El primer documento describe un día especial en la escuela donde los estudiantes trajeron cometas. Un niño llamado Hugo estaba triste porque no tenía amigos, pero Herin y sus amigos decidieron incluirlo. A pesar de algunos problemas con las cometas por el clima, Herin logró arreglar la suya. Al final, Hugo estaba feliz con sus nuevos amigos. El segundo documento describe la historia de dos amigos, Pedro y Juan, y cómo Juan abandona a Pedro para unirse a otro estudiante problemático, pero luego se da cuenta de su error. El tercer documento trata sobre un ni
1. Herín Manuel Velásquez Cogollo, edad 14 años, grado octavo, 990212-18665,
Pajonal - Sincelejito
EL DÍA DE LA COMETA
Un día, ese era el único día del año muy especial, un 24 de marzo, cayó viernes,
cuando el profesor Paternina dijo: “Hoy todos tienen que traer sus cometas”.
Llegamos a la cancha, eran las 3 de la tarde, el día estaba normal con grandes
vientos, todos estaban muy felices, todos los niños y profesores comenzaron a
elevar sus cometas, eran unas grandes y otras muy pequeñas con inmensos rollos
de nailon.
Todos los niños de mi escuela vinieron con su familia, también los profesores,
quienes sonreían con sus alumnos, hubo partidos de futbol, venta de fritangas, de
jugos como también de frutas, yo estaba feliz porque convivía con mis
compañeros, pero también muy triste porque allí estaba Hugo, cabizbajo, un niño
que no querían, el era acuerpado, de 14 años, pelo liso; no lo querían porque era
muy peleonero, todos los niños se alejaban de él, ni yo me le acercaba, pero ese
día, ese día me dijeron mis amigos: “Vamos a ver a Hugo porque está muy triste”.
Entonces fuimos allí, debajo del árbol de carbonero, y le dijimos ¿Qué te pasa
Hugo? Y él nos dijo: No tengo amigos, no tengo nada, quiero dejar de pelear,
entonces le dije: “Puedes ser nuestro amigo y convivir con nosotros”. Mientras
esto ocurría, la gente de mi pueblo, Sincelejito, estaba feliz, sonriendo y
comentando acerca de las cometas.
Más tarde el viento dejó de soplar y las nubes se pusieron negras, yo tenía el
presentimiento de que iba a serenar, las cometas comenzaron a bajar en ese
momento porque sin brisa las cometas no elevan aunque se haga todo esfuerzo.
Mi cometa se enredó con otra y se le partió el nailon, no podía creer cómo se
2. estaba cayendo toda mi alegría y motivación desde hace más de 1 mes, nunca
pensé que eso me estaba ocurriendo a mí, pude ver donde cayó, se enredó con
un árbol inmenso, tuve que treparlo con mucho miedo, después de largos intentos
la pude coger, le pude añadir nailon a tiempo y la pude volver a subir con ayuda
de mi hermano, comenzó a subir y subir, se hizo pequeñita entre las otras, era la
más grande y la más alta pero ahora era casi invisible pues se metía entre las
nubes, entonces el profesor dijo: “pueden bajar sus cometas”, después de unos
minutos, todos las bajaron.
Volví a ver a Hugo, estaba sonriendo al lado de mis amigos, dijo que iba a cambiar
y yo lo creo porque cuando uno quiere, puede.
El profesor nombró a los ganadores de grado 4° a 9°, Dairo de 4°, de 5° Cesar, de
6° Ronaldo, 8° un niño pequeño, delgado, siempre sonriente y con una gran
creatividad para inventar cuentos como este, su nombre es Herin; y en 9°
premiaron a Antonio. Todos nos sentimos orgullosos, no sólo por ganar el
concurso de cometas sino por participar, compartir un rato agradable con amigos,
compañeros del colegio, profesores, familia y especialmente con uno que jamás
pensé que sería mi amigo. Nunca digas no puedo.
Carmen María Portillo Ávila, Edad 12 años, Grado 8, El Banco, 1003720493
3. LOS DOS AMIGOS
Había una vez dos amigos muy unidos en la escuela Caño Viejo Palotal que todo
lo compartían, la merienda, el dinero, las tareas, sus secretos, el tiempo de recreo
y sus fechas especiales, pero sobre todo la amistad. Uno se llamaba Pedro y el
otro Juan.
