-Frutos secos
-Cepillar los dientes 3 veces al día, durante dos
minutos.
-Pasar a diario el hilo, seda o cepillo interdental.
-Utilizar enjuagues de flúor.
-Cambiar el cepillo cuando esté estropeado o cada
dos meses.
-Visitar al dentista una o dos veces al año.
-Evitar accidentes (no correr en rampas, etc)
-Alimentos
azucarados.
-Caramelos y más, si
son duros duros y
masticables.
-Alimentos pegajosos.
-Bebidas gaseosas.
-Hielo.
-Café.
-Abusar de cítricos.
-Alcohol.
-Té.
-Papas (almidón se
convierte en ácido).
-Mala higiene bucal.
-Picar entre horas.
-Comer alimentos duros
o pegajosos.
-Morder objetos
(lápices, collares, etc).
-Cortar hilos con los
dientes.
-Usar dientes como
herramienta.
-Abrir envases.
-Fumar.
-Bruxismo (rechinar
dientes).
-Morderse las uñas.
-Masticar hielo.
-Cepillarse los dientes
demasiado fuerte.
-Beber alcohol.