El documento describe una experiencia de viaje en tren. El autor recuerda un viaje que hizo de joven en tren de la Ciudad de México a Torreón, Coahuila. Usa su imaginación para narrar un encuentro romántico entre dos pasajeros en un camarote del tren. Describe de manera detallada el desarrollo de la relación íntima entre los personajes.

1. T
¿alguna vez viajaste o te has transportado
en tren? De eso les voy a hablar, del tren
que yo conocí, enel que viajé y disfrute de
grandes trayectos y a través de la
imaginación los llevare a un pequeño
camarote del ferrocarril en donde alguna
vezestuve. Todoesmaravilloso,comosi de
verdadestuvieraahí.Grande el poder de la
imaginación,sublime,enrazónde loque se
pueda gestar en tu mente, nunca dejas de
imaginar, de soñar y de atreverte a crear
fantasías; que lo mismo te llevan a volar
por los confines del universo, que navegar
por los mares del alma.
Diez minutos
para las
20:00 horas.
Texto Académico.
CarlosCuevas.

2. Trabajando en mi computadora, revisando las actividades a desarrollar y leyendo detenidamente las
indicaciones delEje 4;me detuve en un punto específico a leer una buena lectura de disertación. Un discurso
de AntonioMuñozMolina,que pronunció en septiembre de 1998, en España. En esta conferencia, el autor se
refiere entre otrascosas,sobre laculturay la educación,estableciendo puntos de divergencia muy marcados.
Adentrándome enel contenido,estasdiferencias se vuelven; desde el punto de vista del autor muy incisivas,
una respectode laotra, y quizástengarazón.Pero no es el tema que me ocupa, lo que me invita a escribir, es
una parte que llamó poderosamente mi atención, y que tiene que ver con la imaginación.
De hecho,el sentidodel coloquioenreferencia, versa sobre la disciplina de la imaginación. El escritor refleja,
que se deja de jugar con la imaginación en la medida que crecemos, idea con la que yo no estoy de acuerdo.
Expresa que ¨ a medida que crecemos y se nos empieza a preparar para atender responsabilidades mayores,
como el trabajo y la obediencia, el hábito de la imaginación se vuelve incomodo o peligroso, y desde luego
inútil, y sin darnos cuenta lo vamos perdiendo, no porque este sea un proceso natural como el cambio de la
voz,sinoporque hayuna determinadapresiónsocial,paraque nosconvirtamosnoenindividuossanos, felices
y autónomos,sinoensúbditos,enempleadosproductivos,enloque antes se llamaba hombres de provecho¨.
En razón de lo anterior,yocreoque la imaginaciónnose pierde,másbiencreoque sufre unamutaciónnatural.
Cuandose es pequeñoy te leenuncuento,laimaginaciónvuela porlosconfinesdel universo.Enlamedidaque
creces, no se dejas de imaginar, es más, hasta te atreves a soñar, porque tu realidad te hace imaginar un
mundomejor,sinperderlaperspectiva. Yosoymuyproclive adarle vuelo a mi imaginación; de lo que veo, de
lo que escucho, de lo que leo, pero sobre todo; de lo que siento y sueño. Así nacen las cosas más
increíblemente sublimesyque solose concibenenlaimaginación,ysi cuando eras pequeño tu imaginación te
hacia volar por los confines del universo, ahora te proyectaras por los confines del alma. Después de todo,
¿Qué esla imaginación?Segúnel diccionarioescolar,FernándezyEditoresMéxico (del lat. Imaginatio,-onis) f.
Psi Aptitud para representarmentalmentelasimágenesdelas cosas,o la facilidad para crear imágenes nuevas
combinando elementos ya percibidos. [[fig. idea o imagen falsa de una cosa que no hay en realidad.
Así que dándole vueloami imaginación,me dediquea escribir con tal vehemencia, que perdí todo sentido de
la realidad o al menos eso creo. Y este trabajo se centra precisamente en cuán grande puede ser la
imaginación.
