1. TEMA 4: CALCOLÍTICO I: CONCEPTOS GENERALES Y SUR DE LA
PENÍNSULA IBÉRICA (PÁG. 95)
RESUMEN REALIZADO POR SILVIA PÉREZ VÁZQUEZ CURSO 2012/2013 Página 1
1.- CONCEPTOS GENERALES
1.1 DEFINICIÓN
La metalurgia se considera un cambio importante por no el único, ni siquiera el más decisivo entre el
conjunto de factores que van a dar lugar al inicio de este período. Se podría hablar de carácter “revolucionario”
del mismo, desde el punto de vista tecnológico, económico, social e incluso demográfico. Se produce en esta
etapa un aumento de la producción y el nacimiento de una sociedad con jefaturas cada vez más organizadas.
El metal fue un elemento innovador más y al principio, no demasiado trascendente, ya que su utilización y
producción fue minoritaria. La mayor complejidad social de esta etapa parece confirmada por las diferencias de
materiales arqueológicos en algunos ajuares funerarios; la fortificación; los cambios en la ubicación de los lugares
de asentamiento y las nuevas tecnologías agrícolas y ganaderas.
En la Península Ibérica durante el III milenio a.C., no se produce un desarrollo homogéneo, y la
implantación de las nuevas sociedades no es global. Es en las regiones del sur donde está mejor documentado.
Se generalizan rasgos comunes de carácter ideológico o religioso, materializados en el ritual funerario de
inhumación colectiva. Se trata de un nuevo modo de relación con el medio y de una nueva manera de vivir, con
una lenta evolución y con variaciones según las áreas geográficas.
El origen de las jefaturas es explicado por el funcionalismo como una organización imprescindible cuando
se produce un alto grado de desarrollo de las actividades de subsistencia; a través del marxismo es explicado
como que el desarrollo de sistemas de producción, cambian la estructura social porque las inversiones necesarias
para ello, permiten la creación de riqueza, y por ende alguien que la defienda.
Con la información disponible, sólo se puede apuntar a una organización socioeconómica con una cierta
división de trabajo. De la existencia de asentamientos fortificados, algunos de gran envergadura y de la desigual
distribución de objetos en los ajuares funerarios, puede deducirse la existencia de grupos con mayor capacidad
productiva. Pero no es posible hablar de relaciones de explotación, en las que tales grupos amortizan parte de la
producción social en beneficio exclusivo.
1.2 ORIGEN
Algunos autores explican el cambio cultural del III milenio a.C., por la influencia del Mediterráneo central y
oriental. La necesidad de metales de estas sociedades produciría la necesidad de exploraciones hacia occidente;
otros defienden más el autoctonismo del proceso.
1.3 CRONOLOGÍA
El III milenio a.C. se acepta en términos generales para el Calcolítico en la Península Ibérica. La
periodización más aceptada es la siguiente:
1. Calcolítico Antiguo precampaniforme: Primera mitad del III milenio a.C. hasta el 2.250 a.C.
2. Calcolítico Reciente con campaniforme: Desde 2.250 hasta el 1.900 a.C.
La primera fase está centrada básicamente en la Cultura de Millares (Almería), Vilanova de Sâo Pedro y
Zambujal (Portugal); la segunda se define por los grupos de vaso campaniforme y los núcleos que configurarán el
Bronce Antiguo. Para algunos autores la identificación del Calcolítico ibérico con la civilización de Millares da una
visión equivocada e incompleta, porque se desarrollaron otras culturas que pueden tener similitudes, pero
también diferencias con Millares.
2. TEMA 4: CALCOLÍTICO I: CONCEPTOS GENERALES Y SUR DE LA
PENÍNSULA IBÉRICA (PÁG. 95)
RESUMEN REALIZADO POR SILVIA PÉREZ VÁZQUEZ CURSO 2012/2013 Página 2
No hay uniformidad cultural en la Península Ibérica en el III milenio a.C.; los grupos calcolíticos del sur son
los que mejor representan las transformaciones de este momento, pero esto no significa que fueran los primeros.
