2. Apolo, Cupido y las dos
flechas:
Apolo, era considerado el Dios de la
música, de la poesía, de las artes, de
la luz, de la profecía y de la belleza.
Como Dios, Apolo había tenido varios
romances, tanto con mortales como
con ninfas.
Apolo Belvedere,
Autor
desconocido.
3. Como castigo y a modo de
lección, Cupido disparó dos
flechas:
Una flecha de que apuntó
hacia Apolo, el cual cayó
profundamente enamorado de la
ninfa.
Una flecha de que
disparó a Dafne, cuyo efecto fue el
contrario, ya que produjo un
sentimiento de odio y repulsión
hacia el Dios.
Apollo y Dafne, Albani.
La historia comienza cuando Cupido, Dios del
amor, es humillado por Apolo cuando este primero
ensayaba con su arco.
Cupido, enfadado por la humillación, siguió a Apolo
hasta el bosque donde este último vio a lo lejos a
Dafne, una ninfa.
4. A raíz de esto, Apolo empezó a
perseguir a Dafne allí donde iba
con la intención de conseguir su
amor costase lo que costase. La
ninfa, por el contrario, huía de él
como podía.
Cupido, Perrault.
Dafne llegó hasta el río Peneo y
allí, harta ya de huir y viendo que Apolo
le iba a dar alcance, pidió ayuda a su
padre, el Dios de este río.
Este, compadeciéndose de su hija, hizo
lo único que podía hacer para salvar a
la ninfa: Convertirla en árbol, en un
laurel.
Dafne transformándose
en laurel, Jakob Auer.
5. Dafne: El laurel.
Cuando Apolo alcanzaba por fin a su amada, vio
como esta empezó a quedarse rígida, como sus
pies empezaron a echar raíces, como su pelo
empezó a convertirse en hojas que, al final, se
convirtieron en la copa de un árbol maravilloso.
Apolo persiguiendo
a Dafne, Giovanni B.
Tiépolo.
6. ¿Por qué el laurel como
símbolo de victoria y triunfo?
Apolo, afectado por lo que acababa de
suceder, pensó en cuanto amaba a la
ninfa y decidió que ella sería el símbolo
que le representase siempre. Por
esto, tomó un par de ramas del árbol y se
las colocó en la cabeza.
De esta manera, dichas hojas adornarían
la cabeza de todo aquel
atleta, cantor, poeta o guerrero que
triunfase en la vida.
7. Cuadros y esculturas de
Apolo y Dafne:
Apolo y
Dafne, Crculo
de Benedetto
Luti.
Apolo persiguiendo
a Dafne,
Cornelio de Vos.Apolo y Dafne,
Antonio Pollaiuolo.
8. Apolo y Dafne, William
Waterhouse.
Daphne y
Apollo, Chasséria
u.
Nude, Green Leaves and
Bust, Picasso.
9. Poemas sobre Dafne y Apolo:
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían;
de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aun bullendo estaban;
los blancos pies en tierra hincaban
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!
Garcilaso de la Vega, Soneto XIII.
10. «Tras vos un Alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol ¿y vos, tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
Pues vais del Sol y de la luz huyendo.
ȃl os quiere gozar a lo que entiendo
Si os coge en esta selva tosca y ruda,
Su aljaba suena, está su bolsa muda,
El perro, pues no ladra, está muriendo.
»Buhonero de signos y Planetas,
Viene haciendo ademanes y figuras
Cargado de bochornos y Cometas.»
Esto la dije, y en cortezas duras
De Laurel se ingirió contra sus tretas,
Y en escabeche el Sol se quedó a oscuras.
Francisco de Quevedo, A Dafne, huyendo de Apolo.