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Historia del antisemitismo cristiano
1. La Historia del Antisemitismo Cristiano
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¿Sabía usted que la Iglesia Primitiva era predominantemente judía?
¿Qué sucedió para que la primera Iglesia se desconectara de sus raíces judías y se
creara una Iglesia compuesta casi enteramente por gentiles?
¿Por qué la Iglesia estableció tantos edictos en contra de los judíos?
¿Son los judíos verdaderamente los “asesinos de Cristo”, según se les ha
denominado en muchos círculos cristianos?
¿La Iglesia ha suplantado a Israel?
¿Porqué el enfoque de algunos eventos históricos, tales como las Cruzadas y la
Inquisición, era el de perseguir a los judíos?
¿Sabía usted que Martín Lutero tuvo inicialmente una relación positiva con la
comunidad judía, y luego se convirtió en uno de los más viles antisemitas de la
historia?
¿Qué podemos hacer para cambiar las actitudes y las acciones antisemitas que
han caracterizado a la Iglesia durante los últimos 1,800 años?
En Romanos capítulo 11, el apóstol Pablo le exhorta a los cristianos gentiles sobre
su relación con el pueblo judío. Nos dice que no seamos arrogantes hacia ellos
(v.20), y que ellos son "amados por causa de los padres" (v.2, para que "por la
misericordia concedida a [nosotros], ellos también alcancen misericordia." (v.31).
Los cristianos frecuentemente repetimos frases tales como, "Conocerán que
somos cristianos por nuestro amor". Desafortunadamente, la comunidad judía,
en raras ocasiones, ha sentido amor o respeto alguno de parte de los que se
autodenominan cristianos. Por lo general, ha recibido odio, desprecio,
persecución e incluso la muerte a manos de los cristianos. ¿Dónde se encontraba
el amor y la misericordia?
Raras veces esta oscura y trágica historia es conocida por los cristianos. Sin
embargo, la comunidad judía recuerda muy bien estos tristes capítulos. En lugar
de demostrar amor y misericordia hacia el pueblo judío, muchos cristianos
intercambiaron la cruz por una espada en su contra. El Dr. Eduardo Flannery, en
su libro La Angustia de los Judíos, dijo que los únicos capítulos de la historia
cristiana que han conocido los judíos fueron redactados en páginas que la Iglesia
ha arrancado de sus libros de historia y quemadas a fuego. Al investigar volumen
tras volumen de libros, enciclopedias y diccionarios de la historia cristiana,
encontré escasa referencia sobre la gran cantidad de material escrito por la
Iglesia en contra de los judíos. Estos escritos existen como parte de los
procedimientos y conclusiones de la mayoría de los Concilios y edictos
eclesiásticos hasta nuestro siglo, pero la mayoría de los escritores prefieren no
mencionar estos pasajes porque no son halagadores. Simplemente los hemos
barrido por debajo de la alfombra para no enfrentarlos.
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2. Lo anteriormente expuesto es razón por la cual deseo hacer algo un poco
diferente en los próximos dos Estudios de Israel. En lugar de hacer una e
interpretación correcta de las Escritura, observaremos los resultados de una
interpretación equivocada y el desastre que esto generó. Ya que este tema es tan
central para nuestra relación cristiana con Israel y la comunidad judía, es muy
importante que lo estudiemos juntos. A pesar de que es un tema muy extenso, le
aseguro que no se aburrirá.
Cuando analizamos los últimos 2,000 años de nuestra historia, creo que es
acertado afirmar que las organizaciones e individuos cristianos que demuestran
solidaridad con el pueblo judío, y que educan a la Iglesia acerca de las raíces
judaicas de la fe cristiana, son una rareza histórica.
Permítame ilustrarlo de esta manera: si se hubiese celebrado una reunión en
algún momento durante los últimos 1,800 años (de los casi 2,000 años de la
historia de la Iglesia) para enseñar a cristianos acerca de los judíos sobre
judaísmo, sobre las raíces judaicas de nuestra fe cristiana, o para celebrar las
fiestas mencionadas en el libro de Levítico, los cristianos hubieran sido, cuanto
menos, denunciados y excomulgados y, en muchos casos, muertos. También,
cualquier miembro de la comunidad judía que hubiese participado en esta
reunión, o que simplemente hubiese asistido, sería acusado de "judaizante" y
sería penalizado a una muerte segura por las autoridades de la Iglesia. De hecho,
un artículo de este tipo tampoco se hubiese permitido publicar. La historia es
muy compleja y, aunque es cierto que han existido algunos momentos históricos
de libertad religiosa, la observación anterior es muy cierta.
