1. (lo/~~nc"·"'J., ((El Oh::>~ I/rS-toY'/c.c.....
I..(OC/Q / dc::.. (lo/O,.....,{.ICf. / /$37-0./'7'./
Capítulo V
..¡ec:-/ 7 ~ re e r" H~ el =: / 7r-f" I',Po 2. c.-I- 35'7. EL ORO
CICLOS DEL ORO Y EXPANSIÓN GlrOGRÁFICA
En la economía metalífera del Nuevo Mundo se distinguen ciclos tempo-
rales cuya definición varía, según diferentes criterios. Hay, por ejemplo,
un ciclo de oro y un ciclo de plata si se considera sea el valor, sea el peso
de estos dos metales. El ciclo del oro abarcaría desde 1503 hasta 1530, de
acuerdo con la importancia de su peso (Hamilton) frente al de los envíos
de plata a España, o se prolongaría hasta 1560 si, prescindiendo de una
comparación respecto al pes'O, se atiende más bien a la relación de valor
entre-el oro y la plata 1. Esta relación tiende a favorecer al oro a medida que
las cantidades de plata en circulación aumentan: de 1:10,11 a comienzos de
la expansión española, se eleva a 1:14,84 a mediados del siglo XVII.
En este caso, el ciclo corresponde a la idea de una inversión en el orden
" de importancia cuantitativa de los dos metales. Tal inversión se ha operado
no sólo en virtud del descubrimiento de yacimientos de plata muy ricos en
México y en el Perú, sino también a causa de una innovación técnica, el
método de separación de la plata mediante su amalgama con el azogue.
En la obtención del oro se distingue, a su vez, una etapa inicial, en la
que los conquistadores se apropiaron de los tesoros acumulados por las
civilizaciones indígenas. Luego sucede un primer ciclo del oro, en el que la
extracción se concentró en lavaderos fluviales con el concurso del trabajo
aborigen. Se distingue todavía un segundo ciclo, cuyos comienzos fluctúan
de acuerdo con las curvas de la desintegración demográfica de los indios,
y que estaría caracterizado por la explotación de minas de veta y el empleo
de mano de obra negra.
El factor de expansión geográfica puede conjugarse también para determi-
nar la extensión de los ciclos del oro. Así, en la curva Hamilton (véase Grá-
Cf. Álvaro Jara, Tres ensayos sobre eC0I1Omía minera hispanoamericana. Santiago de Chile, .
1966, p. 25. Gráfico de la p. 51.
2. 268 HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL 1 EL ORO 269
fico 2) que indica las remesas de oro a Sevilla puede precisarse la incor- gráfica. Así, el análisis de la economía minera no se atiene a la explicación
poración del espacio sometido por las empresas de conquista en las brus- de un desarrollo puramente económico en el que los ciclos de expansión
cas subidas de la cantidad de oro llegado a Europa. Hay un ciclo de oro pueden atribuirse a factores inherentes a esa economía, a menos que se
antillano, sucedido por el acrecentamiento experimentado a raíz de la in- estime que la apertura de fronteras y la búsqueda y el hallazgo subsecuen-
corporación de la Tierra Firme y, finalmente, a partir de 1540, por un ciclo te de yacimientos sean típicos de una economía minera.
continental. El concepto de ciclo económico adquiere en cambio su verdadero relie-
ve cuando el análisis se refiere a aquellos elementos que, en el interior de
GRÁFICO 2 una economía minera ya establecida, trabajan en el proceso de descompo-
PRODUCCIÓN DE ORO EN LA NUEVA GRANADA. CURVA DE HAMILTON sición. No se trata de ninguna manera de deducir de los ciclos de la economía
minera regularidades que sólo son propias de economías desarrolladas de
CONVENCIONES
- Oro llegado a España (segoo E.J. HAMILTON) tipo capitalista sino más bien de percibir sus limitaciones. Es indudable
- ProciJcci6n de oro en ef Nuevo Reino de Granada- - -
que a través de la persistencia secular de una economía minera se dieron
- SeputtLras (Cartageoa) y Tesoro de Tunja ••••••
kg. períodos de auge, a los que sucedieron períodos de crisis y de depresión.
21. P"'~" Sin tratar de forzar los hechos mismos, puede esquematizarse esta oscilación
20.000 I
19. dentro de una cronología y con ella intentar una explicación de fenómenos
18. concomitantes en el mismo plano económico y en su trasfondo social.
17.
16.
15.000
~
I
I -L El historiador francés Pierre Chaunu ha ensayado construir una crono-
logía histórica racional observando los movimientos de expansión y de de-
presión del tráfico comercial atlántico, es decir, construyendo un modelo
cíclico. Este modelo encuentra una coincidencia con los ciclos metalíferos
del Nuevo Mundo, tal corno han sido definidos por Hamilton. Valiéndose
u n
10.000 M
de cifras abrumadoras, Chaunu distingue en el tráfico atlántico cuatro gran-
; ... L des ciclos:'
r-I J -, .!
,.
-- -- -----
5.000
1. Un interciclo de alza (fase A) entre 1504 y 1550.
•.. lo.
S-
. ." ~"
1.000 -..•r L-, 2.
3.
Una gran recesión (fase B') de 1550 a 1562-1563 .
Un segundo interciclo de expansión, entre 1562 y 1610.
4. Una fase de depresión de medio siglo, a partir de 1610.
Resume sus observaciones puntualizando la existencia de dos tenden-
cias opuestas en el Atlántico español-americano: una tendencia ascendente
~a misma curva de Hamilton (y cuantificaciones estadísticas parecidas) desde el comienzo del siglo XVI hasta 1610 y una tendencia descendente,
sugiere otra interpretación del ciclo del oro, cuya significación específi- de pendiente simétrica, más allá- de 1610, las cuales se superponen a la
. camente económica queda determinada por las fluctuaciones de la curva. curva de Hamilton. Chaunu insiste, sin embargo, en que estas observacio-
En este sentido, el ciclo económico del oro, ligado a la expansión de fron- nes reposan en una generalización a posteriori pues el empleo de un modelo
teras, puede ser descrito como un proceso de desarrollo ..La dinámica de cíclico como tal significaría introducir presunciones de la ciencia económi-
este desarrollo está limitada y encuentra obstáculos que desembocan en su ca en la masa de hechos''. .
agot.alÍlÍento. La posibilidad de renovarla depende casi siempre de la exis-
ten.c!a de una nueva frontera puesto que las condiciones técnicas de explo-
tación permanecen, en esencia, idénticas. En gran medida, la explicación 2 Cf- Pierre Chaunu, Séville et l' Atlanlique. VIII 1 (Les structures) y VIII 1-2, París, 1959,
de las oscilaciones de la curva está ligada a fenómenos de expansión geo- pp. 14 ss.
3. 270 HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL 1 IlLORO 271
Sería tentador suponer que a la fase depresiva de un ciclo del oro suce'- La búsqueda del oro se impuso, pues, como necesidad condicionada
de automáticamente una fase de expansión, Pero lo cierto es que si est ,por una relación típicamente colonial. Las penetraciones sucesivas al inte-
'1 . d a rior del continente debían asegurarse contactos necesarios con el mundo
u tima se a, su aparición está ligada a la de una nueva frontera, es decir,
que depende de un hecho externo. , exterior. De allí la urgencia de procurarse una mercancía cuyas posibilida-
Podemos preguntamos si, por las condiciones que determinaron la ex- des de intercambio atrajeran mercancías europeas. Las expediciones que se
p.ansió~ g~ográfica ~,la búsqueda incesante de yacimientos de metales pre- internaban en la Tierra Firme sentían la necesidad de objetos familiares:
CIOSOS, Implant,a~lOn de economías mineras -un hecho reconocido para
!a armas, trajes, vino, aceite, quincallería.
toda Hispanoamérica-e- no se debió a un puro azar. Para explicar este he" En Santa Marta, en medio de frecuentes incursiones contra los indios de
cho se ha insistido en el carácter deflacionista de la economía europea du- la región, Domingo Álvarez Palomino encontraba el tiempo para solicitar
rante.la Baja Ed~d Medi~ y el «hambre» de metales consiguiente. El tesoro aun comerciante de Santo Domingo todos los refinamientos de vestuario
a~e~lcano h~b~l~ remediado esta situación y favorecido el auge de un ea- imaginables: calzas, «del mejor paño que se pudiera haber», «seis camisas,
pitalismo pnmítívo, provocando una subida de los precíos''. las más ricas que se pudiera haber», 20 varas de holanda, «la más delgada
S~ h~ sostenido también, desde un punto de vista europeo, que el des- que se pudiera haber», 2 gorras «muy finas», borceguíes, «los más largos
cubrimiento de América significó la creación de una economía a escala que se pudiera hacer y hallar»6. Esta preocupación por la moda y el refina-
mundial, en la que el Atlántico se convirtió en un mar mediterráneo. A miento parece sin duda extravagante en 1528, cuando Santa Marta era to-
partir de entonces, las condiciones de intercambio entre los continentes davía una verdadera frontera.
