El documento habla sobre la necesidad de más obreros para la cosecha espiritual. Jesús vio la gran mies pero pocos obreros para guiar a las multitudes al salvador. Cada miembro de la iglesia debe trabajar para alcanzar a los demás, aunque no todos están llamados a obras de evangelización masivas. El Espíritu Santo guiará a los obreros y les dará las habilidades necesarias, como guió a Felipe y prohibió a Pablo predicar en Asia, enviándolo a Europa. Jesús invistió a sus discípu
4. “Y les decía: La mies a la verdad es mucha,
mas los obreros pocos; por tanto, rogad al
Señor de la mies que envíe obreros a su
mies” (Lucas 10:2)
Al mirar a las multitudes que le rodeaban, Jesús vio cómo
germinaba la semilla del Evangelio plantada en sus
corazones.
Pero, ¿dónde estaban aquellos que les guiarían al Salvador?
Se necesitan obreros (pastores o laicos) que trabajen para
cosechar la preciosa semilla.
5. “Nuestras iglesias están
languideciendo por falta de obreros
fervorosos y abnegados. Nuestras
iglesias más pequeñas están
perdiendo su vitalidad porque los
miembros no están trabajando por
aquellos que los rodean. Dios
puede trabajar con pocos obreros o
con muchos; pero lo importante es
comprender la responsabilidad
personal que tiene cada miembro.
Dios no puede bendecir una iglesia
que es indolente y egoísta”
E.G.W. (Review and Herald, 16 de junio de 1891)
“Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto,
rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies” (Lucas 10:2)
6. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo
os he dicho” (Juan 14:26)
El testimonio de humildes
pecadores arrepentidos,
auxiliados y guiados por el
poder del Espíritu Santo,
puede convencer a otros
pecadores de un modo que
ningún ángel podría hacer.
¿Por qué quiere Dios usar a hombres y
mujeres para proclamar el Evangelio?
¿Acaso el Espíritu Santo no tiene
suficiente poder para hacerlo Él solo?
¿No podrían hacerlo mucho mejor los
ángeles que nosotros?
7. No todos estamos llamados a realizar
multitudinarias obras de evangelización.
El ejemplo de Andrés, de Felipe, o el de la
mujer samaritana, nos demuestran el poder de
testimonios sencillos e invitaciones fervorosas.
Todos somos llamados a hacer lo mismo.
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo
os he dicho” (Juan 14:26)
8. Un buen obrero debe dejarse
guiar por Aquel que lo contrató.
El Espírito arrebató a Felipe y lo
llevó a Azoto (Hechos 8:39-40)
A Pablo, el Espíritu le prohibió
hablar en Asia y lo guió a predicar
en Europa (Hechos 16:6-10)
“No podemos nosotros emplear el Espíritu
Santo; el Espíritu es quien nos ha de emplear a
nosotros… Únicamente a aquellos que esperan
humildemente en Dios, que esperan su
dirección y gracia, se da el Espíritu”
(E.G.W., La maravillosa gracia de Dios, 23 de julio)
“He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros;
pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que
seáis investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24:49)
9. “Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre,
así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el
Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a
quienes se los retuviereis, les son retenidos” (Juan 20:21-23)
Como el Padre comisionó a Jesús,
Cristo comisiona a sus discípulos.
Por medio del Espíritu, el Padre
invistió a Cristo con poder divino.
Por medio del Espíritu, Jesús inviste
a sus discípulos con poder divino
para sus tareas terrenales. Él da
cada habilidad, fortaleza, capacidad
y talento que sean necesarios.
La autoridad delegada recibida de
Jesús nos enseña también que es
necesario que nosotros, a su vez, la
deleguemos en otros. Nadie está
capacitado para realizar él solo toda
la obra.
10. “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar
lo que se había perdido” (Lucas 19:10)
Los hombres se salieron del camino recto y
no saben cómo regresar. Jesús vino a buscar
a los perdidos y llevarnos de vuelta al hogar.
Él quiere que nosotros
seamos “halladores”
de los perdidos.
Quiere que amemos y
alcancemos a los
perdidos, sin importar
el tipo de personas
que son o la clase de
vida que lleven.
11. E.G.W. (Palabras de vida del gran Maestro, cp. 15, pg. 155)
“Todos los ángeles del cielo
están dispuestos a cooperar
en esta obra. Todos los
recursos del cielo están a
disposición de los que tratan
de salvar a los perdidos.
Los ángeles os ayudarán a llegar hasta los más
descuidados y endurecidos. Y cuando uno se vuelve a
Dios, se alegra todo el cielo; los serafines y los
querubines tañen sus arpas de oro, y cantan alabanzas a
Dios y al Cordero por su misericordia y bondad amante
hacia los hijos de los hombres”
12. El
Discipulado
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