Afortunadamente, en la actualidad tenemos libertad para discutir las raíces
judaicas del cristianismo, como también podemos hablar sobre nuestro triste
expediente en contra de los judíos. De hecho, ya podemos reunirnos con personas
judías para aprender el uno del otro con relación a estos temas. Esta nueva
tendencia es definitivamente positiva.
Nuestro estudio no pretende ser una mera lección histórica, sino una lección para
nuestras vidas. No es una acusación a alguien en particular, ya que la Iglesia
moderna es una excepción a la regla histórica. Al contrario, quiero infundir un
sentido de responsabilidad para que no permitamos que se repita esta historia.
Mediante la presente, voy a hacer referencia a los padres de la Iglesia primitiva, a
la Iglesia Católica, a Martín Lutero y otros líderes, y a edictos de la Iglesia
Católica. Le ruego que no tome ofensa personal por los hechos históricos que voy
a presentar. Los expongo para que éstos nos ayuden a aprender, crecer y
adelantarnos en nuestro camino de la fe, y no para insultar a una denominación
en particular. Comencemos, pues, nuestra jornada hacia el entendimiento.
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3. Los Primeros Cuatro Siglos Después de Cristo
En el primer siglo d.C., la Iglesia estaba bien unida a sus raíces judías, y Jesús no
pretendió que fuese de otra manera. Después de todo, Jesús era judío y la base de
Sus enseñanzas era consistente con las Escrituras Hebreas. Jesús declara en
Mateo 5:17-18: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he
venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que
pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se
haya cumplido."
Es conocido, también, que todos los escritores del Nuevo Testamento, con la
excepción de Lucas, eran judíos. Los apóstoles y los primeros discípulos eran
judíos. Ellos adoraban en Shabat (sábado), celebraban las fiestas judías, y se
congregaban en las sinagogas. Aún los miembros de la Iglesia primitiva en
Jerusalén y en las regiones de Judea, Samaria y Galilea eran predominantemente
judíos. Se sabe, por ejemplo, que ningún nombre no-judío aparece mencionado
entre el liderato de la Iglesia en Jerusalén hasta 135 d.C., cuando aparece el
primer nombre griego. Veamos ahora porqué sucedió así.
Las congregaciones cristianas en otras partes del Imperio Romano tenían raíces
judías relativamente fuertes, puesto que eran guiadas por la escuela de
pensamiento de Jerusalén. Esto se observa a través de los nombres de muchas de
las epístolas del Nuevo Testamento: las cartas para los corintios, romanos,
gálatas, efesios, filipenses, colosenses y tesalonicenses fueron originadas desde la
comunidad en Jerusalén. Los autores de las otras epístolas también estaban muy
vinculados a la congregación judeo-cristiana en Jerusalén.
Antes de la Primera Revuelta Judía del año 66 d.C., el cristianismo era
básicamente otra secta más dentro del judaísmo, como lo eran los fariseos, los
saduceos y los esenios. Los cristianos también eran conocidos como nazarenos.
Antes de la destrucción del Templo en el año 70 d.C., cuando Jerusalén fue
arrasada por los romanos, era común el debate en torno a las ramas del judaísmo
en la cosmopolita y bulliciosa ciudad de Jerusalén. ¿Qué ocasionó la ruptura
entre las primeras comunidades cristianas y las judías, extendiéndose hasta el día
de hoy?
Comienza la Separación:
A manera general, la separación vino como resultado de las diferencias religiosas
y sociales entre el pueblo judío. De acuerdo con David Rausch en su nuevo libro,
Un Legado de Odio , hubieron varios factores contribuyentes: 1) La invasión
romana de Judea y la amplia aceptación del cristianismo por los gentiles que
complicó la historia del judeo-cristianismo. 2) Las guerras romanas contra los
judíos que no solamente destruyeron al Templo y a Jerusalén, pero también
obligaron que la Iglesia en Jerusalén renunciara a su posición como centro de la
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4. fe cristiana en el mundo romano. 3) La acelerada aceptación del cristianismo por
parte de los gentiles que condujo a un conflicto prematuro entre la Iglesia y la
Sinagoga. Los viajes misioneros de Pablo extendieron la fe cristiana al mundo
gentil y, a medida que iba creciendo el número de cristianos, creció también su
influencia, la cual desligó el cristianismo de sus raíces judías.