quedaron fijadas por esta estructura atlántica de una economía-mundo En algunos casos, sin embargo, la afición por lo superfluo cedía el paso
(Ch~u~u). Dadas las condiciones técnicas de la navegación de la época, a la necesidad más apremiante. En 1540, por ejemplo, en el Nuevo Reino,
debla unponerse una selección de bienes transportables en función de su dos conquistadores, Juan de Trujillo y Jerónimo Díaz, establecían una «com-
elevado valor intrínseco. Productos tintóreos que debían sustituir en el pañía hermanable». Trujillo aportaba a la compañía un caballo con freno y
mercado europeo a aquéllos que había suministrado el oriente, azúcar y silla y se comprometía a ir con la expedición de Hernán Pérez de Quesada
otros frutos tropicales 'y, sobre todo, los metales preciosos, llegaron a ser «a sierras nevadas». Allí esperaba hacer rancheos y hallar sepulturas cuyo
así los géneros coloniales por excelencia. ' botín compartiría con su socio. Éste participaba con veinte puercos y una
El mismo Colón esbozó un plan coloniai que se apoyaba en la posibili- india del Perú7•
dad de esclavizar a los indios. El oro se convirtió desde su primer desem- Este tipo de contrato era frecuente en toda América durante la época de
barco .en ~a obsesión. En sus relaciones, la Corona española buscaba sin la Conquista. En el Nuevo Reino, en el Perú, en Popayán, un caballo, una
duda Justificar su empresa prometiendo un resultado cierto, basado en las espada, una silla o un freno constituían objetos preciosos que se aportaban
posibilidades de explotación de la riqueza nativa4. La presencia del oro era como capital en las empresas de conquista. La rareza de estos objetos hacía
una garantía de recuperación del aporte de la Corona. Esta certidumbre crecer su precio desmesuradamente hasta el punto de empobrecer a todos
debió animar también a los inversionistas privados en las subsecuentes los que participaban en operaciones de rapiña.
e~presas de conquista. Según Álvaro [ara'', la necesidad de recuperar rá- La relación de dependencia con respecto a las mercancías europeas no
pldam~nte el capital privado invertido en estas empresas habría encauzado varió sustancialmente en épocas sucesivas. Por esto la minería se entendió
la atención de los conquistadores hacia la explotación de metales precio- siempre como la clave del sistema económico. Para mantener nexos, aun
so~. A este factor añade,un elemento psicológico: la aspiración de los con- precarios, con la metrópoli, se requirió retornar cada vez cantidades de oro
quistadores a mantener'un tren de vida señorial. y plata. La situación de crisis que se experimentó a partir de la segunda
década del siglo XVII agudizó la percepción de los contemporáneos con re-
lación a la necesidad de mantener la producción de metales preciosos. En
3 Cf· .E~l J. Hamil~on: «El tesoro americano y el florecimiento clel capitalismo», en El flo-
recimtento del C:UP1ta/¡smoy otros ensayos de historia económica. Madrid, 1948, pp. 10 ss.
4 Cf· Carl Ortwin Sauer, The Early Spanish Main, Berkeley and Los Ángeles, p. 23 Y p. 34. 6 DIHC. 1,263 ss. n. 14.
5 ct. A. Jara. op. cit., pp. 24 Y 32. 7 Not. 1'. Tunja,.1540 f. 393 r.
4. 272 HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL 1 273
1620, por ejemplo, el contador Pérez de Pisa sostenía la necesidad de em- Esta situación explica que en el curso del siglo XVII se hayan operado
plear a los indios en Mariquita, y apenas un año más tarde el capitá cambios en el seno de la sociedad española dominante, a pesar de la apa-
Martín de Ocampo, corregidor de Mariquita, ideaba un esquema para d: rente rigidez jerárquica impuesta por la Conquista y el sistema de enco-
mostrar cómo las rentas reales derivadas del comercio crecían proporcio- mienda. Si bien el siglo XVII conoció todavía empresas de conquista, el premio
nalmente al aumento de la productividad de los yacimientos de oro", no residía entonces en la labor gratuita de los indígenas sino que los nue-
La dependencia generó, a su vez, un dinamismo de los movimientos expan- vos yacimientos exigían el empleo de capitales y una fuerte inversión en
sivo~ en el interior de la Nueva Granada. Cuando la fuente de los metales mano de obra esclava.
p:e~lOsos se cegaba, la afluencia de mercancías europeas se interrumpía A partir de entonces, la economía del oro se convirtió en una empresa
súbitamente y se producía el aislamiento. Para mantener este suministro librada a sus propios recursos. Si el sistema social dualista establecido por
era preciso entonces abrir una nueva frontera. Así, el mantenimiento de' la Conquista favorecía la rapiña de los encomenderos, la dilapidación de
una economía minera no estuvo asociado a un espíritu empresarial-como recursos humanos que produjo este sistema sólo podía subsanarse, muy
lo ent~ndemos modernamente- sino a la continuidad de las empresas de parcialmente, con enormes inversiones de capital.
conquista. Los capitales mismos se formaban al ritmo de estas conquistas" La economía minera había contribuido, además, a desvertebrar el sector
Pued~ verse, en cierta medida, al conquistador corno empresario. Él no agrícola tradicional de las sociedades indígenas. Los recursos alimenticios
conocia una especialización que lo confinara dentro de una actividad eco- se desplazaban no en función de la subsistencia de esas sociedades sino en
nómico-profesional demasiado rígida. Con una encomienda disponía de virtud de las exigencias de los centros mineros. Las ciudades mismas se
man? de, obra que podía dedicar indiferentemente a las labores agrícolas o vieron afectadas por este fenómeno y esto condujo a nuevas modalidades
l~ mmena. La producción agrícola lo inducía a un comercio muy produc- en la apropiación de la tierra. Ésta, sin duda, fue una de las consecuencias
tívo de abastecimiento de centros mineros. Podía disponer de recuas para más durables de la economía metalífera implantada en el Nuevo Mundo.
transportar estos abastecimientos' y aun verse tentado a invertir en escla- Con todo, hasta el siglo XIX, nada hubiera podido persuadir a los espa-
vos negros. ñoles-americanos acerca de los desequilibrios profundos que creaba esta
. 'En algunos casos.Ia expansión tenía por objeto eliminar territorios mar- economía. por eso, cuando quiso abolirse el llamado «sistema colonial» a
gmales que daban acogida a indígenas fugitivos. Así, en 1598, Gaspar de mediados del siglo XIX, se pensó más bien enla comercialización de la agri-
cultura. Paradójicamente, este cambio implicaba, lo mismo que la minería,
Roda~ propuso ocupar las tierras circunvecinas al río Cimitarra y poblar
iniciar el proceso de una nueva frontera. Esta vez se comenzaba la tarea
una villa de españoles para cortar el éxodo de los indios de Zaragoza, presio-
que había desdeñado la conquista española: la de emprender una verdade-
nado~ hacia a~ por los habitantes de Remedios y los indios patangoros'",
ra tarea de colonización interior.
Es aSI como mas tarde tuvo lugar la fundación de Cuarnocó. El comienzo
de ~a ocupación de las vertientes del Pacífico se originó también en la ne-
cesl.~a~ de acabar con reductos de indígenas fugitivos y con las incursiones Los DISTRITOS MINEROS
periódicas de los timbas, los cacahambres y los sindaguas.
La culminación de la catástrofe demográfica acabó con la flexibilidad La historia de la economía mine 'a en la Nueva Granada es una historia de
d~ este tipo peculiar de empresario, el conquistador. A partir de 1580 se fronteras sucesivas. Los despla amientos y los hallazgos, el hostigamiento
hIZO necesano el empleo masivo de esclavos en los nuevos distritos mine- de los indígenas rebeldes, que no se sometían a la servidumbre de las mi-
ros ~, seguramente desde entonces, los comerciantes tuvieron mayor inje- nas, y la apertura de vías de cceso a los yacimientos jalonan la historia
rencia ~n las explotaciones mineras, que anteriormente. agitada de las explotaciones a ríferas en los siglos XVI Y XVII.
