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Evidencias sobre el poder de la intención.
Ernesto Bonilla.
Instituto de Investigaciones Clínicas “Dr. Américo Negrette” -
Centro de Investigaciones Biomédicas IVIC-Zulia, Maracaibo, Venezuela.
Palabras clave: Intención, pensamiento, consciencia, biofotones, hynosis, efecto
placebo.
Resumen. La intención se define como el pensamiento enfocado para
realizar una acción determinada. Los pensamientos dirigidos a un fin pueden
afectar a los objetos inanimados y prácticamente a toda la materia viva, desde
los organismos unicelulares hasta los seres humanos. La emisión de partículas
de luz (biofotones) parece ser el mecanismo mediante el cual una intención
produce sus efectos. Todos los organismos vivientes emiten una corriente
constante de fotones que son un medio para dirigir señales instantáneas no
locales de una parte del cuerpo a otra y a otros seres. Los biofotones son al-
macenados y emitidos por el ADN del interior de la célula. Cuando el organis-
mo está enfermo se producen cambios en la emisión de estos biofotones. La
intención dirigida se manifiesta como una energía eléctrica y magnética, y
produce un flujo ordenado de fotones. Nuestras intenciones parecen operar
como si fueran frecuencias altamente coherentes capaces de cambiar la es-
tructura molecular de la materia. Para que la intención sea efectiva es necesa-
rio escoger el momento apropiado. En efecto, los seres vivientes están armo-
nizados unos con otros y también con la tierra y sus constantes cambios de
energía magnética. Se ha demostrado que la energía del pensamiento tam-
bién puede alterar el medio ambiente. La hipnosis, los estigmas y el efecto
placebo también pueden ser considerados como tipos de intención, es decir,
como instrucciones enviadas al cerebro durante un estado particular de la
conciencia. Los casos de curación espontánea o curación a distancia de enfer-
medades graves representan instantes de una extrema intención que podemos
utilizar para controlar a las enfermedades que amenazan nuestra vidas. Tanto
la intención de sanación como la creencia del enfermo en la eficacia de las in-
fluencias curativas, promueven su curación. En conclusión, los estudios del
pensamiento y de la conciencia están emergiendo como aspectos fundamenta-
les y no como meros epifenómenos que están conduciendo rápidamente a un
profundo cambio de paradigmas en la Biología y la Medicina.
Vol. 49(4): 595 - 615, 2008
Invest Clin 49(4): 595 - 615, 2008
Autor de correspondencia: Ernesto Bonilla. Instituto de Investigaciones Clínicas “Dr. Américo Negrette”, Fa-
cultad de Medicina, Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela. Correo electrónico: ebromero@cantv.net
Evidence about the power of intention.
Invest Clin 2008; 49(4): 595 - 615
Key words: Intention, thought, consciousness, biophotons, hypnosis, the placebo
effect
Abstract. Intention is defined as a directed thought to perform a deter-
mined action. Thoughts targeted to an end can affect inanimate objects and
practically all living things from unicelular organisms to human beings.The
emission of light particles (biophotons) seems to be the mechanism through
which an intention produces its effects. All living organisms emit a constant
current of photons as a mean to direct instantaneous nonlocal signals from
one part of the body to another and to the outside world. Biophotons are
stored in the intracelular DNA. When the organism is sick changes in
biophotons emissions are produced.Direct intention manifests itself as an
electric and magnetic energy producing an ordered flux of photons. Our in-
tentions seem to operate as highly coherent frequencies capable of changing
the molecular structure of matter. For the intention to be effective it is neces-
sary to choose the appropriate time. In fact, living beings are mutually syn-
chronized and to the earth and its constant changes of magnetic energy. It
has been shown that the energy of thought can also alter the environment.
Hypnosis, stigmata phenomena and the placebo effect can also be considered
as types of intention, as instructions to the brain during a particular state of
consciousness. Cases of spontaneous cures or of remote healing of extremely
ill patients represent instances of an exceedingly great intention to control
diseases menacing our lives. The intention to heal as well as the beliefs of the
sick person on the efficacy of the healing influences promote his healing. In
conclusion, studies on thought and consciousness are emerging as fundamen-
tal aspects and not as mere epiphenomena that are rapidly leading to a pro-
found change in the paradigms of Biology and Medicine.
Recibido: 01-04-2008. Aceptado: 05-06-2008.
INTRODUCCIÓN
La intención podría definirse como el
pensamiento enfocado para realizar una ac-
ción determinada; es capaz de producir una
energía lo suficientemente potente para al-
terar la realidad física. Un pensamiento
puede tener el poder de cambiar nuestras
vidas individuales y la del mundo entero. En
las últimas décadas se ha realizado una se-
rie extraordinaria de experimentos que evi-
dencian que el tener ciertos pensamientos
dirigidos a un fin puede afectar a nuestro
propio cuerpo, a los objetos inanimados y
prácticamente a toda la materia viva desde
los organismos unicelulares hasta los seres
humanos.
Jahn y col. (1) demostraron el efecto
de la intención sobre generadores de even-
tos al azar. Estos equipos, que son el equi-
valente electrónico del ¨cara o sello¨ de las
monedas lanzadas al aire, están controlados
por una secuencia de pulsos negativos o po-
sitivos, que se producen al azar el 50% de
Investigación Clínica 49(4): 2008
596 Bonilla y col.
las veces, según las leyes de la probabilidad.
Los participantes se colocan al frente del
computador, el cual alterna al azar imáge-
nes atractivas, como indios y vaqueros. A
los sujetos de estudio se les pide que traten
de influenciar al equipo para que produzca
más de una imagen (por ejemplo más in-
dios); luego, que traten de producir más va-
queros, y finalmente que no traten de in-
fluenciar la máquina en ningún sentido. En
más de 2 millones de ensayos, demostraron
que los participantes eran capaces de in-
fluenciar al equipo en la dirección especifi-
cada. Los pensamientos también pueden
afectar la dirección en la que los peces na-
dan, el movimiento de otros animales y la
degradación de células en el laboratorio (2).
INFLUENCIA DE LA INTENCIÓN
SOBRE LOS SERES HUMANOS
Un ejemplo típico de las influencias
mentales sobre los seres humanos fue el
descrito por Stevenson (3) con la psíquica
Olga Kahl. En uno de los experimentos, un
investigador escribía un nombre en un pa-
pel y luego se concentraba en ese nombre,
evitando que Olga lo viera. El investigador
escogía en qué parte de la piel deseaba que
apareciera el nombre. En un plazo corto,
éste aparecía en la piel de la psíquica como
si la información que estaba en la mente
del investigador fuese transferida y transfor-
mada, en cuestión de segundos o minutos,
en una reacción fisiológica en el sujeto re-
ceptor. Vasiliev (4), en la Universidad de
Leningrado, condujo 260 ensayos con tres
sujetos. Un observador permanecía en la ha-
bitación con un sujeto, mientras el experi-
mentador intentaba, en momentos escogi-
dos al azar y desconocidos tanto por el suje-
to como por el observador, hipnotizar al su-
jeto y luego despertarlo mediante el envío
de comandos mentales. Sólo en el 10% de
los ensayos el sujeto no fue hipnotizado.
También condujo una serie de 12 ensayos
con distancias desde 25 metros hasta 1700
kilómetros y en la mayoría de estas pruebas
el sujeto fue hipnotizado y despertado en
un tiempo de 1 a 2 minutos después de ha-
berse emitido el comando mental.
Desde tiempos remotos la intención ha
sido utilizada con fines terapéuticos. Sicher
y col. (5) estudiaron a un grupo homogéneo
de pacientes con el Síndrome de Inmunode-
ficiencia Adquirida (SIDA) en etapa avanza-
da, con el mismo grado de enfermedad, el
mismo contaje de células T y el mismo nú-
mero de enfermedades asociadas al SIDA.
Para estudiar el efecto de la sanación a dis-
tancia, escogieron a un grupo ecléctico de
sanadores de los Estados Unidos, desde cris-
tianos ortodoxos hasta shamanes america-
nos nativos. Se les pidió que enviaran pen-
samientos curativos a un grupo de pacien-
tes con SIDA, en condiciones estrictas de
doble ciego. La sanación se realizó a distan-
cia. Cada sanador recibió paquetes sellados
con información relevante de los pacientes
sujetos de sanación, incluyendo sus nom-
bres, contaje de células T y su fotografía.
Cada dos semanas el sanador recibía un
nuevo paciente. Los sanadores sostenían
una intención para mejorar la salud y bie-
nestar de los pacientes una hora diaria por
6 días, con semanas alternadas de descan-
so. Cada paciente estudiado eventualmente
recibió intenciones curativas por parte de
cada sanador del grupo. Al final del estudio,
40% de la población control había muerto,
mientras que todos los 10 pacientes del
grupo tratado estaban vivos y más saluda-
bles.
Los experimentos señalados demues-
tran que la materia física puede ser influen-
ciada y alterada por el pensamiento. Sin
embargo, se desconoce el mecanismo me-
diante el cual un pensamiento puede afec-
tar la realidad física. En una persona en po-
sición de pie la respiración y los latidos car-
díacos producen una energía electrostática
de 10 a 15 milivoltios en el electroencefalo-
Vol. 49(4): 595 - 615, 2008
Evidencias sobre el poder de la intención 597
grama (EEG). Sin embargo, en actividades
que requieren una atención enfocada, como
en la meditación, la energía puede aumen-
tar en 3 voltios. Durante la sanación, los sa-
nadores producen saltos de voltaje que pue-
den llegar a 190 voltios. Estos pulsos ener-
géticos provienen del abdomen de los sana-
dores (6), región denominada ¨Tantien¨
por los practicantes de las artes marciales
quienes la consideran como la central ener-
gética del cuerpo.
Para medir la energía producida por
los sanadores, William Tiller (7) construyó
un equipo que descarga gas continuamente
y registra el número de electrones que fluye
con cada descarga. Utilizando voluntarios
que colocaban sus manos a unos 15 cm dis-
tantes del aparato, mientras mantenían si-
multáneamente la intención de incremen-
tar el contaje, descubrió que durante la in-
tención el número de pulsos registrados au-
mentó considerablemente y se mantuvo así
por unos 5 minutos. Este incremento se
producía mientras mantuvieran la intención
aunque los participantes estuvieran aleja-
dos del equipo. De esta manera demostró
que los pensamientos producen energía físi-
ca, comprobable aún a distancias remotas
remotas.
BIOFOTONES
La emisión de biofotones parece ser el
mecanismo mediante el cual la intención
produce sus efectos. Popp (8) demostró que
todos los organismos vivientes, incluyendo
los seres unicelulares, emiten una corriente
constante de fotones o pequeñas partículas
de luz cuyo número depende de la posición
del organismo en la escala evolutiva; mien-
tras más complejo sea, el número de foto-
nes emitidos es menor. Los animales rudi-
mentarios o las plantas emiten alrededor de
100 fotones por centímetro cuadrado cada
segundo, con una longitud de onda de 300
a 800 nanómetros, correspondiente al ran-
go visible, mientras que los seres humanos
sólo emiten 10 fotones por centímetro cua-
drado por segundo y siguen un ritmo bioló-
gico de 7, 14, 32, 80 y 279 días (9, 10).
La emisión de biofotones, en lugar de
las reacciones bioquímicas, luce como la
verdadera fuerza que dirige y coordina to-
dos los procesos celulares, en virtud de que
las ondas de luz ofrecen un sistema de co-
municación perfecto para transmitir infor-
mación casi instantáneamente a todos los
organismos (9, 11). Mc Clare (12) calculó y
comparó la eficiencia de la transferencia de
información entre las señales energéticas y
las químicas en los sistemas biológicos, y
comprobó que las señales de energía tales
como las frecuencias electromagnéticas son
cientos de veces mas eficientes para trans-
ferir información ambiental que las señales
químicas como las hormonas, los neuro-
transmisores, los factores de crecimiento,
etc. La velocidad de las señales electromag-
néticas es de 300.000 Km/seg mientras que
la velocidad de una señal química es menor
a 1 cm/seg (13).
Mediante un fotomultiplicador que
captura la luz, cuenta el número de fotones
y grafica la cantidad de luz emitida, Ratte-
meyer y col. (14) demostraron que los bio-
fotones son almacenados y emitidos por el
ADN del interior de la célula. La intensidad
de la luz emitida por el organismo es esta-
ble, con un rango de unos pocos hasta va-
rios cientos de fotones por segundo por
centímetro cuadrado de tejido vivo. Cuando
el organismo está enfermo o es alterado se
producen cambios en la emisión de estos
biofotones. Jibu y cols (15) propusieron
que los microtúbulos, que forman la estruc-
tura básica de las células, actúan como tu-
bos de luz a través de los cuales las señales
de onda desordenadas son transformadas en
fotones coherentes que se envían al resto
del cuerpo.
Popp creía que los organismos vivien-
tes utilizaban la emisión de biofotones sola-
Investigación Clínica 49(4): 2008
598 Bonilla y col.
mente como un medio para emitir señales
instantáneas no locales de una parte del
cuerpo a otra, con el fin de enviar informa-
ción sobre el estado de salud corporal o el
efecto de un tratamiento particular. Pero,
se hacia evidente que la emisión de biofoto-
nes era un sistema de comunicación entre
los seres vivientes. Popp y col. (16, 17) tam-
bién examinaron la emisión de luz entre los
dinoflagelados, que son algas luminiscentes
que producen fosforescencia en el agua de
mar. Son organismos unicelulares clasifica-
dos como plantas, pero se mueven como
animales primitivos. Descubrieron que la
luz emitida por cada dinoflagelado actuaba
en coordinación con la de los vecinos, como
si se estuvieran enviando seòales. También
parecían registrar la luz proveniente de
otras especies, pero la mayor sincronía ocu-
rría entre los miembros de la misma espe-
cie. Una vez que los biofotones de un orga-
nismo son absorbidos por otro organismo,
la luz del primer organismo comienza a in-
tercambiar información en sincronía (18).
