PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pdf
El camino hacia la esclavitud
1. El camino hacia la esclavitud
El mensaje que la iglesia de Cristo tiene que dar se va a entender en la medida en que podamos renunciar a
nosotros mismos y aceptar para poder oír, no solo escuchar, esta palabra que el Señor tiene para darnos.
Creo que el mensaje traspasa las paredes de los templos, va más allá de las congregaciones, sé que en muchas
iglesias están reflexionando sobre la necesidad de que los cristianos nos asumamos como siervos, como
esclavos del Señor. Quiere decir que Jesús esta hablando a la iglesia de Cristo en este tiempo y nos esta
pidiendo a nosotros que, de una vez por todas, nos decidamos a renunciar a todo aquello que esta significando
una barrera, para que podamos cumplir la tarea que Él nos dio.
Como Iglesia de Cristo, tenemos que ponernos de pie y asumir que cuando dijimos -Yo te acepto como mi
Señor y Salvador- asumimos que Él es nuestro Señor. Yo asumí que Jesús es el Señor de mi vida y entonces
me acepto como esclavo de Cristo, cuando hice mi oración de fe estaba diciendo -Sí, Señor quiero, te acepto
como mi Señor y Salvador y me pongo de rodillas ante Ti y al hacerlo estoy diciendo que Sos mi dueño y que
yo soy el esclavo- eso es lo que nos esta pidiendo, eso es lo que le esta pidiendo a la Iglesia de Cristo en este
tiempo, eso es lo que tenemos que entender y esa es la razón por lo que la Iglesia no está cumpliendo con su
misión.
Estamos muy ocupados ministrándonos a nosotros mismos, mirándonos a nosotros mismos, demasiado
preocupados por nosotros mismos, al punto que dejamos de pensar en la misión que el Señor nos esta dando
como Iglesia.
El líder de una congregación con quién comparto mis inquietudes, me comentó que esta trabajando con su
iglesia el mismo mensaje de servidumbre. Me decía que en el mensaje anterior le pidió a la gente que cerrara
sus ojos, entonces les dijo -cierren sus ojos y vean entrar por las puertas de la iglesia a gente que sufre, a gente
que necesita. Vean entrar por la puerta de la Iglesia a prostitutas, a borrachos, a drogadictos, a personas que
están intentando suicidarse, a personas que materialmente lo tienen todo, pero a la vez están solos, a personas
que están necesitando un abrazo y cariño y amor, a personas que no tienen familia, a personas que no
encuentran un sentido para sus vidas, a personas que se sienten pecadoras pero no saben qué hacer, cierren sus
ojos y vean entrar a esa gente por la iglesia.
Luego les preguntó -¿Los ven entrar?- y la gente dijo que sí, a lo que él les respondió -Esa gente ya estaba
antes queriendo entrar pero somos nosotros quienes no dejamos que entren.
Somos nosotros quienes no dejamos entrar a nuestra querida gente.. y cómo puede llegar a ser esto? Sí,
estamos gorditos, rellenitos espiritualmente, “bendecidos”! y no hacemos más que darnos mensajes día a día,
y está muy bien, no digo que esté mal, es parte del discipulado, pero hasta cuando es el discipulado, creo que
es momento de salir. Me enteré hace unos meses atrás de una señora llegó hace un año a una Iglesia, está tan
agradecida por la paz que Jesús le dió, que en gratitud sale con otra señora más a invitar a sus vecinos a que
venga a congregarse a la Iglesia nueva.. nada más, solamente eso, y la gente viene, aunque sea a ver lo que
está pasando. Esta hermana, no necesitó, un curso de capacitación para evangelizar, para hablar de lo bueno
que ha sido el Señor con todos los que le buscan de corazón. Sinceramente, un ejemplo para todos nosotros. Y
nos moviliza.
Pero cual es la realidad, en algunos casos, tenemos un puñado de treinta jóvenes en las Iglesias y hay miles
afuera que se están muriendo todos los días, matando de a uno por vez, colgándose en sus casas, la calle o
matándose de a poquito alcoholizándose y drogándose todas las noches porque no tienen, o no encuentran un
sentido para sus vidas.
Yo siento que fallamos si no hay 200 pibes en la Iglesia local, y ojalá fuera la carga por 500 pibes. No
estamos cumpliendo la función que tenemos que cumplir, si nuestras Iglesias no tienen jóvenes no tienen
futuro, porque son ellos los que van a conducir a las Iglesias dentro de diez años.
