1. BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
LICENCIATURA:
CIENCIAS POLITICAS
MATERIA:
COMPUTACION
TEMA:
EL MAXIMATO 1928- 1934
PROFESOR:
EDUARDO GONZALEZ
ALUMNA:
KAREN ABURTO GUEVARA
MATRICULA: 200819075 CUATRIMESTRE: 3°
OTOÑO 2009.
H. PUEBLA DE ZARAGOZA A 25 DE NOVIEMBRE DEL 2009.
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TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCION........................................................................................................................... 3
ANTECEDENTES.......................................................................................................................... 4
EL MAXIMAZO Y LOS INICIOS DE LA INSTITUCIONALIZACION:............................................. 5
LA FORMACION DEL PARTIDO................................................................................................... 5
EMILIO PORTES GIL. ................................................................................................................... 8
PASCUAL ORTIZ RUBIO............................................................................................................... 9
ABELARDO L. RODRIGUEZ........................................................................................................ 10
FIN DEL MAXIMATO Y EXILIO DE CALLES............................................................................. 11
BIBLIOGRAFIA ........................................................................................................................... 13
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INTRODUCCION.
El periodo comprendido entre los años 1928- 1934 es mejor conocido como el
maximato, debido a que Plutarco Elías Calles, quien era conocido como el jefe máximo
de la revolución y quien fue presidente de la república de 1924 a 1928 después de su
mandato presidencial tuvo en mayor o menor grado influencia política sobre los tres
presidentes que le sucedieron: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L.
Rodríguez quienes estaban subordinados en distintos grados a los intereses y política del
ya ex mandatario.
Sin duda este periodo fue uno de los más relevantes en la historia de nuestro país debido
al grado de autoritarismo que tenía Plutarco Elías Calles sobre los presidentes ya
mencionados. En estos seis años se refleja claramente las intenciones que Elías Calles
tenia de manejar la vida política del país, pero esto solo le fue posible en medida en que
cada presidente lo permitía.
El vacío dejado por Obregón en el liderazgo político-militar replanteó al grupo
gobernante el problema de la dirección política. La ausencia evidente de un caudillo
superior a los existentes condujo a la necesidad de su convivencia para preservar la
conducción del Estado. Sin embargo, esta situación no eliminó la ventaja, en la
correlación política, que Calles tuvo como presidente en funciones, pero sí le hacía
imposible su liderazgo únicamente a través de su poder personal. Este conjunto de
condiciones políticas del momento impusieron la necesidad de implementar un aparato
de cohesión de los caudillos, que al mismo tiempo se legitimara como instrumento de
poder al convertirse en el único vehículo de acceso al Estado. La realización de este
proyecto cambió las reglas del juego político al invalidar la búsqueda del poder a través
del ejercicio de las armas, la clientela y el partido del señor de la guerra. El instrumento
fue el PNR en cuya formación participó Calles y su grupo.
A lo largo de este escrito se presentará el periodo de mandato de los presidentes
subordinados a Calles ya que de esta manera lograremos saber hasta que grado esté
tenia influencia sobre los ya mencionados y hasta donde le fue posible defender sus
intereses.
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ANTECEDENTES.
En el cuatrienio callista, el sistema político fue una diarquía, sobre todo en 1926,
cuando Obregón regresó abiertamente a la política, decidido a defender y promover su
reelección. A partir de esto, la presión sobre Calles fue mucha y ésta empeoró cuando
Obregón y Luis N. Morones rompieron relaciones amistosas irreconciliables pues
ambos pretendían la silla presidencial; esto obligaría a Calles a actuar como mediador
entre ellos muchas veces. Aquella rivalidad acentuó las divisiones que había en el
Congreso debido a los problemas interregionales, se formaron bloques de cromistas,
socialistas, agraristas, obregonistas, moronistas y algunos callistas, que luchaban a favor
o en contra de la reelección de Obregón.
La reelección de Obregón y la formación de bloques hicieron más conflictiva la
situación política del año de 1926. Al año siguiente se presentaron las candidaturas de
Arnulfo R. Gómez y Francisco R. Serrano para la presidencia, pero, tal como lo había
anticipado el primero de ellos, “Obregón precipitó los acontecimientos empujando a sus
adversarios a la rebelión; y en calidad de rebeldes, Gómez y Serrano fueron
aprehendidos y fusilados en octubre de 1927.
