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ISRAEL HOYISRAEL HOYISRAEL HOYISRAEL HOY
Por Moshé Rozén
Revista Horizonte para la Convivencia en Medio Oriente
Buenos Aires, 18.8.2008
Imagino a Iejiel Harari o a Shimon Shofti, inclinados sobre una máquina de
escribir, encendiendo una pipa y pensando cómo describir -del modo más fiel
posible- la realidad de Israel y el Medio Oriente.
Ambos fueron antecesores míos en la tarea de representar en América Latina al
kibutz y al sionismo socialista: Harari en los primeros años de la existencia del
Estado de Israel, cuando el sol de la utopía revolucionaria no se había alejado del
horizonte político y en la diaria batalla de los jalutzim –los jóvenes pioneros- por la
construcción y defensa de la realización nacional judía todavía resonaban las
melodías soviéticas.
Shofti, como Harari, era un investigador social y periodista de primera línea. A diferencia de
Iejiel, Shimon actuó en el movimiento sionista argentino a principios de los años setenta: los
rayos de aquel sol ideológico habían dejado de alumbrar y de otorgar calor al sueño de la
izquierda sionista y al anhelo de una Israel socialista.
Sin embargo, pese a los nubarrones en el firmamento político, el sionismo socialista se veía aún
como vanguardia del movimiento obrero israelí.
Shofti, como Harari en la década del cincuenta, podía analizar el acontecer
mesooriental desde un prisma de optimismo, sustentado por estructuras obreras y
kibutzianas que se consideraban inmunes a un viraje sustancial: el movimiento
sionista, como la comunidad judía en Palestina-Eretz Israel antes y después la
creación del estado, contaban con una conducción laborista fuertemente
consolidada por Ben Gurión.
En los comicios de 1977 la hegemonía laborista, fracturada por contradicciones políticas
(ausencia de estrategias de paz) y sociales (incremento de la brecha clasista); una derrota que
excede el marco electoral e imprime su impronta en la cultura israelí hasta nuestros días: los
conceptos de Harari, inspirados en un ideario sionista revolucionario, el paradigma básico de
Shofti, modelado en el zeitgeist kibutziano de la jóven soberanía israelí, difícilmente sean
comprendidos hoy.
Que escribirían hoy Harari y Shofty , cuando sus herramientas idiomáticas, en hebreo y
castellano, parecen haberse oxidado en las aguas del posmodernismo, cuando Israel esta
inmersa en un contexto globalizador que desplazó los fundamentos filosóficos del sionismo
pionero, instaurando códigos mercantilistas y competitivos ajenos al espíritu fundacional.
La renuncia del primer ministro Ehud Olmert acelera una atmósfera pre-electoral signada
precisamente esos nuevos códigos. La canciller Tzipi Livni –de Kadima- enfrenta a Shaul Mofaz
en la pretensión de reemlpazar a Olmert. Livni, nacida en 1958, desarrolló una exitosa carrera
política. Ella y Mofaz son miembros del partido gobernante Kadima, una construcción política
cuyo común denominador es el pragmatismo propio de los códigos ahora imperantes. Ehud
Barak desde un desdibujado laborismo y Benjamín Netanyahu, desde una desprestigiada pero
ambiciosa derecha, confrontan con Livni en una campaña que se libra a cada hora: todo tema
de actualidad, hasta el intercambio de prisioneros y la amenaza nuclear iraní, son plataforma
para lanzamiento de proclamas de cada bando.
Israel se despierta ahora de los sueños que inspiraron a los padres fundadores de la
experiencia sionista: el lugar de la ética de los pioneros es ocupado por valores
ajenos a aquellos sueños y utopías; un sistema de valores similar a una pista de
patinaje, donde los contendientes se dezlizan según los índices de popularidad pero
–también- empujan y derriban a sus adversarios.
Makor Rishón (Primera Fuente), un periódico identificado con la derecha liberal, publica (el 18
de agosto de 2008) una singular advertencia a los líderes de los diversos partidos prestos a la
contienda: “no hablen de ideología ni del interés nacional…ustedes no los identifican…ustedes
se guian por intereses personales” y añade: “si van a usar (conceptos idelógicos) será sólo
porque las encuestas les indiquen que pueden servirles para la elección”.