1. LA MENTALIDAD EMPRESARIAL
Desarrolla y mantiene una mentalidad de solución de problemas, de
progreso, de ser antes que tener. Escoge bien tus batallas, enfrenta
la adversidad con fe y trastorna todo a tu paso para bendición. Ten
una mentalidad empresarial.
¿Qué es la mentalidad empresarial? Es un marco de referencia
que le permite a una persona tornar adversidades en posibilidades,
promoviendo el progreso personal, progreso en otros y en las
instituciones a las que representa. El mayor testimonio de los
empresarios es que han resuelto un problema de una manera
diferente a lo que otros lo resuelven; toman lo que haya a su
alrededor que a otros les parece difícil y adverso, y lo tornan; en sus
vidas hay progreso. Pero un empresario no es un empresario si él es
el único que progresa. Tienen que progresar otros, y también la
institución.
Cuando un empleado tiene mentalidad únicamente de ser promovido
en la empresa, solo él es promovido. Cuando hay una mentalidad
empresarial, la gente a tu alrededor también se hace mejor, tú sacas
las mejores características de los que están a tu alrededor, sabes
ubicarlos en los lugares correctos, y la institución progresa y
prospera.
Características de la mentalidad empresarial:
1. Los emprendedores no están esperando que les digan
para hacer algo; simplemente, actúan. Se enfocan en la
acción. No esperan directrices. Saben seguir instrucciones,
seguir la autoridad, pero cuando ven una necesidad, la tocan, lo
hacen, se mueven. Lo que haya que hacer, lo hacen; no están
esperando que les digan que hay que ir a hacerlo.
2. 2. Miden su crecimiento personal por los retos que
enfrentan, no por los resultados de su pasado. Tu
crecimiento no está en tus resultados pasados, sino en los retos
que tú has vencido, en los problemas que has enfrentado.
3. Batallan contra todo aquello que detenga el progreso. Si
hay una estructura que está impidiendo el progreso, la
cambian. Pelean contra todo lo que evite crecer. Hacen lo que
tengan que hacer.
4. No cuestionan sus capacidades ante los retos. Con lo que
sabes, haz lo que tengas que hacer, lo que puedas hacer. Dios
te ha estado preparando. Las habilidades, las capacidades que
tú tienes son suficientes para vencer todo reto. No es que no
busques crecer, pero tampoco dudes de tus capacidades ya
adquiridas.
5. Aprenden a encontrar valor en toda situación. Y el valor
de toda situación, positiva o negativa, es aprendizaje. Pablo
decía: Sé estar en mucho y en poco, en todo y por todo
aprendo algo en mi vida.
6. Prefieren transformación a simplemente perseguir una
meta. De nada te sirve alcanzar una meta, si no eres mejor
persona al alcanzarla. Tu condición es temporera, pero la
transformación siempre es permanente. El logro es en lo que
te conviertes, en lo que llegas a hacer, las habilidades que
desarrollas.
7. Saben que hay que ser antes de tener. Tú no te haces
millonario en un día, pero hay un día que tú sabes que puedes
llegar a serlo. El hijo pródigo pide a su padre la herencia, y el
padre se la dio y él la desperdició porque, si tú tienes dinero
pero no la mentalidad para sostenerlo, lo desperdicias. Cuando
le pidió perdón al padre, le dijo: Hazme como uno de tus
jornaleros. Y entonces le devuelven todas las cosas. Una cosa
es dame, otra, hazme. La gente viene donde Dios a decirle:
3. Dame; en vez de hazme. Pero es cuando tú le pides a Dios que
te haga, que entonces Él te da. Salomón pidió a Dios que le
hiciera más sabio, y Dios le dio sabiduría y con ella todas las
cosas. Cuando Elías se iba, preguntó a Eliseo qué quería, y
Eliseo dijo: una doble porción de tu Espíritu, de tu
unción. Eliseo quería lo que había llevado a Elías a hacer todo
lo que había hecho, no lo que tuviera materialmente
hablando. Y Elías dijo: Cosa difícil, grande has pedido. Y en
adelante, Eliseo siguió a Elías, y Dios lo fue preparando en el
interior. Siempre en la vida los emprendedores saben que hay
que ser antes que tener.
8. No esperan gratificación instantánea; están dispuestos
siempre a sacrificar para el futuro.
9. Buscan consejo, pero saben que siempre ellos tendrán
que tomar la decisión final. Y la responsabilidad es suya
también. No buscan pasarle a nadie la responsabilidad de las
decisiones finales.
10. El emprendedor creyente reconoce que Dios es la
fuente de toda bendición.
Hay quienes confunden la mentalidad empresarial, y la llevan a un
balance que les perjudica y no les beneficia. Piensan que están
siendo emprendedores de éxito, cuando en realidad lo que han hecho
es llevar su vida a un desbalance mental y emocional que no les
permite progreso. Tienes que entender el balance necesario.
1. Persistencia se puede convertir en terquedad. El
emprendedor es persistente pero no es terco. El que tiene una
mentalidad de éxito no quiere perder nunca; entonces, se
puede volver terco en perseguir algo que ya no debe
perseguir. Hay cosas que llegaron a su final, a su momento; no
4. produjeron, no salieron. Los litigios son de las cosas que más
retrasan a cualquier empresa. Todo buen empresario sabe que
es mejor perder hoy $10,000 que terminar perdiendo 10 años y
$300,000. Otros lo ven como que se admitió culpabilidad, pero
no; tú ganaste 10 años y el otro lo que ganó fueron
$10,000. Solo los miserables se la pasan demandando. El que
cambia perseverancia por terquedad lo que busca es un triunfo
para el ego, y no verdaderos resultados. El terco es una
persona con el ego inflado, que no quiere que nadie sepa que
perdió una. Pero una cosa es persistencia, otra,
terquedad. Terquedad es un tributo al ego, no a los resultados
empresariales.
2. La fe se puede convertir en negligencia. En la mentalidad
empresarial, una cosa es fe, otra, negligencia. Y muchos
creyentes cambian fe por negligencia. El emprendedor tiene
que tomar riesgos calculados, pero la fe no es lanzarse al vacío,
no es esperar algo sino tener la convicción de que Dios dijo que
te lo va a dar. Si no estás convencido, no te tires. Porque fe
no es un capricho, no aspiración, deseo, sino estar convencido
en tu interior, en tu espíritu, de que Dios te lo dijo, de que está
para ti. Entonces, tomas pasos, arriesgas, pero no es de
manera negligente. Para muchos, la fe parecerá locura, pero
no es la negligencia que la gente toma en momentos en su
vida. En la vida hay que lanzarse, pero abstente de tomar
malas decisiones por negligencia.