Al fin logró imponerse la voluntad de Obregón, que también Calles compartía.
El Congreso de la Unión aprobó las reformas a la Constitución Mexicana en el sentido
de permitir la reelección al cargo de Presidente de México, siempre que no fuera para el
periodo inmediato. Obregón aceptó su candidatura el 26 de junio de 1927 y poco
después recorrió casi todo el país en su campaña política. El 10 de julio de 1928 se
efectuaron las elecciones y Obregón resultó electo Presidente de la República.
Con el asesinato de Obregón, el problema político inmediato era nombrar al
presidente interino. Calles propuso ante el Congreso que, la persona que se postulara a
la presidencia interina, y a la constitucional después, no perteneciera al ejército.
Además, Calles impidió que se postularan algunos legisladores obregonistas. El aún
presidente de México consiguió que fuera elegido Emilio Portes Gil, cuya presidencia
comprendió del 1 de diciembre de 1928 al 5 de febrero de 1930, tiempo en el cual se
prepararía el proceso para la elección constitucional de un nuevo presidente.
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EL MAXIMAZO Y LOS INICIOS DE LA INSTITUCIONALIZACION:
La crisis política por la que atravesaba la familia revolucionaria, en el poder
desde 1926, se hizo más severa a raíz del asesinato de Obregón. Teniendo en su cuenta
que la reelección de Obregón había ocurrido en circunstancias de conflicto, debido a las
rivalidades existentes entre el caudillo y el líder morones, y por la manera violenta en
que se eliminara a los otros dos principales aspirantes a la presidencia, la muerte de
Obregón, que beneficiaba a morones y a los antirreeleccionista y, por supuesto, a calles,
fue en nuevo factor de lucha enconada entre los grupos que se disputaban el poder.
Calles manifestó su informe la idea de constituir un gran partido revolucionario
que incorpore a los miembros de las diferentes facciones revolucionarios, destinadas a
controlar la política general del país pero reconociendo la autonomía de los partidos
locales. La idea del partido como agente institucionalizador había quedado esbozada
aquel primero de septiembre solamente faltaba que fuera aceptada por todos los
hombres fuertes que constituían a la familia revolucionaria.
Así pues calles consiguió que fuera elegido Emilio portes Gil, un joven político
que no había ocupado puesto en alguno de su gabinete y podía considerarse como
obregonista sin que fuera contrario al callizo, había sido gobernador en su natal en su
natal Tamaulipas, donde emprendió una labor agrarista que le valió el agrario popular
también había desempeñado un gran papel política al dominar a sus fuerzas de
tendencias socialistas que intentaron desestabilizar su gobierno. La comisión de
diputados que Eligio a portes Gil estableció que la presidencia interina se prolongara de
primero de diciembre de 1928 al 5 de febrero de 1930, lapso en el que prepararía el
proceso para la elección de un presidente.
LA FORMACION DEL PARTIDO.
En noviembre de 1928 la prensa anunciaba que los representantes de los partidos
políticos estatales habían aceptado formar parte del partido nacional revolucionario
(PNR), cuya dirección estaría a cargo del general calles. Era previamente pretensión de
centralizar la política mediante una maquinaria nacional que fuera controlada por una
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sola persona; no obstante, se mantenía el principio federativo al señalar que se respetaría
la autonomía de los partidos locales.
La declaración de principios del PNR muestra una clara congruencia con la
filosofía de calles, que en más de un sentido era herencia de Obregón. El documento
señalaba:
1) el partido revolucionario acepta en forma absoluta, y sin reservas de ninguna
naturaleza, el sistema democrático y la forma de gobierno que establece la constitución
política de los estados unidos mexicanos.
2) el partido nacional revolucionario tendrá como una de sus finalidades
esenciales la de realizar en nuestro país un mejor social y en el orden de ideas que
comprende la lucha de clases velara por la formación y cumplimiento de las leyes que
constituyen una garantía de los derechos del proletariado.
