Problemática de los servicios públicos domisiliarios
1. Problemática de los servicios públicos
domiciliarios
Nosotros investigamos sobre las personas que no les llega el agua potable múltiples
problemáticas vulneran la salud, la nutrición y la calidad de vida de los hogares desconectados de
los servicios públicos domiciliarios en las laderas de Medellín, aseguran investigadores de la
Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia.
“Además de estar desconectados del agua y la energía eléctrica tienen otras problemáticas son:
familias que están en situación de vulnerabilidad, desplazamientos, inseguridad alimentaria, en
algunos hogares hay personas discapacitadas niños y niñas con desnutrición, abandono,
vulnerabilidad de los derechos” afirma Cristina Mejía integrante del Grupo de Epidemiología que
desarrolló una investigación con estas familias.
El estudio se realizó con 220 hogares pertenecientes a siete barrios periféricos de la comuna 3
(Manrique), que según los investigadores es una de las que tiene más habitantes sin servicio de
agua potable, electricidad y gas en la ciudad.
En la zona estudiada, compuesta por los barrios La Cruz, la Honda, Carambolas, San José La Cima 1
y 2, Versalles 1 y 2, María Cano y Bello Oriente, se encontró que la mayoría de las familias vive en
predios ilegales con vías de acceso en mal estado, lo que no facilita la infraestructura necesaria
para la prestación de los servicios por otro lado, con limitantes económicos para pagarlos.
Dentro de la población encuestada un 96% de familias se encuentran sin servicio de agua
potable, principalmente por las condiciones físicas de sus viviendas, mientras que un 92%
no tiene acceso a la electricidad por dificultades en el pago, lo cual hace que acudan a
formas alternativas e improvisadas de abastecerse con acueducto y alumbrado.
El almacenaje de agua lluvia, las quebradas y el acueducto comunitario son algunas de las
formas de conseguir el líquido vital, lo que genera según los investigadores problemas de
salud en niños, niñas adolecentes y personas mayores como la enfermedad diarreica
aguda al utilizarse aguas no tratadas, asimismo, afectaciones en la piel, enfermedades
respiratorias por las condiciones físicas de la vivienda, e infecciones por la poca higiene y
hábitos derivada de la carencia de acueducto.
El estudio halló según Cristina Mejía, que en cada familia hay por lo menos un integrante
con malnutrición por exceso o por déficit, y que en estos hogares se desconoce el derecho
al mínimo vital de agua, por lo que en el próximo 22 de noviembre en el auditorio de la
Facultad Nacional de Salud Pública se hará un foro donde se socializarán los resultados de
la investigación ante Empresas Públicas de Medellín, las organizaciones comunitarias, la
academia y los medios de comunicación.
2. Cuanta persona en este momento no
tienen agua potable y cuantas mueren
por esa causa
Esto fue lo que encontramos Hasta 884 millones de personas siguen sin tener acceso a agua
potable. Cada 15 segundos muere un niño por la falta de acceso a agua segura
Qué consecuencias tiene
Las consecuencias relacionadas con el consumo de agua no potable provocan cada año
más víctimas mortales en todo el mundo que cualquier tipo de violencia, incluida la guerra.
Ése es el dato demoledor difundido por la ONU con motivo de la celebración del Día
Mundial del Agua mañana 22 de marzo, una jornada instaurada en 1993.
Este año, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), quiere
destacar la importancia del acceso a un agua de calidad, focalizando sus esfuerzos en
concienciar a ciudadanos, pero sobre todo a gobiernos y centros de poder para que se
comprometan activamente en la defensa del agua de calidad mediante la lucha contra la
contaminación, el reciclaje de aguas y la recuperación de recursos hídricos.
"El mundo cuenta con el conocimiento teórico para superar estos desafíos y convertirnos
en mejores gestores de nuestros recursos hídricos. El agua es cardinal para todos nuestros
objetivos de desarrollo", afirmó el secretario general de la ONU, Van Ki Moon, en su
mensaje oficial con motivo del Día del Agua.
En total se estima que en todo el mundo sigue habiendo 884 millones de personas sin
acceso al agua potable, según la ONU, un bien fundamental que repercute en la sanidad,
la seguridad y la calidad de vida, especialmente de menores y mujeres. Por ejemplo, las
enfermedades que se propagan por el agua causan cada año la muerte a más de 1,5
millones de niños lo que es lo mismo cada 15 segundos muere un niño por una
enfermedad causada por la falta de acceso a agua segura para beber, el saneamiento
deficiente o la falta de higiene.
Los problemas del agua entienden también de geografía una vez más es el África
subsahariana la región en la que sus habitantes sufren las peores consecuencias. Además,
el acceso al agua aparece claramente vinculado a la riqueza, ya que el 20 por ciento más
rico de la población subsahariana tiene el doble de posibilidades de acceder a agua
potable que el 20 por ciento más pobre y cinco veces más opciones de contar con
condiciones de salubridad aceptables.
3. Falta de saneamiento
Cada año la contaminación del agua priva a la Humanidad de recursos alimentarios, tanto
de pesca como agrícolas y facilita la difusión de enfermedades. Además perjudica
gravemente a ecosistemas clave, y agrava las condiciones de sociedades y economías de
todo el planeta, una circunstancia catalizada por el incremento de la población mundial y
los efectos del cambio climático.
