Los avatares para el juego dramático en entornos virtuales
Función del período de adaptación
1. Función del período de adaptación
La entrada del niño a la escuela supone un gran cambio para él, y exige un período de
adaptación, que es el tiempo que cada uno de ellos necesita para asimilar los cambios que se
producen en su vida y acomodarse a ellos.
En casa es el centro de atención pues es el único, el más pequeño,…; pero al llegar al
colegio se encuentra con que las normas de relación son muy diferentes a las que está
acostumbrado y tiene que compartir: la atención de los adultos, los juguetes, los materiales,
los espacios,…; tiene que aprender a ser autónomo; para hacerse entender necesita
expresarse con mayor precisión; y también, ha de adecuarse a unos tiempos de actividad
establecidos y unas normas tanto de organización, comportamiento y socialización.
Por todo ello, entre todos le ofreceremos una organización invariable de los tiempos
de actividad, lo que, entre otras cosas, le facilitará la adaptación a ciertas rutinas, y le permitirá
anticipar la llegada de los adultos, evitando así la aparición del sentimiento de abandono.
Éste es un proceso individual e intransferible, por ello habremos de respetar y aceptar
el ritmo de cada niño, pero sin olvidar, que los adultos (padres y maestros) seremos un apoyo
para él/ella.
La superación de este período es trascendental para el proceso individual de cada
niño.
Cuando hablamos de la separación mutua de niño-familia, entendemos que no sólo se
adapta el niño, sino que las maestras y los padres van a tener que adaptarse también.
CONSEJOS PARA PADRES
Recordad que vuestra actitud es muy importante. Es necesario no actuar con
inseguridad, duda o culpabilidad.
Durante el período de adaptación, en la medida de vuestras posibilidades, es
conveniente que intentéis llevarle y buscarle vosotros, eso le dará seguridad y se
acostumbrará antes al cambio.
Debemos evitar el chantaje afectivo de “no llores que mamá se va triste”, o la mentira
“no llores que mamá viene ahora”.
Cuando sea la hora de marchar es mejor no alargar la situación: decir adiós con
seguridad y alegría. Es importante que no piense que la marcha de los padres es
opcional o que si protesta con fuerza impedirá la partida.
No prolongar las despedidas en exceso. Hay que trasmitir al niño que lo que estáis
haciendo es lo mejor para él.
Dejaremos que el niño lleve, si así lo desea, su juguete favorito, algo que le sea familiar
y le mantenga unido con su hogar.
No es un buen momento para introducir más cambios en la vida del niño. Será
conveniente esperar a que supere el proceso de adaptación.
2. Evitar al recogerle frases como: “ay, pobrecito, que le hemos dejado solito”, “ ¿qué te
han hecho?”,…
Es posible que surjan pequeñas dificultades, no os alarméis, solo está adaptándose a
un ritmo diferente.
Ese pequeño desequilibrio del inicio del cuso debe contemplarse desde una actitud
serena de normalidad.
Objetivos para los papás:
Que superéis la angustia de la separación.
Que confiéis en la seño y en el Equipo de Infantil.
Que os despidáis de vuestros hijos sin engaños y con seguridad.
QUE CONOZCÁIS Y VALORÉIS EL PERIODO POR EL QUE PASAN VUESTROS HIJOS E
HIJAS.
El proceso de adaptación, por lo tanto, es paralelo en tres elementos educativos: el niño, la
maestra y los padres.
La diferencia está en que el niño o niña no puede poner en juego estrategias conscientes
que faciliten dicho proceso, mientras que los adultos sí.
Por lo tanto, la escuela y la familia tendremos que trabajar conjuntamente para lograr una
buena adaptación del niño.
El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde.
(Gabriel Miró)