3) el partido nacional revolucionario declara que el constante e indeclinable
sostenimiento de la soberanía nacional debe ser la base de la política internacional.
4) el partido nacional revolucionario declara que los gobiernos emanados de
acción política del partido deberán dedicarse sus mayores energías a la reconstrucción
nacional, prosiguiendo la labor que han desarrollado ya las administraciones
revolucionarias.
5) el partido revolucionario reconoce que el poder publico será factor
concurrente a la revolución de estos postulados si su integración se hace con elementos
de la debida filiación política.
El PMR reforzaba los principios del articulo 3 constitucional y se proponía que
la educación se encauzara hacia una vigorización del nacionalismo, el PNR proponía el
fomento a la industria mexicana, proposición en concreto consistía en brindarle
protección, crear bancos emprender campañas publicas para hacer crecer al consumo de
artículos mexicanos.
Sobre la agricultura, el programa del PNR proponía:
a) restituir y dotar e tierras a los ejidos.
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b) colonizar aquellas regiones de la republica que fueran previamente
favorecidos con obras de irrigación.
c) apoyar a los empresarios agrícolas, siempre que no contravinieran a la política
agrarista.
Por aquellas fechas de la creación del PNR, calles apenas comenzaba a ser el
hombre fuerte. Ya se ha señalado que de hacho no contaba con un número de seguidores
capaz de contrarrestar al poderoso grupo obregonista a la hora de buscar los candidatos
para la presidencia constitucional. Aarón Sáenz, un miembro de ese grupo y jefe
después de la muerte del caudillo, era considerado en los medios políticos como el
candidato idóneo, circunstancia que reconocía el presidente interino y el mismo calles.
Pero no reunía las condiciones necesarias para continuar la obra callista, y mucho
menos estaría dispuesto a permitir la injerencia del jefe máximo en su gobierno, calles
aconsejo a portes Gil que simulara aceptar la candidatura de Sáenz, con el propósito de
apaciguar a los obregonistas, muchos de los cuales seguían culpando a calles de la
desaparición de su líder. Sáenz renuncio entonces a la gobernatura de nuevo loen y se
dispuso a prepara su campaña de 1929.
Mientras tanto portes Gil manda a llamar a pascual Ortiz rubio, un ingeniero en
minas que había participado en la revolución a favor del carrancismo; en ese momento
Ortiz rubio tenía el puesto de embajador de brasil. El presidente interino dijo haberle
llamado para que colaborara en su gabinete como secretario de gobernación.
Al llegar a México, Pascual O. Rubio se entrevistó con calles por iniciativa del
presidente, y al saberse de éste encuentro se fueron inclinando a favor de la candidatura
del recién llegado todos los políticos que estaban de desacuerdo con la candidatura de
Sáenz.
Las razones impulsaron a calles a escoger a Ortiz rubio para la presidencia
parecen comprensibles: en primer lugar el candidato estuvo descontento de la situación
política de México durante los seis años que permaneció en extranjero, circunstancia
que hacia difícil que poseyera fuerza política propia, de manera que no tendría mas
remedio que aceptar los consejos del jefe máximo, a esta ventaja se agravaba el hecho
que Ortiz era poseedor de una indiscutible honestidad, lo cual le puede parecer a calles
muy favorable a su propósito.
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EMILIO PORTES GIL.
Su gobierno se caracterizó desde un principio por conflictos con organizaciones
obreras (obregonistas en su mayoría) que habían estado en contra de su designación
como presidente interino (en particular la Confederación Regional Obrera Mexicana, la
más grande asociación obrera de la república en ese entonces). Los conflictos con la
CROM y otras organizaciones sindicales (comunistas, socialistas, anarquistas y
católicos) ocurrieron en el contexto de la recesión que, desde septiembre de 1929
avasalló a la economía de Estados Unidos, con la que la economía mexicana ya había
logrado--a pesar de los once años de guerra civil--un alto grado de integración. Ocurrió,
además, en un momento en el que Calles--quien aprovechó su salida del poder para
viajar por distintos países de Europa--trataba de construir un consenso nacional similar
a los que, en el mismo periodo, se construían en Italia y Alemania siguiendo las
fórmulas del corporativismo, el fascismo y el falangismo.