2.- VASO CAMPANIFORME
2.1 DEFINICIÓN
Se incluye aquí a un conjunto de cerámicas decoradas con formas, técnicas y motivos decorativos diversos,
pero con un predominio de las formas acampanadas.
Aparecen en contextos diferentes en toda la Europa calcolítica no habiendo llegado a día de hoy a un
acuerdo sobre cronologías y aspectos culturales. Actualmente ya no se habla de “cultura campaniforme” ni de
pueblo o raza campaniforme, pues ya se sabe que no es un fenómeno unitario, su papel en la difusión de la
metalurgia del cobre es discutido y aparece también en contextos funerarios colectivos. (Pág. 100).
2.2 ORIGEN
Las investigaciones recientes tratan de comprender el significado y función de estas cerámicas en sus
contextos culturales (muy diferentes entre sí), y en general no se admite la teoría de grupos humanos portadores
y difusores del campaniforme y los otros objetos que lo acompañaban. (Pág. 102).
2.3 ESTILOS Y SIGNIFICADO
En la Península Ibérica se aceptan en la actualidad, cinco estilos de esta cerámica campaniforme:
1. Tipo AOC (all over corded): Vasos con perfil en S, en forma de campana con decoración impresa de
cuerdas, en motivos de bandas.
2. Marítimo: Decorada con peines o ruedecilla con motivos diferentes, sobre todo, en espina de pez.
3. CMZ (corded zone maritim): Decoración a base de impresiones de cuerda en bandas, con el interior a
peine y ruedecilla.
4. Puntillado: A base de motivos geométricos.
5. Estilos regionales: Grupos de Palmela, Salamó, Carmona, Ciempozuelos, Sureste, Levante, Meseta,
Galicia, Valle del Ebro y Baleares. (Pág. 103).
La distribución no es homogénea y algunos tipos, como el marítimo, se concentran casi exclusivamente en
una zona: el estuario del Tajo en este caso. Esta cerámica se ha utilizado para dividir el Calcolítico en dos etapas:
precampaniforme (inicio de la metalurgia del cobre) y campaniforme con la generalización de esta.
Se acepta de forma generalizada que esta cerámica es un objeto de prestigio, motivo de intercambio a
través de las redes calcolíticas europeas. Posiblemente estuviera relacionado con algún ritual, y su presencia en
ajuares funerarios pondría de manifiesto la categoría del inhumado.
2.4 CRONOLOGÍA
Harrison propone la siguiente periodización:
Un período entre el 2.200-2.150 a.C. para los cordados y marítimos.
Un período entre 2.150-1.700 a.C. para los principales estilos regionales: Ciempozuelos, Palmela, Salamó,
Sureste y Baleares.
Un período entre 1.700-1.600 a.C. para los estilos regionales tardíos: Carmona, Elche, Ebro central y Soria.
Las cerámicas puntilladas son anteriores a las incisas y las pocas cordadas que hay en la Península Ibérica.
3. TEMA 4: CALCOLÍTICO I: CONCEPTOS GENERALES Y SUR DE LA
PENÍNSULA IBÉRICA (PÁG. 95)
RESUMEN REALIZADO POR SILVIA PÉREZ VÁZQUEZ CURSO 2012/2013 Página 3
3.- EL SUR PENINSULAR
Se incluyen aquí las dos áreas geográficas denominadas sureste y suroeste. La primera conocida como
Cultura Millares, está representada por los yacimientos de Almería, sector nororiental de Granada, Murcia y sur
de Alicante; la segunda ha sido denominada por algunos autores como “mosaico atlántico” y comprende las
regiones de los cursos inferiores del río Tajo, el Guadiana y el Guadalquivir, con zonas como el Algarve, el
Alemtejo, Extremadura y el Bajo Guadalquivir.