El período de la Conquist entre 1536 y 1550, estableció una primera
frontera y varios distritos mineros en su interior, cuyo agotamiento, aso-
8 AGI. Santa Fe L. 26 r. 1 Doc. 11.y AHNB. Min. Cauca, t. 2 f. 266 r. ciado a la extinción de los habitantes indígenas, se produjo hacia 1570. Las
9 Cf. A. Jara, op. cit., p. 32. conquistas de Gaspar de Rodas abrieron un nuevo horizonte a partir de
10 AHNB. Min. Ant., t. 6 f. 550 r. y v. .
1580, con el hallazgo de los ya~imientos de Cáceres y Zaragoza. La riqueza
)
5. 274 HISTORIA ECONÓMICA Y5OC:rAlI
de los aluviones del río Nechí atrajo a los habitantes de Remedios, quienes MAPA 7
DISTRITOSMINEROS DE LA NUEVA GRANADA
hacia 1590 mudaron la ciudad hacia esa zona y tropezaron con filones ex-
cepcionalmente ricos. Unos cuarenta años más tarde, cuando la decadencia
de estos yacimientos era ya indudable, se emprendió la apertura de la fron- 76" 72"
tera del Pacífico.
Así, los ciclos del oro pueden identificarse en la Nueva Granada a tra-
vés de los hitos de la expansión geográfica más bien que mediante la dis-
tinción entre explotaciones aluviales y minas de filón. El trabajo esclavo
intervino, eso sí, en mayor escalaa partir de 1580, sin ser por eso exclusivo.
Los yacimientos eran casi siempre aluviones y la explotación de minas de
filón fue un hecho más bien excepcional (véase Mapa 8). Se explotaron filo-
nes en Buriticá, en la región de Antioquia. En Remedios, los más productivos,
se explotaron al tiempo con minas de aluvión, lo mismo que en Almaguer
y Chisquío y en Marmato, Supía y Quiebralomo. Las minas de Montuosa
y Vetas, en Pamplona, en ningún momento emplearon trabajo esclavo como
tampoco los filones efímeros de Vitoria.
Para tener una imagen concreta del proceso de expansión, puede divi-
dirse el mapa de la Nueva Granada en distritos mineros. La distribución
geográfica de los distritos se ubica en relación con algunos establecimien-
tos españoles y, por consiguiente, de acuerdo con su desarrollo histórico
(véase Mapa 7). Salta a la vista que lamayoría están situados en el occidente
de h'l Nueva Granada (Nos. 1,2,3,4,7,8 Y 9), sobre las riberas del río Cauca
y sus afluentes (Nos. 1,2,7), sobre las vertientes de la cadena central de los
Andes (NQ3) Y sobre la costa del Pacífico (Nos. 4 y 9). En el centro se en-
cuentran las explotaciones de oro y plata de Mariquita y algunos yacimien-
tos aluviales en Tocaima, Neiva e Ibagué (NQ·6)-. l oriente posee solamente
E
las minas de filón de Pamplona y los aluviones del Río del Oro.en la región 4"---'i¡¡r-;=f.:!f==r.d-t-----¡---
de Vélez (NQ5). ••
De la contigüidad de los centros urbanos se desprende una cierta uni- CONVENCIONES
dad puesto que la fundación de ciudades acompañó siempre los procesos • Minas de aluvión
• Minas de filón
de expansión. Por ejemplo, un eje central contiene las explotaciones del O Minas de plata
valle central del Magdalena, desde la antigua Remedios hasta la región de
Neiva, que estuvieron colocadas bajo la jurisdicción de Santa Fe de Bogotá
• PastO
(NQ6). Se trata del corregimiento de Mariquita o el conjunto de las tierras
calientes de la provincia de Santa Fe. Un eje paralelo y separado del primero
por las crestas de la cadena central corre a lo largo de las riberas del Cauca
y une las ciudades de Arma, Anserma y Cartago (NQ 2). Un tercer eje se ~l- ---+--------~~¡_---
extiende a lo largo de los ríos Atrato y San Juan, en la cósta del Pacífico (NQ
9). Son los yacimientos del Chocó, cuya apertura y explotación debió espe-
rar más de un siglo (hasta 1660) para hacer la fortuna de Popayán en el
"
6. 276 flORa
277
MAPAS siglo XVIII. En cuanto a la parte sur de la vertiente del Pacífico, su explota-
YACIMIENTOS DE LA NUEVA GRANADA (SEGÚN R. WEST) ción data de la primera mitad del siglo XVII (c. 1630), cuando los habitantes
de Cali y Popayán hicieron varias entradas para someter a los indígenas
rebeldes de la región (minas de Dagua, Raposo, Iscuandé, Barbacoas, Nos.
3,4,8).
Esta compartimentación ayuda a comprender no solamente una reali-
dad geográfica sino también un hecho histórico de aislamiento. Existieron,
claro está, dificultades casi insuperables en las comunicaciones, pues la
CONVENCIONES
cordillera Central se eleva como un muro infranqueable entre los valles
~ Aluviones
interandinos de los dos grandes ríos, el Magdalena y el Cauca. Existió tam-
• Filones
bién rigidez en las relaciones de las ciudades que abandonaban a su suerte
cada región. Los distritos mineros dependían de un único centro de poder,
fuera éste Santa Fe, Popayán o la ciudad de Antioquia.
Ya se ha visto cómo la aparición de algunos de estos villorrios que se
adornaban con el nombre de ciudades derivaba del hecho de un reparto
inicial de recursos, destinado a asegurar la supervivencia de algunos grupos
de españoles. Pero, ¿cómo activar la vida económica en medio del aisla-
miento? Con algunas excepciones, toda la Nueva Granada parecía destinada
a las empresas mineras. Fray Pedro de Aguado, que presenció esta búsque-
da afiebrada, pudo escribir:
... en los pueblos del Nuevo Reino que no tienen minas de oro les parece
que ... no tienen ni posee~ riqueza alguna, porque el oro, dejado aparte su
estimación sobre todos los otros metales, parece que en alguna manera tie-
ne la propiedad de la piedra imán ... porque adondequiera que haya minas
de oro... allí más que en otra parte acuden en más abundancia las mercad e-
nas y man tení . t os...11
, erurruen
Este esquema muy simple, fundado en las virtualidades de intercambio
r del metal, colocaba la búsqueda del oro en el centro de las preocupaciones
de toda población y rechazaba cualquier idea de equilibrio económico.
1 El prestigio, y a veces la supervivencia misma de las ciudades, dependía
'1 de la riqueza aurífera de sus alrededores. Los centros urbanos guardaban
celosamente los límites de su jurisdicción, litigando interminablemente con-
tra cualquier intrusión. Los pobladores de Zaragoza, por ejemplo, no se
preocuparon mucho por emprender una labor colonizadora y su atención
se vio acaparada por los ricos yacimientos del Nechí. Las insurrecciones
indígenas y la rápida extinción de los indios de la región limitaron aún más
<,
11 Aguado, op. cii., III,p. 333. /
"
7. 278 1 279
HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL EL ORO
esta posibilidad. Atraídos por la riqueza de Zaragoza, los habitantes de . 1 Y para esto asignó tres estancias de ganado a encomenderos de Pam-
nai, .. 15..f
Remediosfueron desplazando la ciudad, primero a la comarca del río Nus . lona en la mesa de Genra, contigua a los lavaderos . El Cabildo maru es-
y luego a su emplazamiento definitivo. Allí tropezaron con la «lomarrica» faba abiertamente su propósito en una carta dirigida a Ortún Velazco, uno de
que explotaron con ayuda de los indios. Más tarde se procuraron negros los fundadores de la ciudad al que se había otorgado una. de las mer~edes.
y emprendieron la explotación de algunas quebradas afluentes del Nechj La ciudad de Vélez también nombró un alcalde de minas para RlO del
(Cana,Nitiniti, Pocoro, Perimana y Niyaba) que Zaragoza reivindicaba como -aro, en 1557. En ese año, las dos ciudades sostenían un pleito pues Río del
pertenecientes a su jurisdicción. Oro no era sólo un centro de explotación minera sino que sobre él estaba
Esevidente que esta intrusión había sido posible en virtud de la desidia ubicado el desembarcadero de Pamplona, el cual le daba acceso al río Mag-
de los habitantes de Zaragoza y de su incapacidad para emprender una dalenal6. Tres años más tarde, el oidor Tomás López prohibió a los enco-
labor colonizadora. Niyaba, por ejemplo, distaba apenas dos leguas de Za- menderos de Pamplona llevar a sus indios al Río del Oro para que hicieran
ragoza y se afirmaba que el asiento mismo de Remedios pertenecía a su allí sementeras y labranzas de maíz 17 . Aunque no se mencionara. 1a pro hi
.