Al hipotético lector de esta narrativa, le pregunto; ¿alguna vez viajaste o te has transportado en tren? Si, ese
que con el paso del tiempo, pasó de ser el medio de transporte más utilizado por la sociedad boyante, y que
hoy se encuentra prácticamente en el olvido; a no ser claro está, que vuelva a ser; por sus propios fueros, la
industriadel transporte másimportante de nuestropaís. De esoles voy a hablar, del tren que yo conocí, en el
que viajé y disfrute de grandes trayectos y a través de la imaginación los llevare a un pequeño camarote del
ferrocarril en donde alguna vez estuve.
Yo era un muchachomuyjoven,cuandome atreví a tomar el tren que salía de la estación de Buenavista, en la
Ciudad de México. Allá, a finales de la década de los 80´s. Era el número 8, así se le conocía y su horario de
salidaeraa las20:00 horas,con destinoa CiudadJuárez,haciendounrecorridode 48 horas.Obviamente yo no
viajabahastael destinofinal,me quedabaenlaCiudadde TorreónCoahuila,despuésde 22 horas de viaje. Fue
una experiencia maravillosa, a pesar de que el servicio del ferrocarril tenía muy bien separadas las clases
sociales que en él se transportaban, porque había un restaurante en uno de los vagones, dormitorios en la
llamada clase Pulman, y eso hacía tu estancia y recorrido, mucho muy agradable. En la actualidad, el servicio
de tren como tal, no existe; fue privatizado a mediados del sexenio de la presidencia de Carlos Salinas de
Gortari; y salvo algunos lugares, existe el tren turístico, como en Chihuahua, que cruza hasta Sinaloa, o el de
Guadalajara que te lleva a un recorrido por el pueblo de Tequila. En base a todo lo anterior, me he dado a la
tarea de hablar de las grandes cosas que puede hacer la imaginación y quiero que conozcas a dos personajes
imaginarios que viajaron en este tren. Son dos enamorados, que han vivido una de las experiencias más
sublimes, que solo se da; entre el deseo y la pasión. La narrativa es simple, llana y muy descriptiva. Estoy
seguroque te posesionaras en uno de los personajes, cualquiera que sea tu condición de género. Al final del
recorrido me dirás si te atreverías a viajar en un tren.
Faltabandiezminutosparalas20:00 horas. El silbatode la locomotoraemite su peculiar silbido anunciando la
próxima salida. Camino a toda prisa y al entrar al andén, estás tú, tan natural. Vestida con un traje sastre en
colorbeige.El friode la noche no te incomoda,puesllevaspuestounabrigo color azul marino, que contrasta a
la perfección con tu figura. Por debajo del saco, se alcanza a percibir una blusa de manga larga, en un tono
suave,difuminado en color naranja. Tu cabello, suelto, relampagueante al contraste de la luz, por las ligeras
rachas de viento. Tu voz trémula anuncia el miedo, el temor. Es la primera vez que escapas de tu zona de
confort, de todo aquello que te da estabilidad. Aun a pesar de que llevas una discreta maleta de viaje, te
encuentrasindecisa… ¿porqué tardaste tanto cariño? Creí que no llegaríasnunca… Tengo miedo de que esta
aventura no sea lo que espero. ___no intentes programarel futuro,lo musite suavemente al oído. ¿Te puedo
dar un beso?Lo he venido saboreandotodoel camino y antes de que otra cosa suceda, déjame decirte que te

3. ves hermosa… El besomás largoy profundosellaba y acallaba cualquier intención de abandonar toda idea de
desertar la aventura que nos esperaba. El tren anunciaba la marcha con el ultimo pitido y el ruido
ensordecedorde lamaquinasecundabael iniciodel viaje.Habíapedidouncamarote,conel argumento de que
viajábamoscomoreciéncasados.A nadie le importabaestaexplicación.Sobre lamesa,doscopasy una botella
de vinotinto,español,mi preferido.Tunerviosismo más que evidente, te hacia presa de ti misma. Yo, solo te
contemplaba esbozandounasonrisapicarescayal mismo tiempo de complicidad, porque me sentía como un
ladrón,robandoel tesoromáspreciadode alguiendesconocido.Enel interiordel pequeñoapartamentomóvil,
no se sentía ni la velocidad,comotampocoel ruidoexterior.Soloescuchamoslavozdel garrotero, anunciando
el inicio de la cena, dispuesta en el carro restaurante, enganchado dos vagones adelante del nuestro.
