2. Yo no soy profeta,ni hijo de profeta…
Es Yavé quien me encargó hablar en nombre suyo
Al oír el rugido del león, ¿quién
no teme? Así también, ¿quién
se negará a profetizar cuando
escucha lo que habla Yavé? 3,8
Yavé
me llamó
cuando iba
arreando
mis vaquitas
7,14s
3. Así dice Yavé:
Yo aborrezco su
lujo insolente.
Detesto sus palacios
Tendidos en camas de marfil…
beben vino en grandes copas
y se perfuman con aceite exquisito,
¡pero no se
afligen por
la miseria
de mi pueblo!
6,4-6.8
4. Escuchen esto, vacas de Basán, damas de Samaria, que
oprimen a los pobres y maltratan a los necesitados, que
ordenan a sus maridos: “Tráenos vino para
emborracharnos 4,1
Que tienen mansiones
de verano y de invierno... 3,15
Y se recuestan en divanes
y almohadones de Damasco... 3,12
¡Pero no se afligen
por la miseria
de mi pueblo! 6,6
5. A ustedes me dirijo,
explotadores del pueblo,
que quisieran hacer
desaparecer
a los humildes…
Ustedes juegan con
la vida del pobre
por un poco de plata… 8,4-6
Venden al inocente por dinero
y al necesitado por un par de sandalias.
Pisotean a los pobres en el suelo
y les impiden a los humildes
conseguir lo que desean 2,6s
6. Yo sé que son muchos sus crímenes y
enormes sus pecados, opresores de la gente
buena, que exigen dinero anticipado y hacen
perder su juicio al pobre en los tribunales.
5,12
Ustedes sólo piensan en robarle al kilo o en
cobrar de más, usando balanzas mal calibradas.
Ustedes juegan con la vida del pobre y del
miserable por un poco de dinero
o por un par de sandalias 8,5s
7. Prepárate a enfrentarte
con tu Dios 4,12
Ay de los que suspiran por el día
en el que vendrá Yavé...
Para ustedes será un día de tinieblas
y no de luz...
Será como un hombre que
huye del león
y se topa con un oso 5,18s
8. No me gustan sus ofrendas...,
ni me llaman la atención
sus sacrificios.
Váyanse lejos
con el barullo de sus cantos... 5,22s
Lo que quiero es que la justicia
sea tan corriente como el agua,
y que la honradez crezca como
un torrente inagotable 5,24
9. Búsquenme a mí,
y vivirán
5,4
Busquen el bien
y no el mal,
si es que quieren vivir...
5, 14s
10. El Dios de Amós es justo y exigente:
no tolera injusticias ni hipocresías.
Pero al mismo tiempo da siempre esperanzas de tiempos
mejores, si es que cambian de conducta.
Ese día repararé la choza de David medio caída, taparé
sus grietas y levantaré sus murallas; la volveré
a edificar como se hacía antiguamente.
Entonces traeré a su tierra a mi pueblo: volverán a
construir sus ciudades en ruinas y vivirán de nuevo
en ellas; plantarán sus viñas y podrán paladear su
vino; cultivarán sus huertos y podrán saborear sus
11. Pero nadie hace caso del mensaje de Amós. Todos
se molestan con sus palabras. Hasta que al final el
sacerdote del santuario de Betel lo denuncia ante
el gobierno, que lo expulsa del país.
- Amós está conspirando contra ti en pleno centro
del país. No hay que permitirle que siga hablando...
7,10
- Sal de acá, visionario;
vete a tu tierra, gánate
allá la vida dándotelas
de profeta, pero no
profetices más aquí en
Betel, que es un
santuario real, un
templo nacional... 7,12s