de la
incorporación al mundo escolar de su hijo, pues los niños perciben nuestras dudas y
temores mucho más de lo que nosotros pensamos. Para preparar la adaptación, en
primer lugar, es necesario informarse todo lo posible sobre el funcionamiento del centro
(horarios, profesorado) e incluso llevar al niño a conocerlo antes de llegar el primer día
para que se vaya familiarizando con el ambiente. Una entrevista con la tutora aportando
datos básicos que permitan conocer al niño ayudará a una mejor adaptación. Se puede
comentar el carácter, los gustos la evolución del lenguaje, si duerme bien, qué tal come...
Existen centros en los que el periodo de adaptación se desarrolla progresivamente;
empieza sólo un par de horas al principio para ir ampliando el horario hasta la hora de la
comida y así se reduce la angustia de las primeras semanas. En cualquier caso, cada
niño es diferente y la superación de la adaptación varía de unos a otros. A veces la
duración es de unas semanas, otras es sólo de unos días, pero en ocasiones puede pasar
más de un trimestre hasta que el niño se sienta emocionalmente estabilizado.
Debemos recordar que el niño de repente se va a sumergir en un grupo de iguales amplio
y con unos adultos que tiene que compartir pues la escuela es el segundo núcleo de
socialización después de la familia, y en ella el niño se enriquecerá incorporando a su vida
nuevos hábitos y actividades; pero para ello necesita una asistencia continuada a su
segundo hogar.
4. Recomendaciones para los alumnos de educación inicial
• Llevar al niño puntualmente a la escuela infantil para no alterar las actividades de
acogida.
• Intentar que el niño asista de la manera más rutinaria posible hasta que se acostumbre:
hacer los mismos preparativos por la mañana, llegar al cole a la misma hora, recogerlo
todos los días a una hora aproximada...
• Despedirse de manera breve pero con sentimiento, diciéndole que por la tarde iremos
como siempre a buscarle, para que se tranquilice.
• Comentar con el profesor solo las informaciones esenciales (si el niño está enfermo, si
tiene comida especial...); para conversar más distendidamente se solicitará una
entrevista.
• No engañar al niño diciendo "ahora vuelvo", pues si mentimos perderá la confianza en
nuestros mensajes.
• Permitir que el niño lleve un objeto de apego para refugiarse en él durante los
momentos de angustia y cierto grado de ansiedad.
• Elegir ropa cómoda y practica: pantalones con cinturilla elástica, zapatos con tiras auto
ajustables...