Obviamente no tenías apetito y yo sin embargo, mi único apetito lo venía saciando con tu compañía, desde
nuestro encuentro en el pasillo de abordaje. Al verter el líquido rojizo dentro de las copas, me pediste…
Abrázame, quiero sentir esta realidad, quiero sentirme liberada y quiero saber que hago aquí, contigo.
Quiero sentir por qué existe un mundo como este; quiero saber por qué ahora. Sé que mi miedo es enorme,
porque me sientoextraña, pero es mayor mi deseo de salir de la costumbre en la que me encuentro. Yo no sé
si sea lo correcto o lo adecuado; pero lo que si se, es que quiero disfrutar el rico sabor de este momento; de
ser y de sentir, de vivir,de gozar, de desahogartodo esto que me domina… nosupe que deciry solome limite
a cumplir con tu deseo. Metí las manos por debajo de tu abrigo que lo tenías desabotonado, como también,
traías desabrochadoel saco,hastaallállegue presuroso.Te abrace y al hacerlo tu reacciónfue inmediata. Sentí
esanecesidadque me transmitíatucuerpo.Nos abrazamosy de momentoquedamoscomounosolo.Quitaste
uno a uno los botones de mi camisa al tiempo que hacías lo propio con tu blusa. No traías sostén. Tu pecho
quedo expuesto y tus senos me atraparon, tus ojos miraban los míos, mi boca deseaba tus labios; que
entreabiertos me invitaban irremediablemente a sucumbir a la avidez de entregarme sin reservas. Nuestros
labiosse sellaronenunbesoapasionado,tussenosse posaron sobre mistetillasyal sentirtuspezones,advertí
ese mar de confusiones;entre lamoral ybuenascostumbresy,el deseoirrefrenablede romper de tajo con los
tabúesy atavismossociales.Tus besos, eran algo más que eso. Era el desfogue de la energía acumulada en tu
cuerpo. Comencé por zafarme de tu boca y buscar otros espacios de tu cuerpo. El lado derecho de tu cuello,
fue mi primera escala. Lo acaricie con la boca, con los labios y la lengua, con verdadera parsimonia, como no
queriendo lastimarlo, enrojeciéndolo. Tú, solamente te acomodabas, disfrutando al por mayor con cada
iniciativa. Tus manos, lo mismo torpes que experimentadas, se enredaron en mi camisa. Al liberarlas, las
llevaste hastami cintura,quitandoel cinturónque sujetabael pantalónydecidida,bajaste el zipperyapartaste
el broche que lo abrazabaa mi cintura. Sentí la frescura de tus manos y la delgadez de tus dedos hurgando en
el interiorde mi calzoncillo. A esas alturas, había una muestra evidente de erección. Hasta allí se posaron tus
delicadas manos. Al quedarse solo una de ellas entre mi genital, desesperada quitaste los seguros de tu
pantalón.Discretamenteasomaban,unasdiminutaspantaletasencolorhueso. Tomaste mi mano derecha y la
condujiste a toda prisa a esa región púbica. La palma de mi mano, se posó por completo cubriendo, la
vellosidadde tuentre pierna.El dedomedio,se urgió a explorar la cavidad. La suavidad y la cálida viscosidad
que emanaba de tu interior, asemejaba a una porción de miel sobre mí ya embadurnada yema del dedo. El
gestofacial,erafiel reflejode lasensaciónexperimentada.Permanecíamosde pie,enel ladonorte de la mesa.
