2. Comenzando junto a nuestros esposos, el privilegio de ser puestos por Dios en Su obra.
Nosotras somos quienes conocen esa intimidad de la vida de un pastor.
Dios nos ha puesto en un lugar especial dentro del ministerio pastoral. Somos las asistentes abnegadas, las guerreras
de oración, somos quienes consolamos, animamos, escuchamos y sostenemos a nuestros esposos en su ministerio.
Ellos esperan ser escuchados, presentar sus sueños y proyectos para la iglesia, esperan poder abrir sus corazones con
nosotras, sus esposas y compañeras de ministerio.
3. Al observar alrededor, encontraremos esposas de pastores que dejan de trabajar
secularmente para dedicarse 100% a servir junto a sus esposos.
El testimonio de una esposa de pastor
Solo Dios y nosotras tendremos el privilegio de conocer desde dentro lo hermoso y
difícil del ministerio pastoral.
Otras, trabajan medio tiempo ya que son un apoyo necesario en lo económico,
dentro del hogar.
Sea cual sea el caso, el trabajo a desarrollar en el ministerio será arduo y requerirá de una buena dosis diaria de la Palabra
de Dios en nuestras vidas.
4. Requerirá de mucho tiempo de oración a nuestro Padre
Celestial y requerirá de convicciones firmes que nos
permitan afrontar estoicas /insensibles/ cualquier tiempo
difícil en el ministerio pastoral de nuestros esposos.
5. Esta nueva designación, “ser la esposa del pastor”, suele
causar mucha presión y nerviosismo.
Muchas esposas de pastores nos hemos sentido incapaces y
sufrimos por las exigencias poco realistas que tienen nuestras
congregaciones
6. A diferentes familias pastorales y en donde se reportan los
riesgos que enfrentan las familias pastorales,
reveló lo siguiente:
7. 58% de los pastores afirman que su esposa trabaja por horas o a tiempo completo fuera del hogar
porque la familia necesita esos ingresos
56% de las esposas de pastor dice que no tiene amigas íntimas
21% de las esposas de pastor quiere menos intromisiones en sus vidas privadas
60% de las esposas de pastor quiere tener más preparación para poder servir
mejor
REVELÓ LO SIGUIENTE:
8. 45% de las esposas de pastor dice que el peligro mayor para ellas y para su
familia es el agotamiento físico, emocional y espiritual.
38% de las esposas de pastor dice que la mayor frustración en el ministerio
es el manejo del tiempo.
53% de las esposas de pastor dice que tienen dificultades con la educación de
sus hijos.
9.
10. La esposa del pastor, esta llena de actividades.
Hay que poner límites
Tiempo para lo más importante: su vida espiritual y mi hogar.
Eclesiastés 9:10a nos enseña que “todo lo que tu mano halle para hacer, (debes hacerlo) según tus fuerzas…
Situaciones así son muy comunes en las iglesias.
Los hermanos muchas veces piensan que tú debes cumplir con las mismas
responsabilidades y horarios del pastor.
Aunque tú se los digas mil veces, no todos logran entender que no es así.
Tiempo:
11. El Pastorado es su trabajo puesto por Dios.
Por más que el trate de ponerse horarios, siempre habrá imprevistos
_ algún hermano que necesitará que lo visiten urgente, un enfermo, un funeral, etc.
Hemos pasado aniversarios donde teníamos preparada una momento especial, y recibimos un
llamado de que murió un hermano. Cenamos y partimos a ver a la familia afectada
Como esposa de pastor he aprendido a estar con mi esposo en esos momentos difíciles de los hermanos y he
aprendido a ceder por amor.
Ya no nos hacemos ningún problema si debemos cambiar alguna fecha de celebración y sin duda Dios siempre nos
ha bendecido con momentos de tranquilidad e intimidad familiar.
12. Como el trabajo de nuestros esposos es sin horario fijo, cuida de tu
tiempo a solas con Dios.