Un día Pedro tuvo un problema con una exposición digital, no la pudo hacer por
falta de tiempo, le había tocado el día anterior ayudar a su papá a trabajar en una
cosecha de maíz. Estaba muy triste porque iba a perder la materia. Juan sí había
hecho la exposición pero al ver tan triste a su amigo del alma, compartió el
material de exposición con él y les fue muy bien, sacaron la nota de 10 sobre 10.
Pedro era un muchacho alto, blanco, de cabello negro, mientras que Juan era
moreno, de cabello negro y alto, ambos vivían frente al colegio y eran vecinos.
Un día Juan decidió unirse a otro compañero llamado Andrés porque este era más
popular, hijo de un abogado importantísimo en el pueblo, siempre tenía dinero y
vestía muy bien con ropa de marca, pero éste, a diferencia de Pedro era muy
desordenado porque hacía cosas malas tanto a alumnos como a profesores,
imagínense que un día llegó con su merienda, se la comió y después de habérsela
comido empezó a quitarle la de los demás sólo por antipatía y prepotencia,
también le faltaba el respeto a los profesores cuando le llamaban la atención por
algún acto de indisciplina, y les decía cosas vulgares. Mientras tanto Pedro miraba
con celo y tristeza a los nuevos amigos, es que el verdadero amigo que ama, cela,
cuida su amistad y quiere ser el mejor amigo.
4. Juan quería seguirle los pasos a Andrés para ser popular y respetado pero Pedro
cuando se lo encontraba en el parque le aconsejaba de una manera muy noble en
que no lo siguiera la amistad con Andrés porque todo saldría mal. Pedro se
resintió, se puso muy triste y con rabia al perder un amigo como Juan, porque una
persona se encuentra en cualquier parte, pero un amigo no se encuentra
fácilmente.
Juan, aunque tenía a Andrés como amigo siempre se sintió solo, al tiempo
empezó también a vestir ropa de marca, a decir palabras vulgares y hasta llegó a
avergonzarse de Pedro porque vestía con un pantalón y camisa sencilla.
Pasó el tiempo y Juan se fue cansando de sentirse solo, ser uno de los malos del
paseo y los más regañados por los profesores en el salón. Entonces se acordó
que Pedro aún lo esperaba y fue donde él, le pidió disculpas por haberlo
abandonado. Los dos amigos se abrazaron con mucho cariño.
5. LA CONVIVENCIA ESCOLAR
Había una vez un niñito que le decían “el negro”, ese niñito era muy
desordenado, un día se puso a pelear y los profesores le mandaron a buscar el
padre de familia, estos le pegaron tan fuerte que lo hicieron coger mucha rabia.
Esto siguió ocurriendo casi todos los días y cada vez que esto ocurría se las
desquitaba con sus compañeros, todos los días en el descanso siempre peleaban
y él pasaba muy triste, el veía a todos sus compañeritos jugando y sólo decía:
“¿Que hice yo para estar tan sólo?”. Mis padres no me quieren, me dejó con mi
mamá, ella es la única que me quiere, yo ando solo en la escuela y con ella es con
quien hablaré.
A mi me da pena con los prfesores, donde voy todos me desprecian porque soy
negro y las cosas no deben ser así, porque las personas no valen por su color,
valen por lo que llevan por dentro, por su corazón, yo me portaba muy mal, tenían
razón para no hablarme pero yo ya no me porto mal y no me hablan, yo pensaba
que no me querían porque me comportaba mal y ya entendí, que los profesores
solo nos quieren ayudar y hay unas personas que o quieren estudiar y otras que
no, también están las ue no pueden porque sn muy pobres.
Un día el negro jugando futbol perdió y se puso a pelear con su compañero que se
llamaba Andrés, el negro era alto, pelo engajado, ojos café, tenía 10 años.
El negro vivía en el banco, vestía muy mal porque era muy pobre.
El colegio era muy gande y tenía dos canchas y uso pasamanos.
Había una sola persona que se comportaba bien con él y lo quería mucho, era un
vendedor de bananos que siempre le regalaba una fruta por su uen
comportamiento. El negro quería mucho al vende bananos, él y su mamá eran los
únicos que lo querían.