PROYECTO FINAL. Tutorial para publicar en SlideShare.pptx
Duelo en la red
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JUEVES 22 DE JUNIO DEL 2017 ACTUALIDAD 3
Puede resultar extraño
para algunos y un poco
exhibicionista para otros,
pero no hay un manual
para sobrellevar la muerte
de una persona querida.
Algunos nos llenamos de
rabia, tristeza y silencio, y
solo el tiempo o la medi-
cación nos ayudan a sanar.
Otros, quizás de manera
más saludable, encuen-
tran las palabras para
compartir esa pérdida y
despedirse. Todo vale con
tal de sobrellevar el dolor
y el vacío terrible que deja
la muerte.
Una foto en blanco y
negro, con mucho grano,
donde se ve a un niño
junto a un adulto. Sobre
ella, un amigo escribe un
pequeño párrafo de su
difunto padre y cómo lo
recuerda. Debajo, likes,
corazones y palabras de
cariño y apoyo ante su
conmovedora apertura.
Hay algo muy humano en
mostrar abiertamente la
pérdida y el dolor, sobre
todo en un mundo de fan-
tasía donde hemos creado
inquebrantables persona-
jes que solo revelan éxito
y felicidad. En tiempos en
los que dejamos todo por
escrito en un muro rapi-
dísimo plagado de likes y
shares, el Facebook se ha
convertido en la nueva
central del lamento y el
consuelo.
La dinámica del duelo
podría ser la misma que
décadas atrás. Piénsalo
así. Estabas en casa de ese
mismo amigo y juntos
compartían las fotos de un
antiguo álbum familiar.
Silencios prolongados se
acompañaban de una que
otra anécdota o confesión.
“Todos los días pienso en
él”. Lo que ha cambiado es
el tamaño de la audiencia
y el consuelo que regre-
sa multiplicado por 10.
También, cabría pregun-
tarse si no es más fácil
procesar la pena frente
a una pantalla, solos, a
través de un texto escrito
y por ello mejor pensado.
También estar seguros de
que la respuesta llegará
sin lágrimas ni miradas
compasivas. A lo mucho,
un emoji emocionado.
Recientes estudios
prueban que el dolor se
procesa mejor si es com-
partido. Y que las redes
sociales han empezado
a ocupar un espacio im-
portante en las formas de
duelo contemporáneas. En
ellas, muchos encuentran
una manera de mantener
vivo el recuerdo de sus
seres queridos. O de home-
najearlos compartiendo
su amor con todos sus con-
tactos. Conozco un par de
cuentas de personas que
murieron hace años que
aún se mantienen vivas y
que se activan en fechas
especiales con posts como
ofrendas. Otros, creyentes
de otras vidas, intentan
una forma de comuni-
cación con sus propios
muertos delante de todos.
Hay casos en los que es
difícil establecer el límite
entre el lamento más bien
exhibicionista, la pena
compartida o la breve nota
necrológica que busca
comunicar de la muerte
de un familiar. El prime-
ro que se me viene a la
mente es el de los amigos
lejanos que seguramente
no tienen contacto con la
persona que murió desde
hace años y ni siquiera
tienen el tino de esperar a
que un familiar sea quien
dé la noticia. Son esos
posts que invaden muros
ajenos compartiendo la
única foto que se toma-
ron con el difunto con
un QEPD encima. O esos
mensajes de consuelo que
más parecen respuestas
automáticas en las que
se intenta encontrar una
razón para tragedias que
no la tienen (“esta expe-
riencia solo te hará más
fuerte”) o enfrentar el mie-
do que nos genera nuestra
propia mortalidad (“ya
está en un lugar mucho
mejor al nuestro”).
Pero supongo que todo
es válido. Incluso el fasti-
dio de los más discretos.
DUELOENLAREDVERÓNICA
KLINGENBERGER
PERIODISTA
@VKLINGENBERGER
“En tiempos en los que dejamos todo por escrito en un muro plagado de likes y
shares, el Facebook se ha convertido en la nueva central del lamento y el consuelo”.