El saque en voleibol debe cumplir con tres características: seguridad, precisión y efectividad para dificultar la recepción del equipo contrario y construir el ataque. Ningún compañero puede intervenir antes de que la pelota cruce la red, y se realiza tocando la pelota con la yema de los dedos. El remate requiere una carrera de impulso, saltar y golpear la pelota en el punto más alto del salto para intentar anotar sin pasar la red.