Los seres vivientes también comunican in-
formación del medio ambiente que los ro-
dea. Las bacterias, por ejemplo, absorbían
luz del medio nutritivo en proporción direc-
ta a su número (18). Las algas expuestas a
un medio acuoso, que había sido previa-
mente agitado, incrementaron la emisión
de fotones, como un signo de estrés (19).
Creath y Schwartz (20), utilizando un
equipo superenfriado (–150°F) acoplado a
cargas (supercooled charge-coupled devi-
ce), lograron fotografiar la luz que emanaba
de una hoja de geranio. También demostra-
ron que la intención de curación generaba
luz. En efecto, cuando los sanadores objetos
de estudio colocaron sus manos debajo de
la cámara por 10 min sobre un fondo blan-
co, un halo de luz fluía de sus manos. Con-
cluyeron que la intención de curación se
manifestaba como una luz bien ordenada.
Es decir, los seres humanos son receptores
y emisores de señales cuánticas. La inten-
ción dirigida se presenta como una energía
eléctrica y magnética que produce un flujo
ordenado de fotones visibles y medibles me-
diante equipos sensibles. Nuestras intencio-
nes parecen operar como si fueran frecuen-
cias altamente coherentes capaces de cam-
biar la estructura molecular de la materia.
Como cualquier forma de coherencia en el
mundo subatómico, un pensamiento bien
enfocado puede actuar como un rayo láser,
sin perder nunca su poder.
Existen evidencias de un flujo bidirec-
cional constante de información entre to-
dos los seres vivientes, como si éstos estu-
vieran en una comunicación cuántica per-
petua que explicaría el mecanismo median-
te el cual los pensamientos tienen un efecto
físico. Cleve Backster (21) fue uno de los
primeros en proponer que las plantas son
afectadas por la intención de los humanos.
Backster fijó dos electrodos sensores de un
detector de mentiras a una hoja de Dracae-
na. Para provocar el equivalente a un senti-
miento de alarma en la planta pensó que to-
maría un fósforo y quemaría las hojas; en el
momento que tuvo ese pensamiento se pro-
dujo un trazo largo que se elevó hacia la
parte más alta del papel de registro. Parecía
que la planta había leído sus pensamientos.
En uno de sus experimentos utilizó camaro-
nes vivos que se sumergían en agua calien-
te, al azar, mientras se registraba el efecto
producido en tres plantas conectadas con 3
polígrafos, colocadas en tres habitaciones
diferentes en su laboratorio. Los polígrafos
registraron cambios significativos cuando
los camarones vivos se agregaban al agua
hirviente. Este simple experimento demos-
tró que si las plantas registraban la muerte
de un organismo viviente situado en otra
habitación, todas las formas de vida están
en contacto armónico recíproco. Es decir,
los seres sensibles deben estar registrando y
enviando información telepática en ambos
sentidos continuamente, particularmente
en los momentos cuando la vida está ame-
Vol. 49(4): 595 - 615, 2008
Evidencias sobre el poder de la intención 599
nazada (21). Una variedad de plantas co-
nectadas al polígrafo mostró evidencias de
una reacción a los cambios emocionales hu-
manos, especialmente a las amenazas y
otras formas de intención negativa. Resulta-
dos similares obtuvo con paramecios, culti-
vos de hongos y fluídos corporales, pertene-
cientes a él y a sus colegas, los cuales regis-
traron reacciones que reflejaban su estado
emocional. Estos efectos no dependían de
la distancia. Cualquier sistema viviente co-
nectado a su polígrafo reaccionaba a sus
pensamientos independientemente que es-
tuviera en su laboratorio o a muchas millas
de distancia. Al igual como sucede con las
mascotas, estos sistemas vivientes se en-
cuentran en armonía con su propietario y
no registran simplemente sus pensamien-
tos, sino que también se comunican tele-
páticamente con todos los organismos vi-
vientes de su ambiente (22). El mecanismo
de esta comunicación se hizo evidente con
el descubrimiento de los biofotones por
Popp (8).
La intención de curación puede afec-
tar no solamente al individuo objeto de la
sanación sino a todos los organismos vi-
vientes situados a su alrededor. Van Wijk y
Van Wijk (23) demostraron que si se colo-
caba una muestra de Acetabularia cerca de
un curandero y su paciente, y medían la
emisión de fotones del alga durante la se-
sión de curación y durante los períodos de
descanso, se producían alteraciones marca-
das en el contaje de los fotones emitidos
por el alga, así como cambios en el ritmo
de las emisiones, como si el alga se encon-
trara en armonía con una fuente más pode-
rosa de luz.
Connor y col. (24) también demostra-
ron que la intención tiene un efecto directo
sobre la emisión de luz. Para su estudio uti-
lizaron hojas de geranio, reuniéndolas en
pares similares en tamaño, estado de salud,
localización en la planta, acceso a la luz y
en la emisión de fotones. Escogieron 20 cu-
randeros a quienes solicitaron enviaran in-
tenciones a una hoja de cada par para que
inicialmente redujera la emisión de fotones
y luego la aumentara. En 29 de las 38 sesio-
nes diseñadas para disminuir las emisiones,
la luz fue significativamente disminuida en
las hojas objeto de tratamiento y en 22 de
los 38 ensayos realizados para incrementar-
la, los sanadores causaron un brillo signifi-
cativamente mayor.
BIOELECTROGRAFÍA
En Rusia, los esposos Kirlian (25) des-
cubrieron que cuando un objeto conductor
(como un tejido viviente) se coloca sobre
una placa de material aislante, como el vi-
drio, y se expone a electricidad de alto vol-
taje y alta frecuencia resulta una corriente
de baja intensidad que origina una descarga
coronal, un halo o ¨aura¨ de luz coloreada,
alrededor del objeto viviente que puede ser
fotografiado. El estado del ¨aura¨ reflejaba
el grado de salud de la persona. Pero fue
sólo en los años sesenta que los estudios de
los Kirlian atrajeron a la comunidad cientí-
fica, y a su técnica se le denominó Bioelec-
trografía.
Korotkov (26), siguiendo las observa-
ciones iniciales de los Kirlian, desarrolló un
mecanismo que denominó Técnica de Vi-
sualización de Descarga de Gases que utili-
za los métodos más modernos de óptica, te-
levisión y computación para capturar la luz,
observando que esta luz se registraba mejor
cuando se estimulaban los fotones a un es-
tado excitado, para que brillen millones de
veces más intensamente que lo normal.
Este equipo utiliza varias técnicas: fotogra-
fía, medición de intensidad de luz y recono-
cimiento computarizado de patrones. La cá-
mara de Korotkov toma fotografías del cam-
po que rodea cada uno de los diez dedos, un
dedo a la vez. Un programa computarizado
extrapola estas fotografías, para formar una
imagen en tiempo real del ¨biocampo¨ que
Investigación Clínica 49(4): 2008
600 Bonilla y col.
rodea a la persona, y de allí se deduce el es-
tado de salud del individuo (27). La técnica
fue utilizada inicialmente en Rusia para
predecir ciertas situaciones clínicas, tales
como el proceso de recuperación después
de una cirugía. Luego comenzó a utilizarse
como una herramienta diagnóstica para
muchas enfermedades, incluyendo al cáncer
(28). Korotkov estudió a sanadores y maes-
tros de Qigong en el momento que envia-
ban energía y descubrió cambios importan-
tes en sus descargas coronales. Comprobó,
además, que las emociones intensas como
el amor, el odio y la ira producen un efecto
extraordinario en la descarga de luz por
parte del receptor de esas emociones.
INFLUENCIA MENTAL DIRECTA
SOBRE LOS SERES VIVIENTES
Para demostrar la influencia del pensa-
miento sobre los seres vivientes se han rea-
lizado experimentos utilizando como para-
digma el ¨sentimiento de ser observado¨
(10, 29, 30). En estos estudios, 2 personas
son separadas en dos habitaciones diferen-
tes y una cámara de video se coloca en la
habitación del ¨receptor¨ quien está conec-
tado a un equipo de mediciones de la con-
ductancia eléctrica de la piel. Al azar, al
¨transmisor¨ se le instruye para que obser-
ve al ¨receptor¨ a través de un monitor y a
este último se le pide que se relaje y trate
de pensar en otra cosa distinta al hecho de
ser observado. Luego se determina si el sis-
tema nervioso autónomo del “receptor” re-
gistró una reacción durante esos momentos
en los que fue observado por el “transmi-
sor”. Se demostró que el efecto es pequeño
pero significativo (31).
En ciertas circunstancias las señales
eléctricas de los cerebros de las personas
son sincronizadas: las frecuencias, amplitu-
des y fases de las ondas cerebrales comien-
zan a operar en tandem. En estudios reali-
zados en gemelos idénticos, cuando un ge-
melo cierra sus ojos, su cerebro comienza a
generar ondas alfa; el cerebro del otro ge-
melo también emite ondas lentas aunque
sus ojos permanezcan abiertos (32). Wac-
kerman y cols (33) demostraron que cuan-
do al “transmisor” se le muestra un tablero
de damas con cuadros blancos y negros al-
ternados se producen ondas eléctricas cere-
brales de alta amplitud. En el mismo ins-
tante, el EEG del “receptor” situado a dis-
tancia registra idénticos patrones de ondas
cerebrales.
Grinber-Zylberbaum y col. (34,35) uti-
lizaron destellos de luz y observaron que los
patrones EEG del cerebro del “transmisor”
evocados por la luz, se repetían en el cere-
bro del “receptor” quien se encontraba en
una habitación blindada eléctricamente a
14 metros del “transmisor”. La sincronía
sólo se observó entre pares de participantes
que se habían reunido previamente por 20
minutos en silencio meditativo.
Standish y col. (36) trabajaron con 10
parejas con fuerte conexión emocional o
psicológica y experiencia en meditación. El
“receptor” de cada pareja se colocó en un
aparato de Resonancia Magnética Funcio-
nal. Cuando el “transmisor” enviaba sus
pensamientos al “receptor” se producía un
incremento en el flujo sanguíneo en una
porción de la corteza visual del “receptor”.
Este aumento no se producía si el “transmi-
sor” no era estimulado visualmente. Es de-
cir, el cuerpo del “receptor” reaccionaba
como si estuviera viendo la misma imagen
al mismo tiempo que el “transmisor”.
Utilizando voluntarios conectados a
monitores que registraban cambios en la
conductancia eléctrica de la piel, frecuen-
cia cardíaca, presión arterial y EEG,
McCraty y col. (37) demostraron que el pre-
sentimiento de buenas o malas noticias se
sentía tanto en el corazón como en el cere-
bro, cuyas ondas electromagnéticas se ace-
leraban o disminuían en frecuencia justo
antes de que se le mostrara al sujeto foto-
Vol. 49(4): 595 - 615, 2008
Evidencias sobre el poder de la intención 601
grafías con escenas perturbadoras o tran-
quilas. Pero el corazón recibió esta informa-
ción momentos antes que el cerebro, lo
cual sugiere que el cuerpo tiene un aparato
perceptual que le permite intuir el futuro,
siendo el corazón el primer elemento de ese
sistema en recibir la información.
El estado emocional del “transmisor”
es registrado también en los intestinos del
“receptor”, como lo han demostrado Radin
y Schlitz (38). Es decir, nuestros estados
emocionales son constantemente captura-
dos e imitados por aquellas personas cerca-
nas.
El poder de la intención se demostró
en los estudios realizados por Benson y col.
(39) en monjes budistas de los Himalayas
quienes eran capaces de elevar la tempera-
tura de las extremidades hasta 8°C y dismi-
nuir el metabolismo en un 60%. Durante el
sueño, el metabolismo normalmente dismi-
nuye 10-15%. Los monjes fueron capaces de
evaporar, con el calor emanado de sus cuer-
pos, el agua fría que mojaba la túnica que
los cubría, simplemente mediante el poder
de sus pensamientos (40).
TIEMPO PROPICIO PARA LA INTENCIÓN
Para que la intención sea efectiva es
necesario escoger el momento apropiado
porque los seres vivientes están armoniza-
dos unos con otros, y también con la tierra
y sus constantes cambios de energía mag-
nética. De allí que escoger el momento
apropiado, coincidente con estas energías,
es vital para que se produzca una intención
efectiva. Todos los seres vivientes respon-
den a un ritmo de 24 horas de duración, en
correspondencia con la rotación terrestre.
Halberg y col. (41) acuñaron los términos
Cronobiología para indicar la influencia del
tiempo y ciertos ciclos periódicos sobre las
funciones biológicas, y el vocablo “circadia-
no” para los ritmos biológicos diarios. Tam-
bién descubrieron otros ritmos periódicos:
semanales, mensuales y anuales. Finalmen-
te, se descubrió que el sincronizador de los
seres vivientes no es interno sino que reside
en el sol y los planetas (42, 43). Las tor-
mentas geomagnéticas ejercen un efecto
profundo sobre el movimiento y la orienta-
ción de las palomas y los delfines, que utili-
zan el campo magnético de la tierra para
navegar. La síntesis proteica en bacterias
también es muy susceptible a los cambios
en los campos geomagnéticos (44). Cuando
aumenta la actividad geomagnética se in-
crementa la viscosidad de la sangre y la ve-
locidad del flujo sanguíneo disminuye (45).
