LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
El Antisemitismo Odio A Los Judios En La Iglesia Evangelica
1. EL ANTISEMITISMO EN LA IGLESIA EVANGELICA
QUE CADA EVANGELICO DEBE SABER
Desafortunadamente, la Iglesia posee un historial antisemita nada envidiable,
del cual los judíos están dolorosamente conscientes, por formar una gran parte
de su Historia actual, registrada. Sin embargo, los cristianos, aun los que
tienen mucha educación, ignoran totalmente estos pecados. Como explica
Edward Flannery, una autoridad en antisemitismo:
"Ellos lo ignoran por la sencilla razón que el antisemitismo no aparece en sus
libros de Historia. Se pueden encontrar Historias de la Edad Media, y aun de
las Cruzadas, en las que no aparece la palabra "judío", y existen diccionarios y
enciclopedias católicos en los que no aparece el término "antisemitismo".
Parece haber solo una conclusión: Las paginas que los judíos han memorizado
han sido arrancadas de nuestras Historias de la era cristiana."
Quizá las paginas de este capitulo sustituyan, en parte, algunas de las que
faltan en nuestros libros cristianos de Historia. Es necesario, incluso esencial,
que tratemos con este doloroso tema, ya que no solo es una clave para
restaurar la entereza de la Iglesia, sino también una clave al evangelismo
efectivo del mundo. Nosotros no nos atrevemos a decir, como recomiendan
algunos cristianos, que ya lo pasado ha pasado, y reclaman que vivimos bajo
la gracia. La gracia de Dios es una realidad para nosotros, solo cuando nos
arrepentimos de nuestro pecado, y hoy la Iglesia esta desnuda delante de Dios,
despojada de Su gracia, debido a su pecado de antisemitismo.
Antes de que podamos arrepentirnos, debemos estar conscientes de nuestro
pecado. Unos pocos académicos antisemitas, con los años, han unido los
pedazos de un relato completo del antisemitismo pero, desafortunadamente,
ninguna de estas obras esta disponible (todas se han dejado de imprimir).
LOS PADRES DE LA IGLESIA
Juan Crisóstomo (347-407) es reconocido por algunos como el mas grande de
todos los predicadores cristianos, mayor incluso que Spurgeon, el "príncipe de
los predicadores". Los poderes de oratoria de Crisóstomo eran excepcionales.
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2. Su elocuencia le gano el nombre de "boca de oro". Fue obispo de
Constantinopla y un "Doctor de la Iglesia", un raro titulo dado a "los teólogos
cristianos de merito sobresaliente y reconocida santidad". A pesar de que era
reconocido como un sobresaliente teólogo, predicador y santo, ¡Crisóstomo
era un antisemita extremo! En toda la Historia de la Iglesia, Crisóstomo no
tiene igual ni paralelo en su odio hacia los judíos. Y, estando en una alta
posición, acreditándosele obras teológicas distinguidas, el uso sus poderes de
oratoria para echar el cimiento de gran parte del futuro antisemitismo de la
Iglesia: "Como pueden los cristianos atreverse a sostener la mas minima
conversación con judíos , los mas miserables de todos los hombres , hombres
que son ... concupiscentes, rapaces, avaros, bandidos pérfidos . Acaso no son
ellos asesinos, destructores, hombres; poseídos por el demonio a quienes la
mala vida y la embriaguez han entregado a las costumbres de los cerdos y la
cabra concupiscente. Ellos solo conocen una cosa: satisfacer sus agallas,
emborracharse matar y estropear..."
La sinagoga No solo es un teatro y una casa de prostitucion, sino una caverna
de bandidos, una reparación de bestias salvajes, un lugar de vergüenza y
ridículo, el domicilio del diablo, como también lo son las almas de los judíos.
En verdad los judíos adoran al diablo; sus ritos son criminales e inmundos; su
religión es una enfermedad. Su sinagoga, de nuevo, es una asamblea de
criminales... una cueva de ladrones... una caverna de demonios, un abismo de
perdición... yo también aborrezco a la sinagoga. "Dios aborrece a los judíos y
siempre aborreció a los judíos... Yo también aborrezco a los judíos."
No es sorpresa que después de algunos de los sermones de Crisóstomo en
388 su "rebano" salio e incendio sinagogas. Pero, ¿que fue lo que provoco
su gran odio hacia los judíos? En las propias palabras de Crisóstomo:
"Su odioso 'asesinato' de Cristo... para este deicidio no existe expiaron
posible, ni indulgencia, ni perdón, solo venganza que no tiene fin"
Así cimentó Crisóstomo en la mente de los cristianos su propio estereotipo de
un judío: "asesinos de Cristo". Su ataque contra los judíos encendió un fuego
en la Iglesia, al que otros añadieron constantemente más combustible. Agustín
de Hipona, un contemporáneo de Crisóstomo, dijo:
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3. "El judaísmo, desde Cristo, es una corrupción; efectivamente, 'Judas es la
imagen del pueblo judío'; su entendimiento de las Escrituras es carnal; ellos
llevan la culpa de la muerte del Salvador, porque a través de sus padres ellos
mataron al Cristo. Los judíos lo prendieron; los judíos lo insultaron; los judíos
lo ataron, lo coronaron con espinos, lo deshonraron escupiéndolo, lo azotaron,
amontonaron abusos sobre el, lo colgaron en un madero, lo atravesaron con
una lanza."
