1. - Bienaventurados los pobres de
espíritu: porque de ellos es el reino
de los cielos.
- Bienaventurados los mansos: porque
ellos poseerán la tierra.
- Bienaventurados los que lloran:
porque ellos serán consolados.
- Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia: porque ellos
serán saciados
- Bienaventurados los misericordiosos:
porque ellos obtendrán misericordia.
- Bienaventurados los limpios de
corazón: porque ellos verán a Dios.
- Bienaventurados los pacíficos:
porque ellos serán llamados hijos de
Dios.
- Bienaventurados los que sufren
persecución por la justicia, pues de
ellos es el reino de los cielos.
…
Las bienaventuranzas son ocho declaraciones de bendición dichas por Jesús al principio
del Sermón del Monte (Mateo 5:3-12). Cada una comienza con la frase “Bienaventurados
los.. .” Está en discusión cuántas bienaventuranzas hay con exactitud. Algunos hablan de
siete, nueve o diez bienaventuranzas, pero el número parece ser de ocho (los versos 10-
12 de Mateo 5 son una bienaventuranza).
Cada una de las bienaventuranzas va dirigida a un grupo
específico de personas que está desarrollando la cualidad
mencionada gracias a la obra del Espíritu Santo en sus
vidas. Y es precisamente de eso de lo que se trata: de
desarrollar el carácter que Dios desea ver en sus hijos.
A cada grupo se le promete que recibirá la bendición
correspondiente. No importa cuán difícil sea su situación
en el presente pueden estar seguros de que recibirán su
recompensa.
…
y describen su caridad; expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de
su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son
promesas paradójicas que sostienen la esperanza en las dificultades; anuncian a los discípulos las
bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan inauguradas en la vida de la Virgen María y
de todos los santos. (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica 1716-1717).