Los infartos del miocardio aumentan o dis-
minuyen en número según la actividad de
los ciclos solares (46). Los campos magné-
ticos son causados por el flujo de electrones
y de iones. De allí que cualquier cambio
profundo de estos campos puede alterar sig-
nificativamente los procesos biológicos.
Las actividades geomagnéticas ejercen
una fuerte influencia en el funcionamiento
cerebral. Durante los días de tormentas
magnéticas las lecturas del EEG se desesta-
bilizan (47). Las turbulencias geomagnéti-
cas también alteran el balance entre diver-
sas partes del cerebro, y afectan fundamen-
talmente la comunicación dentro del siste-
ma nervioso, activando ciertos aspectos del
sistema nervioso autónomo y disminuyendo
la actividad de otros (48). La actividad solar
también afecta el equilibrio mental (49)
porque durante las épocas de disturbios
geomagnéticos los desórdenes psiquiátricos
parecen incrementarse (50). Persinger (51)
ha reportado una relación significativa en-
tre las muertes súbitas por epilepsia y eleva-
dos niveles de actividad electromagnética.
Los estudios señalados, entre otros, in-
dican que los campos geomagnéticos jue-
gan un papel importante en el manteni-
miento del equilibrio del sistema nervioso.
De hecho, las pequeñas fluctuaciones en los
campos electromagnéticos tienen un efecto
marcado en el corazón y el cerebro. Cuando
Investigación Clínica 49(4): 2008
602 Bonilla y col.
se envían, a través de un casco protector es-
pecialmente diseñado, campos magnéticos
complejos de muy baja frecuencia, pueden
producirse en el cerebro efectos similares a
los observados cuando se incrementa la ac-
tividad geomagnética. Persinger (52) des-
cubrió que los lóbulos temporales son las
regiones cerebrales más sensibles a los efec-
tos geomagnéticos y electromagnéticos. Al
enviar pulsos magnéticos de un microtesla
sobre el hemisferio derecho, se producían
ondas alfa sólo en el lado derecho. Cuando
se estimulaba el lóbulo temporal derecho se
generaban visiones espirituales, buenas o
malas. Si el campo magnético se dirigía a la
amígdala cerebral la experiencia se colorea-
ba de emociones intensas. La naturaleza de
esa experiencia dependía de la historia indi-
vidual de los participantes: una historia ne-
gativa tendería a incrementar la sensibili-
dad del lóbulo temporal derecho, por lo que
al recibir el campo electromagnético las ex-
periencias resultaban generalmente negati-
vas. Una persona feliz, con un lóbulo tem-
poral izquierdo más sensible, tendría
experiencias de lo divino.
Los estudios en el laboratorio de Per-
singer parecieran conducir a la conclusión
que todas las experiencias espirituales son
simples alucinaciones visuales generadas
geomagnéticamente; sin embargo, las per-
cepciones extrasensoriales y otras habilida-
des psíquicas como la telepatía predominan
cuando la tierra está en calma (53). Lo con-
trario ocurre con la psicocinesis, es decir,
el intento mental de cambiar la materia. El
poder de la intención aumenta cuando la
energía terrestre está agitada (54).
Krippner (55) demostró que la psicoci-
nesis es más probable que ocurra durante
los días cuando la actividad geomagnética
es mayor. Para ello, utilizó las facultades
psicocinéticas del psíquico brasileño Amyr
Amiden quien realizó las más grandes proe-
zas psicocinéticas en los días del mes cuan-
do había la mayor actividad geomagnética.
Sus habilidades psíquicas eran precedidas
por una elevación en la presión arterial
diastólica, coincidente con el aumento en
la actividad geomagnética.
Los mayores resultados con los fenó-
menos extrasensoriales y psicocinéticos se
producen alrededor de la 1 PM, tiempo si-
deral local, que es una medida de nuestra
relación con las estrellas, no con el sol
(56).
LUGAR APROPIADO
PARA LA INTENCIÓN
Así como el tiempo adecuado es im-
portante para producir un efecto mediante
el pensamiento enfocado, el lugar desde
donde se envían esos pensamientos es fun-
damental para obtener el resultado desea-
do. William Tiller (57) construyó una cajita
negra, del tamaño de un control remoto
para TV. En su interior habían 3 osciladores
de 1-10 megahertz, una memoria ROM
eléctricamente programable y borrable.
Este sencillo equipo era capaz de captar
energía electromagnética, posiblemente a
través de los osciladores de cuarzo que con-
tenía en su interior. Si el pensamiento era
una forma de energía, qué pasaría si inten-
taba ¨cargar¨ este aparato con la intención
humana y luego usarlo para tratar de afec-
tar un proceso químico. Su experimento se
basaba en la presunción que los pensamien-
tos podían ser aprisionados en una memo-
ria electrónica y luego liberados para afec-
tar el mundo físico (7). Tiller escogió a la
Drosophila melanogaster para sus experi-
mentos. Mientras él se encontraba en Cali-
fornia, sus colaboradores Michael Kohane y
Walter Dibble trabajaron con las moscas en
Minnesota. Cuatro meditadores de gran ex-
periencia se sentaron alrededor de una
mesa y encendieron uno de los equipos.
Después de limpiar el ambiente y el equipo
mediante su meditación profunda, Tiller
leyó en voz alta la siguiente intención:
Vol. 49(4): 595 - 615, 2008
Evidencias sobre el poder de la intención 603
Nuestra intención es la de influenciar
sinergísticamente: a) La disponibilidad de
oxígeno, protones y ADP. b) La concentra-
ción de NAD. c) La actividad de las enzimas
ATP sintetasa y deshidrogenasa en las mito-
condrias para que se incremente significati-
vamente (tanto como sea posible, sin dañar
las funciones vitales de las larvas) la pro-
ducción de ATP, y el tiempo de desarrollo
de las larvas se reduzca significativamente
en relación con el equipo control¨.
Los meditadores mantuvieron esa in-
tención por 15 minutos. Luego enfocaron
su atención por 5 minutos finales para “se-
llar” la intención mentalmente en el equi-
po. Se preparó un instrumento control, que
no había sido impreso con la intención, cu-
briéndolo con papel de aluminio y colocán-
dolo en una caja Faraday, para protegerlo
de frecuencias electromagnéticas de todas
las magnitudes. Un procedimiento similar
se utilizó con el instrumento impreso con
la intención, al cual denominó Instrumento
Electrónico con Intención Impresa (Inten-
tion-Imprinted Electronic Device). En días
diferentes envió los 2 instrumentos al labo-
ratorio de Minnesota situado a 2400 Km de
distancia. Las moscas mantenidas en tubos
de ensayo junto con el equipo correspon-
diente se colocaron en 2 cajas de Faraday.
Luego se procedió a encender cada instru-
mento por separado. Se utilizaron 10.000
larvas y 7000 moscas adultas durante 8 me-
ses de experimentación. En cada ensayo la
relación ATP/ADP se incrementó, y las lar-
vas expuestas al equipo impreso con la in-
tención se desarrollaron un 15% más rápi-
damente que las controles (58). Cuando las
larvas alcanzaron la adultez, tanto ellas
como sus descendientes lucían más sanas
que las controles, como si la intención afec-
tara no solamente a las moscas objeto del
ensayo sino también a su línea genealógica.
Después de 3 meses de prueba notaron que
los resultados de sus estudios mejoraban;
mientras mas repetían los experimentos,
mejores y más rápidos eran los efectos. Por
tal razón, trataron de determinar qué as-
pectos del medio ambiente habían cambia-
do. Observaron que la temperatura dentro y
fuera de las cajas de Faraday oscilaba, sub-
iendo y bajando a intervalos regulares.
Cambios similares se producían en el pH
del agua del laboratorio. Cuando la tempe-
ratura del aire subía, el pH del agua caía y
viceversa, en un ritmo armónico. Lo mismo
sucedía con la conductividad eléctrica del
agua. Es decir, el laboratorio estaba comen-
zando a manifestar diferentes propiedades
materiales. Este efecto se incrementaba
continuamente. Mientras más tiempo per-
manecían en el laboratorio los instrumen-
tos con la intención impresa, mayores eran
las fluctuaciones de la temperatura y el pH
(7). Cada aspecto del espacio físico parecía
estar en una especie de armonía energética
rítmica. Una vez que los equipos impresos
con una intención se mantenían encendidos
por un tiempo, el efecto se hacía relativa-
mente permanente; el objetivo (pH, tempe-
ratura, crecimiento de las larvas) seguiría
siendo afectado aún cuando el instrumento
se retirara del laboratorio. La energía de la
intención parecía ¨cargar¨ el medio am-
biente y crear un efecto dominó. Tiller y
Dibble (59) sospecharon que estaban en
presencia de un efecto cuántico. La repeti-
ción constante de una intención impresa
parecía cambiar la realidad física del labora-
torio haciendo que las partículas virtuales
cuánticas del espacio vacío permanecieran
más ordenadas. Luego, como en un efecto
dominó, el orden del espacio ayudaría al
éxito del experimento. Realizar estos expe-
rimentos en un sitio particular parecía au-
mentar los efectos con el correr del tiempo,
como si estuviéramos en presencia de una
zona de energía con una extraordinaria
habilidad para autoorganizarse.
Los experimentos de Tiller y col. de-
muestran que la energía del pensamiento
puede alterar el medio ambiente. El proce-
Investigación Clínica 49(4): 2008
604 Bonilla y col.
so de la intención parece continuar perpe-
tuando y aún intensificando su “carga”; de
allí la importancia de establecer una habita-
ción o espacio particular para enviar una in-
tención determinada. Es posible registrar
continuamente lo que sucede en un consul-
torio médico, un laboratorio de investiga-
ción o un hospital, para determinar en qué
grado los biocampos de los médicos y los
pacientes están perturbando el campo de
energía sutil colectiva de esos espacios, y
cuánto ha aumentado o disminuido la ener-
gía termodinámica libre, comparada con
nuestra realidad física normal, debido a los
eventos que ocurren en esos espacios (59).
Otros investigadores han observado
este fenómeno de ¨carga¨ de los espacios
de intención. Watkins y Watkins (60) traba-
jaron con psíquicos a quienes pidieron que
intentaran influenciar mentalmente a rato-
nes anestesiados, para que se despertaran
más rápidamente. En sus estudios los rato-
nes del grupo experimental se despertaron
antes que los controles. Pero, en los experi-
mentos siguientes el efecto mejoró conside-
rablemente, y continuó haciéndolo a medi-
da que se repetían los ensayos. Además, si
un ratón se colocaba en el sitio donde otro
ratón había recibido previamente la inten-
ción de un psíquico, se despertaba más rá-
pidamente que lo usual. Pareciera como si
el espacio había desarrollado una carga
cuántica que afectaba todo lo que ocurría
en su ámbito.
LA INTENCIÓN EN EL DEPORTE
La intención es considerada esencial
para alterar y mejorar el desempeño de los
atletas. El ejercicio mental más exitoso es
el que imagina el evento deportivo como si
el atleta estuviera compitiendo. Los atletas
experimentados utilizan todos sus sentidos
en sus ensayos mentales, siendo las sensa-
ciones cinestésicas las más importantes
(61). La relajación y la hipnosis, utilizadas
junto con la intención, mejoran notable-
mente el desempeño. El pensamiento pro-
duce la misma instrucción mental que la
acción. La actividad eléctrica producida por
el cerebro es idéntica cuando pensamos ha-
cer un ejercicio y cuando lo realizamos. Es
decir, el pensamiento es suficiente para
producir la instrucción neural para realizar
un acto físico (7). Sin embargo, existen al-
gunas diferencias importantes entre la
práctica mental y la física. El exceso de
práctica física causa fatiga y ésta origina in-
terferencias eléctricas y bloqueos de los
tractos nerviosos; con la práctica mental es-
tos bloqueos no ocurren. Aunque ambos ti-
pos de prácticas crean los mismos patrones
musculares, los desempeños imaginados
son de menor magnitud que los realizados
físicamente (62). Para producir algún bene-
ficio, la práctica mental debe replicar la
realidad. Mediante la imaginación se incre-
menta sólo la tarea específica que se ha
imaginado. Cuando se compararon indivi-
duos que asistían a un gimnasio con aque-
llos que imaginaban los mismos ejercicios
mentalmente, pero no los realizaban física-
mente, se demostró que los que asistían re-
gularmente al gimnasio incrementaron su
fuerza muscular en 30%. Pero los que visua-
lizaron esos ejercicios la incrementaron en
13.5% por unas cuantas semanas, y se man-
tuvo elevada por 3 meses después de dete-
ner el entrenamiento mental (63).
VISUALIZACIÓN Y
RETROALIMENTACIÓN
Las visualizaciones vívidas son también
efectivas para el tratamiento de enfermeda-
des coronarias (64) y para minimizar los
efectos colaterales de la quimioterapia
(65). Virtualmente, cualquier proceso cor-
poral medible puede ser regulado por un in-
dividuo.
Las técnicas de retroalimentación que
utilizan el EEG son también un medio im-
Vol. 49(4): 595 - 615, 2008
Evidencias sobre el poder de la intención 605
portante para controlar el rango y el tipo de
frecuencias de las ondas emitidas por el ce-
rebro. Se han utilizado con éxito en pacien-
tes con trauma cerebral que sufren de de-
presión (66). Mediante estas técnicas se ha
logrado regular la temperatura corporal
(67) y la dirección del flujo sanguíneo al ce-
rebro (68).