En lo político, Portes Gil permitió a Calles dar un paso fundamental hacia el
Maximato, el ex presidente (Plutarco Elías Calles) había sido nombrado presidente del
recién formado Partido Nacional Revolucionario (PNR), antecesor del PRI. Este cargo
resultaría definitorio a la hora de consolidar su poder, pues le permitió de una vez por
todas acabar con las aspiraciones de los obregonistas, convirtiéndose en el líder máximo
de la política nacional.
Así, el día 4 de marzo de 1929, el recién creado Partido Nacional Revolucionario
(PNR) tomaba protesta a Pascual Ortiz Rubio como su candidato para las elecciones
presidenciales de 1930. La elección de éste se dio en la más absoluta oscuridad, pues
hasta pocos días antes Ortiz Rubio se había desempeñado como embajador en Brasil. En
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realidad su elección no tuvo otro motivo más que desarticular al obregonismo,
representado por la candidatura de Aarón Sáenz (ex gobernador de Nuevo León, y a
quien todos consideraban como el próximo presidente) y, sobre todo, aplastar la
candidatura ciudadana de José Vasconcelos, ex rector de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
De esta manera, Calles, usando todo el capital político del partido que
controlaba, así como el aparato de la administración pública federal, encabezada por
Portes Gil, inclinó descaradamente la balanza hacia su candidato, asegurando la
presidencia de la República, a pesar de lo cual es importante considerar otro
acontecimiento marcaría la presidencia de Portes Gil, un levantamiento armado que
sería recordado como el último levantamiento militar de importancia hasta la aparición
del EZLN, en 1994. Se trata de la así llamada, "revolución escobarista".
PASCUAL ORTIZ RUBIO.
Asumió el cargo de Presidente el 5 de Febrero de 1930, venciendo a su
contrincante José Vasconcelos Calderón, ese mismo día fue objeto de un ataque que le
dejó como resultado algunas heridas en el rostro. Dos meses duró la convalecencia de
Don Pascual en el hospital de la Cruz Roja, días que le obligó a dejar el poder en manos
de sus colaboradores.
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Durante su gobierno se formó la Comisión Nacional de Turismo; Baja California
se dividió en dos territorios; el Norte y el Sur; se inauguró la carretera México-Nuevo
Laredo; se promulgó la Ley Federal del Trabajo el 28 de Agosto de 1931; México
ingresó a la Liga de las Naciones y se suprimió el territorio de Quintana Roo,
ampliándose los límites de Campeche y Yucatán.
La dinámica propia del Maximato, en el que el ex presidente Plutarco Elías
Calles, el autoproclamado "Jefe Máximo de la Revolución Mexicana", mantenía cuotas
importantes de poder, hizo insostenible la presidencia de Ortiz Rubio, por lo que, al
cabo de dos años, presentó su renuncia al cargo en 1932. Antes de irse y haciendo eco
de la atmósfera de golpe de Estado que se respiraba afirmo:
"Salgo con las manos limpias de sangre y dinero y prefiero irme y no quedarme
aquí sostenido por las bayonetas del ejército mexicano".
ABELARDO L. RODRIGUEZ.
Rodríguez ejerció la presidencia en calidad de sustituto del 4 de septiembre de
1932 hasta el 30 de noviembre de 1934, en calidad de Presidente Constitucional Interino
de México, con la misma política que tuvo en su época de gobernador de Baja
California.
Durante su presidencia promulgó la reforma antireeleccionista a la Constitución,
que evitaba la reelección inmediata de todos los cargos de elección popular, establecida
a partir del 29 de abril de 1933.
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Reformó la Ley del Patrimonio Ejidal, creó el Banco Hipotecado y de Obras
Públicas hoy Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (BANOBRAS) uno de los
pocos bancos paraestatales, que comenzó a funcionar en febrero de 1933.
También, con la Ley de Beneficencia Privada estableció que los organismos
privados de altruismo, fueran regulados por la Secretaría de Gobernación, y a partir de
2004 esta función pertenece a la Secretaría de la Función Pública. Asimismo envía al
Congreso la iniciativa de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de
México y una ley contra los monopolios.