A pesar de que puede haber sido un gran santo, el conocimiento de Agustín en
cuanto a la crucifixión de Cristo parece ser tristemente vacio, sea por
ignorancia o por designio, jamás lo sabremos. Pero fueron los romanos
quienes "lo coronaron con espinos", y fueron los romanos quienes "lo
azotaron, amontonaron abusos sobre el, lo colgaron en un madero, y lo
atravesaron con una lanza". Crisóstomo y Agustín no estuvieron solos en su
antisemitismo. Otros hombres grandes e influyentes tuvieron su propia versión
particular del gran odio:
Efraín llama a los judíos: "Perros circuncidados"
Jerónimo (el que compilo por primera vez la Biblia y la tradujo a la
llamada Vulgata, mientras les pedía lecciones de hebreo a los judíos, los
denuncio como:
... serpientes judaicas cuyo modelo fue Judas.
Gregorio de Niza, dando una homilía sobre la resurrección, dijo que los
judíos eran:
... adversarios de la gracia, enemigos de Dios, los abogados del diablo,
engendro de víboras, sanedrín de demonios
El listado de prominentes padres de la Iglesia antisemitas es demasiado largo.
Baste con decir que rara vez se encuentra a uno que fuera realmente
simpatizante del judío. Y la ferocidad del antisemitismo de la Iglesia no ceso
con el paso del tiempo. Para hacer honor a la verdad, y aunque se escape del
límite temporal de este estudio sobre el cristianismo primitivo, un milenio mas
tarde llegamos a un hombre que tuvo un impacto tremendo sobre la Iglesia:
Martin Lutero. Como reformador, Lutero no tuvo igual. Como antisemita,
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4. Lutero fue tan solo un poco menor que Crisóstomo. Así como Crisóstomo
encendió el fuego, Lutero lo volvió a encender cuando las llamas estaban
extinguiéndose.
Martín Lutero (1483-1546) cortejo a los judíos al fundar su nueva fe,
confiado en que el cristianismo, despojado de "papismo y monasticismo"
pronto los ganaría para Cristo por el evangelio "puro". Pero a Lutero, quien
nos trae recuerdos del gran apóstol Pablo por su celo por Cristo y su
persecución por los religiosos de su época, le faltaba la paciencia y el espíritu
de la semejanza de Cristo que tenia el gran apóstol, y también la luz profética
y el entendimiento del plan y propósito de Dios para su pueblo único. Debido
a que los judíos no se convirtieron por multitudes, sino más bien persistieron
en oponerse al evangelio, Lutero se volvió contra ellos en una forma de lo más
terrible. Arremetió contra ellos en un lenguaje que, por lo menos, equivalía en
violencia a cualquier cosa que se expresara contra ellos antes o después. Con
un sarcasmo penetrante y un insulto escatológico ocasional, renovó todas las
antiguas acusaciones del pasado:
los judíos envenenan, son asesinos rituales, usureros; ellos son parásitos de la
sociedad cristiana; son peor que demonios; es mas difícil convertirlos a ellos
que al propio Satanás; ellos están destinados al infierno. Ellos son, en verdad,
anticristo. Sus sinagogas debieran ser destruidas y sus libros decomisados;
debieran ser obligados a trabajar con las manos; mas aun, debieran ser
expulsados por los príncipes de sus territorios
En su ultimo sermón, predicado solo días antes de su muerte, arengaba a que
los expulsaran de toda Alemania. Su ataque contra los judíos fue largo,
continuo y virulento. Adolfo Hitler, en su marcha por erradicar a todos los
judíos, uso algunas de las palabras de Lutero para justificar sus acciones. (Este
último sermón fue ampliamente difundido por la propaganda Nazi en
Alemania en los años previos a la gran guerra y a la matanza en campos de
concentración de casi 6 millones de judíos)
LOS CONCILIOS CATOLICOS
El cristianismo se convirtió en una religión reconocida en Roma en 312 d.C.
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5. El emperador Constantino fue tolerante con los judíos por unos pocos anos.
En el ano 325 se convoco el Concilio de Nicea, y los mas de 300 obispos
asistentes le dieron a la Iglesia el Credo de Nicea, que ofrecemos en parte:
"Creemos en un solo Señor, Cristo Jesús, el Único Hijo de Dios, el eterno
unigénito del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios
verdadero, unigénito, no hecho, siendo uno con el Padre..."