Durante los últimos 50 años, la actividad humana ha provocado la contaminación sin
precedentes de los recursos hídricos. Se estima que más de 2.500 millones de personas en
el mundo viven sin un sistema adecuado de saneamiento. Cada día, 2 millones de
toneladas de aguas residuales y otros efluentes son vertidos sin control alguno. El
problema es más grave en los países en desarrollo, en los que más del 90% de los
desechos sin procesar y el 70% de los desechos industriales sin tratar se vierten en aguas
superficiales.
Muchos de los contaminantes del agua tienen efectos perjudiciales a largo plazo sobre la
calidad del agua, lo cual constituye un riesgo para la salud de las personas. En
consecuencia, el agua dulce disponible se reduce de forma importante. Asimismo, la
capacidad de los ecosistemas para proporcionar servicios se ve disminuida drásticamente,
a veces con efectos irreversibles. En consecuencia, el medio ambiente se degrada por la
disminución de la productividad de la biomasa, la pérdida de la diversidad biológica y la
vulnerabilidad ante otros factores.
Las repercusiones del cambio climático, como las inundaciones y sequías frecuentes o
prolongadas, y el crecimiento del número de fuentes de contaminación vienen a añadirse
a los retos confrontados por la calidad del agua. El crecimiento demográfico y los cambios
en las pautas de producción y consumo han conllevado el incremento de los procesos
industriales, la minería, la agricultura y la urbanización, lo cual ha provocado el vertido de
metales pesados, elementos radiactivos, toxinas orgánicas y productos farmacéuticos
desechados.
Por ejemplo, las sequías prolongadas, especialmente en ecosistemas frágiles como las
regiones áridas y semiáridas, disminuyen la capacidad de los ecosistemas para diluir el
agua contaminada y mantener el equilibrio de las funciones naturales. En las zonas
costeras, ecosistemas como los manglares, los lechos de algas, y los arrecifes de coral
están desapareciendo a una velocidad alarmante a causa de la contaminación del agua.
Los ecosistemas afectados no pueden hacer frente al estrés adicional generado por el
cambio climático. En consecuencia, su capacidad para servir de criaderos y viveros,
protectores contra tormentas y sumideros azules de carbono resulta aún más disminuida.
En algunas regiones más del 50% de las especies ictiológicas de agua dulce nativas se
4. encuentran en peligro de extinción, y está previsto que las repercusiones del cambio
climático compliquen aún más la situación.
Urbanización sin control
Por otra parte, Ecologistas en Acción quiere llamar la atención sobre el estado de
abandono en el que se encuentran los cauces y riberas, en los que las diferentes
administraciones, denuncian, siguen permitiendo que se construya y se lleven a cabo todo
tipo de vertidos y demás deterioros ambientales.
El grupo estima que existen en España más de 40.000 construcciones situadas dentro del
dominio público hidráulico y zonas de alto riesgo de inundación, siendo en su mayor parte
viviendas, aunque también hay otro tipo de construcciones e instalaciones, como son
polideportivos, campings, parques públicos o colegios. Una parte de estas construcciones
se encuentran situadas en zonas de muy alto riego para las personas, en el caso de que
se produzca una avenida.
La responsabilidad de esta situación reside mayormente en las diferentes administraciones
implicadas pues, aunque la legislación al respecto es bastante clara (artículo 28 del Plan
hidrológico Nacional), ya que exige a las administraciones la eliminación de estas
construcciones, lo cierto es que las mismas hacen caso omiso a lo establecido en la
normativa, al considerar políticamente "incómodo" la eliminación de esas construcciones.
Las administraciones implicadas, y por tanto con competencias en el tema, son las
Confederaciones Hidrográficas, dependientes del Ministerio de Medio Ambiente, así como
los gobiernos autonómicos y municipales, al depender de los mismos la actividad
urbanística.
Por todo ello, Ecologistas en Acción considera que el riesgo de que se produzcan sucesos
como el del camping de Bisecas, 87 muertos en 1996, o el de Cerro de Reyes en Badajoz,
21 muertos en 1997, se incrementa día tras día. En este sentido, la organización
ecologista hace responsables a las administraciones con competencias en el tema de que
sucesos de estas características puedan volver a suceder, dado que podrían evitarse pues
si bien es cierto que a medio plazo no se puede saber cuándo, dónde y cuánto va a llover
siempre se sabe por dónde va a correr el agua.
Asimismo, Ecologistas en Acción quiere llamar la atención sobre la falta de eficacia frente
a avenidas de los encauzamientos de hormigón pues, aparte de suponer la destrucción del
río, concentran los caudales, incrementando la velocidad del agua, a la vez que generan
una sensación de falsa seguridad, favoreciendo la construcción en su entorno inmediato.
Sin embargo, cuando el agua supera la capacidad del encauzamiento, ésta se desplaza sin
ningún tipo de control (tanto en el camping de Bisecas, como en el barrio de Cerro de
Reyes, en Badajoz, los cursos de agua se encontraban encauzados).