1-
jurisdicción. Pero los mineros de Zaragoza no podían sostener sino una bidón se extendía con mayor razón al trabajo en las minas, pues la tierra
pretensión meramente teórica sobre los afluentes del Nechí. Según ellos, se
era «enferma» y de clima diferente al de los indios.
trataba de regiones comarcanas de los indios encomendados a vecinos de
El problema de la jurisdicción se resolvió en favor .d~,Vélez, aunque l?s
Zaragoza. Mencionaban estancias, pesquerías y poblaciones de los indios
vecinos de Pamplona se resistieran a aceptar esta decisión. En 1570, Ortun
pero ninguna explotación agrícola de los habitantes españoles. Finalmen-
Velazco pidió una provisión de amparo a la Audiencia para construir una
te, en 1604, A lugarteniente de Gaspar de Rodas, su yerno Bartolomé de
acequia en sus minas del Río del oro. Con ello no se vería obligado a com-
Alarcón, amenazó con privar de abastecimientos a los mineros de Reme-
dios que explotaban las quebradas para obligarlos a quintar y fundir el oro partir las aguas. Los mineros de Vélez se quejaron de que To~~s.Aguirre,
en la Caja de Zaragoza'j, ... encargado de construir la acequia, encauzaba el agua ~n pefJUlclO d.e .sus
La vecindad otorgaba privilegios de los que no podían participar los minas. El alcalde de minas nombrado por Vélez ordeno que no se hiciera
habitantes de otra comarca, así se tratara de personas influyentes. El espí- la acequia pero Aguirre apeló de esta decisión alegando ~u~ el. a~ua. ~e
ritu de cuerpo y las rivalidades de campanario tenían formas muy concre- sacaba dé los términos de Pamplona y que el alcalde no tema [urisdicción
tas de expresarse e implicaban siempre el acaparamiento de los recursos alli18. Diez y ocho años más tarde, el conflicto se renovó. Esta vez los acto-
que sustentaban a la «república de españoles». Cada población defendía res eran el hijo de Ortún Velazco y Juan de Mayorga, rico encomendero ~e
celosamente su jurisdicción sobre minas yaguas, tanto como sobre tierras Vélez. Éste alegaba que había construido una acequia en Río del Oro hacía
. e indios, fijada inicialmente por un derecho de 'conquista. , más de diez años y que ahora Juan de Chávez, minero de Juan de Velazco
19
Laregión del Río del Oro fue siempre motivo de conflicto entre Pamplo- Montalvo, intentaba usurpar su derecho .
na y Vélez. Hacia 1554 había muchas cuadrillas en este río, que pertenecían El hallazgo de oro rompía el aislamiento y dotaba a la ciudad de un
a encomenderos de Pamplona. Tantas, que al distribuir una contribución poder de compra que antes no poseía. Según la tradición (hay huel~as en
para cubrir los gastos de un procurador de la ciudad en España, correspon- los Archivos de una fiebre del oro en Pamplona en 1552-1553), la CIUdad
dió pagar a los mineros del Río del Oro trescientos pesos, en tanto que los de Pamplona ~ereció el sobrenombre de «Pamplonita la loca», a causa de
mineros de los páramos sólo pagaron doscíentosl''. Este mismo año, el Ca- la extravagancia de sus habitantes, quienes gastaron el dinero a manos lle-
bildo de Pamplona nombró los primeros alcaldes de minas y uno de ellos, nas cuando se descubrió un filón que se agotó en muy poco tiempo.
Nicolás de Palencia, éncomendero de Pamplona, debía residir en Río del
Oro", En agosto, la ~iudad quiso afirmar una vez más su derecho territo-
15 !bid. p. 99.
16 !bid. p. 224.
12 AHNB. Min. Ant., t. 6 f. 540 r. y f. 543 r. 17 !bid. p. 316.
13 Primer libro de actas, cito pp. 70 Y 71. 18 AHNB. Min. Sant., tomo único f. 203 r. ss.
14 lbid. pp. 78 ss. 19 !bid. f. 210 r. ss.
8. .
,
"
280 EL ORO 281
HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL I
La productividad de los primeros distritos mineros dependió de la Con- Darién y en las costas de Cartagena. Los filones, descubiertos cerca de Santa
centración de l~ mano de obra indígena. Ya se ha visto cómo, en principio, Fe de Antioquia, parecían así la culminación de una larga búsqueda. Esto
el asentamiento español estuvo determinado también por la presencia de explica por qué, al referirse a Buriticá, Cieza de León habla en pretérito y
masas indígenas capaces de asegurar su supervivencia. Belalcázar estaba se extiende más bien sobre el oro de aluvión que se ha encontrado cerca de
persuadido de que sólo la concentración de las encomiendas en pocas ma- Santa Fe de Antioquia. Dice Cieza:
nos permitiría la perpetuación de las ciudades que había fundado. Las re_o
.., saliendo de la ciudad de Antioquia, y caminando hacia la Villa de Anser-
giones pobres en población indígena, o allí donde los indios oponían una
ma, verse ha aquel nombrado y rico cerro de Buriticá, que tanta multitud
resistencia constante, permanecían inhabitadas por los españoles. Sólo la
de oro ha salido dél en tiempo pasado ...
atracción del oro podía vencer este obstáculo. Esto explica la fugacidad
de fundaciones tales como San Vicente de Páez, Toro, Vitoria, etc. Allí los Y un poco más adelante:
españoles habían permanecido durante el lapso muy corto de una paz pe-
nosamente obtenida, que el trabajo excesivo impuesto a los indios recién ... vimos también allí los nacimientos y minas donde lo cogían y las maca-
sometidos había terminado por romper. nas o coas con que lo labraban. En otro río ví yo a un negro del capitán Jorge
La región occidental, la más rica en yacimientos, llegó a ser muy pobre Robledo de una bateada de tierra sacar dos granos de oro bien crecidos ...
Las minas se han hallado muy ricas junto a este pueblo, en el río grande de
en hombres, como se ha visto. Las encomiendas debían concentrarse en
Santa Marta que pasa junto a él. Cuando es verano sacan los indios y negros
pocas manos para mantener una tasa de provecho elevada y sostener con
en las playas harta riqueza, y por tiempos sacarán mayor cantidad, porque
abundancia a sus propietarios. Aun si Belalcázar no conquistó las regiones h a brá mas negros 24 .
ra
de Cartago y de Antioquia, se apresuró a reivindicarlas en cuanto le llegó
la noticia de que allí había oro y población indígena/". Díez de Armendáriz conoció la existencia de estas minas en 1546 y quiso
El interés se vio atraído primero gor el oro de Buriticá pues de sus mi- interesar en su explotación a comerciantes de Santo Domingo, Cuba y Pana-
nas procedían los hallazgos del Sinú 1. La región, que había sido cruzada má25. No obstante, Belalcázar decidió la cue~tión pendiente de jurisdi~~ión
por expediciones de Cartagenay de Popayán, fue disputada por las dos ejecutando a Robledo algunos meses despues de su llegada (en 1547) .
gobernaciones. El primer gobernador del Nuevo Reino, el licenciado Díez Para debilitar a los habitantes de Cartago, que eran partidarios de Roble-
de Armendáríz, intervino también nombrando al mariscal Robledo como do, Bela1cázar había fundado la villa de Arma en 1542 y otorgado encomien-
su lugarteniente. Éste introdujo los primeros esclavos negros para trabajar das que cercenaban las de l~~n~omendero~ de Cartago ..~oco d~spués (en
en las minas, en 1546. El gobernador mismo parece haber tenido intereses 1544) se anunciaba el descubnnuento de mmas en la región vecina de An-
. en las minas pues un poco más tarde envió esclavos y ganado con Ochoa serma27. De esta época, precisamente, datan los descubrimientos de minas
de Barriga, a quien designó tesorero de la Caja real22. más importantes en el occidente de la Nueva Granada. Las rebeliones in-
La fama de las minas de Buriticá proviene de una leyenda pues en los dígenas de 1542 habían impedido a los vecinos de Popayán pr?seguir ex-
archivos no existen huellas de su riqueza23. La montaña de Buriticá había r plotaciones comenzadas un poco antes, pero ya en 1544 las ciudades de
estado ligada a las historias que los españoles habían escuchado en el Popayán, Cartago y Anserma solicitaban la autorización rea}lara emplear
a los indios en las minas y para procurarse esclavos negros .