3.1 CRONOLOGÍA Y ETAPAS
Molina propone la siguiente periodización para el sureste peninsular:
Cobre Antiguo: 3.200/2.700-2.400 a.C. Se incluyen escasos poblados y tumbas circulares con cubierta de
falsa cúpula. Incipiente metalurgia del cobre siendo Millares el poblado representativo que se inicia al
final de esta etapa.
Cobre Pleno: 2.400-2.000 a.C. Momento de máximo desarrollo, representado por poblados fortificados,
necrópolis de tholoi, metalurgia y una cultura material muy significativa, representada por las
denominadas “cerámicas simbólicas”, ídolos y ausencia de vaso campaniforme.
Cobre Reciente: 2.000/1.900-1.800 a.C. Aparece el vaso campaniforme y es el momento de la crisis que
da lugar al fin de esta etapa, representada en la reorganización del espacio habitado (como en Millares), y
en el progresivo abandono de la mayoría de éstos.
Esta secuencia es válida también para los yacimientos granadinos que no se consideran plenamente
pertenecientes a la Cultura de Millares, al carecer de tholoi y tener una menor presencia de cerámicas y objetos
simbólicos.
En el suroeste hay una cierta unidad durante la segunda mitad del III milenio a.C., basada en la
nuclearización y encastillamiento de los hábitats, el nacimiento de la metalurgia y la aparición de un ritual
funerario común. Una de las zonas con mayor información es la Extremadura portuguesa, representada por
Vilanova de Sâo Pedro. Tavares y Soares proponen la siguiente periodización, distinguiendo las áreas de
Extremadura por un lado, y el Alemtejo y Suroeste por otro:
Cobre Antiguo: 2.700-2.500 a.C. Con una metalurgia poco documentada, el inicio de los poblados
fortificados y decoraciones cerámicas acanaladas.
o Extremadura: Horizonte de los “copos” carenados.
o Suroeste y Alemtejo: Horizonte del Vale Pincel II o de las “tazas carenadas”.
Cobre Pleno: 2.500/2.200-1.800 a.C. Metalurgia desarrollada, poblados fortificados, tholoi y cuevas
artificiales funerarias.
o Extremadura: Horizonte de las “Folhas de Acacia”.
o Suroeste y Alemtejo: Horizonte de Monte Novo o de los “platos” de borde engrosado y
almendrado.
Cobre final:
o Extremadura: Horizonte campaniforme 2.000/ 1.500-1.300 a.C.
o Suroeste y Alemtejo: Horizonte Vale Vistoso 1.800-1.500 a.C.
Al contrario de lo que se pensaba, el Calcolítico de la Extremadura portuguesa es posterior al del Suroeste.
Aparecen en toda Andalucía y Extremadura, además de los megalitos y algunos tholoi, poblados fortificados,
fondos de cabaña, basureros y silos, todos sin dataciones y clasificado como Calcolíticos por sus cerámicas.
4. TEMA 4: CALCOLÍTICO I: CONCEPTOS GENERALES Y SUR DE LA
PENÍNSULA IBÉRICA (PÁG. 95)
RESUMEN REALIZADO POR SILVIA PÉREZ VÁZQUEZ CURSO 2012/2013 Página 4
Las dataciones absolutas para el suroeste procedentes de monumentos sepulcrales, tienen una validez
relativa, ya que estos panteones tuvieron una larga duración y utilización, no individualizándose los restos
inhumados. Las fechas absolutas más antiguas de asentamientos, son del 2.590 a.C. en el poblado fortificado de
Monte da Tuba, y la de 2.440 a.C. de Castelo de Santa Justa, en su fase antigua, con metalurgia y defensas
artificiales. La fecha de este último encaja con las primeras dataciones de Zambujal, en donde aparece
campaniforme en su variedad internacional o marítima.