Es importantísimo sostener a nuestros esposos en oración a cada instante.
Cuida de tus hijos e invierte tiempo con ellos.
Muchas veces ellos reclaman ya que no entienden por qué el papá tiene
que ir a un funeral ese día y no puede ir con ellos
13. Tú debes encargarte de enseñarles acerca del ministerio pastoral que cumple tu esposo.
Si ellos constantemente te escuchan quejarte y reclamar, al poco tiempo estarán
haciendo lo mismo, “quejarse y reclamar”.
Si ellos ven que tú apoyas a tu esposo con el ministerio, cuidas su tiempo de descanso
y de sus tiempos juntos como familia, ellos verán que el ministerio de tu esposo no les
ha quitado nada.
14. Nuestra tarea como esposa de pastor es muy importante, en
especial en el hogar.
Nuestros esposos agradecerán el que estemos ahí cuando ellos no
pueden estar todo el tiempo.
Ellos llegarán a descansar a ese lugar de paz y para ello nosotras
debemos hacer que el hogar sea su refugio de paz.
15. Organiza bien tu tiempo, de modo que puedas acompañar a tu esposo a realizar visitaciones o consejerías.
No te quedes en casa cuando en la iglesia hay reuniones de oración o koinonía.
Es en la iglesia donde los hermanos se acercan buscando oración, consejo o simplemente compartir un momento con
nosotras.
También es importante que tus hijos aprendan a ser parte “del cuerpo” que es la iglesia. Si ellos les ven a ustedes servir con
gozo, amar a la iglesia_ sin duda_ ellos harán lo mismo.
16. Buscando la definición de esta palabrita “expectativa” encontré lo siguiente:
Una expectativa es lo que se considera lo más probable que suceda. Una expectativa, es una
suposición centrada en el futuro, puede o no ser realista. (Wikipedia)
Enseñar, cantar, responder a todas las dudas, debía saber de todo, tener mi casa impecable, ser la mejor
esposa y madre, visitar, aconsejar, discipular, liderar, debía capacitar a otros, mantener un buen ánimo,
ser hospedadora, entre otras muchas cosas más… !Huf
haciendo las cosas por agradar a Dios, sino a los hombres. ¡Que cansancio y que decepción darme cuenta
que mi servicio tenía las motivaciones equivocadas!
17. Me di cuenta que muchas de esas expectativas eran mías y no de ellos. Yo quería
hacer muchas cosas, yo quería agradarles a los hermanos, yo quería ser una esposa de
pastor “efectiva” en la iglesia.
Estaba tan centrada en mi misma y en lo que quería lograr a futuro en la iglesia y con la
iglesia, que me di cuenta que estaba afectando mi salud física, mi vida espiritual, mi
matrimonio y mi rol como madre… Esa “suposición centrada en el futuro” no estaba siendo
realista.
Debía dejar mi “yo” de lado y volver a poner mi mirada en Dios.
18. ¿por qué las esposas de pastores sufren de
enfermedades tan serias?
Bueno, he aquí la respuesta:
La tensión que provoca el ministerio afecta nuestra
salud.
19. Mi tensión me hacía romper en llanto por cualquier cosa, me hacía tener problemas
estomacales o para dormir.
Finalmente, a los pocos años recibí un duro diagnóstico, tenía Lupus Eritematoso Sistémico.
Ahora pasaba a ser parte de esa estadística de que las esposas de pastores sufren enfermedades
complicadas.
El doctor me preguntó si acaso había vivido alguna situación tensa que hubiese
gatillado la enfermedad.
20. Cada vez que iba al doctor él me preguntaba cómo estaban mis niveles de tensión.
Graciosamente, él sabía que mi esposo era pastor y por lo tanto siempre que me preguntaba por mis
niveles de tensión, me decía que los pastores, al tratar con diferentes personas, vivían grandes
momentos de tensión y por eso yo debía cuidarme y dejar que mi esposo se llevara esa carga, no yo.
