1. AFRONTAR UN CAMBIO DE COLEGIO
El cambio de escuela es uno de los principales miedos a los que se enfrentan los niños. Si cada
nuevo curso es ya un momento de cambio, el que se produzca además en otro colegio e incluso en
otra ciudad o país, supone un reto muy grande para los niños.
Cuando las alteraciones son tan grandes que distan significativamente de la situación anterior, por
ejemplo, cuando son debidas a que la familia cambia de ciudad o de país por cuestiones laborales o
personales relevantes, el niño nota y manifiesta todavía más esas novedades en su ánimo y
comportamiento.
Algunos consejos para manejar el cambio de escuela son:
Anuncia a tu hijo con la debida anticipación que pueden ocurrir estas cosas, que son parte de la
vida misma. En función de la edad, podrás explicarle la situación de una u otra forma, pero intenta
comunicarle los motivos de manera que en cierta forma lo entienda.
Se debe informar a la escuela de manera anticipada que el niño se irá, para poder realizar el
papeleo pertinente y si fuese posible una despedida por parte de sus compañeros.
Conviene que el niño conozca el nuevo centro de antemano para mostrar impresiones y conseguir
que inicie la nueva escolarización sin presión y más convencido.
Es aconsejable que los padres se involucren y participen en el nuevo centro, para transmitir a su
hijo seguridad y satisfacción por el cambio, confianza en los nuevos profesores y dinámica escolar.
Si se tuviese tiempo y dinero para ello, estaría bien que realizase actividades extraescolares en el
nuevo centro, así como una fiesta de inauguración de su nueva situación invitando a los compañeros
de la clase y sus familias.
Anima a tu hijo/a a aumentar su círculo social, haciendo hincapié en lo afortunado que es de tener
los amigos del otro colegio y los nuevos de éste.
Pasa los primeros días mucho más tiempo con tu hijo para que gane confianza junto a ti, te cuente
sus experiencias, inquietudes…
Sé paciente con tu hijo, pues el periodo de adaptación puede ser más duro de lo esperado, pero es
algo por lo que se tiene que pasar.
Mantén sus anteriores amistades a través de cartas, móvil, internet…y en cuanto sea posible
alguna visita en persona.
La familia debe estar atenta a las reacciones del niño. Puede que pase por periodos de ansiedad o
tristeza, de nerviosismo o apatía. Pero son temporales y deben pasar en poco tiempo. En caso de
afectar demasiado a su rendimiento, relaciones de convivencia o estado de ánimo, consulta con un
especialista.
Cuando se ha cambiado de ciudad, es bueno hacer pequeñas excursiones en la misma y sus
alrededores para presentarles la nueva realidad. De este modo también podrá hablar con sus
compañeros de temas comunes sobre la ciudad y su integración será más efectiva.
En el caso del cambio de país y de lengua vehicular, sería conveniente que el niño eduque el oído
unas semanas antes del cambio para que el choque lingüístico no sea tan grande.
Siempre hay que resaltar los aspectos positivos del nuevo colegio y fundamentar la decisión de
cambio en una mejora. Hay que ayudarle a ver el cambio como una oportunidad.
Todo cambio trastoca los esquemas, entorpece los hábitos adquiridos y nos genera múltiples
emociones, pero siempre que tengamos una mano amiga, un hombro sobre el que apoyarnos,
saldremos adelante victoriosos.