A nuestraespalda,laentradaal camarote. Este se encontrabade frente a un gran ventanal, que por la hora, se
encontraba cubierto en su totalidad por una gran persiana; en cuyas orillas, se alcanzaban a ver las figuras
fantasmalesque lalaslucesproducían,conla velocidaddel monstruode acero. El incipienteritual del amor,se
mecía con extremasuavidadyconun movimiento lento, como comparsa de una balada romántica. Los besos,
cada vez eran más intensos, parecíamos depredadores. Para ese momento tu pantalón y el mío, se
encontraban ya en el piso, pero sin abandonar nuestras piernas. El resto de la indumentaria, permanecía
ecuánime,siendoparte fundamental del escenario erótico. Para ese entonces, mis manos te sujetaban por la
cabeza,acariciandotu cabello,sinapartarme de tuexquisitaformade besar. En un instante, las conduje hasta
la parte baja de tu cintura,te levante por el trasero y los pantalones se quedaron perezosos durmiendo en el
piso.Tuspiernas se abrazaron a las mías. Fui depositándote suavemente sobre la mesa. Te dejaste caer, muy
lentamente,mientrasbesabatucuello,luego tu pecho, casi enseguida, estaba a la altura del ombligo. Excuso
decirte, que parecías convulsionarte con cada iniciativa de mi boca. Estando allí, hice unos movimientos
pendulares, mientras con ambas manos, quitaba gradualmente la prenda íntima que poco o nada cubría tus
partes generosamente nobles. Al desprenderlas, pude percibir, la generosidad de tu naturaleza. Mi
atrevimiento, en razón de tan sublime magnificencia, me arrastro hacia el caudal de tu estrechez.
Afanosamente,busqueloslabiosde tuvagina.Ellame esperaba fastuosa,subiste lospies,paraapoyarlossobre
la mesa,yasí, poderabrirlas piernasenunmejorAngulo.Lasarremetidas,fueron de suaves a intensas, según
tus deseos. Mis manos hacían de lado la espesura del bello genital. Sorbía, con la misma naturaleza que se
bebe aguadirectadel manantial.Nohabía gemidos,todoerainterior.Los guardabas para ti. Nunca te quitaste
el abrigo, menos el saco; es más, hicieron la función de las sabanas, por encima de la inexistente cama. De
pronto,te sujetaste del filode lamesa,yte incorporaste.Estabassudorosa,mojada,te bajaste de lamesay me
volteaste solo para depositarme sobre ella. Adopte una posición indefensa sobre el mostrador. Metiste la
mano por la hendidura del calzoncillo y sacaste toda mi integridad masculina. Lo acariciaste como un acto de
bondad,con unmovimientoinstintivo,comoquienlimpiaunafrutaparallevarlaala boca. Mis piernasybrazos
cuelgan en cada extremo de la mesa, solo el tronco de mi cuerpo permanece sobre la superficie. Estoy
completamente a tu merced. Me pareció, que recordabas tu infancia, por la forma en que me llevabas a tu

4. boca, comosi tuvierasuncaramelo,que noquieresque se te acabe.Así lolamias. Asíte ibas hasta los confines
de mi cuerpo. Los metías a tu boca, sin utilizar las manos; éstas, estaban acariciando la parte abdominal. Solo
sentíalo ardiente de tuboca. Era tal la excitaciónque porunmomentosentí que explotabaen el interior de tu
boca. Al sentir este espasmo, te incorporaste, cambiándome el lugar. Instintivamente, tomaste mi órgano
sexual contu mano,y acariciaste laparte exteriorde tuvagina,paraluegoapuntalarloendirecciónde lacueva,
que con un movimiento de tu cuerpo, entro como cuchillo caliente en mantequilla. Abriste las piernas, creo
que a 90º grados, para que la penetración fuera honda y profundamente avasalladora. El vaivén de la
introduccióneramaravilloso,único,paradójicamente indescriptible.Mis manos se apalancaban en tus senos y
eventualmente iba a ellos para sorberlos con suavidad y desesperación. Ambos estábamos al punto de
reventar. Para ese entonces, me tenías abrazado con tus piernas, teníamos el engranaje perfecto. Nuestros
genitales,se hallabanperfectamente ensamblados. Nos movíamos al mismo tiempo y en dirección contraria,
para lograr la máximaelongación,previaala conjunción.Tumisma,enun grito ahogado, desesperado, pedias
la rendición. La rendición de cuentas. Me decías que ya, que ya estabas lista para explotar. Fue
