1. MENORES INFRACTORES
MTRO. AGUSTÍN GASPAR ALCANTAR
ALUMNA: ANA LILIA XICOHTÉNCATL GONZÁLEZ
“LOS MALDITOS : CRÓNICA NEGRA
DESDE PUENTE GRANDE”
Autor: Lemus, J. Jesús
Lugar de edición: Ciudad de México
Editorial: Debolsillo (Círculo de lectura)
Año de edición: 2016
Es la biografía de un periodista entrelazada con las biografías de prisioneros
sentenciados a la privación de su libertad por 50 años, aunque pesaban sobre ellos
sanciones que ni el mítico Matusalén podría purgar: sentencias de 393 años, por
ejemplo. El autor Investigaba sobre cómo estaban diseñándose las nuevas rutas del
narcotráfico en Michoacán, Guanajuato y el centro de México. Señala que su error
seguramente fue comentarlo con algunas fuentes policiacas, porque eso encendió
los focos de alerta. Se dirigía a un evento de la señora Margarita Zavala, en La
Piedad, Guanajuato, y de todos los periodistas de Michoacán, el único que no entró
por órdenes del Estado Mayor Presidencial, fui él. El 7 de mayo de 2008 fue
secuestrado por quien era su fuente informativa. Pasó dos días y siete horas en una
casa ministerial. Lo torturaron, desnudaron y presentaron un acta de
autoincriminación que quisieron obligarlo a firmar. Ya en el Ministerio Público le
informaron que había sido detenido por el delito de delincuencia organizada,
acusado por el mismo comandante que lo secuestró. La organización Reporteros
sin Fronteras ya había emitido un comunicado sobre un reportero aprehendido por
acusaciones de narcotráfico sin prueba alguna. El gobernador de Guanajuato, a
través de su Procuraduría General y un estudio criminológico hecho a base de dos
preguntas: ¿Cómo te llamas? y ¿qué edad tienes?, determinaron que era un reo de
altísima peligrosidad, y lo trasladaron a Puente Grande. Las autoridades del penal
lo recibieron con un odio feroz. Le obligaron a correr casi 800 metros, pero a cada
10 o 20 le detenían entre cuatro personas, ahorcaban y golpeaban hasta que perdía
el conocimiento. En el suelo, lo despertaban las patadas.
2. Estuvo encarcelado en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco.
Más de 3 años sobrevivió encerrado como “reo de alta peligrosidad” . En su libro
que nos ocupa es mas de entrevistas, tras platicar directa e indirectamente con
Daniel Arizmendi (alias el Mochaorejas), con los Narcosatánicos, con los primos del
Chapo, entre otros. En el capítulo ocho trata “La fuga del Chapo”, quien salió “por la
puerta principal vestido de agente federal”; los rumores (“y un rumor que no es
desmentido, ya no es un rumor”, como aparece en el filme Sospechosos comunes)
ubican esa dizque fuga en un arreglo con el foxismo con muchos dólares de por
medio. Con 14 capítulos, a Mario Aburto le asigna el número 12… Y a la memoria
llega Luis Donaldo Colosio, donde Carlos Salinas y su grupo, con José María
Córdoba, tienen manchadas las manos y su conciencia con la sangre del sonorense.
Siguen las entrevistas en estilo de crónica con Daniel Aguilar Treviño, el homicida
de Francisco Ruiz Massieu, padre de la secretaria de Turismo con Enrique Peña y
quien figura como interina si enjuician a Ángel Aguirre por la tragedia de Acapulco
(pues le avisaron a tiempo del huracán Manuel y nada hizo porque tenía una fiesta
con su cártel); y cierra con Rafael Caro Quintero, el dizque liberado, pero en realidad
fugado en las narices de Peña.
En el colmo del abuso del poder, la impunidad y la corrupción de los poderes
públicos de todo nivel, este periodista tuvo que ejercer su oficio de reportero en la
cárcel, donde lo puso un alcalde; manteniéndose vivo por “el amor de su esposa y
el cariño de su hija”, dijo, con el factor común de “su pasión por escribir y narrar el
diario acontecer de su entorno” dentro de la cárcel de alta seguridad de Puente
Grande, donde los prisioneros viven, por anticipado, el infierno.