2. La creatividad se ha considerado como un elemento esencial en cualquier
estudio formal referido al intelecto humano (Esquivias, 2004). Guilford en 1952
refiere a la creatividad como las aptitudes que son características de los individuos
creadores, como la fluidez, la flexibilidad, la originalidad y el pensamiento
divergente y concibe a la inteligencia como un proceso mediante el cual podemos
transformar la información de maneras distintas, como ya se había mencionado.
Para este autor la creatividad implica huir de lo obvio, lo seguro y lo previsible
para producir algo que es novedoso. También plantea en 1965, que la creatividad
no es el don de unos pocos escogidos, sino que es, una propiedad compartida por
toda la humanidad en mayor o menor grado. El estudio de la relación entre la
creatividad y la inteligencia ha sido tema de debate, desde los primeros intentos
de estudiar la creatividad hasta las investigaciones actuales.
Dentro de la primera perspectiva se destacan Guilford (1950, 1967, 1970,
1975) quien ha abordado la relación entre estos dos constructos. Su modelo de
estructura del intelecto sugiere que la inteligencia tiene tres dimensiones (a) las
operaciones mentales, (b) los contenidos mentales y (c) los productos mentales.
Dentro de las operaciones mentales, el autor ubicó el pensamiento convergente y
divergente. Por lo tanto, el pensamiento creativo quedaría incluido dentro de la
inteligencia. Según Sternberg y O Hara (2005), la relación entre la creatividad y la
inteligencia se ha estudiado desde cinco perspectivas: (1) la creatividad como
subconjunto de la inteligencia, (2) la inteligencia como subconjunto de la
creatividad, (3) la creatividad y la inteligencia son dos constructos que se
superponen, (4) la inteligencia y la creatividad son lo mismo y, por último, (5) la
creatividad y la inteligencia no tienen relación (conjuntos separados)
Cuando Joy Paul Guilford expuso sus ideas acerca del pensamiento divergente
y la creatividad, causó una profunda impresión entre sus colegas. Tanto así, que
en múltiples direcciones comenzaron procesos de investigación acerca de estas
dos aptitudes. Que pertenecen también al ámbito de la inteligencia y están
tipificadas en el modelo de la estructura del intelecto.
Visto sencillamente el pensamiento divergente es una operación mental que
considera una variedad de alternativas como repuesta a un determinado estímulo,
cuestión o problema. Es el ejercicio del pensamiento libre que no se circunscribe a
una única respuesta, ni a una única solución lógica. Rebasa la lógica
convencional, prioriza la creatividad.
Joy Paul Guilford, en su libro de 1971, El análisis de la inteligencia, considera la
creatividad en función de la resolución de problemas. El individuo sensible a los
3. problemas percibe lo extraño, lo incongruente, aquello que no cuadra y encuentra
en ello una gama de posibles soluciones de los problemas.
Ahora bien, el pensamiento creativo no se trata de una cualidad única que
reviste la psique de un individuo. Contrariamente se trata de cualidades que varían
en grado y número de un individuo a otro. Tampoco los contenidos en los que se
es creativo, son iguales para todos. Por ejemplo, algunas personas destacan en
los contenidos semánticos (escritores, guionistas, poetas) y otros en los
contenidos visuales (pintores, diseñadores gráficos) por mencionar algunos.
Pero también se conjuga en el pensamiento creativo, el desarrollo de varios
contenidos en un solo individuo. Tomemos de ejemplo el genio creador de un
director de cine. Que debe lidiar con la imagen, la palabra, el sonido y la
actuación. Son diversas áreas de producción que requieren talentos creadores
diferentes.
Tres rasgos, apuntó Joy Paul Guilford, como característicos del pensamiento
creador. Medidos y cuantificados a través de sus test. Estos son:
Fluidez: se concibe como la capacidad de generar una multiplicidad de respuestas
en un área específica de información, en determinado tiempo.
Flexibilidad: es la capacidad de generar diversidad en las ideas para el abordaje
de situaciones imprevistas.
Originalidad: este rasgo tiene dos concepciones. La primera es estadística, se
refiere a hechos raros de ocurrencia eventual. La segunda es operativa y refiere
que la persona de mayor originalidad tiene capacidad de hacer asociaciones
lejanas. Y de establecer correspondencias sutiles, menos evidentes entre las
cosas.
El trabajo de una vida, la de Joy Paul Guilford, dejó un legado extraordinario.
Una carrera de docencia e investigación científica, que expandió los límites que
ceñían a las teorías sobre la inteligencia humana. Refutó cualitativa y
estadísticamente el cánon que consideraba a la inteligencia como proveniente de
un factor único hereditario. Demostró mediante el análisis factorial, que la
inteligencia humana es multifacética, y está integrada por una multiplicidad de
aptitudes diferentes y en algún grado, independientes.
Ya al final de su actividad científica sentó las bases para el estudio y desarrollo
del pensamiento divergente y la creatividad, despojando a ésta última de sentido
mítico y posicionándola como aptitud común, perfectible, desarrollable y humana.