HIPNOSIS
La hipnosis también puede ser consi-
derada como un tipo de intención, es decir,
como una instrucción al cerebro durante
un estado alterado de conciencia. Un ejem-
plo dramático del poder de la sugestión hip-
nótica lo representa un estudio publicado
en 1966 en el cual 5 pacientes con eritro-
derma ictiosiforme fueron hipnotizados y re-
cibieron la instrucción de enfocarse en su
piel y visualizarla normal. En unas pocas se-
manas el 80 % de la piel de cada paciente
había sanado completamente (69). Bennet
(70) demostró, mediante la sugestión hip-
nótica, que los pacientes que iban a ser so-
metidos a cirugía espinal redujeron el flujo
sanguíneo en un 50%, simplemente median-
te la instrucción de dirigirlo fuera del sitio
donde iba a practicársele la cirugía.
EFECTO PLACEBO
El efecto placebo es otra demostración
del poder de las creencias. Nuestros cuer-
pos parecen no distinguir entre un proceso
químico y el pensamiento sobre ese proce-
so. Un análisis reciente de 46.000 pacientes
cardíacos, la mitad de los cuales estaba to-
mando un placebo, demostró que los pa-
cientes que estaban ingiriendo el placebo
evolucionaron tan bien como los que reci-
bieron el medicamento para su problema
cardiovascular (71). En un estudio con en-
fermos parkinsonianos se comprobó que
cuando a los pacientes que estaban toman-
do el placebo se les informaba que habían
recibido L-Dopa, la liberación de dopamina
cerebral aumentaba sustancialmente (72).
Según Kirsch y col. (73) el 80% de los efec-
tos de los antidepresivos, estudiados en en-
sayos clínicos, puede ser atribuido al efecto
placebo. Dada su efectividad, Brown (74) ha
propuesto la administración de píldoras pla-
cebo como el primer tratamiento para los
pacientes con depresión leve o moderada.
ESTIGMAS
Los estigmas son otro ejemplo de ex-
tremos momentos de intención, durante los
cuales el fervor religioso produce sangra-
miento o heridas en manos, pies y a los la-
dos del tórax semejantes a las heridas de Je-
sús de Nazareth durante la crucifixión (75).
INTENCIÓN Y CURACIÓN ESPONTÁNEA
Los casos de curación espontánea de
enfermedades graves representan instantes
de una extrema intención (76). En efecto,
podemos utilizar la intención para contro-
lar cualquier proceso corporal, incluyendo a
las enfermedades que amenazan a nuestras
vidas. Adicionalmente, las buenas intencio-
nes que otra persona nos envía pueden ser
tan poderosas como nuestras propias bue-
nas intenciones (7). Las evidencias revelan
que podemos mejorar nuestra salud y de-
sempeño en cada aspecto de nuestras vidas
mediante el uso consciente de la intención.
Es decir, cada ser humano tiene un elevado
nivel de responsabilidad cuando genera sus
pensamientos, por su extraordinario poder
para afectar el mundo viviente que lo rodea.
Estos estudios señalan la posibilidad de que
los pensamientos que generamos continua-
mente afectan a los objetos inanimados si-
tuados a nuestro alrededor. Wolfgang Pauli,
uno de los padres de la teoría cuántica, era
famoso porque provocaba efectos negativos
involuntarios sobre los equipos electrónicos
de su laboratorio (77). La idea de que pode-
Investigación Clínica 49(4): 2008
606 Bonilla y col.
mos ¨cargar¨ un objeto inanimado con
nuestros pensamientos es la base de la ma-
gia negra en muchas culturas nativas, cuyos
miembros impregnan efigies y muñecos de
voodoo con intenciones negativas y las utili-
zan para afectar negativamente a los enemi-
gos. Sin embargo, el mismo procedimiento
se ha usado con éxito en los casos de
voodoo benevolente (78).
Según Krippner (79), en casi todas las
culturas nativas los shamanes realizan cura-
ción remota durante un estado alterado de
la consciencia, y alcanzan una concentra-
ción enfocada a través de varios procedi-
mientos: calor intenso, el sonido rítmico de
un tambor, concentración intensa en la per-
sona que va a ser curada, cantos repetidos
rítmicamente, etc.
MEDITACIÓN
Durante la meditación puede lograrse
un predominio de ritmos alfa (ondas cere-
brales lentas con una frecuencia de 8-13
hertz), ondas teta (4-7 hertz) o delta (1-3
hertz) que corresponden al estado de con-
ciencia característico del sueño profundo;
pero también pueden aparecer brotes de
ondas beta (14-40 hertz), generalmente en
los momentos de intensa concentración
(80). Trabajando con 8 monjes budistas
practicantes veteranos de la meditación,
Lutz y col. (81) observaron que después de
15 minutos de meditación las ondas cere-
brales de los monjes comenzaron a aumen-
tar en frecuencia, hasta alcanzar una activi-
dad elevada de ondas gamma (25-70 hertz).
Los monjes pasaron de una alta concentra-
ción de ondas beta a un predominio de alfa,
luego ondas beta y finalmente ondas gam-
ma. Se cree que estas últimas son utilizadas
por el cerebro cuando trabaja a su máxima
capacidad, por ejemplo en los momentos de
éxtasis o de inspiración. Cuando se opera a
esas elevadas frecuencias, las fases de las
ondas cerebrales comienzan a actuar en
sincronía en todo el cerebro. Este estado
gamma puede causar cambios en las sinap-
sis cerebrales (82). El hecho de que los
monjes alcancen este estado tan rápida-
mente sugiere que sus procesos cerebrales
han sido alterados permanentemente por
los años de meditación intensiva.
Davidson (83) demostró también que
la meditación altera los patrones de ondas
cerebrales aún entre los neófitos quienes,
después de dos meses de practicar diaria-
mente la meditación, incrementaron sus
pensamientos de felicidad y su función in-
mune.
Las ondas cerebrales también se sin-
cronizan durante la sanación. En experi-
mentos con sanadores, Kripner (79) obser-
vó que, antes del proceso de sanación, los
sanadores producen descargas de ondas ce-
rebrales que generan coherencia y sincroni-
zación de los dos hemisferios cerebrales
que integran el sistema límbico con la cor-
teza cerebral. Rezar el rosario tiene el mis-
mo efecto en el cuerpo que recitar un man-
tra; ambos son capaces de incrementar y
sincronizar el ritmo cardiaco (84).
Lazar y col. (85) descubrieron que en
la meditación Kundalini, que emplea dos di-
ferentes sonidos para enfocar y tranquilizar
la mente mientras se observa la inhalación
y exhalación de la respiración, se produce
un aumento en las señales de las estructu-
ras cerebrales relacionadas con la atención:
cortezas frontales, parietales, temporales y
cingulada anterior, el hipocampo y el es-
triado. Los sujetos daban la impresión que
sus estados mentales continuaban cambian-
do durante cada meditación individual.
Estos estudios sugieren que la concentra-
ción enfocada durante mucho tiempo pro-
duce un aumento en el tamaño de ciertas
áreas cerebrales. Para comprobar esta pre-
sunción, estudiaron 20 practicantes budis-
tas que tenían un promedio de 9 años de
experiencia en meditación. Quince volunta-
rios no meditadores sirvieron de control.
Vol. 49(4): 595 - 615, 2008
Evidencias sobre el poder de la intención 607
Los participantes meditaban dentro de un
equipo de resonancia magnética para tomar
imágenes detalladas de las estructuras cere-
brales. Con este estudio descubrieron que
las partes del cerebro asociadas con la aten-
ción, estímulos sensoriales y procesamiento
de las sensaciones, eran más grandes en los
meditadores que en los controles. El incre-
mento en el grosor de la corteza cerebral
fue proporcional al tiempo que los partici-
pantes habían dedicado a la meditación.
LA INTENCIÓN Y LA PERCEPCIÓN
EXTRASENSORIAL
Los psíquicos clarividentes como Ingo
Swann, en el momento que ¨ven¨ los obje-
tos situados en sitios lejanos y escondidos,
generan ráfagas de ondas beta y gamma, si-
milares a las observadas en los monjes tibe-
tanos estudiados por Benson. Esta actividad
ocurre inicialmente en la región occipital
derecha. Según los resultados del monito-
reo de sus ondas cerebrales, Swann alcanzó
un estado superconciente que permitió re-
cibir información imposible de lograr du-
rante el estado consciente normal. Cuando
se estudiaron las imágenes de resonancia
magnéstica de Swann, se observó un au-
mento en el tamaño de las regiones parie-
to-occipital derecha, es decir, de las áreas
cerebrales relacionadas con el ingreso de
estímulos visuales sensoriales. Cambios si-
milares se han reportado también en el psí-
quico Sean Harribance (86). Estos estudios
evidencian que en los “receptores” de infor-
mación extrasensorial se agrandan ciertas
partes del cerebro.
CURACIÓN A DISTANCIA
Durante el proceso de sanación, la
bondad, el amor y la compasión son esen-
ciales para enviar las intenciones positivas
necesarias para la curación de un enfermo.
Pero la gran mayoría de los sanadores estu-
diados concuerdan en la necesidad de aban-
donar su ego y rendirse a una fuerza supe-
rior (87). Ninguno piensa que posee el po-
der de sanación gracias a su propia volun-
tad (88). Todos creen que pueden acceder a
una conciencia superior que les proporcio-
na información, símbolos e imágenes. Las
palabras parecen surgir de la nada, ofre-
ciéndoles diagnósticos y tratamientos para
la persona afectada.
Existe un amplio legado de evidencias
sobre el efecto positivo de la curación a dis-
tancia. Se han realizado más de 150 estu-
dios (87). De los 23 analizados por Astin y
cols (89), el 57% reportó efectos positivos.
El acto de curar y el contexto en el cual se
realiza la curación son por si mismo curati-
vos. Es decir, el acto de sanar a un enfermo
también sana al sanador. Por otro lado, tan-
to la energía y la intención de sanación
como la creencia del enfermo en la eficacia
de las influencias curativas, promueven su
curación (90).
Cuando se envían energías curativas se
produce una activación cerebral significati-
va, principalmente en los lóbulos frontales
de los pacientes (91).
Los pensamientos y las visualizaciones
negativas ejercen un poderoso efecto sobre
el cuerpo, como si la negatividad fuera in-
fecciosa. En efecto, en pacientes con heri-
das que tardan mucho en curar predominan
los pensamientos y patrones de conducta o
emociones negativas, tales como los senti-
mientos de culpa, ira y falta de autoestima
(92). Las relaciones negativas de pareja
ejercen un efecto similar (93).
EFECTO DE LA INTENCIÓN SOBRE
LA INCANDESCENCIA DEL AGUA
El 30 de Noviembre del 2007 se realizó
un experimento en el cual participaron casi
3.000 personas de diferentes países. Sesen-
ta y dos por ciento de ellas eran meditado-
res. Konstantin Korotkov en su laboratorio
Investigación Clínica 49(4): 2008
608 Bonilla y col.
de San Petersburgo llenó un tubo de ensayo
con agua destilada e insertó un electrodo
que conectó a un equipo estándar de Visua-
lización de Descarga de Gases. A las 7:38
PM encendió el equipo y lo mantuvo encen-
dido por una hora. Korotkov escogió 3 in-
tervalos para estudiar y comparar la emi-
sión de luz del agua: 10 min antes de enviar
la intención, 10 minutos después y 4 minu-
tos durante la intención. A una hora especí-
fica, según la localidad donde vivía el parti-
cipante, se enviaron, durante 10 minutos de
meditación, pensamientos de amor al agua
contenida en el tubo de ensayo en el labora-
torio de Korotkov. Luego se comparó el ta-
maño y la intensidad de las emisiones. Se
descubrieron grandes diferencias en varios
parámetros, incluyendo la intensidad de la
luz. Por ejemplo, durante y después de en-
viar la intención, la luz emitida por el agua
aumentó en intensidad. Contrario a lo espe-
rado, después que el equipo fue encendido
se observaron amplias variaciones en la emi-
sión de luz. Estas variaciones se detuvieron
6 minutos antes del tiempo de la intención
planificada y se reiniciaron al finalizar la
emisión de la intención. Según Korotkov la
estructura del agua cambió con la inten-
ción de amor enviada por los participantes.
Esos cambios afectarían el espacio donde el
agua se encontraba, como resultó con los
experimentos de Tiller y Dibble (59). Tam-
bién supone Korotkov que el ingerir esta
agua puede cambiar el estado de la perso-
na. Lo importante de estos experimentos es
que si se corrobora que podemos cambiar y
mejorar el agua enviándole pensamientos
de amor, tendríamos un efecto curativo so-
bre todo lo que contiene agua: alimentos,
animales, plantas y seres humanos.
Cuando este experimento se realizó
utilizando al sanador ruso U. Sochevano, se
produjo una variación mucho más marcada
en la emisión de luz por parte del agua que
la observada con los 3.000 participantes, lo
cual sugiere que mientras más experimen-
tada sea la persona que envía las intencio-
nes mayor es el efecto (www.theintentionex-
periment.com).
El 18 de Enero del 2008 se realizó un
nuevo experimento sobre el efecto de la in-
tención. En esta oportunidad participaron
709 personas de distintas partes del mun-
do. Los participantes enviaron su intención
de hacer que el agua contenida en un reci-
piente situado en el laboratorio de Korot-
kov, brillara con mayor intensidad. Median-
te el equipo de Visualización de Descarga
de Gases se realizaron registros en los si-
guientes períodos de tiempo:
– 0-20 minutos. Estabilización del proce-
so
– 21-90 minutos. Antes de enviar la in-
tención
– 91-101 minutos. Durante la intención
– 102-133 minutos. Después de la inten-
ción
Se utilizó un recipiente con agua como
control, a la cual no se le envió ninguna in-
tención.
