1) El documento describe cómo el Espíritu Santo estuvo activo antes, durante y después de la vida de Jesús en la tierra, según se relata en el Nuevo Testamento.
2) Antes de Jesús, algunos judíos como Zacarías, Elizabeth, Simeón y Ana esperaban la venida del Mesías guiados por el Espíritu Santo.
3) Durante la vida de Jesús, el Espíritu estuvo presente en su nacimiento, bautismo y ministerio, aunque su pleno derramamiento sobre la iglesia
1. EL ADVENIMIENTO DEL ESPIRITU SANTO
EN EL NUEVO TESTAMENTO
¿Que le sucedió a la religión espiritual durante los 400 años de silencio
después de Malaquías?
La opinión generalizada es que se degenero hasta convertirse en la observancia de formas y
ceremonias vacías. En gran medida eso fue cierto. Los fariseos hicieron que muchas de las
exigencias de la ley resultasen sin significado por causa de la tradición que desarrollaron (Mateo
15:3,6; Marcos 7: 8-13) También los saduceos tenían sus tradiciones. Y pasaba lo mismo con la
comunidad de Qumram, que fue la que copio los rollos del mar muerto. En algunos de sus escritos
se encuentran frases de despedida diciendo: “Gracias doy al Espíritu de Dios por venir sobre mí
para alabar y adorar el nombre de Dios” implicando que aun entre ellos el Espíritu solo venia
vagamente sobre solo una persona especifica.
Sin embargo, Lucas, desde el comienzo de su Evangelio establece con claridad que los judíos no
habían perdido enteramente ni el concepto ni la experiencia del Espíritu Santo. El Espíritu se
hallaba activo en los eventos que antecedieron y que rodearon el nacimiento de Jesús, como
también en su vida y ministerio de Cristo son muy significativas, el Evangelio según san Lucas
menciona al Espíritu con más frecuencia en los primeros dos capítulos que en el resto del libro.
LLENOS DEL ESPIRITU Y A LA ESPERA DEL MESIAS:
El hecho de que una gran cantidad de judíos se mantenía apegada a la vida y esperanza
enseñados por los profetas se refleja a través de la historia del nacimiento de Jesús. Entre la clase
sacerdotal, Zacarías y Elizabeth, padres de Juan el Bautista, son ejemplos destacados. Entre la
gente común, Simeón y Ana son representantes de muchos que esperaban la consolación (el
consuelo o aliento) de Israel (Lucas 2:25) y que miraban con expectación a la redención de
Jerusalén (Lucas 2:38) Esto es, ellos esperaban la salvación y restauración que los profetas
prometieron que vendrían en la era mesiánica.
El Espíritu Santo preparó y dirigió a Simeón para que estuviera en el templo en el preciso
momento en que iba a ser presentado el niño Jesús para tomarlo en sus brazos. Luego, por el
mismo Espíritu Simeón dio una profecía por medio de la cual se identificó a Jesús como la Luz
revelada a los gentiles y gloria del pueblo de Dios, Israel.
Otra persona que apareció en ese mismo escenario fue Ana, una santa mujer de la tribu de Aser
(una de las diez tribus del norte). Como profetisa, ella le dio gracias a Dios por esa bella
oportunidad y empezó a publicar la noticia de la redención a todos los que esperaban el
cumplimiento de la promesa de Dios. Es de esta manera que miraremos en las próximas lecciones
al Espíritu Santo obrando con todo poder en el escenario del Nuevo Testamento.
2. El Espíritu Santo durante la vida de cristo en la tierra
Es razonable suponer que la presencia encarnada y activa de la Segunda Persona de la
Trinidad en el mundo afectaría los ministerios del Espíritu, y encontramos que esto es cierto.
1. En relación a Cristo, el Espíritu era el poder generador por medio del cual el Dios-
hombre fue formado en la matriz virginal. El Espíritu también es visto descendiendo, en la
forma de una paloma, sobre Cristo en el momento de su bautismo. Y otra vez se revela que
era solamente a través del Espíritu eterno que Cristo se ofreció a sí mismo a Dios (He. 9:14).
