1. EL DESTIERRO DE ISRAEL Y LA MIGRACIÓN DE LOS PUEBLOS
Cuando leemos la Biblia, hay dos elementos que subyacen a la lectura y que influyen en la
comprensión del texto. Uno es el lugar ‘desde dónde’ se lee. El segundo elemento es el
‘para qué’ se lee el texto. La perspectiva y la motivación inciden en la percepción,
comprensión y asimilación del mensaje bíblico.
Al abordar el tema del exilio de Israel en Babilonia, nos colocamos del lado de las víctimas
de ese evento y leemos los textos desde su experiencia. Lo hacemos para acercarnos más
a uno de los fenómenos sociales tan antiguos como la humanidad misma: la migración. En
el caso de Israel, contemplamos una migración masiva, planificada, forzada y violenta. El
exilio quizá ha sido para este pueblo la experiencia más dolorosa y más enriquecedora de
toda su historia.
- ¿Qué sucedió?
Después de la muerte del rey Salomón, el reino davídico se divide en dos: el Reino de
Israel al Norte, con capital en Samaria, y el Reino de Judá al Sur, con capital en Jerusalén.
Ambos reinos estuvieron siempre bajo la mirada ambiciosa de imperios colindantes que
ostentaban el control de la región (Egipto al sur, Asiria al norte y Babilonia al este). En el
año 721 cae Samaria y el reino del norte sufre la espoliación y el destierro a Nínive, centro
del imperio Asirio. Lo mismo sucede con Jerusalén y el reino del sur en el año 581 bajo el
imperio babilónico.
- ¿Qué significó el exilio?
Para el pueblo judío la destrucción de Jerusalén y el destierro a Babilonia fue la pérdida de
la libertad política, el desarraigo, la amenaza de la pérdida de su identidad y la caída de los
pilares fundamentales de la nación (la promesa de la tierra, la dinastía davídica, el templo,
la ley de Moisés). Si el éxodo había transformado en ‘pueblo’ a un grupo de esclavos
israelitas, el exilio a Babilonia produjo el resultado diametralmente opuesto. Toda una
nación sufrió el desmembramiento, el despojo y la crisis de identidad.
- ¿Cuál fue la reflexión del pueblo en el destierro?
Tres momentos marcan este proceso de reflexión: la rebeldía, la toma de conciencia y la
actitud profética. Ante la situación devastadora del exilio, el pueblo se desahoga buscando
responsables de lo acontecido. La acusación se dirige a Dios en primer lugar, porque Él
había permitido todo eso. Los profetas ayudan entonces al pueblo a entender que el reino
venía desplomándose a causa de la infidelidad de sus líderes, reyes y sacerdotes (Ez 16,
historia del pueblo de Israel, infidelidad y perdón de Dios. El Dios de Amor perdona todos
los pecados). Luego el pueblo cae en una psicosis colectiva de victimización. El mensaje
profético no lo acompaña con la lástima sino que lo impulsa a tomar conciencia de la
propia responsabilidad en la situación presente. Es en el proceso de toma de conciencia
cuando el pueblo desesperanzado encuentra una luz para sobrellevar con dignidad la
amargura del destierro y el riesgo de la pérdida de identidad (Ez 37, el pueblo puede
resucitar del estado de muerte en el exilio si se abre a recibir el Espíritu de Dios).
2. - ¿Cuál fue el llamado de Dios al pueblo en el destierro?
“Creció como un retoño delante de nosotros, como raíz de tierra árida. No tenía apariencia
ni presencia; y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de
hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el
rostro, despreciable, y no lo tuvimos en cuenta. ¡Y con todo eran nuestras dolencias las
que él llevaba y nuestros dolores lo que él soportaba!” (Is 53,2-4)
La destrucción de Jerusalén y la deportación a Babilonia significó un cuestionamiento
profundo y una revisión de toda la historia del pueblo de Israel. Sin contar con las
seguridades de la tierra prometida, los israelitas fueron descubriendo su misión de
“pueblo elegido” en tierra extranjera. Lejos de abandonar a Dios y las tradiciones de sus
antepasados, el pueblo asumió el rol profético de vivir su fe en el Dios de la vida en medio
de dioses desconocidos (Is 46, afirmación del monoteísmo ante una cultura politeísta de
Babilonia). Sumido en la crisis y la desaparición de las instituciones políticas y religiosas, el
profetismo asume la conducción del pueblo.
¿Cuáles fueron los elementos que facilitaron este camino?
• Redescubrimiento y valoración de la Palabra de Dios;
• Análisis de la situación presente a partir de una mirada crítica del pasado y un
anclaje esperanzador futuro;
• Recobrar la identidad cultural del pueblo escondida en las arcas ricas de
tradiciones y enseñanzas;
• Renovada confianza en el Dios de la Alianza que no abandona a su pueblo: si Dios
liberó a los antepasados de la opresión de Egipto, también nos liberará en esta
circunstancia;
• Profundidad y crecimiento teológico y espiritual a partir del derrumbe de
estructuras caducas y opresoras.
- Ante el fenómeno de la migración hoy…
Nuestro país ha nacido y crecido de la mano del fenómeno migratorio. En nuestra larga
historia hemos sido víctimas y victimarios. Hoy como ayer nos pueblan grupos étnicos
venidos de Asia, de Europa y de países vecinos de Latinoamérica. Como si esto fuese poco,
nos invade la nube tóxica de la “cultura única y superior”. Pero sabemos que toda
tendencia a la uniformidad deviene en empobrecimiento y discriminación. Vivimos en un
mundo pluricultural y es esa variedad lo que nos enriquece como humanidad.
¿Qué postura sabia y profética nos brinda la experiencia del pueblo de Israel en exilio? El
camino para salvaguardar el patrimonio cultural de todos los pueblos es colocarse en
situación de “permanente exilio”. Esto significa una profunda autocrítica para saber dónde
estamos parados, cuáles son los fundamentos de nuestra vida de pueblo, qué estructuras
favorecen la madurez humana y cuáles entorpecen el crecimiento, qué reflexión nos
merece como pueblo la experiencia de vivir en esta “aldea común” llena de dioses
conocidos y desconocidos, qué lectura hacemos de la erosión actual de valores culturales
fundamentales para la subsistencia humana, dónde está anclada nuestra fe y nuestra
3. esperanza de pueblo peregrino, qué horizonte hemos demarcado como pueblo que vive
en tierra extranjera, cómo contar nuestra historia de fe en el Dios de la Alianza a nuestros
hijos, a qué nos llama Dios hoy en esta situación de destierro, cómo vivir nuestra misión
profética sabiéndonos minoría en medio de una masa turbulenta y desorientada.
P. Marcelo E. Cattáneo, SVD
Centro Bíblico Verbo Divino
Rafael Calzada
Mail: cebivediargentina@yahoo.com.ar