3.2 SOCIEDAD
De manera generalizada se acepta una mayor complejidad social pero con teorías de explicación muy
diversas. En el interior de los poblados no hay diferencias arquitectónicas, pero sí una cierta jerarquización de los
mismos, basada en las diferencias de tamaño y riqueza de los materiales; en la presencia o ausencia de
fortificaciones; en su ubicación, dominando tierras de labor, recursos mineros o líticos, control visual, etc.
Se ha considerado que el control de los recursos mineros, las actividades metalúrgicas y la circulación de
productos manufacturados, fueron la causa de la aparición de élites, el inicio de la división del trabajo y la
organización jerarquizada de los asentamientos.
Durante el III milenio a.C. se produce un desarrollo de la competición social y la desigualdad, quedando
este proceso un poco “encubierto” por el ritual de inhumación colectiva.
3.3 ASENTAMIENTOS
Desde momentos avanzados del Neolítico se produce un abandono progresivo de las cuevas como lugar de
habitación, y un crecimiento paulatino de los asentamientos estables al aire libre (Pág. 109). A pesar de las
diferencias regionales, ofrecen una serie de características comunes: la ubicación está determinada por el medio
(recursos agrícolas, ganaderos, cupríferos, etc.), ocupan lugares estratégicos para la defensa: cerros, altozanos,
etc.; existen sistemas defensivos (algunos no); hay cambios en el aspecto urbano y hay una estabilidad y
permanencia en el terreno: poblados que duran todo el período con una economía agropecuaria básica en casi
todos.
3.3.1 El sureste
Durante esta etapa, denominada Edad del Cobre o Calcolítico, se nota un crecimiento significativo de la
población. Los asentamientos son en general exclusivos de este período, pero algunos, como el de Las Peñas de
los Gitanos en Granada, tienen niveles desde el Neolítico Final. Existen estructuras domésticas sólidas,
construcciones defensivas de una o varias líneas de murallas en piedra, frecuentemente con torres y bastiones de
planta circular o cuadrada, que rodean todo el asentamiento, o sólo la zona accesible. En ocasiones hay saeteras
en las murallas y se aprovechan las defensas naturales. Estos poblados ocupan lugares elevados de fácil defensa,
dominando tierras agrícolas o ganaderas. Salvo en el caso de Millares, tienen una extensión reducida, en torno a
una hectárea.
Son centros protourbanos que evidencia una expansión demográfica. La construcción de los sistemas
defensivos requiere una actividad comunal y la concentración de población representa un cambio cualitativo
respecto a las aldeas neolíticas.
Se documenta un modelo de poblamiento polarizado en torno a los asentamientos con mayor extensión y
mayor grado de urbanización, desde los que se organiza la explotación de los territorios. (Pág. 111 a 113).
Las viviendas aparecen más o menos dispersas; son en general de planta circular u oval, algunas de
tendencia rectangular y en Almizaraque las hay de planta absidal. Con frecuencia aparecen silos, fondos de
cabaña y basureros.
5. TEMA 4: CALCOLÍTICO I: CONCEPTOS GENERALES Y SUR DE LA
PENÍNSULA IBÉRICA (PÁG. 95)
RESUMEN REALIZADO POR SILVIA PÉREZ VÁZQUEZ CURSO 2012/2013 Página 5
Millares (Pág. 114) es el poblado más representativo del período y de la zona, pero también los hay en la
provincia de Granada (Malagón), Cúllar-Baza (Cerro de la Virgen de Orce y Las Peñas de los Gitanos) y Almería
(Tarajal, Terrera Ventura, Campos y Almizaraque).
