1. Lecturas dominicales 32º. Domingo del tiempo Ordinario
• Primera Lectura: Sab 6,13-17:
Encuentran la sabiduría los que la buscan
• Salmo responsorial 62:
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
• Segunda lectura: 1ª. Tes 4,13-18:
Dios llevará con Jesús a los que murieron
con él
• Evangelio: Mt 25,1-13:
Estad atentos, porque no saben ni el día ni la
hora
Material tomado de Misal Mensual Septiembre 2011
y de Actualidad Litúrgica No. 204 Buena
Prensa, México y de servivios koinonia.org
“Las que estaban listas entraron con él
al banquete de bodas y
se cerró la puerta”
2. Porque no sabemos ni el día ni la hora…
Desempeñemos nuestro trabajo – en casa, en la
oficina, en el taller, en la fábrica, en la escuela, en el
campo – con el mismo empeño y responsabilidad que
lo haríamos si supiéramos que ése iba a ser el último
día de nuestra vida;
Demostrémosle a nuestro cónyuge y a nuestros hijos el
mismo cariño y respeto que les demostraríamos si
supiéramos que ése iba a ser el último día que
estaríamos juntos;
Portémonos con nuestros padres como si fuera a ser la
última vez que los viéramos;
Tendámosle la mano al que nos pide ayuda, como si ésa
fuera a ser la última oportunidad de serle útil a alguien,
Pidámosle perdón al que hayamos ofendido, como si al
día siguiente ya no fuéramos a poder hacerlo, incluido
aquí Dios y el prójimo.
Que el día en que el Señor llegue, no nos vaya a
encontrar sin aceite en las lámparas; es decir, sin
buenas obras en nuestra en nuestra vida
“..Porque el día y la hora menos pensado vendrá el Esposo”
3. Para la revisión de vida
• En la Biblia es previsor quien sabe conducirse y
orientarse en la vida; es descuidado, quien no
tiene una orientación adecuada, el imprudente,
el irreflexivo. Las “previsoras” o “prudentes”
representan al discípulo auténtico, al hombre
previsor (Ver Mat. 7, 24-25); las descuidadas o
“imprudentes, representan al “hombre
descuidado” (Ver Mat. 7 26-27)
• No basta pertenecer al grupo de los que
esperan al Señor. El aspecto decisivo es la
fidelidad y la obediencia a su palabra durante el
tiempo de espera. El aceite de las lámparas
representa la fidelidad y la perseverancia de los
discípulos. Por eso las “previsoras” no pueden
compartir su aceite y no por egoísmo, sino un
detalle que subraya la responsabilidad personal
con la que cada uno se coloca delante de la
palabra de Jesús
• ¿Está nuestra vida demasiado absorbida por
los detalles pequeños y diarios, sin
previsión de futuro, sin la prudencia de
poner en el centro la búsqueda de la Utopía
del Reino?