desgarradoramente reconfortantela expulsión.Lasacudida interior del falo, arrojaba el semen con fuerza tal;
mientrastuinteriorlorecibíacon beneplácito. Afuera y muy arriba, nos comíamos a besos. Habíamos logrado
una faena, a la cual llegamos por necesidad más que por necedad. La comunión de nuestros cuerpos fue
perfecta. La comunicación de nuestros sentidos, fue directa, concisa y precisa. Sin que los genitales se
desprendieran,te levante yte cargue,yéndonoshastael sofácama empotrado a la pared del furgón en el que
nos hallábamos. Me quede debajo de ti. El abrigo ahora nos cobijaba a los dos. Por el sudor de nuestros
cuerpos envueltos, parecía que estábamos en un baño sauna. Es curioso, no hablamos casi nada, fueron tu
cuerpo y el mío los que se dijeron todo. Nosotros solo fuimos mudos testigos de este encuentro
incontrovertible. Así permanecimos un largo espacio de tiempo, ignoro cuanto tiempo fue. Eso es trivial en
estascircunstancias.Nosquedamosprofundamente dormidos,afuera,llovía intensamente. El tren, anunciaba
con antelaciónsupase poralgunacomunidad, como anunciando, aquí llevo a dos prófugos y sólo detenía su
marcha, cuando los pasajeros que viajaban en los primeros furgones; los de las clase general o mal llamados
clase popular, llegaban a su destino. En un tren largo: 2 locomotoras, 4 vagones para clase popular, 3 para
primera especial, 1 de cocina y servicio postal, 1 restaurante bar, 3 pulman y el del final, propio para
trabajadoresferroviarios. De pronto,sentí como se filtraba un rayo de sol por la ventana. Despierta me decía,
eshora de levantarse,abre losojos.Hice aun ladolaperezay me voltee para besarte, en el solo movimiento,
me di cuentaque el escenarioeradistintoalanoche anterior.Noestabas,¿pero qué sucedió? Fue inútil tanto
cuestionamiento,larealidadesahoramuydiferente.Quizánodebimosdormirnos.Porque locierto,esque no
estabas. Yo amanecí en mi cama como de costumbre. Me levante y vi a través de la ventana, la vida es la
misma.Nadacambia ytodo se mueve al vaivénque marcael ritmo del reloj.Ahoralo comprendo todo. Fue un
sueñodeliciosamente extrañoy maravilloso,que vivimosenla penumbra del camarote de un vagón del tren,
que sale justo a las 20:00 horas y que para abordarlo, tienes que llegar, faltando Diez minutos para las 20:00
horas.
Grande el poder de la imaginación, sublime, en razón de lo que se pueda gestar en tu mente, nunca dejas de
imaginar,de soñary de atreverte a crear fantasías;que lo mismote llevanavolarpor losconfinesdel universo,
que navegar por los mares del alma. Yo me tuve que situar en el personaje masculino. Me hizo ver la
decoracióndel lugar,hastapude percibirlosaromaspropiosdel entorno. Estar en la atmosfera de la estación,
sentirel bulliciode lagente,subirlasescalerasparaingresar al vagón. Todo es maravilloso, como si de verdad
estuvieraahí. Poresome atrevoa decir,que la imaginaciónnose pierde,tal vezlomáscercanosería dejarlade
utilizar,peroesimposible.Paramí,la imaginaciónvamutandoenrazón de lamadurez y de las necesidades de
las personas. Quizá como dice el literato al que me refería al principio, baste un poco de cultura, para leer
muchoy darle riendasueltaanuestramente,perohace faltamucho másla educaciónpara sustentarla cultura
de la lectura.
REFLEXION:
¿Por qué elegí este tema? Después de leer varias veces la disciplina de la imaginación, contenida en el eje
temático 4 y aunque propiamente no profundiza en la imaginación misma, me atreví a explorar mi propio
mundo imaginario, mi propia inventiva. Quizá no soy un literato, pero soy un gran soñador y me gusta jugar
con las herramientas que le dan forma a nuestros pensamientos.
¿De dónde partí para empezar a escribir? Muy simple, a lo largo de mi vida, he escrito, poemas, canciones, y
toda clase de locuras, que le dan sentido a mi imaginación, me gusta explorar, es mi forma de sentir, de
expresar.Me gustala lecturacontemporánea,soyunapasionadode lavida,suelosersolitarioaunquesiempre
estoy acompañado. Soy un enamorado de la vida misma. De ahí parte todo.