1. VENTANA
ABIERTA
Por Moshé Rozén
desde Nir-Itzjak, Israel
Cuando escuchás la alarma, lo primero que tenés que hacer es
alejarte de la ventana y correr al refugio. A mí la alarma, esa que
anuncia que se viene un misil (o varios) de Gaza, me sorprende, por
lo general, al lado de la ventana; para colmo, tengo la costumbre de
poner la taza de café pegada a la ventana: si el impacto es cercano,
vuelan los vidrios de la taza, la ventana y el espejo con el dibujo de
Carlitos Chaplin.
En mi barrio, tenemos quince segundos para salir rajando al refugio; o
sea, olvidate de la ventana y de Chaplín. Pero lo peor es dejar la taza y
clavarse unas horas en el refugio, sin café, hasta el anuncio de la
redención: transcurrió el peligro, se vuelve a la rutina. Obviamente, se
trata de una rutina relativa, porque ya se escuchan los efectos de la
represalia israelí. Ahora le toca a la Yihad Islámica responder, para
salvuguardar, dicen, el sagrado nombre del profeta Mahoma, a saber:
tener la última palabra, disparar el último cohete de la presente vuelta.
2. El intérvalo entre rondas de estallido es también previsible: puede
abreviarse si la Yihad Islámica necesite recalcar su protagonismo ante el
Hamás gobernante en Gaza. El grupo Hamás no es menos fanático que
la Yihad, pero su carácter de autoridad administradora de la Franja de
Gaza limita su posibilidad de promover hostilidades bélicas abiertas y
declaradas. La Yihad, en tal sentido, se percibe como libre de ataduras
para atacar poblaciones civiles en Israel.
Foto: efectos de ataque balístico contra el Kibutz Nir Itzjak, hace un año.
Otra probable motivo alegado por Yihad y Hamás para interrumpir los
lapsos de calma son operativos preventivos desplegados por el ejército
israelí cuando detecta e intenta reducir los focos de ofensiva paramilitar
en Gaza: no es secreto que la República Islámica de Irán, Al Qaeda y
Hezbolá prosiguen alimentando la rica infraestructura logística del
terror organizado en Gaza.
Para la Yihad Islámica, el Neguev Occidental es sólo el círculo inicial
de un frente bélico más amplio y complejo: el conflicto palestino-israelí
constituye una sección importante pero parcial de un enfrentamiento
global, tendiente a reubicar al Islam como entidad geopolítica rectora.
3. Los cohetes contra casas, escuelas y clínicas de Sderot, Ashkelón,
Shaar Haneguev y otros blancos de agresión en el sur de Israel son
justificados cono piezas de una estrategia mayor.
Responder al yahadismo con su propia retórica de Guerra Santa o
suponer que una ofensiva de extraordinarias dimensiones (como la
propuesta de la derecha nacionalista israelí de "reconquistar" la franja de
Gaza) sostienen un telón de fondo que tanto Hamás como los otros
grupos armados desean fijar como escenario permanente en Oriente
Medio y en el resto del planeta.
La respuesta militar de Israel puede ser coherente como medida
inmediata pero no puede reemplazar una visión generadora de cambios
más sustanciales: fortalecer el liderazgo de dirigentes árabes y
palestinos, musulmanes y de otros credos, dispuestos al diálogo –como
Mahmud Abás- y mantener ventanas abiertas a sectores con vistas a
acuerdos de convivencia.
Cómo decía Guillén?: "Al corazón del amigo, abre la muralla. Al
veneno y al puñal, cierra la muralla"..
flores de NirItzjak
Sábado, 15 de marzo de 2014
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