2. Bienaventurados los que lloran, porque ellos
serán consolados. –
Bienaventurados los que tienen hambre y sed
de justicia, porque ellos serán
hartos.
- Bienaventurados los que padecen
persecuciones por la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos.
(San Mateo, cap. V, v. 5, 6 y 10).
Ana Escobar
3. La compensación que Jesús promete a los
afligidos de la tierra, no puede tener lugar
sino en la vida futura; sin la seguridad del
porvenir, esas máximas no tendrían
sentido, o serían, mejor dicho, un engaño.
Ana Escobar
4. ¿por qué los unos sufren más que los otros?,
Ana Escobar
5. Las vicisitudes de la vida son de dos clases,
o si se quiere, tienen dos orígenes
muy diferentes que conviene distinguir: las unas
tienen la causa en la vida presente, y las
otras fuera de esta vida.
CAUSAS ACTUALES DE LAS AFLICCIONES
Ana Escobar
6. Pregunten fríamente a conciencia
todos
aquéllos que tienen herido el corazón por las
vicisitudes y desengaños de la vida;
remóntense paso a paso al origen de los males
que les afligen,
y verán si casi siempre
podrán decirse:
"Si yo hubiese o no hubiese hecho tal cosa, no
me encontraría en tal
posición".
Ana Escobar
7. Sin embargo, Dios quiere el
progreso de todas las criaturas;
por esto no deja impune
ningún desvío del camino recto;
no hay una sola falta, por ligera que sea,
una sola infracción a su ley,
que no tenga
consecuencias forzosas e inevitables, más o
menos desagradables; de donde se sigue
que, tanto en las cosas pequeñas como en las
grandes, el hombre es siempre castigado
por donde ha pecado.
Ana Escobar
8. Exclama el hombre:
Si al principio de la vida
hubiese sabido lo que sé ahora,
¡cuántos pasos falsos hubiera evitado!
¡"Si tuviera que empezar ahora",
me conduciría de muy distinto modo,
pero ya no es tiempo!
Ana Escobar
9. Algunas Causas aparentes sin explicación
parecen herir como por una fatalidad.
Tal es, por ejemplo, la pérdida de los seres queridos y
de los que son el sostén de la familia;
tales son también los accidentes que ninguna previsión
puede evitar, los reveses de la fortuna que burlan todas
las medidas de la prudencia,
las plagas naturales, las dolencias de nacimiento,
particularmente aquellas que quitan al desgraciado los
medios de ganarse la vida con su trabajo,
las deformidades, el idiotismo, la imbecilidad, etc.
CAUSAS ANTERIORES DE LAS AFLICCIONES
Ana Escobar
10. Los sufrimientos por causas
anteriores, son, a menudo,
como los de las faltas
actuales; consecuencia natural de la falta cometida;
es decir, que por una justicia
distributiva rigurosa, el hombre
sufre lo que ha hecho sufrir a los otros; si ha sido duro e
inhumano, podrá a su vez ser tratado
con dureza y con inhumanidad;
si ha sido orgulloso,
podrá nacer en una condición humillante; si ha sido avaro y
egoísta y ha hecho mal uso de su fortuna, podrá carecer de
lo necesario; si ha sido mal hijo, los suyos le
harán sufrir.
Ana Escobar
11. No debe creerse que todo sufrimiento
en la tierra sea necesariamente
indicio de una falta determinada;
a menudo son simples pruebas elegidas por el espíritu
para acabar su purificación y activar su adelantamiento.
Así es que la expiación sirve
siempre de pruebas, pero la prueba no es siempre una
expiación; pruebas o expiaciones
son siempre señales de una inferioridad relativa,
porque el que es perfecto no tiene
necesidad de ser probado.
Ana Escobar
12. Dios nos ha dado para mejorarnos
precisamente lo que nos es necesario y puede
bastarnos: la voz de la conciencia y nuestras
tendencias instintivas y nos quita lo que
pudiera dañarnos.
Ana Escobar
13. Las buenas resoluciones que ha
tomado son la voz de la conciencia que le
advierte de lo que es bueno o malo, y le da
fuerza para resistir a las malas tentaciones.
Ana Escobar
14. "Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados"
Estas palabras también pueden traducirse de
este modo: Vosotros debéis
consideraros felices sufriendo, porque vuestros
dolores son deudas de vuestras faltas
pasadas, y esos dolores sufridos con paciencia
en la tierra os ahorran siglos de
sufrimientos en la vida futura.
Ana Escobar
15. "Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados"
El hombre puede aliviar o aumentar las amarguras de sus
pruebas según el
modo como considere la vida terrestre.
Sufre tanto más cuanto más larga ve la duración
del sufrimiento; así, pues, el que se coloca en el punto de
vista de la vida espiritual,
abraza de una sola ojeada la vida corporal;
la ve como un punto en el infinito,
comprende su corta duración, y dice que ese momento
penoso pasa muy pronto
Ana Escobar