Si el promedio de edad de nuestras Iglesias tiene más de treinta años, quiere decir que dentro de diez años
aquí no va a quedar ni el loro, no va haber nadie, no va haber gente porque no hay jóvenes, ellos están afuera
y no están entrando, ¿saben por qué no entran?, porque no los dejamos entrar, o sea.. tampoco salimos a
buscarlos.
Nos creemos dueños de la puerta, nos creemos amos. La casa se reserva el derecho de admisión, entra quien
quiero que entre solamente y, eso esta haciendo que afuera haya ciento diez mil personas y mil adentro, por
una sola razón, no los dejamos entrar.
2. Y no es que no los dejamos pasar porque” pensamos que están equivocados”, los que piensen distinto, tienen
que entrar porque sino ¿dónde van a encontrar la verdad..? Bienvenidos sean!
La verdad es revelada a las personas a través del Espíritu Santo y no por personas que les hablan.
Honestamente, como dice la Biblia creo que convencí “a nadie con mi palabra” de que se entregaran a Cristo.
Creo que las palabras que se entregan por obra del Espíritu Santo en la vida de las personas y es Él quien nos
convence de la verdad. Pero con nuestra actitud de soberbia, de rebelión, estamos cerrando las puertas no solo
para que los de afuera no puedan entrar, tampoco entra el Espíritu Santo, le cuesta entrar a Dios a nuestras
Iglesias Cristianas porque no le damos el tiempo que se merecen, queremos gobernar nosotros, queremos
tener el poder de organizar nuestros tiempos.
Hechos 2.17 a 19: Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y
vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos
soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de
mi Espíritu, y profetizarán.
Eso dice el Señor y dice que esta tarea, esta misión, este ministerio va ser dado a sus siervos, a aquellas
personas que asumen, que entienden, que pueden renunciar a su propio ego y asumir que su tarea es la de ser
esclavos de Cristo, este es el tiempo, sinceramente, siempre ha sido el tiempo.
Esclavo de Cristo también quiere decir ocuparse de la familia, tener un tiempo especial para ellas, en mi caso,
es el tiempo de cambiar pañales, lavar la ropita de mi hija recién nacida Valentina, amar, mimar, hacerle
masajes a mi esposa Ana, ocuparme de tener todo organizado para que descanse lo que más pueda, ustedes,
las mujeres podrán entenderlo mejor y también estar atento a las necesidades de mi hija más grande “Mayra”.
Esclavos de Cristo es lo que dice aquí cuando dice siervo y si vos tenés dificultad para entender el
significado de esta palabra es porque tu ego esta impidiendo que esa palabra llegue, porque está creando una
barrera que hace que esta palabra no pueda llegar a tu corazón pero tiene que llegar, para que puedas entender
que sin Cristo la vida no tiene sentido, que sin Él no hay nada que podamos hacer, que cualquiera que quisiera
salvar su vida la perderá y cualquiera que perdiere su vida por causa de Jesús, Éste la salvará.
Eso dice Dios y estamos demasiado preocupados y yo soy el número uno, en cosas que nos están alejando de
nuestro ministerio, de nuestra tarea, de aquella función que tenemos que cumplir.
Y si hoy hay pocas personas en nuestras congregaciones, es porque no hay suficiente cantidad de siervos y
siervas que puedan profetizar y dar el mensaje que tiene que ser dado, no lo dan, no hay suficiente cantidad de
personas que asuman y que puedan entender que es necesario convertirse en siervos de las calles.
Debemos aceptar la propuesta. Dios nos esta preguntando -¿hasta dónde querés llegar?, ¿querés seguir
quedándote donde estás?, fenómeno, quedate donde estás. Pero Yo te puse allí y tenés tu vara en la mano,
porque Yo quiero que seas vos quien saque a esos chicos de la esclavitud. Yo puse la vara en tu mano, en cada
una de las manos de ustedes… y en la mía, dice el Señor-.
Porque somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de liberar a la gente que todavía no conoce a
Jesús. Esta en tu mano la vara, esta en nuestras manos, no tenemos excusas, levantemos la vara.