Filipenses 4:6 me recordaba que “por nada debía estar afanosa, sino que debía presentar
mis preocupaciones y peticiones delante de Dios”.
¡Qué descanso trae esto a mi alma!
21. Te aconsejo que cuides que tus niveles de tensión sean controlados por Dios.
Algo que a mí me ha servido es:
- Reconocer que Dios está guiando a tu esposo con el ministerio y que será El quien le dará
la salida ante las diferentes situaciones que le toque enfrentar.
- Aprender a descansar en Dios en cuanto al ministerio.
- Cuidar TU mente. No doy lugar a quejas o resentimientos. Mantén en tu mi mente
versículos que te animen
- Escucha himnos y canta a DIOS.
22.
23.
24.
25. NO PUEDES EVITAR
QUE UN PÁJARO
VUELE SOBRE TU
CABEZA PERO SI
PUEDES EVITAR QUE
HAGA NIDO ALLÍ”
26. Oro mucho. Cualquier inquietud o preocupación la pongo inmediatamente en
oración y ha sido increíble ver a Dios obrar.
1 Pedro 5: 8 – 9 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el
diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos
se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”.
- Evita tomar el teléfono y hablar con otros hermanos de la
iglesia acerca de TUS preocupaciones.
- No quiero contaminar a nadie con mis quejas.
- Solo Dios y mi esposo saben cómo me siento; y si hay algo que me
encanta es poder conversar con mi esposo de lo que me pasa y orar
juntos. Eso me hace amarlo más cada día.
27.
28. Muchos de esos problemas no son fáciles de tratar
y los hermanos comienzan a criticar, muchas veces
de una manera muy cruel y sin conocer todas las
situaciones que rodean el conflicto.
Hay pocas palabras de ánimo o de agradecimiento hacia los pastores, pero sí mucha crítica.
Esto no es nada nuevo, no es algo que suceda en una sola iglesia, ni siquiera es algo que
suceda solo en las iglesias.
Desde los tiempos de los patriarcas vemos como el ser humano ha sido muy bueno para
quejarse, desobedecer y criticar.
29. No son críticas a nosotras, pero si hacia nuestros esposos o
hacia la iglesia en la cual estamos.
Creo que esto es lo más difícil de llevar para la esposa de
pastor.
Lamentablemente, quienes critican no piensan en que detrás
de sus críticas hay una familia que escucha en silencio y con
tristeza sus comentarios.
30. Hablaba con una amiga esposa de pastor y ella tristemente me
contaba lo cansada y decepcionada que se sentía con la iglesia donde
su esposo pastoreaba.
Lo que más la afectaba a ella era el ver que su esposo se sacrificaba
económica, física, emocional y mentalmente por la iglesia.
31. He visto muchos pastores cansados de las críticas de las congregaciones donde sirven por la
ingratitud de los hermanos.
Como esposa de pastor, miro con respeto a los pastores y a sus familias porque ahora
entiendo lo que deben enfrentar.
32. Al comienzo, me molestaba escuchar las críticas hacia mi esposo o hacia la
iglesia.
No sabía qué hacer ni cómo orar.
Solo sabía que quería hacer algo y “ayudar en alguna forma” a frenar a estos
hermanos que se dedicaban a criticar solamente.
Mi carne quería aclararles, frenarles o humillarles, pero Dios siempre frenó mis
labios y mis impulsos.
33. Cristo es nuestro mejor ejemplo y el Apóstol Pedro lo
describe en su primera carta, en el capítulo 2 verso 23
“Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición;
cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa
al que juzga justamente”.
34. Simplemente porque como esposa de pastor, tú escuchas, aconsejas, apoyas, animas y guías a
otros hermanos de la iglesia, pero tú no puedes ir a abrir tu corazón con cualquier hermana
de la iglesia, ya que eso te podría traer problemas.