También en el Nuevo Reino se mantenía vivo el interés por los descu-
20 DIHC. VI, 134.
brimientos de minas. El tesorero Briceño pensaba que
21 C¡. G. Femández de Oviedo, Historia General y Natural de las Indias. Madrid, 1959. T. m,
p. 168. Refiriéndose alas minas de Buriticá, Oviedo confirma esta noticia del licenciado
Vadillo (CÓL 1,41,397 ss.). Según Oviedo, « ••• Créese, por los dichos indios e por lo que
les pareció a los españoles que fueron con el. licenciado, que éstas son las mayores e 24 Cieza de León, La crónica del Perú, cap. XIV.
mejores minas de la Tierra Firme, e de donde se ha sacado todo el oro que ha ido a la 25 DIHC. vm. 79 y 167.
provincia de Cartagena, y el·que baja por el río grande de Santa Marta e del Darién ...». 26 !bid. 20355. IX, 183.
22 AGL Cont. L. 1488 f. 137 r. 27 !bid. VII, 166 Y 171.
23 !bid. L. 1377. 28 !bid. 174,296,322. VIII, 20 ss.
"
9. 282 HISTORlA ECONÓMICA Y SOcIAL 1 283
29 35
... sin ellas ..., esta tierra con dificultad podrá durar muchos días .. ... que es la mayor riqueza que se ha descubierto en las Indias .
Por eso el mismotesoreroemprendió una búsqueda hacia la orilla iz- Al finalizar el siglo XVI la importancia de la producción de Zaragoza,
quierda del Magdalena 1548.Inclusiveexploró un poco el flanco oriental
en Cáceres y Remedios había relegado a un segundo lugar la de los distritos
de la cordilleraCentrala la altura de Cartago, Arma y Anserma, convenci_ más antiguos. El presidente Sande tenía la impresión, en 1597, de que
do de que por allí debíahaberoro o de que al menos era posible abrirse un
camino a travésde la cordillerapara enviar vituallas desde el Nuevo Reino ... todo el tesoro de oro, criaderos y minas dél, se halla (lo que es de subs-
• . 30
hasta esas tierrasncas en oro. tancia) entre los dos grandes ríos que son el río Grande de la Magdalena y
36
Las previsionesdel tesorerose confirmaron, y a partir de 1550 no sólo otro río grande llamado Cauca ...
se abrió la ruta del Quindíosino que se fundaron centros mineros en Ma-
riquita, Vitoriay Remedios.Coneldescubrimientode minas en Pamplona, en Según el presidente, fuera de esta región nadie se ocupaba de buscar
1551}1 se apoderó del Nuevo Reinola fiebre del oro y los encomenderos yacimientos, lo que parece un poco exagerado. Es verdad que en Santa Fe
de Tunja se apresurarona enviar allí cuadrillas de indios o el producto de y en Tunja, y aun en Popayán, el espíritu emprendedor parecía haberse
agotado en el curso de la tercera generación que sucedió a la de los conquis-
sus estancias.
tadores. Ahora los encomenderos preferían las ganancias menos arriesga-
En el sigloXVI, ademásdel oro que se declaraba en Santa Fe proveniente
das de la agricultura. La extinción de los indios de tierra caliente había sido
de Pamplona, Vélez, Mariquita,Vitoriay Remedios, se pagaba también allí
como una advertencia. Los encomenderos procuraban entonces guardar
el diezmo del oro extraídoen Sabandija, Palenques, Venadillo, Guarinó
los pocos indios gue les quedaban y que ya comenzaban a faltar en las
Chisacá, Amaní,Ortamay el cerro de Bustamante, tierras calientes de los
labores agrícolas37• Se describía, por ejemplo, a los ricos de Tunja, una re-
flancos interiores de la cordilleraOriental y del valle del Magdalena en
32 gión que todavía podía contar con alguna densidad demográfica, como
donde los indiosse agotabanen los lavaderos . " r
espíritus pusilánimes para arriesgar capitales en empresas mineras. Aún
Estos primerosdistritosse ampliaron todavía en el curso del siglo XVI
allí, los indios hacían falta y los encomenderos se oponían a que fueran
con ñindacíones que desapareCieron rápidamente, como San Vicente, San-
empleados en las minas,
ta Agueda o, másdurables,comolas de Caspar de Rodas, que aseguraron
la continuidad de la producciónaurífera.'casiagotada en los distritos más .
... que nmguna otra cosa reputan por d··mayor sentimiento ~ .
e
antiguos. Enel interiorde losdistritos también se sucedieron los hallazgos:
en 1559,en Ansenna,un filónprodujo más de cien mil castellanos en me-
nos de una semana33. En 1597se informó de un nuevo hallazgo en Alma-
I Como consecuencia de la crisis de 1570, que afectaba sobre todo a los
34 I lavaderos de tierra caliente del Nuevo Reino, el interés de las autoridades
guer, de dondese sacaronmil pesos en cuatro días . El descubrimiento de
oro en la montañade Iscancé, cerca de Almaguer, fue tardío, en 1636, y se
I de Santa Fe se desvió hacia la explotación de minas de plata, cuya existen-
~ cia se descubrió en Mariquita en 1583. Este interés se explica por la necesi-
decía dad de una moneda acuñada, cuya urgencia era más sensible dentro del
circuito comercial de Tunja, Santa Fe y Cartagena. Las regiones mineras
empleaban habitualmente como moneda el oro en polvo y esto permitía a
los mineros evadir el pago de los quintos y a los «tratantes» aumentar sus
29 Ibid.IX,198.
30 /bid. X, 43. ganancias. En Santa Fe, en donde no circulaban sino los pedazos de oro de
31 AGI.Patr. L.197r. 25.
32"Sobre las minasde Tocaima,Cf. Alejandro Carranza B.,San Dio/lisiode los Caballeros de
Tocaima. Bogotá,1941,p. 115.Sobrelos lavaderos del Tolima, Cf· Vicente Restrepo, Es- 35 Ibid. Despacho del gobernador Villaquirán.
tudio sobre las minas de aro y plata en Colombia. Bogotá.1952,p. 122. 36 Ibid. Santa Fe L. 17 r. 4 Doc. 149.
33 AGI.Quito 19.Despachodel factorde Cali, Miguelde Lersundi, con fecha 8 de septiem- 37 Ibid. L. 100. Despacho del corregidor de Tunja, Fernando Ramírez de Berrío, fechado en
brede 1559. . junio de 1613. Cit. por U. Rojas, Corregidores, cit. p. 268.
34 /bid. L.16.Despachodel gobernadorSancho Garáa de Espinar. 38 Ibid.
"
10. 284 HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL 1 EL ORO 285
ley muy incierta que los indios pagaban como tributo, la necesidad de una Entonces se juzgaba que el trabajo gratuito de los indios era una fuente
moneda se hacía sentir cada vez más. de capitalización para adquirir esclavos negros. Así, manteniéndose inva-
La fortuna de Mariquita en el siglo XVIIestuvo asociada no solamente a riables las condiciones técnicas del laboreo, la posibilidad de acrecentar el
un ciclo fugaz de la plata, impuesto por las necesidades comerciales del rendimiento delas minas, o de mantenerlo, dependía de nuevos aportes de
Nuevo Reino, sino también a su ubicación excepcional. Muy próxima a mano de obra y del descubrimiento de yacimientos cada vez más ricos.
Honda, el puerto donde desembarcaban todas las mercancías que venían A comienzos del siglo XVII emprendieron verdaderas guerras de fronte-
se
de Cartagena, la ciudad estaba rodeada de tierras en donde pastaban cerca ra para despejar los caminos que conducían a la parte occidental del país,
de ochenta mil cabezas de ganad039. ' la provincia de Popayán. Los habitantes de Popayán, a su vez, buscaban
El descubrimiento de los yacimientos de plata fue contemporáneo de una nueva frontera. Durante la primera mitad del siglo XVII,esta provincia
los de Cáceres y Zaragoza pero su explotación fue retardada, a causa de la sobrevivió gracias a las minas de Caloto y a las actividades agrícolas43. El
fiebre del oro despertada entre los habitantes del Nuevo Reino, por los resurgimiento de su economía minera se asocia al acceso a la región de
nuevos yacimientos de Remedios. También hacía falta-mercurio (azogue), Barbacoas. En 16011 el gobernador Vasco de Mendoza intentó llevar allí
cuyo envío debía ser gestionado con las autoridades de la metrópoli. Al una expedición pero la Audiencia de Quito se le adelantó. Más tarde, el
momento de recibir su nombramiento, el presidente Antonio González fue virrey del Perú prohibió a su sucesor, el gobernador Sarmiento, que pene-
encargado de velar por la explotación de estos yacímientost'', Fue precisa- trara en la provincia por las armas pues quería favorecer un ensayo de
mente lo que hizo desde el momento de su llegada, en 1590, con una efica- evangelización. Esta política pacifista experimentó un serio revés cuando
c~a.poco habitual entre los gobernantes españoles. A su paso por Honda los indios mataron a los religiosos. Sarmiento fue autorizado en seguida a
VISitÓlas minas y dejó consignadas sus impresiones en una «Relación»!'. proseguir la conquista a su manera.