Muchos gentiles cristianos interpretaron que la destrucción del Templo y de
Jerusalén era señal de que Dios había abandonado al judaísmo, y que había
provisto a los gentiles la opción de desarrollar su propia teología cristiana libre de
la influencia de los judíos creyentes en Jerusalén. Desafortunadamente, los
judeo-cristianos se habían distanciado de la guerra contra los romanos y de la
tragedia que había acontecido a la nación. Creyendo que la guerra era una señal
del fin, huyeron a Pella, al este del Río Jordán, abandonando a los demás judíos
para que se defiendan por sí solos.
Al finalizar la guerra y al haber sufrido la destrucción de Jerusalén y del Templo,
los judíos Sabios (Sages) que pudieron sobrevivir la victoria romana se reunieron
en Yavné, una ciudad en las planicies de Sarón cerca de Jope. Al iniciarse el
período post-Templo, consideraron que era necesario consolidar la práctica del
judaísmo y el Jalajá , o la Ley. El judaísmo adoptó la escuela del pensamiento
rabínico de Bet Hillel, la más apegada a la secta de los fariseos. Las enseñanzas
farisaicas enfatizaban la relación de cada individuo con Dios, y alentaban las
masas hacia una santidad basada en la rígida observación de la Torá, a diferencia
de la enseñanza de los saduceos, la cual estaba más interesada en la práctica de
los ritos del Templo. A pesar de que el judaísmo farisaico había demostrado
tolerancia hacia los judeo-cristianos, o los nazarenos, previo a la destrucción del
Templo, la asamblea de Yavné exigió la separación entre el cristianismo y el
judaísmo.
Contribución de Adrián:
Más tarde, en el año 132 d.C., cuando Bar Kochba organizó la Segunda Revuelta
Judía contra Roma, los judeo-cristianos tuvieron otra razón por no querer
participar en ella. Bar Kochba fue proclamado el Mesías por el Rabino Akiva. Ya
que los cristianos habían creído que Jesús (Yeshúa) era el Mesías, el participar en
la revuelta bajo el liderato de Bar Kochba significaba la negación de su fe. En 135
d.C., cuando la revuelta fue aplastada por el emperador romano Adrián, expulsó a
todos los judíos de Jerusalén, permitiéndoles regresar únicamente una vez al año,
en Tisha Be'av, el día destinado para la lamentación de la destrucción del Templo.
Esta prohibición también aplicaba a los judeo- cristianos, por lo que encontramos
el registro, por primera vez, de un nombre griego entre el liderato de la iglesia en
Jerusalén. En este momento histórico, la influencia hebraica de la iglesia de
Jerusalén desaparece a manos del cristianismo mundial, determinando así el
rumbo que tomaría la Iglesia de allí en adelante.
Adrián también convirtió a Jerusalén en una ciudad romana y cambió su nombre
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5. a Aelia Capitolina, ya que Aelius era el apellido de su familia. Ésto fue percibido
como un insulto para el Dios de Israel, quien había seleccionado a Jerusalén
como su ciudad. Adrián también cambió el nombre de toda Judea, Samaria y
Galilea por Siria Palestina, asociando el nombre de un antiguo enemigo de los
judíos a la tierra, el de los filisteos. Haciendo así, se erradicaba cualquier
conexión judía con la ciudad de Jerusalén y la tierra de Israel. Este intercambio
de nombres todavía los asedia hasta el día de hoy.
Separación del cristianismo y judaísmo.
A este momento histórico, la Iglesia ya se había separado, para todos efectos, del
judaísmo. El poder teológico y político se trasladó de manos de hombres judeo-
cristianos hacia centros de mando de tipo cristiano-gentil, tales como Alejandría,
Roma y Antioquía. Es importante comprender este cambio, porque ejerció gran
influencia sobre los Padres de la Iglesia Primitiva para que hicieran declaraciones
anti-judías a medida que se fueron desvinculando de sus raíces judaicas.
A la vez que la Iglesia fue ampliando su alcance dentro del Imperio Romano, y su
membresía no-judía fue aumentando, el pensamiento de tipo griego y romano
insidiosamente penetró y totalmente alteró la manera de interpretar las
Escrituras: desde uno de tipo judío o hebraico, a uno de tipo griego. Esto
ocasionaría muchas herejías en el futuro, algunas de las cuales la Iglesia todavía
practica en la actualidad.