Este es un problema muy común entre las esposas de pastores y
por eso hay temas que solo los conversamos entre esposas de pastores ya que nos
entendemos perfectamente
35. Comprendí que hablar mal de mí iglesia o de los hermanos de mi iglesia, sea con quien
sea, era como hablar mal de alguien de mi familia.
PASOS PARA NO CAER
EN LA TRAMPA DE
LA MURMURACIÓN
1ro. NO TE ACÉRQUES
2do. NO LE PONGAS ATENCIÓN
3ro. NO TE DEJES CONVENCER
4to. DESPIDELO
36. Las mujeres necesitan estar con otras mujeres y compartir nuestras experiencias, inquietudes, alegrías y tristezas.
Por eso para esposas de pastor es especial y edificante poder participar de retiros, conferencias y momentos donde pueda
compartir con otras esposas de pastores y misioneras, quienes entienden como se siente y pueden dar un
consejo útil.
Te animo a que puedas tener buenas relaciones con otras esposas de pastores y así puedas animarte y renovar
fuerzas cuando sientas que no puedes o no quieres continuar.
Como esposas de pastores entendemos a la otra frente a las situaciones que le
están costando dentro de su iglesia, oramos las unas por las otras. Es lindo
poder contar con una red de amigas esposas de pastores.
37. El agotamiento se ha definido como un “síndrome
de agotamiento emocional”.
Una despersonalización y reducción de logros
personales que puede ocurrir entre individuos que
tienen cualquier clase de “trabajo con y para
personas”.
38. Tendemos a esforzarnos demasiado y luego sentirnos
colapsadas por las demandas emocionales impuestas por otros.
Y entre más gente haya por la que “nos sintamos responsables”
mayor es la oportunidad de un agotamiento.
Las esposas de pastores, junto con sus esposos,
tienen la tendencia a involucrarse demasiado emocionalmente
39. “Hay demasiadas personas para cuidar. Es demasiado.
Me extiendo demasiado y no hay suficiente fuerza para preocuparme por todos.
Todos los días, me pongo a orar y a pedirle a Dios que me dé un abastecimiento suficiente de Su amor, para
poder dárselo a otros, pero es como si el canal de conexión no fuera lo suficientemente grande para que ese
amor fluya por él.”
(AGOTAMIENTO:
SU CURA Y PREVENCIÓN.
Dr. Archibald D Hart p.p 1)
Un pastor describió el agotamiento de esta manera:
40. Es inevitable que te canses emocional y
físicamente; tratamos con personas y
deseamos verles crecer en su vida espiritual.
Muchas veces olvidamos que es Dios quien
les dará el crecimiento espiritual y no
nosotros.
41. Dios se encargará de renovar tus fuerzas, cuando sientas que ya no tienes ninguna. Con amor te guiará y llevará a descansar
a esos delicados pastos.
No podemos no cansarnos física y emocionalmente, pero Dios se encargará de sostenernos y permitirnos descansar.
“Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y
aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón,
y HALLAREIS DESCANSO
PARA VUESTRAS ALMAS”.
Mateo 11:28-29
42. Ya sabemos que las mujeres somos mucho más
sentimentales que los hombres.
A nosotras las cosas nos afectan mucho más. Nuestros
sentimientos salen a relucir siempre en cada cosa que hacemos.
Cuando nuestros esposos entran en el ministerio pastoral, nosotras
nos involucramos con ellos en nuestra nueva familia
espiritual. Somos cordiales, hospedadoras, serviciales, agradables,
empáticas, etc… No es algo fingido, sino que nace de nuestro corazón y deseos de responder fielmente a ese llamado al ministerio que ha recibido
nuestro esposo. Nos entregamos por completo, pero
¿qué sucede cuando las personas no aprecian esa entrega,
esfuerzo y amor?
Lamentablemente nuestros sentimientos se resienten.
43. “El resentimiento es un sentimiento de hostilidad o
aversión hacia alguna persona que nos ha causado un
daño. Es algo que vive dentro del resentido y lo empuja
a ser desagradable con los responsables de su desgracia.