En Murcia incide la cultura de Millares pero con un modelo urbano diferente, ya que los centros de
población no son como los anteriores y mantienen usos locales durante mucho tiempo, con pequeñas aldeas de
tradición neolítica indígena (Las Amoladeras, Cerro de la Virgen de la Salud y El Prado de Jumilla), con una
actividad agropecuaria que aprovecha el medio y sin metal ni estructuras de carácter defensivo, tampoco hay
sepulcros megalíticos, ni campaniforme y objetos de importación. Hay poblados mayores en lugares estratégicos,
a veces fortificados y dominando un territorio agrícola y ganadero, con necrópolis megalíticas, vaso
campaniforme y metal (Cerro de las Víboras de Bajil-Moratalla- o El Capitán de Lorca).
3.3.2 El suroeste
El poblamiento calcolítico se instala en pequeños sitios fortificados, aunque buena parte de la población
vive fuera de ellos. Vilanova de Sâo Pedro y Zambujal (Bajo Tajo, Portugal) (Pág. 115 y 116), responden al tipo de
hábitat con defensas a base de recintos que se van reforzando y ampliando a lo largo de la vida del mismo. Su
tamaño es pequeño y conservan torres, bastiones y barbacanas. Hay también poblados sin fortificar como Rotura
o Pico Agudo, así como estructuras dispersas sobre una gran superficie (como en la llanura de La Pijotilla,
Badajoz). Se multiplican los poblados en el curso inferior del Tajo, en lugares elevados y con sistemas defensivos.
Vilanova y Zambujal definen la cultura calcolítica del suroeste de Portugal. En el segundo, los sistemas
defensivos se construyen desde la fundación, mientras que en el primero aparecen un momento avanzado del
desarrollo del poblado.
Parece que hay una preocupación económica en la elección de lugares de asentamiento: posibilidades
agrícolas, ganaderas, recursos cupríferos e incluso de marisqueo en las zonas costeras. Se insiste en la
especificidad económica de cada poblado, con la consecuente diversidad de patrones de asentamiento, pero esto
no ocurre en todos, y en muchas zonas habría una economía variada de subsistencia.
En la fase campaniforme se observa una jerarquía de asentamientos, testimoniada por el tamaño, las
fortificaciones y los restos constructivos. En el área de Zambujal hay unos 10 asentamientos calcolíticos, algunos
con campaniforme, la mayoría fortificados, a veces con varias líneas de muralla y bastiones.
Las estructuras domésticas no son muy conocidas, en general son de planta oval o circular, con cubiertas
vegetales y restos de hogares en el interior.
En Vilanova, amurallada y con una fortaleza interior de planta cuadrangular, está documentada la
metalurgia del cobre, por la presencia de escorias de fundición.
3.4 ENTERRAMIENTOS
En general continúa el rito de inhumación colectiva del final del Neolítico. Destaca la idea de colectividad,
pero la diferencia radica en la existencia de una mayor complejidad arquitectónica y un ajuar más rico y variado.
Las necrópolis están asociadas a los poblados y aparecen enterramientos en megalitos, tholoi o cuevas
artificiales, raramente en silos.
Los tholoi o sepulcros de falsa cúpula, son un rasgo típico de Millares. Las otras construcciones megalíticas
son sepulcros de corredor.
En general, las inhumaciones van desde menos de 10 individuos a un centenar por sepulcro, a excepción de
los granadinos de cámara trapezoidal y corredor corto, en lo que sólo aparece uno o dos inhumados.
6. TEMA 4: CALCOLÍTICO I: CONCEPTOS GENERALES Y SUR DE LA
PENÍNSULA IBÉRICA (PÁG. 95)
RESUMEN REALIZADO POR SILVIA PÉREZ VÁZQUEZ CURSO 2012/2013 Página 6
En la última etapa, con presencia campaniforme, se cree que cada tumba pertenecería a un amplio grupo
familiar o de linaje. También aparecen enterramientos individuales, en grieta natural, fosa o cista, que confirman
la tendencia a la desaparición de la monumentalidad megalítica.
Los ajuares ofrecen objetos de piedra tallada y pulimentada; adornos muy variados; objetos de cobre y
cerámicas lisas. En Millares son muy representativas las cerámicas simbólicas con soles y ojos; destaca la
existencia de varios yacimientos de materias primas exóticas y los ídolos falange, cilíndricos o de placa.
