3. Castigo retributivo según Bildad. Job 8
Castigo retributivo según Zofar. Job 11
Castigo retributivo según Dios:
El diluvio. Gn. 6:5-8
Sodoma y Gomorra. Gn. 19:24-25
Coré, Datán y Abiram. Nm. 16:1-33
La segunda muerte. 2P. 3:5-7
Entendemos por castigo retributivo
aquel que se ejecuta como
consecuencia de una mala acción.
Los amigos de Job entendieron (y
defendieron ardientemente) que Dios
castigaba a Job por alguna acción
terrible o algún pecado oculto.
En la Biblia podemos ver que Dios, en
diversas ocasiones, realizó castigos
retributivos. Sin embargo, ¿qué había
de erróneo en el razonamiento de
Bildad y Zofar?
4. “Si tus hijos pecaron contra Dios, él les dio lo que su pecado merecía”
(Job 8:4 NVI)
¿Qué puntos principales presentó Bildad (Job 8)?
“Si tus hijos pecaron
contra Dios, él les dio
lo que su pecado
merecía” (v. 4)
“Porque la paga del
pecado es muerte”
(Romanos 6:23)
“Nosotros nacimos
ayer, y nada sabemos;
nuestros días en este
mundo son como una
sombra” (v. 9)
“Porque ¿qué es
vuestra vida?
Ciertamente es
neblina que se
aparece por un poco
de tiempo, y luego se
desvanece”
(Santiago 4:14)
“Muy débiles son sus
esperanzas; han
puesto su confianza en
una telaraña” (v. 14)
“Maldito el varón que
confía en el hombre, y
pone carne por su
brazo, y su corazón se
aparta de Jehová”
(Jeremías 17:5)
Lo que Bildad decía está respaldado por la Biblia. ¿Qué, pues, estaba equivocado?
5. “Si tus hijos pecaron contra Dios, él les dio lo que su pecado merecía”
(Job 8:4 NVI)
Bildad razonó
correctamente respecto
al carácter de Dios en
su trato con los
hombres… pero razonó
parcialmente.
Habló de la justicia
divina pero olvidó la
misericordia y la gracia
(Lucas 11:42).
¡Qué falta de compasión decirle a un padre que
acaba de perder a sus hijos: “Se lo merecían”!
Aún si los hijos de Job habían pecado, ¿no
intercedía su padre por ellos en cada ocasión y
los santificaba (Job 1:5)? ¿No estaba Job
confiado en la gracia divina del perdón?
6. Ojalá le revelase a Job
su sabiduría (v. 5-6)
“¿Dónde estabas tú
cuando yo fundaba la
tierra? Házmelo
saber, si tienes
inteligencia” (Job 38:4)
Te ha castigado
menos de lo que
mereces (v. 6)
“Me castigó
gravemente JAH, mas
no me entregó a la
muerte”
(Salmo 118:18)
Nadie puede abarcar el
conocimiento de Dios
(v. 7-9)
“¿A quién pidió consejo
para ser avisado?
¿Quién le enseñó el
camino del juicio, o le
enseñó ciencia, o le
mostró la senda de la
prudencia?”
(Isaías 40:14)
“Mas ¡oh, quién diera que Dios hablara, y abriera sus labios contigo, y te
declarara los secretos de la sabiduría, que son de doble valor que las riquezas!
Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad
merece” (Job 11:5-6)
Indignado ante las palabras de Job, Zofar defiende a Dios:
Al igual que en el discurso de Bildad, sus palabras están respaldadas
por el mensaje bíblico. Entonces, ¿en qué estaba equivocado Zofar?
7. “Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he
creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del
cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho” (Génesis 6:7)
El diluvio es un claro ejemplo de retribución
divina del pecado, pues “todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de
continuo solamente el mal” (Génesis 6:5).
Tanto Job como sus amigos conocían este hecho.
Pero los amigos pasan por alto que Dios salvó a
Noé porque “halló gracia ante los ojos de
Jehová” (Génesis 6:8).
Más tarde, Ezequiel
comparó a Job con Noé
(Ezequiel 14:14). Dios
tiene misericordia con
aquellos que se
acercan a Él aún en
medio de la maldad
generalizada.
8. “Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre
y fuego de parte de Jehová desde los cielos” (Génesis 19:24)
Otro ejemplo de retribución divina
conocido por Job y sus amigos era el castigo
sobre Sodoma y Gomorra.
En esta ocasión, Dios estaba dispuesto a
perdonar a estas ciudades si encontraba en
ellas a diez justos (Génesis 18:23-32).
Aunque no halló a estos diez justos, Dios
salvó a Lot y a su familia. Nuevamente, la
justicia fue atemperada con misericordia.
Estos dos ejemplos citados nos muestran que,
efectivamente, Dios hace justicia y castiga
el pecado.
Los amigos de Job aplicaron mal su conocimiento
culpando a Dios de infligir un castigo que, en
realidad, estaba siendo infligido por Satanás.
9. “Pero si el SEÑOR crea algo nuevo, y hace que la tierra se abra y se los
trague con todas sus pertenencias, de tal forma que desciendan vivos al
sepulcro, entonces sabrán que estos hombres menospreciaron al SEÑOR”
(Números 16:30 NVI)
Tal como los amigos le habían dicho a
Job, la Biblia está llena de promesas de
bendición y prosperidad que Dios dará
directamente a su pueblo si le obedece.
Igualmente, hay ejemplos de castigos
directos por la rebelión de hombres
concretos ejecutados por Dios mismo
(Nadab y Abiú; Coré, Datán y Abiram;
Uza; Giezí; el ejército de Senaquerib;
Ananías y Safira; …).
En todos estos casos hay un
denominador común: es Dios quien
decide a quién castigará y cómo lo hará.
No podemos nosotros juzgar (como los
amigos de Job) quién merece las
bendiciones y quién los castigos.
10. “pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por
la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de
la perdición de los hombres impíos” (2ª de Pedro 3:7)
La manifestación más plena del juicio
retributivo ocurrirá al fin del tiempo, con la
destrucción de los impíos. En la Biblia, se la
llama “la muerte segunda” (Apocalipsis 20:6).
En esta ocasión, Dios destruirá a TODOS los
que no han querido arrepentirse de sus
pecados.
Mientras esto no ocurra, no podemos juzgar
cada sufrimiento como un juicio retributivo
de parte de Dios (aun aceptando que, en
raras ocasiones, así ocurrió).
Ahora podemos confiar en que, cualesquiera
que sean las razones de las pruebas que
afrontamos, Dios nos ama tanto que dio a su
Hijo unigénito para destruir el mal y acabar
con todo sufrimiento.
11. Los que decían ser amigos de Job fueron
consoladores miserables que hicieron su caso más
amargo e insoportable, y Job no era culpable como
ellos suponían…
Es sumamente lamentable la condición del que
sufre bajo el remordimiento; es como una persona
aturdida, que se tambalea, humillada en el polvo. Y
muchos que se creen justos, llegan a ser
consoladores exasperantes; tratan rudamente a
esas almas. Al manifestar esta dureza de corazón, al
herir y oprimir a esas almas, están haciendo la
misma obra que Satanás se deleita en realizar. El
alma que sufre bajo la prueba y la tentación no
puede ver nada claro. La mente está confundida; no
sabe qué pasos dar. ¡Oh, no habléis una sola palabra
que pueda producirles mayor dolor!
E.G.W. (Testimonios para los ministros, pg. 350)
12. Slideshare.net/chucho1943
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lecciones que tratan sobre
el tema:
EL LIBRO DE JOB
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