Es sentir una y otra vez -resentir- el enojo vivido en el
pasado y que fue provocado por una persona o
situación”.
44.
45. Recuerdo un caso en particular donde tuve que orar muchísimo ya que estaba muy herida.
Había una señorita mayor a la cual acogimos con mucho cariño en nuestro hogar.
Debido a que ella estaba a cargo de un ministerio en la iglesia, pasaba mucho tiempo
conversando con nosotros o visitándonos.
Era lindo tenerla en casa, yo sabía qué le gustaba para la hora de once y como venía desde
su trabajo, trataba de siempre esperarla con lo que le gustaba comer. Al terminar las
reuniones acompañaba a mi esposo para ir a dejarla a su casa, dejando muchas veces a mis
hijos solitos durmiendo en casa.
46. Todo estuvo bien, hasta cuando el pastor (mi esposo) y los
lideres tuvieron que intervenir en algunas cosas del ministerio
en que ella servía.
Lo primero que hizo fue renunciar al ministerio, después de
eso se volvió una persona hostil y muy difícil de tratar
47. Hablaba mal de mi esposo y el liderazgo con otras personas, por mail, por Facebook y en cuanto medio se lo permitiera.
Lo más triste era que lo hacía tratando de que yo la oyera. Mi esposo, yo y otros líderes hablamos con ella por separado,
queriendo solucionar el conflicto, pero nada resultaba. Mi corazón se comenzó resentir. Pensaba ¿Cómo puede ser tan mal
agradecida?.
En mi mente comenzaron a almacenarse pensamientos de todas las ocasiones en que mis hijos
tuvieron que quedar en segundo plano por ella.
Me dolía profundamente oír y ver el trato irrespetuoso que ella tenía hacia mi esposo y hacia
mí.
No sabía cómo orar, en mi corazón deseaba que ya no estuviera entre nosotros.
48. Llegó un momento en que me enfermaba del estómago con solo pensar
que debía hablar con ella. Pensaba:
Nunca más abriré las puertas de mi hogar como lo hice con ella.
Fueron años donde Dios trató mucho con mi vida.
En una ocasión tuve que enseñar acerca del amor en un estudio sobre el
fruto del Espíritu.
Recordé que debía amar a quien fuera desagradable conmigo también
49. Oramos durante tres años por ella. Hasta que este año
ella vino a mi casa un día a presentarle a mi esposo algo
en lo que estaba trabajando; gracias a Dios vino con una
buena actitud.
Aunque nunca se ha disculpado por los malos ratos que
nos hizo pasar, la hemos recibido con cariño.
Hemos pasado por alto las ofensas y hemos seguido
adelante.
50. No fue fácil y me llevó muchos años de oración, pero finalmente Dios respondió.
Aprendí mucho de esto y gané una batalla de rodillas.
Todos te dicen que los pastores y sus esposas deben tener “cuero de lagarto”
“Seguid la paz con todos, y a santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando
alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”.
(Hebreos 12:14-15)
51. Es una frase que bien podría describir la experiencia de vivir en la casa del pastor.
Otros la han comparado a una pecera en donde el comportamiento de sus
habitantes (los peces), está a la vista de todo el mundo.
Muy pocas personas, fuera del ámbito ministerial, pueden comprender a cabalidad lo
que implica vivir en una casa abierta y donde la familia que la habita tiene poca
privacidad.
Pues este es el caso de muchas familias pastorales, y uno de los grandes obstáculos que como familia pastoral tienen que
superar para vivir realmente como familia.
52. 1. Algunos buscan una amistad sincera
2. y otros porque necesitan algún tipo de ayuda.
A veces las familias pastorales nos sentimos como los discípulos de Jesús lidiando con las multitudes que querían estar con el
maestro, siguiéndolo constantemente
En la iglesia siempre hay familias y personas que buscan
al pastor y a la familia de este.
La puerta de la casa pastoral siempre está abierta para recibir a todo aquel que llega.