Al año siguiente envió cuatrocientos indios desde el Nuevo Reino inaugu- Hacia 1620 había ya un puerto de Barbacoas, Santa Bárbara (en la isla
rando así el sistema de drenaje de los indios del altiplano, que iba a perpe, del Gallo), y una población minera en las márgenes del río Telembí, Santa
tuarse a partir de 1606. María del Puerto. Los indios de los alrededores fueron obligados a servir
Las primeras décadas del siglo XVIIvieron declinar la producción de los a los españoles'" y los indígenas rebeldes del valle del Patía fueron pacifi-
nuevos yacimientos incorporados en el sigloanterior. En 1623, los oficiales cados en 1636 e instalados cerca de las minas, en Santa María45.
del Tribunal de Cuentas de Santa Fe comprobaban que, ' La historia del Chocó es también una historia de frontera. La región era
conocida desde los primeros tiempos de la Conquista y en 1538 se erigió
... por experiencia se ha visto y se ve por las cuerÍtas del distrito deste tribu- en gobernación, señalándole límites vagos con Popayán y Castilla de Oro.
nal, en que se incluyen las que hay en el de la dicha Real Audiencia deste Pascual de Andagoya, el primer gobernador, ni siquiera tuvo la intención
Reino, que por no tener los mineros, por falta de los indios nah~rales, la de establecerse allí y prefirió, en ausencia de Belalcázar, apropiarse de Po-
ganancia necesaria en la labor de las dichas minas de oro para comprar payán. Su hijo heredó la gobernación e hizo el ensayo de establecerse en
esclavos negros, han ido disminuyéndose y minorándose las labores cada
las márgenes del río San Juan. La experiencia duró muy poco. Según un
año y al mismo paso los dichos derechos de los quintos de oro, de suerte
q.ue.hoy valen mucho menos de lo que hasta agora han valido y se tiene por
Cierto(que por el camino que va), no dándose otra orden que sea provecho- 43 Cf. Peter Marzahl,«Documentospara la historia socialde Popayán en el siglo XVIII»
sa a los mineros se minorará al mismo paso adelante ...42 (sic), n ACHSC.NQ5, Bogotá,1970, p. 144.
e
44 Según Marzahl,la mayoríade los fundadoresde SantaMaríadel Puerto eran mestizos
y mulatos,Cf. The Cabildo of Popauan in the Seoenieenth Centun;: The Emergence of a Creole
Elite, Tesisde doctorado,inédita.Sobrela fundaciónmisma,AGI.Quito L. 16,despachos
39 AGI.Santa Fe L. 17 r. 1 Doc.37 A. delgobernadorVillaquirány CCRAQ.I1,259.
40 Ibid. Patr. L. 238 N° 3 f. 1. 45 Según el mismoMarzahl,« ... enrealidadlosSindaguanoparecenenabsolutohabersido
41 [bid. L. 1% f. 23. unatribu sino másbienun conglomeradode agrupacionesque hacíansalidasocasiona-
42 AHNB.Min. Cauca, t. 2 f. 272v. lescontraviajeros,establecimientos españolesy estancias » (trad. nuestra).
...
"
11. 286 HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL 1 EL ORO 287
informe de un oficial de la Corona que lo acompañaba, el heredero prefirió Además de un principio de ejecución de la conquista, el gobernador
saquear a los indígenas a ocuparse del gobierno de pantanos y selvasi'', podía garantizar la colaboración de algunos asociados, personajes poderosos
Desde esta lejana época, el destino de Chocó parecía estar ligado a las de Cali y de Popayán. Según acusaciones del obispo Vallejo, el gobernador
iniciativas que se tomaran en Popayán. Durante el siglo XVI hubo varias Berrnúdez de Castro tenía, en efecto, asociación con encomenderos y comer-
tentativas de ocupación que partieron de Popayán o de Anserma. En 1573 ciantes de Popayán. Así, estaba ligado con los hermanos Muñoz y con Juan de
se fundó la ciudad de Toro, que no pudo mantenerse, y en 1587 fue trasla- Aranda en asuntos comerciales. En Popayán había nombrado como lugarte-
dada hacia el oriente. El oro recogido allí había sido tan abundante que, niente a uno de los personajes más importantes, don Iñigo de Velazco, y man-
treinta años después del abandono definitivo de la ciudad, su recuerdo tenía relaciones estrechas con otro, Antonio Hurtado del Águila5o.
impresionaba la imaginación de los mineros de Anserma'". La colonia ha- En 1631, el gobernador anunciaba que, después de haber gastado ya 30
bía debido afrontar no solamente el sitio de los noanamas, que infligían mil ducados, contaba con sus amigos, quienes le habían ofrecido dinero,
grandes pérdidas a los mineros matando a los esclavos y a los indios de
oo. para continuar cosas tan grandiosas p,0rque, gloria al señor, los tengo a
servicio, sino también los efectos de un aislamiento geográfico que hacía ···d
t odos gratos y Sin enerrugo consi erable...~
casi imposible el abastecímíento'".
En 1592se había encontrado una solución, la cual debía prevalecer más Al año siguiente volvía a anunciar que en la provincia había propieta-
tarde: alcanzar los distritos mineros remontando el río San Juan, a partir rios dispuestos a enviar al Chocó cuadrillas de 300 esclavos negros.
de su desembocadura en el Pacífico. Se intentó así una primera expedición Sin embargo, no fue este recursivo gobernador quien logró abrirse camino
en 1593~ todavía otra en 1601, poco antes de que se despoblaran las minas hasta los yacimientos cuya riqueza se conocía. Sólo hasta 1668, Antonio Cuz-
de Toro 9. mán de Toledo redujo a los noanamas, chancos y citaraes que durante más de
Los gobernadores de Popayán asociaban sus funciones administrativas un siglo habían impedido la ocupación del Chocó. Hacia 1670, los habitantes
a,la gestión de negocios mercantiles y a la explotación de minas. En com- de Anserrna habían instalado allí cien esclavos negros y los de Popayán se
pañí~ de notables d~ Cali y de Popayán, buscaron varias veces ocupar prestaban a introducir cíncuentar'. Se enviaron también algunos religiosos
militarmente el Chocó. Este interés condujo una vez más, en.1628, al gober- franciscanos, con la esperanza de mantener la pacificación, y se prohibió otor-
nador Bermúdez de Castro a intentar una guerra de conquista y a proponer gar encornÍendas por un término de diez años. Esta prohibición no estimulaba
capitulaciones a la Corona. . a los habitantes de Popayán a establecerse en la provincia pero se contaba con
Solicitaba la prolongación de su nombramiento y la licencia de llevar un los religiosos para proseguir la tarea de pacificación53•
. navío de 250 toneladas a la costa del Pacífico para introducir por allí los Al mismo tiempo que las expediciones salidas de Popayán fundaban un
abastecimientos que requería la expedición. Debía otorgárselé el título de centro minero cuyo centro era Nóvita, los habitantes de Antioquia probaban
adelantado y el gobierno de la provincia durante su vida y la de un here- fortuna también y fundaban una población sobre las márgenes del Atrato,
dero, gozar de un título nobiliario y de la facultad de distribuir encomiendas al norte de la provincia. Esta ocupación, lo mismo que una orden real de
y aun de nombrar los funcionarios encargados de la Caja real. El goberna- 1666 que había confiado el sometimiento del Chocó simultáneamente a las
dor ofrecía por su parte llevar a cabo la conquista y gastar en ella 50 mil audiencias de Quito y de Santa Fe y a las gobernaciones de Popayán, An-
ducados, fundar un puerto y tres poblaciones y asegurar las comunicacio- tioquia, Panamá y Cartagena, se encuentra en el origen de los conflictos
nes con los centros mineros. suscitados respecto a la jurisdicción del Chocó.