Después de examinar el área y la inten-
sidad de la luz emitida, la diferencia fue
muy significativa. El área y la intensidad
fueron mucho menor en el control. Los
efectos mayores se registraron 10 minutos
después de la emisión de la intención.
Los dos experimentos realizados hasta
ahora han demostrado que cuando se le en-
vía una intención al agua se incrementa su
emisión de luz, lo cual sugiere que tenemos
la habilidad para cambiar la estructura mis-
ma del agua y, por inferencia, todo lo que
contenga agua, incluyendo a los seres vi-
vientes (www.theintentionexperiment.com).
Grad (94), utilizando espectrofotome-
tría infrarroja, demostró que cuando un
grupo de sanadores envió intenciones de sa-
nación a muestras de agua, se produjeron
cambios fundamentales en su estructura
molecular. En efecto, durante el proceso de
sanación las moléculas de agua sufren una
distorsión de la microestructura cristalina
Vol. 49(4): 595 - 615, 2008
Evidencias sobre el poder de la intención 609
(95). Otros estudios de espectrofotometría
infrarroja demostraron que, cuando medita-
dores experimentados enviaron la intención
de afectar la estructura de muestras de
agua sostenidas en sus manos durante la
meditación, muchas de las cualidades esen-
ciales del agua, en especial su absorbancia,
se alteraron significativamente (96).
Emoto (97) considera que la estructu-
ra del agua puede ser cambiada con las
emociones positivas o negativas. El agua
que recibe pensamientos positivos desarro-
lla una bella y compleja estructura cristali-
na hexagonal cuando se congela, mientras
que la estructura del agua sometida a emo-
ciones negativas origina figuras desordena-
das y grotescas. Los resultados más positi-
vos, según Emoto, se obtienen cuando se
envían sentimientos de amor y gratitud. Ra-
din y colaboradores (98) ensayaron, en con-
diciones doble ciego, la hipótesis que postu-
la que una intención puede afectar los cris-
tales de hielo formados a partir de agua. Se
seleccionó a un grupo de unas 2.000 perso-
nas en Tokyo, para que enviaran intencio-
nes positivas a una muestra de agua que se
encontraba en California, en una habitación
aislada electromagnéticamente. Ese grupo
de personas desconocía que existían mues-
tras similares de agua en un sitio diferente
para que sirvieran de control. Los cristales
formados por las muestras de agua fueron
identificados y fotografiados, y las imágenes
resultantes fueron examinadas al azar por
100 jueces independientes. Las muestras de
agua tratadas con las intenciones positivas,
recibieron una puntuación significativa-
mente mayor (p < 0,001) por su apariencia
estética que las muestras control.
En conclusión, los experimentos des-
critos en esta revisión revelan que las inves-
tigaciones sobre el pensamiento y la con-
ciencia están emergiendo como aspectos
fundamentales del universo y no como me-
ros epifenómenos, todo lo cual parece con-
ducir a un profundo cambio de paradigma
en la biología y la medicina, como lo advir-
tió Myers en 1891 (99). Es imperativa la ne-
cesidad de realizar investigaciones interdis-
ciplinarias en estas áreas del conocimiento
tan prometedoras y tan poco estudiadas.
Disciplinas como la física cuántica, la quí-
mica, la biología, las matemáticas y la inge-
niería eléctrica, trabajando mancomunada-
mente, muy probablemente conducirán, en
el corto plazo, al desarrollo de nuevas tera-
pias con muchos menos efectos indeseables
que las drogas.
AGRADECIMIENTO
A la MSc. Shirley Medina de Leendertz
por su valiosa colaboración y a Lynne
McTaggart por su persistente esfuerzo para
darnos a conocer el poderoso efecto de la
intención.
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  • 1. Evidencias sobre el poder de la intención. Ernesto Bonilla. Instituto de Investigaciones Clínicas “Dr. Américo Negrette” - Centro de Investigaciones Biomédicas IVIC-Zulia, Maracaibo, Venezuela. Palabras clave: Intención, pensamiento, consciencia, biofotones, hynosis, efecto placebo. Resumen. La intención se define como el pensamiento enfocado para realizar una acción determinada. Los pensamientos dirigidos a un fin pueden afectar a los objetos inanimados y prácticamente a toda la materia viva, desde los organismos unicelulares hasta los seres humanos. La emisión de partículas de luz (biofotones) parece ser el mecanismo mediante el cual una intención produce sus efectos. Todos los organismos vivientes emiten una corriente constante de fotones que son un medio para dirigir señales instantáneas no locales de una parte del cuerpo a otra y a otros seres. Los biofotones son al- macenados y emitidos por el ADN del interior de la célula. Cuando el organis- mo está enfermo se producen cambios en la emisión de estos biofotones. La intención dirigida se manifiesta como una energía eléctrica y magnética, y produce un flujo ordenado de fotones. Nuestras intenciones parecen operar como si fueran frecuencias altamente coherentes capaces de cambiar la es- tructura molecular de la materia. Para que la intención sea efectiva es necesa- rio escoger el momento apropiado. En efecto, los seres vivientes están armo- nizados unos con otros y también con la tierra y sus constantes cambios de energía magnética. Se ha demostrado que la energía del pensamiento tam- bién puede alterar el medio ambiente. La hipnosis, los estigmas y el efecto placebo también pueden ser considerados como tipos de intención, es decir, como instrucciones enviadas al cerebro durante un estado particular de la conciencia. Los casos de curación espontánea o curación a distancia de enfer- medades graves representan instantes de una extrema intención que podemos utilizar para controlar a las enfermedades que amenazan nuestra vidas. Tanto la intención de sanación como la creencia del enfermo en la eficacia de las in- fluencias curativas, promueven su curación. En conclusión, los estudios del pensamiento y de la conciencia están emergiendo como aspectos fundamenta- les y no como meros epifenómenos que están conduciendo rápidamente a un profundo cambio de paradigmas en la Biología y la Medicina. Vol. 49(4): 595 - 615, 2008 Invest Clin 49(4): 595 - 615, 2008 Autor de correspondencia: Ernesto Bonilla. Instituto de Investigaciones Clínicas “Dr. Américo Negrette”, Fa- cultad de Medicina, Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela. Correo electrónico: ebromero@cantv.net
  • 2. Evidence about the power of intention. Invest Clin 2008; 49(4): 595 - 615 Key words: Intention, thought, consciousness, biophotons, hypnosis, the placebo effect Abstract. Intention is defined as a directed thought to perform a deter- mined action. Thoughts targeted to an end can affect inanimate objects and practically all living things from unicelular organisms to human beings.The emission of light particles (biophotons) seems to be the mechanism through which an intention produces its effects. All living organisms emit a constant current of photons as a mean to direct instantaneous nonlocal signals from one part of the body to another and to the outside world. Biophotons are stored in the intracelular DNA. When the organism is sick changes in biophotons emissions are produced.Direct intention manifests itself as an electric and magnetic energy producing an ordered flux of photons. Our in- tentions seem to operate as highly coherent frequencies capable of changing the molecular structure of matter. For the intention to be effective it is neces- sary to choose the appropriate time. In fact, living beings are mutually syn- chronized and to the earth and its constant changes of magnetic energy. It has been shown that the energy of thought can also alter the environment. Hypnosis, stigmata phenomena and the placebo effect can also be considered as types of intention, as instructions to the brain during a particular state of consciousness. Cases of spontaneous cures or of remote healing of extremely ill patients represent instances of an exceedingly great intention to control diseases menacing our lives. The intention to heal as well as the beliefs of the sick person on the efficacy of the healing influences promote his healing. In conclusion, studies on thought and consciousness are emerging as fundamen- tal aspects and not as mere epiphenomena that are rapidly leading to a pro- found change in the paradigms of Biology and Medicine. Recibido: 01-04-2008. Aceptado: 05-06-2008. INTRODUCCIÓN La intención podría definirse como el pensamiento enfocado para realizar una ac- ción determinada; es capaz de producir una energía lo suficientemente potente para al- terar la realidad física. Un pensamiento puede tener el poder de cambiar nuestras vidas individuales y la del mundo entero. En las últimas décadas se ha realizado una se- rie extraordinaria de experimentos que evi- dencian que el tener ciertos pensamientos dirigidos a un fin puede afectar a nuestro propio cuerpo, a los objetos inanimados y prácticamente a toda la materia viva desde los organismos unicelulares hasta los seres humanos. Jahn y col. (1) demostraron el efecto de la intención sobre generadores de even- tos al azar. Estos equipos, que son el equi- valente electrónico del ¨cara o sello¨ de las monedas lanzadas al aire, están controlados por una secuencia de pulsos negativos o po- sitivos, que se producen al azar el 50% de Investigación Clínica 49(4): 2008 596 Bonilla y col.
  • 3. las veces, según las leyes de la probabilidad. Los participantes se colocan al frente del computador, el cual alterna al azar imáge- nes atractivas, como indios y vaqueros. A los sujetos de estudio se les pide que traten de influenciar al equipo para que produzca más de una imagen (por ejemplo más in- dios); luego, que traten de producir más va- queros, y finalmente que no traten de in- fluenciar la máquina en ningún sentido. En más de 2 millones de ensayos, demostraron que los participantes eran capaces de in- fluenciar al equipo en la dirección especifi- cada. Los pensamientos también pueden afectar la dirección en la que los peces na- dan, el movimiento de otros animales y la degradación de células en el laboratorio (2). INFLUENCIA DE LA INTENCIÓN SOBRE LOS SERES HUMANOS Un ejemplo típico de las influencias mentales sobre los seres humanos fue el descrito por Stevenson (3) con la psíquica Olga Kahl. En uno de los experimentos, un investigador escribía un nombre en un pa- pel y luego se concentraba en ese nombre, evitando que Olga lo viera. El investigador escogía en qué parte de la piel deseaba que apareciera el nombre. En un plazo corto, éste aparecía en la piel de la psíquica como si la información que estaba en la mente del investigador fuese transferida y transfor- mada, en cuestión de segundos o minutos, en una reacción fisiológica en el sujeto re- ceptor. Vasiliev (4), en la Universidad de Leningrado, condujo 260 ensayos con tres sujetos. Un observador permanecía en la ha- bitación con un sujeto, mientras el experi- mentador intentaba, en momentos escogi- dos al azar y desconocidos tanto por el suje- to como por el observador, hipnotizar al su- jeto y luego despertarlo mediante el envío de comandos mentales. Sólo en el 10% de los ensayos el sujeto no fue hipnotizado. También condujo una serie de 12 ensayos con distancias desde 25 metros hasta 1700 kilómetros y en la mayoría de estas pruebas el sujeto fue hipnotizado y despertado en un tiempo de 1 a 2 minutos después de ha- berse emitido el comando mental. Desde tiempos remotos la intención ha sido utilizada con fines terapéuticos. Sicher y col. (5) estudiaron a un grupo homogéneo de pacientes con el Síndrome de Inmunode- ficiencia Adquirida (SIDA) en etapa avanza- da, con el mismo grado de enfermedad, el mismo contaje de células T y el mismo nú- mero de enfermedades asociadas al SIDA. Para estudiar el efecto de la sanación a dis- tancia, escogieron a un grupo ecléctico de sanadores de los Estados Unidos, desde cris- tianos ortodoxos hasta shamanes america- nos nativos. Se les pidió que enviaran pen- samientos curativos a un grupo de pacien- tes con SIDA, en condiciones estrictas de doble ciego. La sanación se realizó a distan- cia. Cada sanador recibió paquetes sellados con información relevante de los pacientes sujetos de sanación, incluyendo sus nom- bres, contaje de células T y su fotografía. Cada dos semanas el sanador recibía un nuevo paciente. Los sanadores sostenían una intención para mejorar la salud y bie- nestar de los pacientes una hora diaria por 6 días, con semanas alternadas de descan- so. Cada paciente estudiado eventualmente recibió intenciones curativas por parte de cada sanador del grupo. Al final del estudio, 40% de la población control había muerto, mientras que todos los 10 pacientes del grupo tratado estaban vivos y más saluda- bles. Los experimentos señalados demues- tran que la materia física puede ser influen- ciada y alterada por el pensamiento. Sin embargo, se desconoce el mecanismo me- diante el cual un pensamiento puede afec- tar la realidad física. En una persona en po- sición de pie la respiración y los latidos car- díacos producen una energía electrostática de 10 a 15 milivoltios en el electroencefalo- Vol. 49(4): 595 - 615, 2008 Evidencias sobre el poder de la intención 597
  • 4. grama (EEG). Sin embargo, en actividades que requieren una atención enfocada, como en la meditación, la energía puede aumen- tar en 3 voltios. Durante la sanación, los sa- nadores producen saltos de voltaje que pue- den llegar a 190 voltios. Estos pulsos ener- géticos provienen del abdomen de los sana- dores (6), región denominada ¨Tantien¨ por los practicantes de las artes marciales quienes la consideran como la central ener- gética del cuerpo. Para medir la energía producida por los sanadores, William Tiller (7) construyó un equipo que descarga gas continuamente y registra el número de electrones que fluye con cada descarga. Utilizando voluntarios que colocaban sus manos a unos 15 cm dis- tantes del aparato, mientras mantenían si- multáneamente la intención de incremen- tar el contaje, descubrió que durante la in- tención el número de pulsos registrados au- mentó considerablemente y se mantuvo así por unos 5 minutos. Este incremento se producía mientras mantuvieran la intención aunque los participantes estuvieran aleja- dos del equipo. De esta manera demostró que los pensamientos producen energía físi- ca, comprobable aún a distancias remotas remotas. BIOFOTONES La emisión de biofotones parece ser el mecanismo mediante el cual la intención produce sus efectos. Popp (8) demostró que todos los organismos vivientes, incluyendo los seres unicelulares, emiten una corriente constante de fotones o pequeñas partículas de luz cuyo número depende de la posición del organismo en la escala evolutiva; mien- tras más complejo sea, el número de foto- nes emitidos es menor. Los animales rudi- mentarios o las plantas emiten alrededor de 100 fotones por centímetro cuadrado cada segundo, con una longitud de onda de 300 a 800 nanómetros, correspondiente al ran- go visible, mientras que los seres humanos sólo emiten 10 fotones por centímetro cua- drado por segundo y siguen un ritmo bioló- gico de 7, 14, 32, 80 y 279 días (9, 10). La emisión de biofotones, en lugar de las reacciones bioquímicas, luce como la verdadera fuerza que dirige y coordina to- dos los procesos celulares, en virtud de que las ondas de luz ofrecen un sistema de co- municación perfecto para transmitir infor- mación casi instantáneamente a todos los organismos (9, 11). Mc Clare (12) calculó y comparó la eficiencia de la transferencia de información entre las señales energéticas y las químicas en los sistemas biológicos, y comprobó que las señales de energía tales como las frecuencias electromagnéticas son cientos de veces mas eficientes para trans- ferir información ambiental que las señales químicas como las hormonas, los neuro- transmisores, los factores de crecimiento, etc. La velocidad de las señales electromag- néticas es de 300.000 Km/seg mientras que la velocidad de una señal química es menor a 1 cm/seg (13). Mediante un fotomultiplicador que captura la luz, cuenta el número de fotones y grafica la cantidad de luz emitida, Ratte- meyer y col. (14) demostraron que los bio- fotones son almacenados y emitidos por el ADN del interior de la célula. La intensidad de la luz emitida por el organismo es esta- ble, con un rango de unos pocos hasta va- rios cientos de fotones por segundo por centímetro cuadrado de tejido vivo. Cuando el organismo está enfermo o es alterado se producen cambios en la emisión de estos biofotones. Jibu y cols (15) propusieron que los microtúbulos, que forman la estruc- tura básica de las células, actúan como tu- bos de luz a través de los cuales las señales de onda desordenadas son transformadas en fotones coherentes que se envían al resto del cuerpo. Popp creía que los organismos vivien- tes utilizaban la emisión de biofotones sola- Investigación Clínica 49(4): 2008 598 Bonilla y col.
