El Poder de nuestras oraciones y conversaciones con Dios.pdf
A- HOMILÍA DEL DOMINGO 4º DEL TO. CICLO C. DIA 31 DE ENERO DEL 2016
1. A- HOMILÍA DOMINGO 4º DEL TO. CICLO C. DIA 31 DE ENERO DEL 2016
Recordemos el Evangelio de hoy: Jesús, al comenzar su vida pública, presenta en la sinagoga
de Nazaret, su programa, su mensaje, su Evangelio.
¿Cómo reacciona, al escucharle, la gente de Nazaret, sus paisanos? Primero parece que
reaccionan bien; aprueban lo que dice y le admiran. Después la gente se pone furiosa contra
Jesús y reacciona tan mal que lo empujan fuera e incluso quieren despeñarlo.
¿Cómo reaccionamos con Jesús, cuando oímos su Palabra?
Cuando escuchamos aquí todos los domingos la Palabra de Jesús es fácil que aprobemos su
Mensaje y admiremos lo que nos dice, porque nos convence, nos parece un auténtico
programa de vida.
El evangelista nos ha dicho que la gente que escuchaba a Jesús, sus paisanos, empujaron a
Jesús fuera del pueblo. Nosotros, quizás sin pensarlo, sin darnos demasiada cuenta,
empujamos a Jesús y a su Evangelio fuera de nuestras vidas, fuera de nuestra casa, de nuestro
trabajo, de nuestra convivencia social, fuera de nuestras obras.
¿Por qué sucede esto? ¿Por qué reaccionamos así? Porque:
– Aceptar, admitir lo que Jesús nos dice es FÁCIL.
Admirar lo que Jesús hizo es FÁCIL.
– Lo difícil es aplicar a nuestra vida lo que Jesús nos dice. Lo DIFICIL es vivir su Evangelio. Lo
DIFICIL y PROBLEMÁTICO es vivir lo que Él vivió.
Todos los domingos, al escuchar su Palabra, Jesús está dando aldabonazos a nuestra
conciencia y es como si quisiera revolvernos interiormente, pero nosotros con facilidad lo
olvidamos y le empujamos, educadamente fuera de nuestra vida.
Pero, Jesús, nos ama tanto que no quiere que le echemos de nuestra vida y quizá se conforme
con que los domingos le escuchemos y le pidamos perdón por haberle echado de nuestra vida
durante la semana.
Celebrar la Eucaristía es estar en comunión con él, es decir: unidos a Jesús.
Esforcémonos, no solamente por escuchar su palabra los domingos, sino sobre todo,
esforcémonos en lo que nos cuesta: que su Palabra esté presente en nuestra vida.