2. La relación del Espíritu para con los hombres durante el ministerio terrenal de Cristo era
progresiva. Cristo les dio primeramente a sus discípulos la seguridad de que ellos podrían
recibir el Espíritu pidiéndolo (Lc. 11:13). Aunque el Espíritu había venido previamente sobre
los hombres de acuerdo a la soberana voluntad de Dios, su presencia en el corazón humano
nunca había estado antes condicionada a la petición, y este nuevo privilegio nunca fue
reclamado por ninguno en aquel tiempo, con respecto a lo que las Escrituras muestran.
Al término de su ministerio y justamente antes de su muerte, Cristo dijo: «Y yo rogaré al
Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
El Espíritu de verdad (Jn. 14:16-17).
De igual manera, después de su resurrección el Señor sopló sobre ellos y dijo:
«Recibid el Espíritu Santo» (Jn. 20:22); pero, a pesar de este don del Espíritu (sellamiento y
morada), ellos deberían de permanecer en Jerusalén hasta que fueran investidos (llenados,
sumergidos, bautizados) permanentemente con poder de lo alto (Lc. 24:49; Hch. 1:4).
3. EL ESPIRITU SANTO EN JESUCRISTO
EL Espíritu del Señor está
sobre mí,
Por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a
los pobres;
Me ha enviado a sanar a
los quebrantados de
corazón;
A pregonar libertad a los
cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los
oprimidos;
A predicar el año
agradable del Señor.
( LUCAS 4:18,19 )
4. El Espíritu Santo después de la ascensión de Cristo
Como fue prometido por el Padre (Jn. 14:16-17, 26) y por el Hijo (Jn. 16:7), el Espíritu -quien
como el único Omnipresente había estado siempre en el mundo- vino al mundo en el día de
Pentecostés. La fuerza de esta repetición aparente de ideas se ve cuando queda
comprendido que su venida en el día de Pentecostés era para que Él pudiera hacer su
morada en el mundo. Dios el Padre, aunque Omnipresente (Ef. 4:6), es, en cuanto a su
morada, «Padre nuestro que estás en los cielos» (Mt. 6:9). De la misma manera, Dios el Hijo,
aunque omnipresente (Mt. 18:20; Col. 1:27), en cuanto a su morada ahora está sentado a la
diestra de Dios (He. 1:3; 10:12). Del mismo modo, el Espíritu, aunque Omnipresente, está
ahora aquí en la tierra en lo que respecta a su morada. El ocupar su morada en la tierra era el
sentido en el cual el Espíritu vino en el día de Pentecostés. Su lugar de habitación fue
cambiado del cielo a la tierra. Fue por esta venida del Espíritu al mundo que se dijo a los
discípulos que esperaran. El nuevo ministerio de esta edad de gracia no podría comenzar
aparte de la venida del Espíritu.
En los capítulos que siguen será presentada la obra del Espíritu en la edad presente. El
Espíritu de Dios primeramente tiene un ministerio hacia el mundo, como se indica en Juan
16:7-11. Aquí El está revelado convenciendo al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Esta
obra que prepara a un individuo para recibir a Cristo inteligentemente es una obra especial del
Espíritu, una obra de gracia, la cual ilumina a las mentes de los hombres incrédulos, cegados
por Satanás, respecto a tres grandes doctrinas:
1. Al incrédulo se le hace entender que el pecado de la incredulidad en Jesucristo
como su Salvador personal es el único pecado que permanece entre él y su salvación.
No es cuestión de su justicia, sus sentimientos o cualquier otro factor. El pecado de la
incredulidad es el pecado que impide su salvación (Jn. 3:18).
2. El incrédulo es informado en lo que concierne a la justicia de Dios. Mientras que en
la tierra Cristo fue la viva ilustración de la justicia de Dios, luego de su partida el Espíritu es
enviado para revelar la justicia de Dios hacia el mundo. Esto incluye el hecho de que Dios es
un Dios justo, quien demanda mucho más de lo que cualquier hombre puede hacer por sí
mismo, y esto elimina cualquier posibilidad de obras humanas como base para la salvación.
Más importante, el Espíritu de Dios revela que hay una justicia obtenible por la fe en Cristo, y
que cuando uno cree en Jesucristo puede ser declarado justo, justificado por la fe y aceptado
por su fe en Cristo, quien es justo en ambas cosas, su persona y su obra en la cruz (Ro. 1:16-
17; 3:22; 4:5).