Una vez que el cristianismo y el judaísmo comenzaron a tomar rumbos
separados, la distancia se hizo cada vez mayor. Los romanos habían casi en efecto
suprimido al judaísmo, pero el cristianismo se dispersaba rápidamente. Esto
causó gran preocupación en Roma, y su nueva presión política contra los
cristianos fue otro factor para ampliar aún más la brecha entre cristianos y
judíos.
Más tarde, con intención de unificar el Imperio Romano, todos los ciudadanos
deberían adorar y sacrificar en honor a los dioses romanos, incluyendo al
emperador, el cual era también considerado un dios. Bajo la ley romana, el
judaísmo se consideraba una religión licita, una religión legal, ya que existía
previo a Roma. Sin embargo, como el cristianismo comenzó a existir después de
establecerse el Imperio, se denominó una religión ilícita. Obviamente, los
cristianos no podían cumplir con esta requerida adoración pagana, por lo que se
rehusaron a ella, enojando así a la autoridad romana. Su desobediencia
conllevaba castigo. Es durante este tiempo que encontramos que los cristianos
eran utilizados como deporte en los coliseos y circos romanos, como gladiadores,
o echados a los leones y otras bestias salvajes. El emperador Nerón usaba a
cristianos como antorchas humanas para alumbrar su jardín de noche.
Comúnmente arropaban cristianos con brea, los amarraban a postes y los
incendiaban. Para protegerse de ser arrestados, los cristianos adoptaron durante
este período identificarse con el símbolo de un pez en lugar de la cruz. Usaron las
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6. letras griegas ICTHUS , que significa "pez" en griego, para representar la frase
"Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador".
Intentando mitigar la persecución, los apologetas cristianos trataron de
convencer a Roma de que el cristianismo era simplemente una extensión del
judaísmo. Sin embargo, Roma no fue convencida. La continua persecución y
resultante frustración de los cristianos engendró mayor animosidad contra la
comunidad judía, que para ese entonces tenía libertad para adorar libremente.
Más adelante, cuando la Iglesia llegaría a ser la religión del estado, se legislaría en
contra de los judíos en retribución a ésto.
Teología de la Suplantación.
La animosidad por parte de los cristianos hacia los judíos comenzó a reflejarse en
los escritos de los primeros Padres de la Iglesia. Por ejemplo, Justino Mártir
(cerca de 160 d.C.), refiriéndose al pueblo judío dijo: "Las Escrituras no son de
ustedes, sino nuestras". Ireneo, obispo de León (alrededor de 177 d.C.) declaró:
"Los judíos han sido desheredados de la gracia de Dios". Tertuliano (160-230
d.C.), en su tratado Contra los Judíos , anunció que Dios había rechazado a los
judíos para favorecer a los cristianos.
A principios del siglo 4, Eusebio escribió que las promesas de las Escrituras
Hebreas eran para los cristianos y no para los judíos, pero que las maldiciones
eran para los judíos. Argumentó que la Iglesia era la continuación al Antiguo
Pacto y que, por lo tanto, es la sucesión al judaísmo. La joven Iglesia se declaró
como la verdadera Israel, "Israel según el Espíritu", y heredera de las promesas
divinas. Encontraron imperativo el desacreditar a "Israel según la carne" para
comprobar que Dios había descartado a su pueblo y había transferido su amor a
los cristianos.
Con ésto, nació la Teología de la Suplantación, donde la "triunfante" Iglesia
suplantaba al "derrotado" judaísmo y a Israel. Esta teoría de la Suplantación llegó
a ser un fundamento principal para justificar el antisemitismo cristiano hasta el
día de hoy. Sin embargo, lo que realmente dice el Nuevo Testamento con respecto
a la relación de la Iglesia con Israel y sus pactos es que hemos sido injertados en
el olivo (Rom.11:17), de haber "sido hechos cercanos" (Ef. 2:13), que somos
descendientes según "la fe de Abraham" (Rom.4:16), y "participantes de sus
bienes espirituales" (Rom.15:27), NO usurpadores del pacto y suplantadores de la
Israel física. Nosotros, los cristianos gentiles, nos hemos unido a lo que Dios está
realizando con Israel, siendo que Dios no ha quebrantado su pacto ni sus
promesas para con Israel (Rom.11:29).
Autor: Alabanza
Fuente: http://prophecyplace.forospanish.com/estudios-biblicos-f13/la-historia-del-
antisemitismo-cristiano-t272.htm
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