  • 5. mente como un medio para emitir señales instantáneas no locales de una parte del cuerpo a otra, con el fin de enviar informa- ción sobre el estado de salud corporal o el efecto de un tratamiento particular. Pero, se hacia evidente que la emisión de biofoto- nes era un sistema de comunicación entre los seres vivientes. Popp y col. (16, 17) tam- bién examinaron la emisión de luz entre los dinoflagelados, que son algas luminiscentes que producen fosforescencia en el agua de mar. Son organismos unicelulares clasifica- dos como plantas, pero se mueven como animales primitivos. Descubrieron que la luz emitida por cada dinoflagelado actuaba en coordinación con la de los vecinos, como si se estuvieran enviando seòales. También parecían registrar la luz proveniente de otras especies, pero la mayor sincronía ocu- rría entre los miembros de la misma espe- cie. Una vez que los biofotones de un orga- nismo son absorbidos por otro organismo, la luz del primer organismo comienza a in- tercambiar información en sincronía (18). Los seres vivientes también comunican in- formación del medio ambiente que los ro- dea. Las bacterias, por ejemplo, absorbían luz del medio nutritivo en proporción direc- ta a su número (18). Las algas expuestas a un medio acuoso, que había sido previa- mente agitado, incrementaron la emisión de fotones, como un signo de estrés (19). Creath y Schwartz (20), utilizando un equipo superenfriado (–150°F) acoplado a cargas (supercooled charge-coupled devi- ce), lograron fotografiar la luz que emanaba de una hoja de geranio. También demostra- ron que la intención de curación generaba luz. En efecto, cuando los sanadores objetos de estudio colocaron sus manos debajo de la cámara por 10 min sobre un fondo blan- co, un halo de luz fluía de sus manos. Con- cluyeron que la intención de curación se manifestaba como una luz bien ordenada. Es decir, los seres humanos son receptores y emisores de señales cuánticas. La inten- ción dirigida se presenta como una energía eléctrica y magnética que produce un flujo ordenado de fotones visibles y medibles me- diante equipos sensibles. Nuestras intencio- nes parecen operar como si fueran frecuen- cias altamente coherentes capaces de cam- biar la estructura molecular de la materia. Como cualquier forma de coherencia en el mundo subatómico, un pensamiento bien enfocado puede actuar como un rayo láser, sin perder nunca su poder. Existen evidencias de un flujo bidirec- cional constante de información entre to- dos los seres vivientes, como si éstos estu- vieran en una comunicación cuántica per- petua que explicaría el mecanismo median- te el cual los pensamientos tienen un efecto físico. Cleve Backster (21) fue uno de los primeros en proponer que las plantas son afectadas por la intención de los humanos. Backster fijó dos electrodos sensores de un detector de mentiras a una hoja de Dracae- na. Para provocar el equivalente a un senti- miento de alarma en la planta pensó que to- maría un fósforo y quemaría las hojas; en el momento que tuvo ese pensamiento se pro- dujo un trazo largo que se elevó hacia la parte más alta del papel de registro. Parecía que la planta había leído sus pensamientos. En uno de sus experimentos utilizó camaro- nes vivos que se sumergían en agua calien- te, al azar, mientras se registraba el efecto producido en tres plantas conectadas con 3 polígrafos, colocadas en tres habitaciones diferentes en su laboratorio. Los polígrafos registraron cambios significativos cuando los camarones vivos se agregaban al agua hirviente. Este simple experimento demos- tró que si las plantas registraban la muerte de un organismo viviente situado en otra habitación, todas las formas de vida están en contacto armónico recíproco. Es decir, los seres sensibles deben estar registrando y enviando información telepática en ambos sentidos continuamente, particularmente en los momentos cuando la vida está ame- Vol. 49(4): 595 - 615, 2008 Evidencias sobre el poder de la intención 599
  • 6. nazada (21). Una variedad de plantas co- nectadas al polígrafo mostró evidencias de una reacción a los cambios emocionales hu- manos, especialmente a las amenazas y otras formas de intención negativa. Resulta- dos similares obtuvo con paramecios, culti- vos de hongos y fluídos corporales, pertene- cientes a él y a sus colegas, los cuales regis- traron reacciones que reflejaban su estado emocional. Estos efectos no dependían de la distancia. Cualquier sistema viviente co- nectado a su polígrafo reaccionaba a sus pensamientos independientemente que es- tuviera en su laboratorio o a muchas millas de distancia. Al igual como sucede con las mascotas, estos sistemas vivientes se en- cuentran en armonía con su propietario y no registran simplemente sus pensamien- tos, sino que también se comunican tele- páticamente con todos los organismos vi- vientes de su ambiente (22). El mecanismo de esta comunicación se hizo evidente con el descubrimiento de los biofotones por Popp (8). La intención de curación puede afec- tar no solamente al individuo objeto de la sanación sino a todos los organismos vi- vientes situados a su alrededor. Van Wijk y Van Wijk (23) demostraron que si se colo- caba una muestra de Acetabularia cerca de un curandero y su paciente, y medían la emisión de fotones del alga durante la se- sión de curación y durante los períodos de descanso, se producían alteraciones marca- das en el contaje de los fotones emitidos por el alga, así como cambios en el ritmo de las emisiones, como si el alga se encon- trara en armonía con una fuente más pode- rosa de luz. Connor y col. (24) también demostra- ron que la intención tiene un efecto directo sobre la emisión de luz. Para su estudio uti- lizaron hojas de geranio, reuniéndolas en pares similares en tamaño, estado de salud, localización en la planta, acceso a la luz y en la emisión de fotones. Escogieron 20 cu- randeros a quienes solicitaron enviaran in- tenciones a una hoja de cada par para que inicialmente redujera la emisión de fotones y luego la aumentara. En 29 de las 38 sesio- nes diseñadas para disminuir las emisiones, la luz fue significativamente disminuida en las hojas objeto de tratamiento y en 22 de los 38 ensayos realizados para incrementar- la, los sanadores causaron un brillo signifi- cativamente mayor. BIOELECTROGRAFÍA En Rusia, los esposos Kirlian (25) des- cubrieron que cuando un objeto conductor (como un tejido viviente) se coloca sobre una placa de material aislante, como el vi- drio, y se expone a electricidad de alto vol- taje y alta frecuencia resulta una corriente de baja intensidad que origina una descarga coronal, un halo o ¨aura¨ de luz coloreada, alrededor del objeto viviente que puede ser fotografiado. El estado del ¨aura¨ reflejaba el grado de salud de la persona. Pero fue sólo en los años sesenta que los estudios de los Kirlian atrajeron a la comunidad cientí- fica, y a su técnica se le denominó Bioelec- trografía. Korotkov (26), siguiendo las observa- ciones iniciales de los Kirlian, desarrolló un mecanismo que denominó Técnica de Vi- sualización de Descarga de Gases que utili- za los métodos más modernos de óptica, te- levisión y computación para capturar la luz, observando que esta luz se registraba mejor cuando se estimulaban los fotones a un es- tado excitado, para que brillen millones de veces más intensamente que lo normal. Este equipo utiliza varias técnicas: fotogra- fía, medición de intensidad de luz y recono- cimiento computarizado de patrones. La cá- mara de Korotkov toma fotografías del cam- po que rodea cada uno de los diez dedos, un dedo a la vez. Un programa computarizado extrapola estas fotografías, para formar una imagen en tiempo real del ¨biocampo¨ que Investigación Clínica 49(4): 2008 600 Bonilla y col.
  • 7. rodea a la persona, y de allí se deduce el es- tado de salud del individuo (27). La técnica fue utilizada inicialmente en Rusia para predecir ciertas situaciones clínicas, tales como el proceso de recuperación después de una cirugía. Luego comenzó a utilizarse como una herramienta diagnóstica para muchas enfermedades, incluyendo al cáncer (28). Korotkov estudió a sanadores y maes- tros de Qigong en el momento que envia- ban energía y descubrió cambios importan- tes en sus descargas coronales. Comprobó, además, que las emociones intensas como el amor, el odio y la ira producen un efecto extraordinario en la descarga de luz por parte del receptor de esas emociones. INFLUENCIA MENTAL DIRECTA SOBRE LOS SERES VIVIENTES Para demostrar la influencia del pensa- miento sobre los seres vivientes se han rea- lizado experimentos utilizando como para- digma el ¨sentimiento de ser observado¨ (10, 29, 30). En estos estudios, 2 personas son separadas en dos habitaciones diferen- tes y una cámara de video se coloca en la habitación del ¨receptor¨ quien está conec- tado a un equipo de mediciones de la con- ductancia eléctrica de la piel. Al azar, al ¨transmisor¨ se le instruye para que obser- ve al ¨receptor¨ a través de un monitor y a este último se le pide que se relaje y trate de pensar en otra cosa distinta al hecho de ser observado. Luego se determina si el sis- tema nervioso autónomo del “receptor” re- gistró una reacción durante esos momentos en los que fue observado por el “transmi- sor”. Se demostró que el efecto es pequeño pero significativo (31). En ciertas circunstancias las señales eléctricas de los cerebros de las personas son sincronizadas: las frecuencias, amplitu- des y fases de las ondas cerebrales comien- zan a operar en tandem. En estudios reali- zados en gemelos idénticos, cuando un ge- melo cierra sus ojos, su cerebro comienza a generar ondas alfa; el cerebro del otro ge- melo también emite ondas lentas aunque sus ojos permanezcan abiertos (32). Wac- kerman y cols (33) demostraron que cuan- do al “transmisor” se le muestra un tablero de damas con cuadros blancos y negros al- ternados se producen ondas eléctricas cere- brales de alta amplitud. En el mismo ins- tante, el EEG del “receptor” situado a dis- tancia registra idénticos patrones de ondas cerebrales. Grinber-Zylberbaum y col. (34,35) uti- lizaron destellos de luz y observaron que los patrones EEG del cerebro del “transmisor” evocados por la luz, se repetían en el cere- bro del “receptor” quien se encontraba en una habitación blindada eléctricamente a 14 metros del “transmisor”. La sincronía sólo se observó entre pares de participantes que se habían reunido previamente por 20 minutos en silencio meditativo. Standish y col. (36) trabajaron con 10 parejas con fuerte conexión emocional o psicológica y experiencia en meditación. El “receptor” de cada pareja se colocó en un aparato de Resonancia Magnética Funcio- nal. Cuando el “transmisor” enviaba sus pensamientos al “receptor” se producía un incremento en el flujo sanguíneo en una porción de la corteza visual del “receptor”. Este aumento no se producía si el “transmi- sor” no era estimulado visualmente. Es de- cir, el cuerpo del “receptor” reaccionaba como si estuviera viendo la misma imagen al mismo tiempo que el “transmisor”. Utilizando voluntarios conectados a monitores que registraban cambios en la conductancia eléctrica de la piel, frecuen- cia cardíaca, presión arterial y EEG, McCraty y col. (37) demostraron que el pre- sentimiento de buenas o malas noticias se sentía tanto en el corazón como en el cere- bro, cuyas ondas electromagnéticas se ace- leraban o disminuían en frecuencia justo antes de que se le mostrara al sujeto foto- Vol. 49(4): 595 - 615, 2008 Evidencias sobre el poder de la intención 601
  • 8. grafías con escenas perturbadoras o tran- quilas. Pero el corazón recibió esta informa- ción momentos antes que el cerebro, lo cual sugiere que el cuerpo tiene un aparato perceptual que le permite intuir el futuro, siendo el corazón el primer elemento de ese sistema en recibir la información. El estado emocional del “transmisor” es registrado también en los intestinos del “receptor”, como lo han demostrado Radin y Schlitz (38). Es decir, nuestros estados emocionales son constantemente captura- dos e imitados por aquellas personas cerca- nas. El poder de la intención se demostró en los estudios realizados por Benson y col. (39) en monjes budistas de los Himalayas quienes eran capaces de elevar la tempera- tura de las extremidades hasta 8°C y dismi- nuir el metabolismo en un 60%. Durante el sueño, el metabolismo normalmente dismi- nuye 10-15%. Los monjes fueron capaces de evaporar, con el calor emanado de sus cuer- pos, el agua fría que mojaba la túnica que los cubría, simplemente mediante el poder de sus pensamientos (40). TIEMPO PROPICIO PARA LA INTENCIÓN Para que la intención sea efectiva es necesario escoger el momento apropiado porque los seres vivientes están armoniza- dos unos con otros, y también con la tierra y sus constantes cambios de energía mag- nética. De allí que escoger el momento apropiado, coincidente con estas energías, es vital para que se produzca una intención efectiva. Todos los seres vivientes respon- den a un ritmo de 24 horas de duración, en correspondencia con la rotación terrestre. Halberg y col. (41) acuñaron los términos Cronobiología para indicar la influencia del tiempo y ciertos ciclos periódicos sobre las funciones biológicas, y el vocablo “circadia- no” para los ritmos biológicos diarios. Tam- bién descubrieron otros ritmos periódicos: semanales, mensuales y anuales. Finalmen- te, se descubrió que el sincronizador de los seres vivientes no es interno sino que reside en el sol y los planetas (42, 43). Las tor- mentas geomagnéticas ejercen un efecto profundo sobre el movimiento y la orienta- ción de las palomas y los delfines, que utili- zan el campo magnético de la tierra para navegar. La síntesis proteica en bacterias también es muy susceptible a los cambios en los campos geomagnéticos (44). Cuando aumenta la actividad geomagnética se in- crementa la viscosidad de la sangre y la ve- locidad del flujo sanguíneo disminuye (45). Los infartos del miocardio aumentan o dis- minuyen en número según la actividad de los ciclos solares (46). Los campos magné- ticos son causados por el flujo de electrones y de iones. De allí que cualquier cambio profundo de estos campos puede alterar sig- nificativamente los procesos biológicos. Las actividades geomagnéticas ejercen una fuerte influencia en el funcionamiento cerebral. Durante los días de tormentas magnéticas las lecturas del EEG se desesta- bilizan (47). Las turbulencias geomagnéti- cas también alteran el balance entre diver- sas partes del cerebro, y afectan fundamen- talmente la comunicación dentro del siste- ma nervioso, activando ciertos aspectos del sistema nervioso autónomo y disminuyendo la actividad de otros (48). La actividad solar también afecta el equilibrio mental (49) porque durante las épocas de disturbios geomagnéticos los desórdenes psiquiátricos parecen incrementarse (50). Persinger (51) ha reportado una relación significativa en- tre las muertes súbitas por epilepsia y eleva- dos niveles de actividad electromagnética. Los estudios señalados, entre otros, in- dican que los campos geomagnéticos jue- gan un papel importante en el manteni- miento del equilibrio del sistema nervioso. De hecho, las pequeñas fluctuaciones en los campos electromagnéticos tienen un efecto marcado en el corazón y el cerebro. Cuando Investigación Clínica 49(4): 2008 602 Bonilla y col.
