El documento discute si los niños o los padres deben decidir sobre las actividades extraescolares. Algunos puntos presentados son que las actividades no deben ser impuestas sino elegidas por los niños, y que es importante que tengan tiempo para el descanso, el juego y la familia. También señala que depende de cada niño, pero que los padres deben encontrar un equilibrio entre lo que les interesa a los niños y lo que consideran razonable.