3.4.1 Sureste
Los grandes monumentos megalíticos constan de cámaras circulares, corredor de acceso y cubierta cupular.
Las cámaras se construyen con grandes losas o con aparejo en seco, y cubierta de falsa cúpula apoyada en un pilar
central, en ocasiones con cámaras laterales. Un túmulo de escombro y tierra cubre el monumento. Este modelo
se denomina tholos y representaría la culminación de la secuencia megalítica regional. (Pág. 118).
3.4.2 Suroeste
También aquí aparece el binomio poblado-necrópolis. Característica innovadora es la generalización de los
tholoi, aunque siguen los enterramientos colectivos clásicos. En la zona del Tajo son comunes los enterramientos
en hipogeos o cuevas artificiales excavadas en la roca. A veces hay cámaras laterales y nichos. Se cree que
pueden ser un intento de “individualizar” a ciertos personajes del grupo. (Pág. 120).
3.5 ACTIVIDAD ECONÓMICA
En general, la agricultura y la ganadería son las bases de subsistencia, estando relacionada la ubicación de
los asentamientos con el potencial económico de la zona. En el sureste se produce una intensificación de la
producción de productos básicos, a pesar de las tierras áridas de la zona. El suroeste, a pesar de ser una región
fértil, fue tardía la introducción de plantas y animales domésticos.
Es muy evidente la relación de la ubicación de los poblados con el agua. Se constata la presencia de
acequias en Millares. El regadío permitiría una agricultura intensiva para las comunidades de tierras áridas,
mientras que los poblados de zonas más húmedas desarrollarían cultivos de secano más extensivos.
El mayor número de asentamientos evidencia un crecimiento demográfico, que haría necesaria una mejora
de las técnicas agrícolas y ganaderas, pero el instrumental sigue siendo en piedra, y tal vez en madera. Hay
dientes de hoz en piedra tallada y molinos de piedra pulimentada. Tal vez se usó el arado y la tracción animal.
Los restos vegetales recuperados son: cereales y leguminosas, lino, lana, olivo y vid.
Del Neolítico al Bronce se produce una intensificación y diversificación de cultivos, un predominio de trigos,
varias especies de leguminosas y lino. Se puede pensar de sistemas agrícolas que combinan regadío y secano.
En la ganadería se produce un descenso de las especies salvajes. Hay restos de ovejas, cabras, bueyes,
cerdos y como novedad, el caballo. Se conoce el consumo del queso y el uso del telar. El ganado vacuno y
caballar es sacrificado a edades avanzadas, lo que avalaría la teoría de que son usados como fuerza de trabajo; el
consumo de carne se concentra en cabras y ovejas.
Las especies animales domésticas más frecuentes fueron la oveja, cabra, bóvido, cerdo, caballo y perro; y
en estado salvaje el ciervo, corzo, gamo, ibex, toro, jabalí, lince, liebre y lobo. En las tumbas también aparecen
restos de fauna, con mayoría de bóvidos.
La industria textil (lino y lana), la fabricación de utensilios líticos y la fabricación de cerámica, todo ello para
autoconsumo, se unen a la agricultura y ganadería.
Hay materias primas en ajuares funerarios, tales como el azabache, el mármol o la calaíta, lo más
significativo es el marfil (ídolos) y las cuentas de cáscara de huevo de avestruz (norteafricanas), lo que evidencia
intercambios sociales y circulación entre territorios, de importancia económica y social.
7. TEMA 4: CALCOLÍTICO I: CONCEPTOS GENERALES Y SUR DE LA
PENÍNSULA IBÉRICA (PÁG. 95)
RESUMEN REALIZADO POR SILVIA PÉREZ VÁZQUEZ CURSO 2012/2013 Página 7
3.6 METALURGIA
En la Península Ibérica no aparecen de manera simultánea la minería y metalurgia (tampoco en Europa), y
no se desarrolla en todas las regiones con la misma intensidad, por lo que no se producen las mismas
transformaciones económicas y sociales.
