1. SACRAMENTOS A PRECIO DE SALDO
¿Cuántos son los sacramientos?
Los sacramientos son más o menos siete.
Atención, corrector de pruebas, no quite la “i”. Sacra-miento.
Hasta ahora siempre se ha hablado de sacramentos. Esos signos
sagrados que los cristianos... Pero servidor se atreve a proponer
a los teólogos que profundicen en los “sacramientos”.
En los catecismos que estudiábamos se decía que los
sacramentos son siete. No sé ahora, porque con estas
novedades después del Concilio...
También se decía que los pecados capitales eran siete y contra
los siete pecados había siete virtudes. Pues contra los siete
sacramentos hay también otros siete sacramientos.
¿Se los digo? A ver si se los aprenden bien:
Contra Bautismo: “Yo no lo bautizaría, pero como se empeñan
los abuelos...”
Contra Confirmación: “Y los alumnos de cuarto de la ESO
todos a confirmarse...”
Contra Penitencia: “Tienes que confesarte que has dicho una
palabrota”.
Contra Eucaristía: “Es que si no hace este año la comunión va
a parecer una novia...”
Contra Unción de Enfermos: “Cuando se muera llamamos al
cura”...
Contra Matrimonio: “Yo me casaría por lo civil, pero a mi
suegra le da un patatús...”
¡Ah! y ¿contra Orden Sacerdotal...? que se me olvidaba, contra
orden sacerdotal...: “¡Oh mi dignidad está por encima de esos
seglares que no son más que unos laicos, cristianos de segunda
categoría!”.
Ya ven: Sacramiento se compone de dos vocablos:
Sacra: del latín sagrado o sagrada... y
Miento, del castellano, como su nombre indica, que digo
mentiras, que disimulo, que falsifico, que soy un cuentista.
Igual que cumplimiento dicen que está compuesto de cumplo y
miento... Igual “sacramiento”.
Es triste reconocerlo pero los que andamos en estos asuntos de
iglesias frecuentemente andamos mezclados en sacramentiras...
2. corremos el peligro de todo eso... porque luego nos cae encima
la rutina de mentir.
Nos habían explicado cuando estudiamos teología, y hasta
cuando estudiábamos el catecismo de niños, que los
sacramentos eran algo muy importante, que no se deben recibir
sin estar preparados y sin saber bien lo que se hace. ¿Para qué
habremos estudiado todo eso?... porque luego nos cae encima
la rutina de cada día y nos encontramos con los que no van a
pedir un sacramento, sino una ceremonia, que no es lo mismo.
Y aquí tienen ustedes a los curas convertidos en maestros de
ceremonias o en brujos de la tribu.
Sería necesario que los sacramentos se celebraran en latín o en
sánscrito o en chino, para no morirnos de vergüenza al decir
cosas que no se las cree nadie. Por ejemplo:
Queridos novios que venís a contraer matrimonio en la fe de la
Iglesia... ¡qué fe ni que ocho cuartos! Que venís a contraer
matrimonio en la fe de “pronovias”, de “restaurantes, bodas,
bautizos, comuniones...” o por lo menos en la fe de los padres
que si os casáis por lo civil no os pagan el festejo.
Si hiciéramos una lista de las sacramentiras que se dicen y
hacen en los “sacramientos” no cabrían en un montón de
libros. Algunos ejemplos al tun tun:
“... Y ahora entregamos una vela encendida a los padres como
signo de la fe que van a comunicar a sus hijos”. El padre agarra
la vela con gesto indiferente mientras piensa lo que le va a
costar la invitación a los que han venido al bautizo y están por
ahí cuchicheando, algunos incluso fuera de la Iglesia...
Otra: “Queridos niños, cuando os bautizaron vuestros padres
renunciaron por vosotros al mal y aceptaron la fe... ahora
vosotros: ¿Renunciáis a Satanás...? Sí renunciamos. Renuncias
a....? Sí renunciamos. ¿Creéis en Dios Padre...? Sí
renunciamos.
Como dicen los técnicos, los sacramentos hoy día se reciben
frecuentemente en plena inconsciencia: en bautismo cuando no
se enteran (ni ellos ni los padres); los chavaletas, “la
comunión” cuando están mirando el reloj que les ha regalado la
tía Carmen; los difuntos, la unción de enfermos cuando ya no
están enfermos, sino difuntos, y los novios, el sacramento del
matrimonio cuando lo único que les preocupa es cómo ponerse
para salir bien en la foto.
3. Bueno, ya sé que exagero, y que no siempre es así, pero que
cada uno agarre lo que le toca.
Tal vez lo que habría que hacer es dos documentos distintos:
uno para sacramentos y otros para sacramientos. Los que los de
la fe les trae al fresco, los que dicen que las charlas de
preparación son una tontería porque ellos ya se lo saben todo,
las parroquias que por un módico precio reparten sacramientos
a granel a los que huyen de sus parroquias porque se les exige
algunos requisitos... Todos esos podrían hacer unas partidas y
expedientes que dijeran: Recibo el sacramiento del bautismo en
la Parroquia de Santa Genuina... Recibirá el sacramiento del
matrimonio en la Iglesia de San Josefino de Calabria.
La ceremonia del “sacramiento” se hará en algún idioma
extraño y el cura de espaldas para que le dé menos vergüenza y
siempre quedaría la posibilidad de que, si un día se daban
cuenta de que habían sacramientido, pudieran volverse a casar,
bautizar...etc, pero en serio, de verdad.
¿Qué os gusta la idea? pues a ponerla en práctica.
¿Qué no les gusta? Pues a hacer de tripas corazón y a seguir
como hasta ahora sacramintiendo.
Juan Jauregui