Este primer concilio cristiano que registra la Historia, de donde provino quizás
la mayor aseveración de fe que se haya presentado a la Iglesia, también
resolvió romper todo lazo de relación con los judíos. Entre otras cosas, la
Pascua (Semana Santa) de ser observada en una fecha fija, separada al
calendario judío. Constantino se dirigió a los obispos:
Nosotros no deseamos tener nada en común con este pueblo tan aborrecible,
dado que el Redentor ha marcado otro sendero para nosotros
Los edictos hechos contra los judíos en el Concilio de Nicea fueron los
precursores de muchos que habrían de seguir en concilios subsecuentes. En el
concilio de Viena, en 1311, se decreta que:
Ningún judío debiera ser admitido en un establecimiento publico de baño,
en un mesón, o en una casa de hospedaje para viajeros
En breve, el judío debe ser evitado como alguien herido de plaga, cuyo
aliento es infeccioso, como un peligroso seductor cuya habla alberga el
veneno del escepticismo y la incredulidad.
El tercer y cuarto concilios de Orleans promulgaron leyes que prohibían
a los judíos el derecho de aparecer en las calles durante los festivales
cristianos: ... dado que su presencia seria una especie de ofensa para el
cristianismo
El clímax del gran odio de parte de la Iglesia hallo su expresión en el Concilio
Laterano de 1215. Estuvo representada toda la cristiandad occidental: 71
arzobispos, 412 obispos, 800 abades, y una hueste de dignatarios y sacerdotes
de la Iglesia. Sus decretos fueron encerrados en setenta cánones, cuatro de los
cuales trataron con los judíos. El que ha tenido las más terribles consecuencias
por siglos para el pueblo esparcido es el que les puso la insignia de estar fuera
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6. de la ley. Desde ese tiempo en adelante, todos los judíos:
... en toda la cristiandad, y en todo momento, se les ordena llevar una ropa o
una insignia distintiva
En algunos países llevaban fija en el pecho una insignia con la forma de una
rueda: roja, amarilla, o con colores parciales. En otros, era un sombrero: un
sombrero amarillo puntiagudo o un sombrero de vestir rojo o amarillo, en
forma de cuerno. Como resultado:
Los judíos de todas partes se encogían en abyecta humildad y en servilismo de
espíritu; pero en su corazón se amargaron más y más contra los cristianos, y
fueron más intensos en su hostilidad contra el cristianismo. Totalmente
indefensos en si mismos, fueron condenados por los líderes del cristianismo
para ser los parias de la humanidad, y fueron obligados a sufrir el desprecio y
el odio, el saqueo y la proscripción, golpes y asesinato de parte de todo el
mundo. Desde este tiempo, especialmente, el pueblo judío se convirtió en la
nación; mártir de la tierra, y de la humanidad; y sus verdugos fueron "los
cristianos"
Después del primer concilio de Nicea, los decretos vinieron en una sucesión
implacable. Finalmente, no les dejaron salida a los judíos. Los matrimonios
entre judío y cristiano eran penados con la muerte. Los judíos fueron
excluidos de todos los puestos públicos. No podían practicar profesiones o
manufacturas, ni podían involucrarse en la agricultura, ya que se les prohibía
la propiedad de la tierra en todas partes. Algunos países permitían médicos
judíos, pero era, a menudo, una Ocupación peligrosa; si el paciente era curado,
el judío había usado hechicería; si el paciente moría, el judío lo había
envenenado. Cada Viernes Santo durante 300 anos, a los cristianos se les
ensenaba que golpearan a los judíos en el rostro, en retribución por la
crucifixión. A los cristianos se les prohibía vender o arrendar propiedades a un
judío, o comerciar con ellos. A los judíos se les denegó techo y comida, las
necesidades básicas de la vida.
Durante las dos primeras Cruzadas cristianas a la Tierra Santa, los judíos en
Alemania e Italia buscaron la protección de Enrique IV y Conrado III. La
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7. corona los convirtió en "siervos imperiales", reduciéndolos a: "... la condición
de piezas de propiedad que podían ser, y fueron, compradas, prestadas y
vendidas como cualquier otra mercancía." Habiéndoseles negado todo oficio,
los judíos fueron confinados a dar dinero prestado y a la usura, obligándolos a
convertirse en sanguijuelas financieras. Esto significo una causa adicional de
su ruina, va que a menudo eran tratados por los gobernantes como esponjas
que se exprimían cuando estaban llenas, y luego se les entregaba al odio del
pueblo. Ellos fueron metidos por la fuerza en condiciones que hicieron que el
dinero fuera tan importante como la vida misma:
"Todo paso y todo acto de la vida diaria de un judío estaba sujeto al pago de
un impuesto. El tenia que pagar por ir y por venir, por comprar y por vender,
por disfrutar sus derechos, por orar en común, por casarse, por tener hijos,
hasta por el cadáver mismo que llevaba al cementerio."
Si los judíos de algún país en particular prosperaban por su comercio, por
prestar, o por usura, a menudo eran expulsados de la tierra, y sus bienes y
castillos eran confiscados por la corona. En Francia se llevo a cabo una
expulsión tal, pero, después de que las finanzas del tesoro sufrieron por la falta
de los impuestos judíos, los judíos fueron readmitidos. Después de unos pocos
anos, fueron expulsados de nuevo, y una vez más sufrieron la perdida de todas
sus posesiones. A menudo, según Flannery, "el veneno que mato a los judíos
fueron sus propios bienes."
MINISTERIO DIRECTO AL CORAZON
http://www.ministeriodirectoalcorazon.com
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