La familia se define como un grupo de personas unidas por lazos de sangre o no, que viven juntos y comparten responsabilidades económicas. La familia es la base de la sociedad y cumple funciones sociales, económicas, religiosas y políticas. La familia se encarga de la socialización primaria de los niños y de satisfacer las necesidades básicas de sus miembros. Los valores se aprenden primero en la familia a través del ejemplo de los padres.
2. LA FAMILIA
Conjunto de personas organizadas en roles fijos (Madre, Padre, Hijos,
entre otros) con vínculos consanguíneos o no, con un modo de existencia
económico y social comunes, con sentimientos afectivos que los unen.
Concepto Biológico de Familia: Como hecho biológico involucra a todos
aquellos que descienden unos de otros, o de un progenitor común y que
generan entre sí lazos de sangre.
Concepto Sociológico: Se considera a los que viven bajo un mismo techo,
no necesariamente, unidos por lazos sanguíneos pero conviven
organizadamente, la conducta de los integrantes está regulada por
normas comunes.
Concepto Jurídico: Lo comprende la simple unión de una pareja con
derechos y deberes mutuos unidas por vínculos de matrimonio,
parentesco o adopción.
Concepto establecido por el Código Civil: En este se establecen tipos,
líneas y grados de parentesco y se regulan las relaciones entre los
esposos y parientes.
Concepto Psicológico: Grupo natural de personas que elabora pautas de
interacción en el tiempo y que tiende a la conservación y a la evolución;
es el grupo celular de la sociedad, una institución que ha existido a lo
largo de la historia.
En general la familia es el grupo social básico, creado por los vínculos del
matrimonio o parentesco presente en todas las sociedades y considerado
por muchos como base y célula de la sociedad; cumpliendo con la
mayoría de funciones sociales, incluso las políticas, religiosas y
económicas las cuales han sido delegadas en la actualidad a otras
instituciones; sin embargo, en todas las culturas la familia se encarga de
la socialización primaria de los nuevos miembros y de la satisfacción de
las necesidades básicas de sus integrantes.
La formación de las instituciones comenzó con la familia ya que ha sido el
principal vehículo de identidad de grupo e indispensable en la etapa inicial
de la formación de toda persona; además los valores se captan por
primera vez en la infancia, se sigue el ejemplo de los mayores y se inician
los hábitos que luego conformarán la conducta y afianzarán la
personalidad. Este periodo inicial de la vida en familia, determina los
3. trayectos del posterior comportamiento moral, donde tendremos
arraigados o no, las nociones del bien y del mal; a través del tiempo, la
convivencia en los diversos ambientes con los que nos interrelacionamos
(escuela primaria, amistades, enseñanza secundaria y superior, trabajo,
entre otros) irán moldeando las actitudes individuales de cada persona;
aunque lo importante es la tarea de formarlos con todo el soporte de
valores y principios cristianos que dejarán como legado a sus
generaciones.
La familia tiene que equilibrarse a sí misma, de este manera se enseña el
equilibrio a los hijos, el cual va a contribuir al equilibrio social. Los padres
son por naturaleza los primeros y principales educadores de sus hijos, su
papel es tan importante que si falta, es muy difícil poder suplirlo. El deber
educativo de los padres es esencial porque está radicalmente vinculado
con la transmisión de la vida humana, es original y primario respecto de
los demás, es insustituible e inalienable, no puede ser usurpado por otros
ni delegado totalmente, porque la relación de amor que se da entre
padres e hijos es única, y constituye el alma del proceso educativo. El
deber de los padres es crear un ambiente familiar animado por el amor, la
piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación
integra, personal y social de los hijos.
El valor de la familia va más allá de los momentos de alegría y la solución
a los problemas cotidianos que se enfrentan, el valor nace y se perpetúa
con cada uno de los miembros asumiendo sus responsabilidades el papel
que le toca desempeñar a cada uno, procurando el bienestar, desarrollo y
felicidad de todos los demás. Formar y llevar a la familia por un camino
de superación permanente no es tarea fácil; las exigencias de la vida
actual pueden dificultar la colaboración e interacción porque ambos
padres trabajan, pero no es imposible, por tanto es necesario dar orden y
prioridad a las obligaciones y aprender a vivir con ellas. Lo primero que
se debe resolver es el egoísmo (mi tiempo, mi trabajo, mi diversión, mis
gustos, mi descanso) si todos necesitan comprensión y cuidados, es
importante tener la iniciativa de servir a los demás, valorar el esfuerzo y
dedicación, el estudio y la ayuda más que la perfección de los resultados
obtenidos.
Para lograr la felicidad de una familia es indispensable que todos
participen de los mismos intereses, que compartan los gustos y aficiones
y se interesen los unos por los otros, dedicando parte del tiempo para
estar más tiempo en casa y disfrutando de la compañía de los otros,
buscando el diálogo, la convivencia y el cariño, dejando las
preocupaciones y el egoísmo.