1. Muchas veces esto trae tensión a la familia,
2. ya que no podemos llevar una vida normal debido a la presión de las personas.
53. 1. Deben tener un tiempo para Uds. ya que si esto no se da, la familia se resiente.
2. Los hijos siempre van a ser esa “alerta amarilla” de la que deben estar atentos a
escuchar.
3. Cuando son pequeños no reclaman mucho, pero conforme van creciendo, dejan ver
sus sentimientos.
1. la falta de tiempo que pasamos con ellos,
2. o a que deben pasar su dormitorio al hermano o joven que viene con problemas,
3. o lo tarde que se van los hermanos que vienen a la casa, etc
54. 1. En el hogar puede ser un tema que produzca muchas
tensiones.
2. Sean cuidadosos de su hogar y traten de tener privacidad en
ciertos temas e incluso a quienes llevan a su casa.
3. Piensa que muchas veces uno mete en su casa a personas,
afectando la intimidad matrimonial, el presupuesto de
alimentación, el tiempo de descanso del pastor y su familia,
etc.
son reclamos a los cuales debemos prestar atención
ya que nadie desea perder sus hijos
por causa del ministerio y la falta de privacidad
55. ¡Cuán fácilmente podemos volvernos esposas quejumbrosas!.
Tratamos con tantas personas, vemos a nuestros esposos desgastarse por la
iglesia, servimos con un corazón entregado a la obra;
sin embargo las quejas de los hermanos y las dificultades en el ministerio,
muchas veces nos llevan a volvernos “esposas de pastores
quejumbrosas”.
56. Quejas contra personas: Santiago 4: 11ª – 12 nos dice –
“Hermanos, no murmuréis los unos de los otros.
El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley;
Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú,
¿quién eres para que juzgues a otro?
Murmurar en el original es “parlanchín en contra, traidor, difamador”.
57. “Jesús resume la ley en amar a Dios y al prójimo (Mateo
22:37–40) y Pablo dice que el amor que se le muestra a
nuestro prójimo satisface ampliamente la ley (Romanos 13:6–
10).
Cuando no amamos, estamos quebrantando la ley de Dios.
Examine su actitud y conducta hacia los demás.
¿Edifica usted a la gente o la acongoja?”
58. Santiago 5:8-11 nos dice:
“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se
acerca.
Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está
delante de la puerta.
Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron
en nombre del Señor.
He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis
visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo”.
Si recordamos que Dios está en control DE TODO lo que nos pasa, debemos confiar que hay un propósito por el cual estamos
en tal circunstancia:
59. Dios sabe las aflicciones en las que nos pone,
siempre tiene un propósito, conoce cómo limpiar
nuestro corazón de lo que nos estorba para llevar
fruto.
Recuerda que tiene pensamientos de paz y no de
mal hacia nosotros (Jer.29.11).
60. 1.- ADMITA QUE QUEJARSE ES PECADO. Sal. 78.21-32.-
2.- ACEPTE SU RESPONSABILIDAD. (Num. 21.4-8).
3.- DESARROLLE UNA ACTITUD DE AGRADECIMIENTO. (1 Tes. 5.18).
4.- DIGA ALGO BENEFICIOSO DE OTROS.
5.- ORE POR LAS PERSONAS DE LAS QUE SE QUEJA. St. 5.16
61. Con el primero que debo acudir es con Dios, Él está siempre ahí para escucharme y derramar mi corazón.
El Salmo 142:1-3 nos dice: “Con mi voz clamaré a Jehová; Con mi voz pediré a Jehová misericordia.
Delante de él expondré mi queja; Delante de él manifestaré mi angustia.
Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda”.
62. Hebreos. 13.17.-
“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan
por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo
hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es
provechoso”.
Por último voy a hacer
un paréntesis y dejarte un motivo de oración:
63. Mi querida, cuida de no ser una esposa quejumbrosa.
La persona quejosa es aquella que piensa que el mundo se ha confabulado para
ir en su contra.