Es fundamental que aceptemos Su propuesta. No digas -no puedo, no estoy preparado-, hoy es el momento en
el que tenés que entender que la vara que algún día llevó Moisés está en tu mano, tenés que entender que hay
una tarea por cumplir. No pongas excusas, -yo soy tartamudo y no puedo, soy muy viejo o muy joven y no
puedo. Yo no estoy preparado, no tengo estudios, no hice el discipulado, que valla otro que yo no puedo
hacerlo.
Excusas y engaños que nos ponemos en la cabeza, todos tenemos la vara, cuando aceptamos a Jesús nos puso
en la mano la vara y tenemos una tarea para hacer.
Está esperándonos afuera el pueblo, bajo este mundo esclavizador y esperando que alguien le diga -Aquí
tengo la vara, vengan que es por aquí, salgamos, vamos por allí- y no lo estamos haciendo y estamos
fracasando como Cristianos, como Iglesia de Cristo.
No podemos entender cual es nuestra tarea porque nuestros ojos están ciegos y volamos por los aires con la
música, y pensamos solo en eso y nos olvidamos de la vara que tenemos en la mano, cuando, justamente, el
sentido para la vida de cualquier persona está en que podamos entender que en la mano derecha tenemos la
vara que debe ser levantada, tenemos una tarea para cumplir, no importa la edad que tengamos.
3. El sentido de nuestras vidas, la razón por la que estamos en el mundo es para que seamos guías de ciegos, de
personas que no pueden ver y/o no pueden escuchar, es para eso que tenemos la vara en la mano, es para eso
que el Señor nos puso aquí. Y te digo más, si realmente tenemos el verdadero evangelio, las personas ciegas
podrán ver y los sordos, escuchar.
Cada uno verá de que modo, que puede hacer o aportar en este tiempo, ¿cuál es tu facilidad?, a mi me gusta ir
a los abuelos abandonados en las calles y a los jóvenes que están solos en las calles-, dale para delante, ese es
tu ministerio; a mi me gusta hablar con los jóvenes-, fantástico, si hay algo que hace falta es gente que esté
dispuesta a trabajar con ancianos y jóvenes, son ellos los que más necesitan de personas dispuestas a hablarles
o más aun a escucharlos. Porque si hay algo que les pasa a los jóvenes, es que nadie los quiere escuchar
porque es muy duro lo que tienen para decirnos.
Los jóvenes se están matando porque no hay quien les este dando un sentido a sus vidas, porque no hay nadie
que los escuche, que les de un espacio, no hay quien le de un sentido a sus vids, por eso se suicidan. Algunos
lo hacen de golpe, otros lo hacen de a poco, todos lo vemos, solo hace falta que caminemos por la calle y
miremos como están en la puerta de los mercados, en las esquinas tomando cerveza o en los bares
alcoholizándose y cómo los boliches son la excusa para peleas, inicio de adicciones, vicios, prostitución,
drogas. etc etc etc.
¿Por qué hacen eso? Porque no les estamos ofreciendo otra alternativa, los chicos encuentran como única
diversión un sábado por la noche el boliche bailable, las malas juntas que son el inicio de la rebeldía hacia los
padres y tenemos que reconocernos responsables de eso porque no les estamos ofreciendo otra opción, no
hemos encontrado el camino para ofrecérselas, el Diablo es mucho más astuto y encuentra la forma de
entretenerlos, nosotros no, no les ofrecemos una alternativa, seguimos sin escucharlos, continuamos
mirándonos el ombligo mientras están allí, no solamente los jóvenes, también los adultos.
Creo que tenemos que entender que es esa la tarea que el Señor nos está reclamando, que nos demos cuenta de
que hemos sido puestos aquí por una razón y, si este mensaje te llega de un modo u otro, es porque hoy el
Señor te pide que te pongas de pie, mires tu mano derecha y veas la vara de Moisés puesta allí.
El camino para poder llegar arriba es hacia abajo. El camino para seguir a Jesús, para llegar en la escalera
hasta Cristo, es hacia abajo y eso es lo que nosotros no entendemos. No, yo soy líder en la iglesia, yo soy
diácono, soy pastor de la iglesia, apóstol, soy el siervo de la iglesia- cuando Jesús esta diciendo que sos el
siervo de la iglesia, cuando está diciendo que el diácono tiene una tarea ministerial en la iglesia, está diciendo
que para que esa tarea pueda cumplirse de una forma eficiente tiene que aceptar el camino hacia abajo, el
camino en el que el “yo” se apaga, en el que crece Jesús en nuestras vidas.