No conocemos bien los aspectos básicos como el origen y la evolución de la minería y metalurgia en la
Península Ibérica. Al principio el papel de la metalurgia fue secundario, limitándose a la producción de objetos de
prestigio. Al final de este período el cobre adquiere un papel preponderante, produciéndose otros objetos en
mayor cantidad y variedad.
La fundición del cobre está generalizada en el sureste en la segunda mitad del milenio, no conociéndose si
es un proceso autóctono o una innovación traída del exterior. Se comienza con punzones, hachas y cinceles y al
final aparecen puñales y puntas de lanza o de flecha.
La existencia de mineral nativo, la tecnología cerámica (que produce temperaturas que pueden fundir el
mineral de cobre) y las tecnologías extractivas para el sílex, pudieron conducir al desarrollo metalúrgico.
En el III milenio a.C. aparecen restos de actividad metalúrgica tanto en poblados fortificados como en los
que no lo están, siempre con un carácter restringido.
El sureste y suroeste se han considerado las zonas originarias de la metalurgia peninsular, desde comienzos
del III milenio a.C., y es incuestionable la primacía cronológica de Millares o Vilanova hasta comienzos del I
milenio a.C. Es evidente que la presencia de objetos metálicos en poblados y necrópolis es más abundante que
en otras regiones, así como el hallazgo de minerales, escorias y gotas de fundición, moldes y crisoles, testimonios
de actividades de transformación. Tampoco hay que olvidar la proximidad de algunos de estos poblados a zonas
cupríferas.
A finales del III milenio a.C. se considera que la metalurgia se desarrolla en el resto de la península,
coincidiendo con la presencia de vaso campaniforme, y con las primeras joyas de oro en los ajuares.
No se tienen resto de complejos de cierta entidad de extracción de mineral en la Península, lo que hace
pensar en extracciones a cielo abierto, trinchera o covacha. Esta técnica implica trabajos simples y una
productividad baja, aunque suficiente para una demanda escasa.
Se cree que la Península Ibérica fue un foco metalúrgico independiente en el II milenio a.C., con una
metalurgia poco desarrollada tecnológicamente, aprovechando recursos locales. Las actividades transformación y
producción de objetos se realizaban en el interior de los poblados.
La producción del metal utiliza carbonatos y óxidos de cobre, tanto en el sureste como el suroeste, y no
debió de ser muy extensa por el número de hallazgos. En el suroeste aparecen al principio hachas planas
alargadas, punzones de doble punta, cinceles, sierras y algún puñal triangular. Con el campaniforme aparecen
puñales de lengüeta y puntas Palmela. En el sureste los tipos son los mismos, con alguna lezna y navaja curva.
La orfebrería era un indicador social y ahora aparecen adornos de oro (cuentas de collar o diadema de oro
de la Cueva de los Murciélagos -Granada-). También la lámina de oro decorada con soles/oculados procedente
del sepulcro de las Canteras (Sevilla). Está documentada la presencia de objetos de lujo y/o materias exóticas de
procedencia extrapeninsular, lo que pone de manifiesto las relaciones comerciales.
3.7 CULTURA MATERIAL
3.7.1 Industria lítica y ósea
El sílex fue el soporte básico de útiles, e incluso armas, en esta etapa. La minería del sílex tuvo un
importante papel antes y después de la metalurgia.