Otorgó, por decreto del 2 de mayo de 1933, el completo control de cambios al
Banco de México.
Desde junio de 1933, Calles había expresado la conveniencia de elaborar un
minucioso programa de acción que debería aplicarse en el siguiente periodo
presidencial. El grupo cardenista logró que el Plan Sexenal se convirtiera en un
programa de transformación, tendiente a reivindicar a fondo los principios de la
Revolución, con muchos los cuales Calles ya había demostrado que no estaba de
acuerdo.
Estableció el 5 de enero de 1934, el salario mínimo, y el 10 de octubre del
mismo año, fue reformado el artículo 3º de la Constitución para establecer la educación
socialista.
Por otro lado, exigió a la iglesia que se sujetase a la ley, teniendo
enfrentamientos políticos serios con el clero en Veracruz, Tabasco y Jalisco. Extendió el
periodo presidencial de 4 a 6 años.
FIN DEL MAXIMATO Y EXILIO DE CALLES.
Cárdenas asumió la presidencia el 1 de diciembre de 1934. Calles tenía la idea
de disponer del gobierno de Cárdenas tal y como lo había hecho en el pasado, pero lo
que comenzó a suceder fue que Calles comenzó a perder poder y autoridad. Por esos
días Calles enfermó de la vesícula y recibió de sus médicos la recomendación de
trasladarse a Los Ángeles para ser operado. Al partir el 11 de diciembre de 1934, Calles
se confortaba con saber que había impuesto en el gabinete de Cárdenas a tres callistas y
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que además había logrado que sus hijos Plutarco y Alfredo, fueran convertidos en
gobernadores de Nuevo León y Tamaulipas respectivamente; y que a su yerno Fernando
Torreblanca Contreras se le nombrara subsecretario de Relaciones Exteriores.
En mayo de 1935, Calles regresó a la ciudad de México, en cuya estación
ferroviaria fue recibido por el presidente y una comitiva de callistas. Luego sostuvo una
larga plática con Cárdenas, pero la situación política no cambió. El 12 de junio de 1935,
Calles hizo declaraciones para exigir que se pusiera fin a la ola de huelgas y a la
división del Congreso, ya que, en sus palabras, “por último interviene el ejército, como
consecuencia, el choque armado y el desastre de la nación”.
En suma, Calles exigía devolver su influencia política a Luis N. Morones y
amenazaba a Cárdenas, en caso de no suprimir las divisiones del Congreso, en retirarle
el poder como lo habría hecho con el ingeniero Ortiz Rubio. En respuesta, Calles
solicita la renuncia de los miembros del gabinete con filiación callista. El 16 de junio
Calles se lamentaba por sus palabras y declaró que se retiraba definitivamente de la vida
política nacional. En el Zócalo de la capital los contingentes obreros manifestaron su
apoyo a las decisiones de Cárdenas.
Mientras tanto, en su hacienda de Santa Bárbara, Calles comienza a hacer los
preparativos para un viaje de recreo a Hawai. Durante su ausencia, el gobierno de
Cárdenas se consolida y los periódicos aprovecharon la oportunidad para ridiculizarlo a
él y a sus partidarios. El 13 de diciembre de 1935 Calles regresó a la ciudad de México
para defender al callismo de los ataques que estaba sufriendo; los periódicos que lo
habían adulado en el pasado, se negaron a publicar sus declaraciones. Su arribo originó
diversas protestas y la separación de algunos gobernadores, senadores y diputados de
sus cargos. La tensión entre callistas y cardenistas se prolongó hasta que el presidente
Cárdenas tomó la decisión de romper definitivamente con Calles.
La noche del 9 de abril de 1936, veinte militares y ocho policías armados
entraron en la hacienda de Santa Bárbara, residencia de Calles, le comunicaron que
Cárdenas le ordenaba prepararse para salir del país a las siete de la mañana. El 10 de
abril fue conducido al Puerto Central Aéreo, donde en compañía de otros activos
callistas, Luis L. León, Luis N. Morones y Melchor Ortega; abordó un aeroplano que lo
llevó al exilio en Estados Unidos.