  • 9. se envían, a través de un casco protector es- pecialmente diseñado, campos magnéticos complejos de muy baja frecuencia, pueden producirse en el cerebro efectos similares a los observados cuando se incrementa la ac- tividad geomagnética. Persinger (52) des- cubrió que los lóbulos temporales son las regiones cerebrales más sensibles a los efec- tos geomagnéticos y electromagnéticos. Al enviar pulsos magnéticos de un microtesla sobre el hemisferio derecho, se producían ondas alfa sólo en el lado derecho. Cuando se estimulaba el lóbulo temporal derecho se generaban visiones espirituales, buenas o malas. Si el campo magnético se dirigía a la amígdala cerebral la experiencia se colorea- ba de emociones intensas. La naturaleza de esa experiencia dependía de la historia indi- vidual de los participantes: una historia ne- gativa tendería a incrementar la sensibili- dad del lóbulo temporal derecho, por lo que al recibir el campo electromagnético las ex- periencias resultaban generalmente negati- vas. Una persona feliz, con un lóbulo tem- poral izquierdo más sensible, tendría experiencias de lo divino. Los estudios en el laboratorio de Per- singer parecieran conducir a la conclusión que todas las experiencias espirituales son simples alucinaciones visuales generadas geomagnéticamente; sin embargo, las per- cepciones extrasensoriales y otras habilida- des psíquicas como la telepatía predominan cuando la tierra está en calma (53). Lo con- trario ocurre con la psicocinesis, es decir, el intento mental de cambiar la materia. El poder de la intención aumenta cuando la energía terrestre está agitada (54). Krippner (55) demostró que la psicoci- nesis es más probable que ocurra durante los días cuando la actividad geomagnética es mayor. Para ello, utilizó las facultades psicocinéticas del psíquico brasileño Amyr Amiden quien realizó las más grandes proe- zas psicocinéticas en los días del mes cuan- do había la mayor actividad geomagnética. Sus habilidades psíquicas eran precedidas por una elevación en la presión arterial diastólica, coincidente con el aumento en la actividad geomagnética. Los mayores resultados con los fenó- menos extrasensoriales y psicocinéticos se producen alrededor de la 1 PM, tiempo si- deral local, que es una medida de nuestra relación con las estrellas, no con el sol (56). LUGAR APROPIADO PARA LA INTENCIÓN Así como el tiempo adecuado es im- portante para producir un efecto mediante el pensamiento enfocado, el lugar desde donde se envían esos pensamientos es fun- damental para obtener el resultado desea- do. William Tiller (57) construyó una cajita negra, del tamaño de un control remoto para TV. En su interior habían 3 osciladores de 1-10 megahertz, una memoria ROM eléctricamente programable y borrable. Este sencillo equipo era capaz de captar energía electromagnética, posiblemente a través de los osciladores de cuarzo que con- tenía en su interior. Si el pensamiento era una forma de energía, qué pasaría si inten- taba ¨cargar¨ este aparato con la intención humana y luego usarlo para tratar de afec- tar un proceso químico. Su experimento se basaba en la presunción que los pensamien- tos podían ser aprisionados en una memo- ria electrónica y luego liberados para afec- tar el mundo físico (7). Tiller escogió a la Drosophila melanogaster para sus experi- mentos. Mientras él se encontraba en Cali- fornia, sus colaboradores Michael Kohane y Walter Dibble trabajaron con las moscas en Minnesota. Cuatro meditadores de gran ex- periencia se sentaron alrededor de una mesa y encendieron uno de los equipos. Después de limpiar el ambiente y el equipo mediante su meditación profunda, Tiller leyó en voz alta la siguiente intención: Vol. 49(4): 595 - 615, 2008 Evidencias sobre el poder de la intención 603
  • 10. Nuestra intención es la de influenciar sinergísticamente: a) La disponibilidad de oxígeno, protones y ADP. b) La concentra- ción de NAD. c) La actividad de las enzimas ATP sintetasa y deshidrogenasa en las mito- condrias para que se incremente significati- vamente (tanto como sea posible, sin dañar las funciones vitales de las larvas) la pro- ducción de ATP, y el tiempo de desarrollo de las larvas se reduzca significativamente en relación con el equipo control¨. Los meditadores mantuvieron esa in- tención por 15 minutos. Luego enfocaron su atención por 5 minutos finales para “se- llar” la intención mentalmente en el equi- po. Se preparó un instrumento control, que no había sido impreso con la intención, cu- briéndolo con papel de aluminio y colocán- dolo en una caja Faraday, para protegerlo de frecuencias electromagnéticas de todas las magnitudes. Un procedimiento similar se utilizó con el instrumento impreso con la intención, al cual denominó Instrumento Electrónico con Intención Impresa (Inten- tion-Imprinted Electronic Device). En días diferentes envió los 2 instrumentos al labo- ratorio de Minnesota situado a 2400 Km de distancia. Las moscas mantenidas en tubos de ensayo junto con el equipo correspon- diente se colocaron en 2 cajas de Faraday. Luego se procedió a encender cada instru- mento por separado. Se utilizaron 10.000 larvas y 7000 moscas adultas durante 8 me- ses de experimentación. En cada ensayo la relación ATP/ADP se incrementó, y las lar- vas expuestas al equipo impreso con la in- tención se desarrollaron un 15% más rápi- damente que las controles (58). Cuando las larvas alcanzaron la adultez, tanto ellas como sus descendientes lucían más sanas que las controles, como si la intención afec- tara no solamente a las moscas objeto del ensayo sino también a su línea genealógica. Después de 3 meses de prueba notaron que los resultados de sus estudios mejoraban; mientras mas repetían los experimentos, mejores y más rápidos eran los efectos. Por tal razón, trataron de determinar qué as- pectos del medio ambiente habían cambia- do. Observaron que la temperatura dentro y fuera de las cajas de Faraday oscilaba, sub- iendo y bajando a intervalos regulares. Cambios similares se producían en el pH del agua del laboratorio. Cuando la tempe- ratura del aire subía, el pH del agua caía y viceversa, en un ritmo armónico. Lo mismo sucedía con la conductividad eléctrica del agua. Es decir, el laboratorio estaba comen- zando a manifestar diferentes propiedades materiales. Este efecto se incrementaba continuamente. Mientras más tiempo per- manecían en el laboratorio los instrumen- tos con la intención impresa, mayores eran las fluctuaciones de la temperatura y el pH (7). Cada aspecto del espacio físico parecía estar en una especie de armonía energética rítmica. Una vez que los equipos impresos con una intención se mantenían encendidos por un tiempo, el efecto se hacía relativa- mente permanente; el objetivo (pH, tempe- ratura, crecimiento de las larvas) seguiría siendo afectado aún cuando el instrumento se retirara del laboratorio. La energía de la intención parecía ¨cargar¨ el medio am- biente y crear un efecto dominó. Tiller y Dibble (59) sospecharon que estaban en presencia de un efecto cuántico. La repeti- ción constante de una intención impresa parecía cambiar la realidad física del labora- torio haciendo que las partículas virtuales cuánticas del espacio vacío permanecieran más ordenadas. Luego, como en un efecto dominó, el orden del espacio ayudaría al éxito del experimento. Realizar estos expe- rimentos en un sitio particular parecía au- mentar los efectos con el correr del tiempo, como si estuviéramos en presencia de una zona de energía con una extraordinaria habilidad para autoorganizarse. Los experimentos de Tiller y col. de- muestran que la energía del pensamiento puede alterar el medio ambiente. El proce- Investigación Clínica 49(4): 2008 604 Bonilla y col.