3. Se revela el hecho de que el príncipe de este mundo, esto es, el mismo Satanás,
ha sido juzgado en la cruz y está sentenciado al castigo eterno. Esto revela el hecho de
que la obra en la cruz está terminada, que ese juicio ha tenido lugar, que Satanás ha sido
vencido y que la salvación es obtenible para aquellos quienes ponen su confianza en Cristo.
Mientras que no es necesario para un incrédulo comprender completamente todos estos
hechos para ser salvado, el Espíritu Santo debe revelar lo suficiente de manera que, a medida
que él cree, inteligentemente recibe a Cristo en su persona y su obra.
5. LA PROMESA DEL ESPIRITU SANTO
El profeta Oseas prometió que Dios vendría a nosotros "como la lluvia, como la lluvia tardía"
(Oseas 6:3). Esta forma parte de todas las profecías que se dieron en el Antiguo Testamento
sobre el derramamiento del Espíritu Santo en el mundo. (Vea Isaías 32:15; 44:3; Ezequiel 39:29;
Joel 2:28; Zacarías 12:10.) La promesa de la lluvia tardía se da después del llamamiento a la
restauración del conocimiento de Dios por parte del pueblo y a una nueva comunión personal con
El. Esto nos hace pensar también en el llamado hecho por Jesús a que sus seguidores
permanezcan en su Palabra (Juan 8:31, 32).
En la tierra de Palestina la lluvia tardía caía en la primavera para terminar de propiciar la
maduración de la cosecha. De la misma manera, el derramamiento del poder del Espíritu Santo
que tuvo su inicio el día de Pentecostés es la lluvia tardía para una gran cosecha espiritual.
Esta cosecha empezó en Jerusalén en esa ocasión con 3.000 conversiones y ha seguido a lo
largo de la historia de la Iglesia. Varios avivamientos espirituales han tenido lugar en el mundo de
tiempo en tiempo. Este derramamiento del Espíritu sigue trayendo, no miles sino millones de
almas a Cristo Jesús por medio de la Iglesia con la predicación del Evangelio, en la dirección del
Espíritu Santo.
1. La promesa del Padre
Un poco antes de ascender al cielo para estar a la diestra del Padre, Jesús reunió a los que había
escogido como apóstoles para una comida y un momento de comunión. Es muy probable que en
este grupo hubiera más personas aparte de los once. La palabra apóstol se usa para designar a
alguien que ha sido enviado a cumplir una misión. Entre los apóstoles, entonces, podían contarse
a otros, como los "setenta" que también habían sido enviados por Jesús (Lucas 10:1). Algunos son
de la opinión de que aquí se incluyen todos aquellos "a quienes... se presentó vivo con muchas
pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de
Dios".
6. De lo que leemos en Lucas 24, se deduce que otras personas se reunían con los once. En Hechos
1:14 también se nos informa que en el aposento alto se encontraban reunidas con los apóstoles
unas ciento veinte personas. De esto se infiere, pues, que las instrucciones que Jesús impartió
cuando estaba a punto de ascender al cielo fueron dadas no sólo a los once apóstoles, sino a
muchos más que El también había enviado.
Por lo que leemos en Hechos 2:6 nos damos cuenta de que la algarabía causada por las lenguas
dadas por el Espíritu fue tan fuerte que atrajo a una gran multitud. Hay cosas que Dios hace
cuando se encuentran pocos creyentes reunidos, pero también hay otras, muy especiales, que Él
hace cuando hay una mayor concentración de creyentes.
¿Qué quería decir Jesús al referirse al bautismo con el Espíritu Santo como "la promesa del
Padre"?
En primer lugar, este acontecimiento es una realización de lo que se anunciaba en profecías como
las de Isaías, Ezequiel, Joel y Zacarías.
En segundo lugar, el derramamiento del Espíritu Santo era la respuesta del Padre a la oración que
Jesús hizo por su Iglesia, pidiéndole que enviara al Consolador. También podemos ver que así
como el Padre dio testimonio del Hijo a través del Espíritu Santo en el bautismo, también
respondió a la fe de los creyentes cumpliendo su promesa.
