3. Jesús, nuestro
Salvador sufriente.
Nuestra manera de
vivir.
La esperanza en la
Segunda Venida.
Orden en la sociedad
y en la iglesia.
La primacía de las
Escrituras.
Las epístolas de Pedro son
eminentemente prácticas.
En ellas se destacan cinco
temas principales:
4. “elegidos según la
presciencia de Dios Padre
en santificación del
Espíritu, para obedecer y
ser rociados con la sangre
de Jesucristo”
(1ª de Pedro 1:2)
“a quien amáis sin haberle visto, en quien
creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis
con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin
de vuestra fe, que es la salvación de vuestras
almas” (1ª de Pedro 1:8-9)
“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra
vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles,
como oro o plata, sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación” (1ª de Pedro 1:18-19)
“Porque también Cristo padeció una sola vez
por los pecados, el justo por los injustos, para
llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en
la carne, pero vivificado en espíritu” (1ª de
Pedro 3:18)
Para Pedro, la salvación es Jesús, inocente, muerto en nuestro lugar. Su sangre
preciosa nos limpia de pecado y nos transforma.
Esta salvación está a nuestro alcance por la fe. No hay mérito alguno en
nosotros, pues todo lo hizo Él. ¿Cómo responderemos a un amor tan grande?
5. “Puesto que todo va a ser destruido de esa manera, ¡con cuánta
santidad y devoción debéis vivir!” (2ª de Pedro 3:11 DHHe)
Qué nos motiva a ser santos.
• Ante la expectación del juicio y la
destrucción de los impíos,
deberíamos anhelar la santidad
(1P. 1:17; 4:7; 2P. 3:11).
Por qué ser santos.
• Somos santos porque Dios es santo,
y su Espíritu obra en nosotros la
santificación (1P. 1:2, 15-16).
Vivir como santos.
• Pedro nos dice lo que no debemos
hacer, y lo que debemos hacer.
Todo ello en amor y humildad
(1P. 2:1; 3:8-9; 4:7-11; 2P. 1:5-7).
Ante todo, Pedro
nos insta:
“echando toda
vuestra ansiedad
sobre él, porque él
tiene cuidado de
vosotros”
(1ª de Pedro 5:7).
6. “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos,
y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2ª de Pedro 3:10)
Ante la persecución que sufren sus oyentes,
Pedro les anima a mirar hacia el futuro, cuando
serán vindicados ante sus perseguidores.
A. El Padre juzgará a todos imparcialmente (1P. 1:17).
B. Jesús mismo juzgará a vivos y muertos (1P. 4:5).
C. El Juicio comienza por la casa de Dios (1P. 4:17).
D. Los hombres impíos serán destruidos (2P. 3:7).
E. No tienen razón los que se burlan de la Segunda
Venida (2P. 3:1-7).
F. La Segunda Venida se “demora” para que las
personas se arrepientan y sean salvas (2P. 3:9).
Cualesquiera que sean las circunstancias del
momento, debemos avanzar en fe y obediencia.
7. ORDEN EN LA SOCIEDAD
“Por causa del Señor, someteos a toda autoridad humana:
sea al emperador, como la más alta autoridad, sea a los
gobernantes que Dios envía para castigar a los malhechores
y honrar a los que hacen el bien” (1ª Pedro 2:13-14 DHHe)
Las autoridades terrenales han sido
puestas por Dios para frenar la
maldad.
En lo que no se oponga a la Ley de
Dios, el cristiano debe obedecer a
las autoridades civiles.
Aún cuando éstas se comporten de
modo abusivo, el cristiano tiene que
ser un ciudadano ejemplar.
De este modo, dejará sin excusas a
aquellos que quieran hacerles daño
(1P. 2:11-21).
8. ORDEN
EN LA
IGLESIA
Al igual que respetamos a
las autoridades civiles,
debemos respetar a las
autoridades eclesiásticas.
Los ancianos han sido
puestos por Dios para
cuidar de la grey.
Deben conducirse con
humildad, alimentando a
la iglesia, y capacitando a
otros para ejercer sus
dones espirituales para la
gloria de Dios (1P. 5:1-5).
9. “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual
hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra
en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la
mañana salga en vuestros corazones” (2ª de Pedro 1:19)
Al igual que Pablo, Pedro enfatiza la importancia del estudio de
la Biblia como fuente de autoridad doctrinal y moral (2Tim. 3:16;
2P. 1:19).
Al abrir la Biblia, debemos orar para que el Espíritu Santo nos
muestre su verdadera interpretación (2P. 1:20-21).
Hemos de leer la Biblia en busca de verdades
espirituales, y no para justificar nuestra conducta,
retorciendo su significado (2P. 3:15-16).
El mensaje central de la Biblia es Jesús y la
salvación que nos es otorgada por su muerte
expiatoria (1P. 1:10-12).
10. “En los últimos años de su ministerio, Pedro
fue inspirado a escribir a los creyentes
“esparcidos en Ponto, en Galacia, en Capadocia,
en Asia y en Bitinia.” Sus cartas fueron el
medio de despertar el ánimo y fortalecer la fe
de los que soportaban pruebas y aflicciones, y
de estimular a las buenas obras a los que,
atravesando por diversas tentaciones, estaban
en peligro de perder su confianza en Dios. Estas
cartas demuestran haber sido escritas por uno
en quien abundaban tanto los sufrimientos de
Cristo como su consolación; por uno cuyo ser
entero había sido transformado por la gracia
de Dios y cuya esperanza en la vida eterna era
segura e inconmovible”
E.G.W. (Los hechos de los apóstoles, pg. 412)
11. Te invito a bajar y estudiar
cada una de las 13
lecciones que tratan sobre
el tema:
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