Este documento describe la serie de pinturas "Los Girasoles" de Van Gogh. Van Gogh pintó varias versiones de girasoles en jarrón en el verano de 1888 en Arles, Francia, con la intención de impresionar a su amigo Paul Gauguin. Van Gogh se obsesionó con estas flores y experimentó con diferentes disposiciones y colores brillantes. El color amarillo representaba felicidad y serenidad para Van Gogh, aunque él personalmente sufría de timidez e introversión.