Poco antes de 1680 se comunicaba la existencia de numerosas minas
explotadas por los habitantes de Antioquia con negros esclavos en la re-
46 DIHC. II, 84, 96 Y97. VI, 112, 132 Y 299. VII, 68 Y 69. .
47 AGI. Quito L. 31. Testimonio del capitán Marcos de la Yuste, en 1631.
48 lbid. L. 16. Despachos del gobernador Francisco de Berrío, de 1,.599,y de Vasco de Men- 50 Cf. Marzahl, Tlle Cabildo.
doza,de 1603. . 51 AGI. Quito L. 16.
49 lbid. Cf· también Historia documental del Chocó (colee. de doc. publicada por el AHNB). 52 Ibid. Despacho del gobernador Díaz de la Cuesta, 1670.
Bogotá, 1954, pp. 85 Y96. 53 Ibid. Cont. L. 1444. Historia Documental, cit. p. 109 ss.
"
12. 288 HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL I EL ORO 289
gión de Citará, en los contornos de la población de Negua. En 1684, sin Así, por ejemplo, tanto las ordenanzas de 1553 como las de 1587 reco-
embargo, una rebelión indígena en la región condujo a una guerra de ex- .nacían privilegios especiales a los descubridores. En ambos casos, el des-
terminación. La nueva frontera quedaba abierta, esta vez en forma defini- cubridor tendría derecho a tres otorgamientos de terrenos para explotar.
tiva, pero la guerra dejaba detrás de sí problemas de abastecimientos y de Éstos se fijaban en unidades de una cierta dimensión. En Pamplona, la me-
mano de obra casi insuperables. dida era de 30 y de 22 varas cuadradas por minas de «sabana» (tierras de
aluvión) y de 45 y 22 varas cuadradas en el lecho de los ríos, reservándose
la medida mayor para los descubridores. En Zaragoza, los otorgamientos
MINAS: TÉCNICAS, EMPRESARIOS Y MINEROS eran mucho mayores: de 60 varas cuadradas en «sabana o aventadero» y
de 80 varas cuadradas en el lecho de los ríos. En las minas de veta, el des-
La técnica empleada en las minas de aluvión de la Nueva Granada era la cubridor podía gozar de 40 varas cuadradas en Pamplona, y en Zaragoza,
misma que ha sido descrita por Fernández de Oviedo para los yacimientos de dos minas de 50 varas cuadradas.
de La Española. Las tierras aluviales" se lavaban en bateas, imprimiendo Las ordenanzas de Pamplona .Y Zaragoza distinguían entres simples mi-
al instrumento un vaivén regular, y el oro quedaba depositado en el fondo. neros y «señores de cuadrilla». Estos tenían derecho en Pamplona a una
Cuando el metal se hallaba en el lecho de los ríos, el curso de éstos se des- mina por cada 5 piezas de esclavos hasta completar tres otorgamientos. En
viaba (se hacían «colgaderos») para extraerlo Zaragoza, en cambio, en donde las minas eran mucho más ricas y el empleo
de esclavos general, el dueño de dos cuadrillas (de cinco esclavos cada una)
... de entre las piedras y hoque dad es resquicios de las peñas, y en aquello
apenas podía gozar de una mina, a menos que empleara a dos mineros.
que estaba en la canal de la madre o principal curso del agua, por donde
Las ordenanzas de Caspar de Rodas son mucho más explícitas en lo
primero iba el río o arroyo ...
relativo a detalles técnicos de explotación. En tanto que el Cabildo de Pam-
Respecto a la técnica de la explotación y sobre los problemas que susci- plana se había limi~ado (ord. 34) a establecer de manera general que los
taba, las ordenanzas de minería son bastante ilustrativas. Se conocen. para mineros no debían retener el agua indispensable para lavar los minerales
de oro, las ordenanzas de Zaragoza dedicaban a este punto ocho capítulos
el siglo XVI, dos ordenanzas que provienen de las provincias de Pamplona
(ord. 15,21, 22, 23, 24, 26, 27 Y 32).
y de Antioquia. Las más antiguas fueron dictadas por el Cabildo de Pam-
plana en mayo de 1553 para modificar las que habían sido promulgadas Abrir un canal de 300 varas para conducir el agua hasta la explotación
daba derecho en Zaragoza a un otorgamiento de 120 x 80 varas y a otra
poco antes por Pedro de Orsúa. Otras, más conocidas, fueron elaboradas
mina de 100 varas cuadradas, en lugar de las 80 reglamentarias. Se legisla-
por Caspar de Rodas, a raíz de los descubrimientos de Zaragoza, en 158455.
ba con detalle el derecho de acceso a los cursos de agua y se procuraba que
. Debe advertirse que este tipo de ordenanzas difiere en cuanto a su ob-
todo el mundo pudiera disponer de ellos tanto como la protección de de-
jetivo de aquéllas que fueron dictadas por la Audiencia y por los visitado-
rechos adquiridos.
res para reglamentar el trabajo de los indios en las minas. La Audiencia se
La importancia acordada a la reglamentación del uso de las aguas en Za-
preocupaba por este aspecto, que envolvía supuestos generales de la polí-
ragozaparece natural tratándose de lavaderos. La frecuencia de los conflictos
tica indígena de la Corona, en tanto que el Cabildo o el gobernador de la
era muy grande a causa del registro de minas que no se explotaban, como de
provincia se referían a los derechos reales derivados de la existencia de
aguas no utilizadas o utilizadas en detrimento de otros. A pesar de la promul-
yacimientos dentro de su jurisdicción. gación de las ordenanzas, Gaspar de Rodas comprobó, en 1593, que
... los dueños de cuadrillas y otros tienen registradas muchas aguas y minas
54 Sobre los tipos de aluviones auríferos de la región de Antioquia, Cf. V. Restrepo, op. cit.,
en excesiva cantidad y con registros que se juntan unos a otros de tal ma-
p.65.
nera que desto resulta haber muchos pleitos ...56
55 Cf. Primer libro de actas, cit. pp. 24 ss. y AHNB. Min. Ant., t. 3 f. 335 r. ss. Rodas promulgó
p~r ~rimera vez unas ordenanzas en 1584. En 1587, teniendo en cuenta que los descu-
brimientos de Zaragoza se multiplicaban, se vio obligado a introducir algunas modifi-
caciones. Este último texto es el que se conoce. 56 !bid. f. 340 v. ss.
"
13. 290 HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL 1
Et.ORO 291
Aunque aparentemente muy rudimentaria, la técnica de los lavaderos sus cosechas, Juan de Angulo, su administrador, les hizo construir una ace-
exigía inversiones considerables para poder conducir las aguas hasta el quia. En 1564, Alonso Domínguez Beltrán, encomendero de Gerira, obtuvo
sitio mismo de la explotación.Uno de los capitanes de Gaspar de Rodas la administración de estos indios que pertenecían a la Corona. Ese mismo
Pedro Martín, declaró haber registrado una quebrada para conducir las año, un minero, Juan Peronegro, quiso apoderarse de la acequia para rea-
aguas hasta sus minas del cerro de San Salvador. Para conseguirlo, había nudar la explotación de los yacimientos que habían sido abandonados
hecho construir un «mampuesto» de trece estados de alto. El salario del años atrás. Los indios fueron inducidos por Domínguez a oponerse a las
constructor había sido de dos mil pesos anuales y el costo total de la ace- pretensiones del minero. Alegaban que ellos mismos trabajaban las minas,
57
quia y el estanque llegabaa 30mil pesos • En Río del Oro, el capitán Ortún
Velazco, fundador de Pamplona,había pagado 800pesos a Tomás de Aguirre ... cuando podemos y tenemos comida, porque muchas veces nos falta para
58 60
un técnico que había hecho venir de Mariquita . ' el sustento por las malas cosechas de maíz...
