2. ¿Recuerdas el verano del 90, Combarro
sus callejas de grueso
granito salitroso, la ría enternecida
por la luz elegíaca de aquel atardecer
de finales de agosto?
A los piés de los hórreos –marea baja-,
el cinturón de algas y despojos,
y el olor tentador, en el pairao,
de las sardinas que aquel viejo asaba
entre humo y bromas con las camareras.
Horas de amor. Las barcas
cabeceaban como adormecidas.
¿Recuerdas las sardinas, con aquellos cachelos
y aquel vinillo verde
de las parras costeras, nutridas por las olas?
Miguel D´Ors, Sol de Noviembre
Miguel D’Ors, Combarro