Esa es la propuesta. Preguntémonos si somos esclavos de Cristo, ¿somos modelos en esclavitud?. Si la
respuesta es si, entonces estamos siguiendo el camino correcto, pero si nos plantamos sobre sobre la
plataforma a ministrar o sobre el púlpito para mostrar que es lo que somos y que tenemos autoridad, entonces
estamos fritos. Estamos fuera de lugar, no entendimos que ser siervos de Dios es ser el ultimo en la pirámide,
el de abajo del todo, el esclavo, el último de los esclavos. En algo tiene que ser modelo y es en la esclavitud
que el Señor nos propone.
Duele pensar la palabra esclavitud, me duele entender pero ese es el camino que el Señor nos propone para
que podamos ser eficientes en nuestra tarea.
El camino hacia la esclavitud es un camino hacia la santidad, tenemos que santificarnos y para ello el
camino es hacia la esclavitud.
Dios te pide hoy que lleves tu cruz, que asumas cargarla y que estés dispuesto a llevarla por el camino del
Golgota. Dejá tu comodidad de lado y venite a la Iglesia porque te estamos esperando. Aquí no vas a
encontrar a un ser sufriente, arriba del cerro vas a hallar cruces vacías, vas a encontrar clavos tirados en el
piso, manchas de sangre en la tierra, pero Jesús ya no esta ahí.
Este es el momento en el que tenés que ir a dejar allí, en el camino al Golgota, tus egoísmos, tus rebeliones, tu
falta de perdón, tu necesidad de perdonar. Tu comodidad. Ahora es cuando tenés que recorrer el camino hacia
la liberación de tu orgullo y de tus rebeliones.
Renunciar, amar, perdonar, pedir perdón, humillarse perdiendo el orgullo y la arrogancia, evitar el
reconocimiento público, abandonar ambiciones egoístas. El camino hacia la santidad, el camino hacia
la servidumbre, el camino hacia la esclavitud.
Yo creo que el Señor nos está proponiendo ese camino, nos esta pidiendo a vos y a mi que renunciemos a la
venganza, que amemos por decisión. “Yo no puedo amar”, no es cuestión de que uno pueda o no, amar es
4. algo que yo decido hacer, yo decido amar y el Señor nos pide que hagamos el centro de nuestra vida en el
amor.
Decido amar, decido amar a mi esposa, a mis hijos, a mis compañeros de trabajo, también decido amar a
aquellas personas que hoy son mis enemigos. El camino de la liberación de mi ego es el camino de la
humillación, es el camino de la esclavitud, decido hacer como centro de mi vida, el amor. Quiero amar, quiero
aprender a amar, Jesús decidió amarnos.
El peor error que podemos cometer es decir -yo no siento hacer esto, yo no siento ir al hospital, me hace mal
ir al hospital, no yo no siento hacer ese trabajo. Yo no siento agarrar un micrófono, yo nunca agarre un
micrófono, yo no siento salir a repartir trataditos en la calle, yo no siento-. Y ni vos ni yo estamos aquí para
sentir, ni vos ni yo estamos aquí para decidir nada.
No decidimos nada porque un esclavo no decide, un esclavo simplemente obedece y lo que nos esta pidiendo
el Señor es que nos dejemos de astucias, de pavadas, para evadir la tarea, dejemos de pensar en tomar
decisiones que no tenemos que tomar, porque si es así se nos va a pasar la vida, vamos a llegar al fin del
tiempo y cuando se nos evalúe la respuesta va a ser – amigo/a, no cumpliste la tarea que tenias que cumplir,
no te asumiste como esclavo, no estuviste dispuesto a humillarte.
Creo que este es el mensaje que Jesús tiene para nosotros en este tiempo, para la iglesia de Cristo, asumir que
tenemos la vara en la mano derecha, la tarea de Moisés. Asumir que hemos sido puestos en la tierra como guía
de sordos, como guías de personas que no tienen la capacidad de poder decidir el camino hacia su libertad y
que para poder conducir a los demás hacia la libertad, tenemos que nosotros asumir la esclavitud. Para que
los otros puedan ser libres nosotros tenemos que ser esclavos.