Estas personas convierten la queja en una forma de entender y vivir la vida.
La gente tóxica es quejosa.
Se distingue entre cuatro tipos de quejas:
1. Ociosa,
2. Esporádica,
3. “Deporte favorito”
4. y Viciosa.
64. - Ora para que Dios te permita amar la iglesia en la cual servirás junto a tu esposo.
- Pídele al Señor amor por los hermanos, en especial por aquellos difíciles de tratar.
- Siempre lleva tus quejas y angustias ante el Señor y solo ante El.
65. Ya que eso podría ser causante de que el deje el ministerio.
Los esposos pastores deben cargar con demasiadas presiones como para que
las esposas también agobien con sus quejas.
Cuídate de no caer en eso, pídele al Señor sabiduría para hablar y para
saber callar.
Sean sabias para no contaminar a nadie con nuestras quejas y murmuraciones.
66. Consejos para una futura Esposa de Pastor…
Ser esposa de un pastor es una de las responsabilidades más
hermosas, sorprendentes y gratificantes que hay.
Pero también una de las más duras, lloradas y difíciles.
Sin duda es toda una aventura a la que una tiene que estar dispuesta
a enfrentar pase lo que pase.
67. Cuando él te diga ¿Te pasa algo? ¿Estás enojada?
No digas, No… Porque realmente tu corazón está ardiendo de rabia por dentro.
Se honesta y conversa las cosas si no es el momento dile, si algo me pasa pero hablémoslo luego,
o si es momento oportuno para hablar, hablarlo en el momento.
Como mujeres nuestra cabeza piensa mucho más de lo que debería y nos complicamos la vida
cuando la cosas es mucho más sencilla y ellos no aman, y si hay alguien con quien no quieren
tener conflictos, es con su ayuda idónea.
68. Afuera en la iglesia siempre hay
conflictos y demandas, que el hogar sea el
lugar de paz y refugio de toda la familia.
70. 1. Los hombres son muy embalados con sus proyectos,
2. y a veces se “olvidan” de sus prioridades (como
esposa e hijos) y somos nosotras,
Las que con mucho amor debemos recordar que
necesitamos el día familiar, o una cita a solas, etc.
71. Algo que los hombres realmente les quita respeto
y admiración.
72. Nadie más puede darle lo que tú le puedas dar.
Realmente el sexo para los hombres es importante, a
diferencia de nosotras.
Entonces prepárate, lee buenos libros y haz muy feliz a
tu esposo en esta área.
73. Como esposa de pastor
7. Esta dispuesta a compartir a tu esposo…(una de las cosas que más me costó en el principio fue entender
que a mi esposo debía compartirlo con TODA un congregación y eso es parte de su ministerio) a diferencia
de muchos trabajos, el trabajo del pastor muchas veces no tiene horarios programados… cuando alguien se
muere, cuando alguien está realmente complicado y justo interrumpió esa cita que tanto habían programado
tu eres la que debes ceder con corazón alegre.
74. 8. No lo pases a llevar en su rol de líder… Muchas mujeres creemos tener tan
buenas ideas, que pasamos por encima del esposo, el es el pastor nosotros su ayuda
idónea.
75. 9. No te sientas menos por no tener hijos o tener poco tiempo de
casada al aconsejar a otras.
Como mujer sin hijos en una congregación donde todas son mayores
que uno, no es la experiencia de una o vivencias lo que me da la
autoridad para enseñar (aunque muchas veces sirve) es la autoridad de
la Palabra de Dios.
76. 10. Se pronta para perdonar… Muchas veces le hacen daño a nuestro esposo,
critican la familia y a nosotras, no es de hermanos no perdonar o guardar
rencor, ora y deja todo en las manos de Dios él siempre sabe defender a sus
justos.
Si alguien no quiere arreglar cuentas… es su problema, en lo que depende de
nosotros debemos buscar la paz y debemos amar.