Cuando se trataba de sedimentos aluviales situados a cierta altura (lo-
En cuanto a las minas de veta, su excavación se reducía a seguir el filón con
mas), la escasez de agua podía convertirse en una dificultad insuperable' 61
tajos abiertos o mediante socavones o tiros inclinados . Lo rudimentario de
para la explotación. Sóloalguien que pudiera disponer de un capital para
la técnica imponía muy pronto limitaciones. Según un minero, interrogado
emprender obras de conducción, y de suficiente influencia política para
sobre éste punto en las minas de la Montuosa (en Pamplona) en 1622,
acaparar las aguas, podía enfrentar este problema. Así, en 1631 tuvo lugar
en Remedios un pleito entre Francisco Pardo Velásquez y Francisco Bel- ... Hay otras minas que han sido ricas y -ha oído decir- ha mucho tiempo,
trán de Caicedo, el propietario más poderoso del Nuevo Reino. Beltrán desde el descubrimiento de esta tierra, se comenzaron a labrar y este testigo
había heredado de su hermano Fernando minas y una encomienda en Re- las vio en labor y habrá dichos diez y ocho años poco más o menos que se
medios. Hacia 1590, éste había registrado las aguas de la quebrada de Po- dejaron de labrar por el mucho costo y hondura en que estaban los socavo-
62
cune, que corrían a través de las tierras de su encomienda. Este monopolio nes, que por el riesgo de los indios se dejó la labor...
originó conflictos en los que se vieron involucrados los personajes más im-
portantes del centre minero: Díego de Berrío, alcalde ordinario de la ciu- Tanto en Pamplona como en Anserma y Remedios se utilizaban moli-
dad, hijo del gobernador Francisco de Berrío y sobrino del mismo Beltrán nos o ingenios movidos por agua. Del mineral sólido se separaban los frag-
de Caicedo, quien protegía a la parte contraria, Juan de Caicedo Salazar, mentos de cuarzo que contenían oro y se volvían a moler manualmente
quien administraba los bienes que su primo Beltrán poseía en Remedios, para proceder al lavado en bateas63• La pirita (margajita o marcasita) se
Francisco Ordóñez Maldonado, teniente del corregidor de Mariquita, y desechaba debido a su dureza.
59 El procedimiento, como puede verse, excluía técnicas de fundición y de
Francisco Pardo Velásquez, pariente de Beltrán . ,
Los conflictos suscitados por derechos de agua no sólo se referían a las amalgamación. En 1621, observando que la ganga de pirita era desechada,
explotaciones mineras y a los intereses de propietarios de cuadrillas sino el capitán Martín Ocampo, corregidor de Mariquita, propuso beneficiaria
que, en ocasiones, se derivaban de una incompatibilidad entre las necesi- con un procedimiento secreto que guardaba celosamente. El capitán había
dades de la explotación del oro y las de la agricultura Hacia 1550, por sido alcalde mayor de minas en Buenaventura y en Cuenca y conocía sin
ejemplo, los indios de Butaregua y de Chocoa -de la región de Guane- duda las técnicas perfeccionadas por Bartolomé de Medina en México y
por Fernando de Velazco en el Perú. Con todo, defendía la originalidad de
habían sido trasladados desde su asiento primitivo (a ocho y tres leguas)
para que trabajaran en los lavaderos de Río de Oro. Empobrecidos los ya- su invención afirmando que
cimientos, los indios fueron dedicados a la agricultura, y para que regaran
60 [bid. Min. Sant., t. único f. 1 r. ss.
57 [bid. t. 6 f. 335 r. ss. 61 Cf. Modesto Bargallo,La minería y la metalurgia en la América española durante la época
58 lbid. Min. Sant., t. único 205 r. ss.
f.
colonial. México,1955, p. 87.
59 [bid. Min. Ant., t. 2 f. 3 r.ss.Especialmente
f.)26, endondeVeIásquez
atribuyela deca- 62 AHNB. Minas Cauca, t. 2 f. 259 v,
denciadeRemedioslafaltadeaguas.
a 63 Ibid. f. 245 r. y v.
,,
14. 293
292 HISTORIA ECONÓMICA Y SOcIAL 1 EL ORO
... el modo y punto de quemar los metales de que yo uso y la fábrica de a esta tierra han venido muchos hombres que han dicho haber sido mi-
hornos y molienda es muy diferente de los comunes ...64 ~~ros en Nueva España y en el Perú y muchas partes y han dich? sacarán
cantidad de oro de la margajita y tratado de otros beneficios asi ~e plata
Apremiado por el gobernador de Popayán, en 1624 procedió a varias como de oro y llegado al efecto no han hecho nada y se ~a pro~egUldo con
el estilo y beneficio que se han usado y 'i~an en esta tierra sin que haya
experiencias en Anserma. Los mineros que las presenciaron estuvieron de
dejado arbitrio de más aprovechamiento ...
acuerdo en la utilidad del método, que consistía en quemar la pirita, mo-
lerla y mezclarla con salmuera y azogue. Sólo que el empleo de hornos, de Las técnicas muy rudimentarias que se utilizaban permitían, .en todo
molinos y de azogue parecía rebasar en ese momento su capacidad de in- casa, emplear a capataces o calpixques para que :i~ilaran el t~abar de. los
versión. Las minas de Anserma estaban por entonces en plena decadencia indios o de los esclavos. Estos capataces, que recibían el nom re e ~me-
y la falta de brazos impedía absolutamente que se introdujera la innova- . estaban casi siempre a sueldo de un encomendero, de un comerciante,
ción. Los mineros se atenían al método tradicional, que todavía daba algún ~ d
o de un funcionario. Como se trataba de mestizos o de mulat~s, e portu-
rendimiento, sin atreverse a arriesgar capital o dedicar mano de obra para ueses o de españoles pobres, ellos y no los señores de cuadnlla eran res-
extraer oro de la pirita65. g onsables de los maltratos que recibían los indígenas. En 1559, cuando el
Esta resistencia a las innovaciones técnicas puede atribuirse, en parte, p. ítador Hinojosa procedió severamente contra los que habían maltratado
VISI , .
al aislamiento de los distritos mineros. En parte, también al tipo de empre- a los indios en las minas y las haciendas de Popayán, ~a~penas mas ngu~
sarios que se dedicaban a la minería. Pero, sobre todo, al hecho de que el rosas se impusieron a estos capataces, en tanto que el :lsltador ~e c.ontento
laboreo de las minas haya pesado en gran parte sobre los hombros de la con condenas pecuniarias para los encomenderos a qUlene~,se sl~dlcaba de
población indígena, cuya mano de obra los encomenderos obtenían en los mismos delitos. Así, Jerónimo Trocera, minero de Sebastián Qumtero, !ue
compensación del tributo. condenado a muerte, y su amo solamente a pagar 600 pesos. Gaspar DI~Z,
Al contrario de los comerciantes, los mineros constituyeron durante el minero portugués, fue condenado a 400 azotes y a galeras, y Lucas Estacio,
siglo XVI un grupo mal definido, cuya actividad parece haber derivado más un mulato, recibió 300 azotes. .
bien de ciertas facilidades de mano de obra y de la presencia de yacimien- Las ordenanzas de Gaspar de Rodas preveían el caso de que estos rru-
tos, que de una dedicación profesional. COPlO se ha visto, las ordenanzas neros a sueldo fueran verdaderos prospectores. Cuando descubrían ~na
de Pamplona y de Zaragoza distinguían entre «señores de cuadrilla», es mina, el señor no podía despedirlos mientras el yacimi~nto se mantuviera
decir, propietarios de esclavos y encomenderos, y simples «mineros». en explotación o de lo contrario debía pagarles su ~a.lano duran_te todo ese
Existían; pues, mineros de oficio, es decir, hombres que poseían alguna tiempo. Por su parte, el minero que dejaba, el ~ervlclO de u~ senor de ,cua-
experiencia en la prospección de minas. Pero el saber de estos hombres era drilla no podía entrar a servir a otro en el termmo de dos anos. A:demas, el
puramente empírico, señal precisamente de que ejercían un oficio circuns- hecho de trabajar para otro impedía adquirir derechos sobre mmas,.aun-
tancial. A veces eran llamados de otras partes, como ocurrió en Pamplona que se poseyera una cuadrilla de esclavos. Esto implicaba que el mmero
en 1552, para confirmar la importancia de un descubrimiento o para arn- adquiría para el señor, de la misma m~nera que su~ esclavos.
pliarlo. Es posible que de vez en cuando hayan llegado personas que ha- Puede imaginarse fácilmente la cantidad de conflictos que. generaba, esta
bían estado en México o en el Perú pero su aporte técnico debió de haber dependencia. En 1597, Francisco Maldonado de Mendoza, qUIen ademas de
encontrado resistencias y chocado contra hábitos seculares. la hacienda más importante de Santa Fe poseía recuas de mulas en Reme-
En Pamplona, al menos, un minero conocía la técnica de la amalgama- dios, y recientemente había comprado una cuadrill~ ,de esclavos.a Andr~s
ción del azogue y la empleaba en 162266. Pero, según otro testimonio, Caballero para explotar minas en Zaragoza, se asocio con ~ntomo Gonza-
lez, un minero que había registrado aguas para ex,rlotar mm~s en la loma
de Archidona. Una vez que se descubrieron las minas, Gonzalez las recla-
64 /bid. f. 283 r.
65 /bid. f. 355 r. ss.
66 /bid. f. 261 v. 67 /bid. f. 257 v.