2. LA COMIDA Y EL HOMBRE
Para dar inicio al proceso de diseño que tendrá como
resultado físico y concreto un bocado comestible, se
decide desarrollar una reflexión que distancie la rela-
ción atávica entre el signo, comida, y la satisfacción
de la necesidad primaria, hambre, ya que esto carece
de alcance creativo, debido a que se relaciona con
el ego y su supervivencia, corriendo el riesgo de di-
señar la ‘’cosa’’, y no el acto detrás de ella , es decir
no cumpliría con la máxima del diseño, que dice que
éste comienza y termina en el OTRO PERSONA.
COSTUMBRE DEL SIGNO
Kandinsky en el ‘’Punto y Línea sobre el Plano’’ intro-
duce este concepto que trata del cómo una inercia
cultural silencia el alcance real del significante de un
signo, además encuentra, a través del camino de la
forma, el modo de liberar el significante de las ata-
duras de la costumbre. Esto lo logra realizando una
alegoría del signo, es decir, le da relevancia en el es-
pacio, mediante color, tamaño, textura, etc.
Para liberar el signo comida se realiza un proceso
similar al seguido por Kandinsky, ya que se encuentra
el lugar de éste en el proceso poietico de la concien-
cia del otro y la formación de las sociedad.
3. ‘’LA HISTORIA DE LA CONCIENCIA DEL
HOMBRE ES LA HISTORIA DE LA CONS-
TRUCCIÓN DE SIGNOS’’ (KIEMLE)
La conciencia, el saberse como existente, es el pri-
mer gesto poiético del Hombre, por lo que este es
un ser creador desde su concepción. Junto con esto
ocurre un segundo gesto poietico, el reconocer al
OTRO como ser constituyente de la propia existencia.
En este punto la alimentación, fue un factor determi-
nante, ya que el compartir la comida dio origen a las
primeras relaciones humanas basadas en el OCIO.
De esta forma la comida se transforma en soporte del
quehacer humano, y el acto de alimentarse constitu-
ye una identidad colectiva.
La comida, como la cosa y el acto que envuelve, se
percibe mediante la vista, el olfato, el tacto, el oído y
el gusto, sentidos que activan el área del cerebro de
la memoria, por lo que se pueden reconocer en la
comida(objeto) sensaciones antes experimentadas,
por ejemplo se puede trabajar la esencia del sonido
del agua a través de ella, esto es se pueden plasmar
abstracciones en la comida de modo que se cons-
truya un Acto que se sostiene dentro del Juego del
quehacer humano de la Sociedad.
El Juego, entendido como el acto humano origina-
dor de las sociedades a partir de la generación de
una imagen colectiva, se basa en la imaginación, en-
tendida ésta como el ’’… elemento mágico y media-
dor entre el ser y el pensamiento…’’ (La imaginación
creadora en el sufismo de Ibn Arabí- Henri Corbin)
capaz de producir una imagen desencadenadora de
ACTOS
4. LA APETENCIA
Dicho esto la comida se conforma como un soporte
en el cual se imprimen signos que construyen, a tra-
vés de una celebrativa apetencia, la cual se presenta
como originadora de ACTOS, es la construcción de
un JUEGO.
EL VELO QUE CONTIENE LA EXPLOSIÓN
DE LA LUZ
A partir de las primeras observaciones se desarrolla
la condición de sostenedor del fluir del agua, o agua
en pausa.
De ella se rescata la relación entre la persona y el
bocado, que sostiene el fluir, ya que es la persona
quien a través de la mordida libera el agua conteni-
da, lo que trae consigo una explosión sensorial per-
cibida en el interior de la boca, debido a que el agua
liberada contiene sabor, temperatura y sonido, en el
caso de ser particionada antes ocurre la explosión
mediante el color, el brillo, la luz, las transparencias,
etc.
5. PROPÓSITO FORMAL
Al ocurrir la apetencia como un puente entre la sensi-
bilidad y reconocimiento de una experiencia sensorial
anterior, se trabaja la formalización de ésta mediante
la impresión del sonido del agua fluyendo, en el bo-
cado, lo que busca es que aparezca la intensidad del
fluir, a través de una trama de colores que sostiene
este movimiento.
SONIDO Y FORMA
Para abstraer el sonido y convertirlo en forma se es-
tudia el fluir de la lluvia, el cual está conformado por
un sonido base, seseante y constante, sobre él apa-
recen ACENTOS (explosiones) que dan cuenta de la
unidad conformadora, ella luego de brotar se silencia
y se une al total.
6. TEXTURA
Se busca mediante ella construir el momento de la
‘’explosión’’, para esto se genera un signo de causa-
lidad que consiste en la elaboración de un tronar y
una sensación de frescor luego de él, producido por
el gesto de morder y percibido por el tacto y el oído.
Para esto se utiliza la capacidad de la naranja de en-
capsular el agua en membranas y la presencia de
pepas crujientes en el kiwi.
FORMA
Para generar la geometría que da cuenta de una uni-
dad que al repetirse genera un total se utiliza la téc-
nica del fractal, de este modo el bocado tendrá un
aspecto orgánico, que dirá de su origen natural.
LA UNIDAD
La unidad surge de la interpretación del estudio pre-
sentado por Kandinsky en el libro ‘’Punto y línea so-
bre el plano’’ en el cual presenta al punto como un
elemento abstracto que contiene tensiones internas
propias de su origen, la cuestión es: qué forma tiene
el punto en lo orgánico,
Cómo es el punto desde el sabor, entonces la este es
ahora sabor encapsulado, que se transforma en línea
al abrirse, liberando toda su naturaleza original.
El fractal se genera mediante la repetición en grada-
ción de la unidad.
7. FORMALIZACIÓN
La trama mencionada anteriormente está constitui-
da por tres colores:
Rojo: Valor obtenido de las frutillas, que aportan al
bocado un color que se dulce e intenso. Se escoge
debido a que otorga movimiento desde su color y
conforma el sonido base del fluir, mediante su dulzor.
Naranjo: Se obtiene de la naranja, que aporta un
color intenso y ácido, lo que construye los acentos
presentes en la lluvia., debido a saturación del color.
Verde: se obtiene del kiwi, quien aporta el signo cul-
tural del frescor del agua.
8. BIBLIOGRAFIA
Fundamentos del diseño
Wucius Wong
Punto y Linea sobre el Plano
Kandinsky
Semiotica de la Aquitectura
eduardo Meissner
La imaginación creadora en el
sufismo de Ibn Arabí
Henri Corbin