8. TEMA 4: CALCOLÍTICO I: CONCEPTOS GENERALES Y SUR DE LA
PENÍNSULA IBÉRICA (PÁG. 95)
RESUMEN REALIZADO POR SILVIA PÉREZ VÁZQUEZ CURSO 2012/2013 Página 8
Las principales novedades son la desaparición de los microlitos y la importancia de útiles elaborados sobre
largas hojas. Hay dientes de hoz y lo más representativo y abundante son las puntas de flecha de tipología
variada: de retoque lateral y cubriente, triangulares de base recta, pedunculadas y con aleta y pedúnculo. En el
sureste predominan las de pedúnculo y aletas, y de base cóncava, y son más frecuentes en el suroeste las de base
recta con retoque invasor, en donde a menudo, coinciden los materiales de contextos funerarios con los
asentamientos. Aparecen restos de talla en los suelos de habitación, pero no en todos los poblados. Grandes
láminas de sílex hay en ambas zonas, y en el sureste hay también puntas losángicas y cruciformes, y de manera
excepcional, puñales y alabardas.
En piedra pulimentada son comunes hachas y azuelas (Pág. 126) y existen brazaletes de arquero en época
campaniforme. Hay también cinceles, gubias y molinos, sobre todo en Murcia.
En industria ósea tenemos punzones, agujas y espátulas, son más raros los botones (con perforación en V
en época campaniforme) y alfileres. En Murcia encontramos también leznas, varillas placas, alisadores y peines.
3.7.2 Adornos y objetos votivos
En piedra pulimentada hay colgantes y cuentas de collar, así como vasos de alabastro y cuentas de calaíta,
en el sureste. Capítulo aparte merece los ídolos. En el sureste los hay, vagamente antropomorfos en las tumbas,
hechos en pizarra, conocidos como ídolos-placa, y betilos. Son famosos los ídolos oculados de Almizaraque
hechos en hueso. Y en La Pijotilla (Badajoz) aparece uno en forma de hacha (Pág. 128).
En el suroeste los ídolos son los auténticos distintivos funerarios calcolíticos. Tienen formas muy diversas
pero en general, son antropomorfos, realizados en materias variadas. Los más abundantes son los ídolos-placas
de pizarra, con decoración incisa formando temas geométricos característicos del Neolítico final. A partir del
Calcolítico tenderán a adoptar un aspecto antropomorfo, se marcan los hombros y la cabeza, al tiempo que se les
da ojos, y en el extremo superior aparece una perforación para ser colgados.
Destacan también los betilos, cilíndricos y de caliza muy blanca. En una cara aparece la típica decoración de
ojos circulares rodeados por incisiones (tatuajes faciales), y en la otra se aprecia una larga y abundante melena.
Los mejores ejemplares se encuentran en el Algarve.
Los ídolos-falange (falange de équido normalmente), están pintados o grabados con el mismo motivo de los
ojos con tatuaje. Pero son los ídolos antropomorfos los que constituyen la máxima expresión del arte hispano de
época megalítica, destacando el importante conjunto de La Pijotilla (Pág. 128).
Todos estos ídolos (salvo el caso de los ídolos antropomorfos), son representaciones de un personaje
femenino, interpretada como “Señora de la Naturaleza” de cuya voluntad depende el futuro económico de las
poblaciones.
3.7.3 Cerámica
En el sureste, y sobre todo de origen funerario, aparecen las cerámicas incisas con motivos geométricos y
naturalistas, que a veces, repiten motivos de los ídolos oculados y son conocidas como simbólicas. Más tarde
encontramos campaniforme.
La más frecuente es una cerámica local, tosca, lisa y con engobe rojo (almagra) y negro, con formas de
vasos de perfil simple como cuencos y platos, cubiletes y carretes. Hay que destacar los recipientes en cáscara de
huevo de avestruz.
En el suroeste, la cerámica es abundante en los tholoi del Algarve y el Guadiana-Guadalquivir, y lo más
significativo son los platos de borde almendrado. Aparece campaniforme en la etapa final Los momentos más
antiguos están representados por “copos” en el Tajo y tazas carenadas en el Algarve; hacia la mitad del período
hay decoraciones de “folhas de acacia” en el Tajo, y platos de borde almendrado en el Algarve.