2. Sobre toda carne
La algarabía producida por los que hablaban en lenguas(los multi diferentes idiomas de los judíos
extranjeros que se encontraban en Jerusalén para la fiesta del pentecostés y oyeron en sus
propias lenguas las maravillas de Dios) atrajo a una gran multitud de espectadores. De estos, unos
estaban asombrados, mientras que otros se mofaban de los 120 creyentes. Cada vez eran más los
que acudían a ver lo que sucedía en el aposento alto.
Muchos no entendían lo que oían(estaba fuera de su entendimiento cultural, político, social,
tradicional y religioso, por qué judíos de Jerusalén y galileos hablaban en lengua extranjera?)
y otros aseguraban que los creyentes estaban borrachos(esta manifestación era completamente
anormal y prosaica para un judío).
Esto impulsó a Pedro a ponerse de pie para refutar tal acusación. Les dijo que no había razón
para suponer que los 120 estuvieran borrachos porque apenas eran las nueve de la mañana. Lo
que veían no era más que el cumplimiento de Joel 2:28-32.
7. ¿Por qué citó Pedro la parte de la profecía de Joel que habla de sangre, fuego, vapor de
humo y tinieblas?
Algunos interpretan esto simbólicamente. Joel, sin embargo, estaba anunciando así los juicios del
fin. Joel, tal como los demás profetas del Antiguo Testamento, no vio la diferencia en tiempo entre
la primera y la segunda venida de Cristo. El Espíritu Santo inspiro a Pedro para que citara todo el
pasaje de Joel a fin de que nosotros sepamos que el Espíritu Santo seguirá derramándose hasta
el día que Jesús regrese en sus siguientes dispensaciones y en el Reino Milenial sobre su
remanente de Israel. (Ezequiel 37:1-28)
¿Limitó Pedro esta experiencia Pentecostal a los judíos solamente?
Tanto él como Joel aseguran que esto era para "toda carne". Todo creyente, no importa su
nacionalidad, puede recibir el bautismo en el Espíritu Santo
3. Sobre todas las clases
Los fariseos menospreciaban a la clase pobre y no daban el debido respeto a las mujeres. Pero
Jesús predicó el evangelio a los pobres y honró a la mujer. Todo el pueblo escuchaba sus
enseñanzas con alegría.
El pasaje de Joel tampoco estableció barreras entre los sexos, las razas y las clases sociales. Dios
había prometido derramar su Espíritu sobre toda carne; los hijos y las hijas profetizarían; jóvenes y
ancianos verían visiones. Hasta los siervos y las criadas participarían de este derramamiento
espiritual. En el tiempo del Imperio Romano había muchos esclavos, pero también para ellos era
esta promesa. Todos los que crean pueden ser salvos. Todos los creyentes pueden ser bautizados
con el Espíritu Santo.
8. LA PREDICACIÓN DE PEDRO...
1. En Pentecostés, Pedro relacionó el derramamiento del Espíritu a la profecía de Joel – Hech
2:14-16
2. Entonces, en el curso de su sermón, Pedro...
a. Habló del derramamiento del Espíritu como una promesa que Jesús recibió del Padre –
Hech 2:33; ver Hech 1:4-5
b. Ofreció el don del Espíritu a todos aquellos que se arrepienten y son bautizados – Hech
2:38
c. Dice que la promesa es para ellos y para otros – Hech 2:39
EN RESUMEN:
a. Los profetas del Antiguo Testamento prometieron una dispensación especial del Espíritu por
venir
1) Alguien que incluiría la manifestación de dones especiales
2) Alguien que capacitaría al pueblo de Dios para guardar Su voluntad
b. Juan el bautista y Jesús prometieron un bautismo del Espíritu, administrado por Jesús
c. Pedro en su primer sermón del evangelio...
1) Proclamo esta promesa para ser cumplida con el derramamiento del Espíritu – Hech 2:16-33
2) Surge para ofrecer el Espíritu como un don para todos aquellos que obedecen el evangelio
– Hech 2:38-39
En vista de las promesas hechas en relación al Espíritu, no debemos ser sorprendidos al
leer de la obra del Espíritu Santo en la vida del cristiano.
De hecho, el reto será discernir exactamente lo que revela la Biblia, y no leer en las
Escrituras cualesquier ideas preconcebidas acerca de Su obra... cabe mencionar que el
resultado de este error, es lo que ha llevado a esta doctrina a una mal interpretación y por
ende, un mal uso y aplicación.