1. NARRACIÓN FICTICIA.<br />(EL EZLN).<br />Hace 17 años, para ser exactos, el primero de enero de 1994. Recibimos el año con una noticia que estremeció a nuestro país entero, que empezaba una guerra; pero cómo que una guerra, si mi país es tranquilo?, ¿qué pasa?, ¿por qué? Me preguntaba. No me imagino estar en medio de balaceras, de muertos, de bandoleros, asaltantes; porque eso pensé que pasaría.<br />Pero, ¿por qué no ir directamente a la zona del conflicto? Me pregunté.<br />Y decidí hacer un viaje al estado de Chiapas, estado donde se originó el conflicto para conocer a fondo el por qué del problema.<br />Cuando llegué se respiraba un aire tenso, había mucho movimiento pero muchos no sabía ni qué pasaba, en realidad eran pocos los que conocían lo del movimiento. Empecé a indagar con las personas que se prestaron al diálogo porque muchas se escondían, y me comentaron que un hombre llamado el Subcomandante Marcos había tomado la iniciativa de luchar por el bien del pueblo indígena, por una sociedad más justa; y que solo lo lograría derrocando al presidente que en ese entonces se encontraba, Carlos Salinas de Gortari. La intención era que México tuviera un Gobierno Socialista como Cuba, Vietman o Angola.<br />Encontré mucha gente asustada, otras más ignorantes al tema y otras pocas convencidas de poder lograr ese cambio radical.<br />En realidad no pude tener contacto directo con la guerrilla porque era una zona extremadamente peligrosa, me acerqué lo más que pude y sólo alcance a tomar algunas fotos porque mi guía me dijo que si nos encontraban podían tomarnos presos y difícilmente regresaría a casa.<br />Caminamos mucho para poder entrar y salir del lugar. Al final valió la pena el viaje porque viví de cerca ese movimiento que en la actualidad todavía de habla de él. No logró su objetivo (un gobierno socialista) pero si movió la vida política de México.<br />REFLEXIÓN.<br />Cuando se aborda un tema de historia, los niños difícilmente ponen atención porque de una u otra manera implica leer; pero si esa lectura se hace de una forma diferente, se puede atraer muy fácilmente la atención de los alumnos.<br />Por ejemplo, una narración en la cual estemos inmersos como personajes, es como si estuvieras contando un cuento con la entonación adecuada, entonces los niños se empiezan a interesar, a preguntar, a responder, a reflexionar y a comprender que es el punto al que se quiere llegar para que puedan entender cómo se forma la historia.<br />Al leer esta narración ficticia logré una atención del 85% de los alumnos, es un buen porcentaje. Pero lo más sobresaliente es que logré interesarlos en el tema y que, por cuenta propia buscaron más información para estar al día con la historia.<br />