  • 11. so de la intención parece continuar perpe- tuando y aún intensificando su “carga”; de allí la importancia de establecer una habita- ción o espacio particular para enviar una in- tención determinada. Es posible registrar continuamente lo que sucede en un consul- torio médico, un laboratorio de investiga- ción o un hospital, para determinar en qué grado los biocampos de los médicos y los pacientes están perturbando el campo de energía sutil colectiva de esos espacios, y cuánto ha aumentado o disminuido la ener- gía termodinámica libre, comparada con nuestra realidad física normal, debido a los eventos que ocurren en esos espacios (59). Otros investigadores han observado este fenómeno de ¨carga¨ de los espacios de intención. Watkins y Watkins (60) traba- jaron con psíquicos a quienes pidieron que intentaran influenciar mentalmente a rato- nes anestesiados, para que se despertaran más rápidamente. En sus estudios los rato- nes del grupo experimental se despertaron antes que los controles. Pero, en los experi- mentos siguientes el efecto mejoró conside- rablemente, y continuó haciéndolo a medi- da que se repetían los ensayos. Además, si un ratón se colocaba en el sitio donde otro ratón había recibido previamente la inten- ción de un psíquico, se despertaba más rá- pidamente que lo usual. Pareciera como si el espacio había desarrollado una carga cuántica que afectaba todo lo que ocurría en su ámbito. LA INTENCIÓN EN EL DEPORTE La intención es considerada esencial para alterar y mejorar el desempeño de los atletas. El ejercicio mental más exitoso es el que imagina el evento deportivo como si el atleta estuviera compitiendo. Los atletas experimentados utilizan todos sus sentidos en sus ensayos mentales, siendo las sensa- ciones cinestésicas las más importantes (61). La relajación y la hipnosis, utilizadas junto con la intención, mejoran notable- mente el desempeño. El pensamiento pro- duce la misma instrucción mental que la acción. La actividad eléctrica producida por el cerebro es idéntica cuando pensamos ha- cer un ejercicio y cuando lo realizamos. Es decir, el pensamiento es suficiente para producir la instrucción neural para realizar un acto físico (7). Sin embargo, existen al- gunas diferencias importantes entre la práctica mental y la física. El exceso de práctica física causa fatiga y ésta origina in- terferencias eléctricas y bloqueos de los tractos nerviosos; con la práctica mental es- tos bloqueos no ocurren. Aunque ambos ti- pos de prácticas crean los mismos patrones musculares, los desempeños imaginados son de menor magnitud que los realizados físicamente (62). Para producir algún bene- ficio, la práctica mental debe replicar la realidad. Mediante la imaginación se incre- menta sólo la tarea específica que se ha imaginado. Cuando se compararon indivi- duos que asistían a un gimnasio con aque- llos que imaginaban los mismos ejercicios mentalmente, pero no los realizaban física- mente, se demostró que los que asistían re- gularmente al gimnasio incrementaron su fuerza muscular en 30%. Pero los que visua- lizaron esos ejercicios la incrementaron en 13.5% por unas cuantas semanas, y se man- tuvo elevada por 3 meses después de dete- ner el entrenamiento mental (63). VISUALIZACIÓN Y RETROALIMENTACIÓN Las visualizaciones vívidas son también efectivas para el tratamiento de enfermeda- des coronarias (64) y para minimizar los efectos colaterales de la quimioterapia (65). Virtualmente, cualquier proceso cor- poral medible puede ser regulado por un in- dividuo. Las técnicas de retroalimentación que utilizan el EEG son también un medio im- Vol. 49(4): 595 - 615, 2008 Evidencias sobre el poder de la intención 605
  • 12. portante para controlar el rango y el tipo de frecuencias de las ondas emitidas por el ce- rebro. Se han utilizado con éxito en pacien- tes con trauma cerebral que sufren de de- presión (66). Mediante estas técnicas se ha logrado regular la temperatura corporal (67) y la dirección del flujo sanguíneo al ce- rebro (68). HIPNOSIS La hipnosis también puede ser consi- derada como un tipo de intención, es decir, como una instrucción al cerebro durante un estado alterado de conciencia. Un ejem- plo dramático del poder de la sugestión hip- nótica lo representa un estudio publicado en 1966 en el cual 5 pacientes con eritro- derma ictiosiforme fueron hipnotizados y re- cibieron la instrucción de enfocarse en su piel y visualizarla normal. En unas pocas se- manas el 80 % de la piel de cada paciente había sanado completamente (69). Bennet (70) demostró, mediante la sugestión hip- nótica, que los pacientes que iban a ser so- metidos a cirugía espinal redujeron el flujo sanguíneo en un 50%, simplemente median- te la instrucción de dirigirlo fuera del sitio donde iba a practicársele la cirugía. EFECTO PLACEBO El efecto placebo es otra demostración del poder de las creencias. Nuestros cuer- pos parecen no distinguir entre un proceso químico y el pensamiento sobre ese proce- so. Un análisis reciente de 46.000 pacientes cardíacos, la mitad de los cuales estaba to- mando un placebo, demostró que los pa- cientes que estaban ingiriendo el placebo evolucionaron tan bien como los que reci- bieron el medicamento para su problema cardiovascular (71). En un estudio con en- fermos parkinsonianos se comprobó que cuando a los pacientes que estaban toman- do el placebo se les informaba que habían recibido L-Dopa, la liberación de dopamina cerebral aumentaba sustancialmente (72). Según Kirsch y col. (73) el 80% de los efec- tos de los antidepresivos, estudiados en en- sayos clínicos, puede ser atribuido al efecto placebo. Dada su efectividad, Brown (74) ha propuesto la administración de píldoras pla- cebo como el primer tratamiento para los pacientes con depresión leve o moderada. ESTIGMAS Los estigmas son otro ejemplo de ex- tremos momentos de intención, durante los cuales el fervor religioso produce sangra- miento o heridas en manos, pies y a los la- dos del tórax semejantes a las heridas de Je- sús de Nazareth durante la crucifixión (75). INTENCIÓN Y CURACIÓN ESPONTÁNEA Los casos de curación espontánea de enfermedades graves representan instantes de una extrema intención (76). En efecto, podemos utilizar la intención para contro- lar cualquier proceso corporal, incluyendo a las enfermedades que amenazan a nuestras vidas. Adicionalmente, las buenas intencio- nes que otra persona nos envía pueden ser tan poderosas como nuestras propias bue- nas intenciones (7). Las evidencias revelan que podemos mejorar nuestra salud y de- sempeño en cada aspecto de nuestras vidas mediante el uso consciente de la intención. Es decir, cada ser humano tiene un elevado nivel de responsabilidad cuando genera sus pensamientos, por su extraordinario poder para afectar el mundo viviente que lo rodea. Estos estudios señalan la posibilidad de que los pensamientos que generamos continua- mente afectan a los objetos inanimados si- tuados a nuestro alrededor. Wolfgang Pauli, uno de los padres de la teoría cuántica, era famoso porque provocaba efectos negativos involuntarios sobre los equipos electrónicos de su laboratorio (77). La idea de que pode- Investigación Clínica 49(4): 2008 606 Bonilla y col.
  • 13. mos ¨cargar¨ un objeto inanimado con nuestros pensamientos es la base de la ma- gia negra en muchas culturas nativas, cuyos miembros impregnan efigies y muñecos de voodoo con intenciones negativas y las utili- zan para afectar negativamente a los enemi- gos. Sin embargo, el mismo procedimiento se ha usado con éxito en los casos de voodoo benevolente (78). Según Krippner (79), en casi todas las culturas nativas los shamanes realizan cura- ción remota durante un estado alterado de la consciencia, y alcanzan una concentra- ción enfocada a través de varios procedi- mientos: calor intenso, el sonido rítmico de un tambor, concentración intensa en la per- sona que va a ser curada, cantos repetidos rítmicamente, etc. MEDITACIÓN Durante la meditación puede lograrse un predominio de ritmos alfa (ondas cere- brales lentas con una frecuencia de 8-13 hertz), ondas teta (4-7 hertz) o delta (1-3 hertz) que corresponden al estado de con- ciencia característico del sueño profundo; pero también pueden aparecer brotes de ondas beta (14-40 hertz), generalmente en los momentos de intensa concentración (80). Trabajando con 8 monjes budistas practicantes veteranos de la meditación, Lutz y col. (81) observaron que después de 15 minutos de meditación las ondas cere- brales de los monjes comenzaron a aumen- tar en frecuencia, hasta alcanzar una activi- dad elevada de ondas gamma (25-70 hertz). Los monjes pasaron de una alta concentra- ción de ondas beta a un predominio de alfa, luego ondas beta y finalmente ondas gam- ma. Se cree que estas últimas son utilizadas por el cerebro cuando trabaja a su máxima capacidad, por ejemplo en los momentos de éxtasis o de inspiración. Cuando se opera a esas elevadas frecuencias, las fases de las ondas cerebrales comienzan a actuar en sincronía en todo el cerebro. Este estado gamma puede causar cambios en las sinap- sis cerebrales (82). El hecho de que los monjes alcancen este estado tan rápida- mente sugiere que sus procesos cerebrales han sido alterados permanentemente por los años de meditación intensiva. Davidson (83) demostró también que la meditación altera los patrones de ondas cerebrales aún entre los neófitos quienes, después de dos meses de practicar diaria- mente la meditación, incrementaron sus pensamientos de felicidad y su función in- mune. Las ondas cerebrales también se sin- cronizan durante la sanación. En experi- mentos con sanadores, Kripner (79) obser- vó que, antes del proceso de sanación, los sanadores producen descargas de ondas ce- rebrales que generan coherencia y sincroni- zación de los dos hemisferios cerebrales que integran el sistema límbico con la cor- teza cerebral. Rezar el rosario tiene el mis- mo efecto en el cuerpo que recitar un man- tra; ambos son capaces de incrementar y sincronizar el ritmo cardiaco (84). Lazar y col. (85) descubrieron que en la meditación Kundalini, que emplea dos di- ferentes sonidos para enfocar y tranquilizar la mente mientras se observa la inhalación y exhalación de la respiración, se produce un aumento en las señales de las estructu- ras cerebrales relacionadas con la atención: cortezas frontales, parietales, temporales y cingulada anterior, el hipocampo y el es- triado. Los sujetos daban la impresión que sus estados mentales continuaban cambian- do durante cada meditación individual. Estos estudios sugieren que la concentra- ción enfocada durante mucho tiempo pro- duce un aumento en el tamaño de ciertas áreas cerebrales. Para comprobar esta pre- sunción, estudiaron 20 practicantes budis- tas que tenían un promedio de 9 años de experiencia en meditación. Quince volunta- rios no meditadores sirvieron de control. Vol. 49(4): 595 - 615, 2008 Evidencias sobre el poder de la intención 607
  • 14. Los participantes meditaban dentro de un equipo de resonancia magnética para tomar imágenes detalladas de las estructuras cere- brales. Con este estudio descubrieron que las partes del cerebro asociadas con la aten- ción, estímulos sensoriales y procesamiento de las sensaciones, eran más grandes en los meditadores que en los controles. El incre- mento en el grosor de la corteza cerebral fue proporcional al tiempo que los partici- pantes habían dedicado a la meditación. LA INTENCIÓN Y LA PERCEPCIÓN EXTRASENSORIAL Los psíquicos clarividentes como Ingo Swann, en el momento que ¨ven¨ los obje- tos situados en sitios lejanos y escondidos, generan ráfagas de ondas beta y gamma, si- milares a las observadas en los monjes tibe- tanos estudiados por Benson. Esta actividad ocurre inicialmente en la región occipital derecha. Según los resultados del monito- reo de sus ondas cerebrales, Swann alcanzó un estado superconciente que permitió re- cibir información imposible de lograr du- rante el estado consciente normal. Cuando se estudiaron las imágenes de resonancia magnéstica de Swann, se observó un au- mento en el tamaño de las regiones parie- to-occipital derecha, es decir, de las áreas cerebrales relacionadas con el ingreso de estímulos visuales sensoriales. Cambios si- milares se han reportado también en el psí- quico Sean Harribance (86). Estos estudios evidencian que en los “receptores” de infor- mación extrasensorial se agrandan ciertas partes del cerebro. CURACIÓN A DISTANCIA Durante el proceso de sanación, la bondad, el amor y la compasión son esen- ciales para enviar las intenciones positivas necesarias para la curación de un enfermo. Pero la gran mayoría de los sanadores estu- diados concuerdan en la necesidad de aban- donar su ego y rendirse a una fuerza supe- rior (87). Ninguno piensa que posee el po- der de sanación gracias a su propia volun- tad (88). Todos creen que pueden acceder a una conciencia superior que les proporcio- na información, símbolos e imágenes. Las palabras parecen surgir de la nada, ofre- ciéndoles diagnósticos y tratamientos para la persona afectada. Existe un amplio legado de evidencias sobre el efecto positivo de la curación a dis- tancia. Se han realizado más de 150 estu- dios (87). De los 23 analizados por Astin y cols (89), el 57% reportó efectos positivos. El acto de curar y el contexto en el cual se realiza la curación son por si mismo curati- vos. Es decir, el acto de sanar a un enfermo también sana al sanador. Por otro lado, tan- to la energía y la intención de sanación como la creencia del enfermo en la eficacia de las influencias curativas, promueven su curación (90). Cuando se envían energías curativas se produce una activación cerebral significati- va, principalmente en los lóbulos frontales de los pacientes (91). Los pensamientos y las visualizaciones negativas ejercen un poderoso efecto sobre el cuerpo, como si la negatividad fuera in- fecciosa. En efecto, en pacientes con heri- das que tardan mucho en curar predominan los pensamientos y patrones de conducta o emociones negativas, tales como los senti- mientos de culpa, ira y falta de autoestima (92). Las relaciones negativas de pareja ejercen un efecto similar (93). EFECTO DE LA INTENCIÓN SOBRE LA INCANDESCENCIA DEL AGUA El 30 de Noviembre del 2007 se realizó un experimento en el cual participaron casi 3.000 personas de diferentes países. Sesen- ta y dos por ciento de ellas eran meditado- res. Konstantin Korotkov en su laboratorio Investigación Clínica 49(4): 2008 608 Bonilla y col.
  • 15. de San Petersburgo llenó un tubo de ensayo con agua destilada e insertó un electrodo que conectó a un equipo estándar de Visua- lización de Descarga de Gases. A las 7:38 PM encendió el equipo y lo mantuvo encen- dido por una hora. Korotkov escogió 3 in- tervalos para estudiar y comparar la emi- sión de luz del agua: 10 min antes de enviar la intención, 10 minutos después y 4 minu- tos durante la intención. A una hora especí- fica, según la localidad donde vivía el parti- cipante, se enviaron, durante 10 minutos de meditación, pensamientos de amor al agua contenida en el tubo de ensayo en el labora- torio de Korotkov. Luego se comparó el ta- maño y la intensidad de las emisiones. Se descubrieron grandes diferencias en varios parámetros, incluyendo la intensidad de la luz. Por ejemplo, durante y después de en- viar la intención, la luz emitida por el agua aumentó en intensidad. Contrario a lo espe- rado, después que el equipo fue encendido se observaron amplias variaciones en la emi- sión de luz. Estas variaciones se detuvieron 6 minutos antes del tiempo de la intención planificada y se reiniciaron al finalizar la emisión de la intención. Según Korotkov la estructura del agua cambió con la inten- ción de amor enviada por los participantes. Esos cambios afectarían el espacio donde el agua se encontraba, como resultó con los experimentos de Tiller y Dibble (59). Tam- bién supone Korotkov que el ingerir esta agua puede cambiar el estado de la perso- na. Lo importante de estos experimentos es que si se corrobora que podemos cambiar y mejorar el agua enviándole pensamientos de amor, tendríamos un efecto curativo so- bre todo lo que contiene agua: alimentos, animales, plantas y seres humanos. Cuando este experimento se realizó utilizando al sanador ruso U. Sochevano, se produjo una variación mucho más marcada en la emisión de luz por parte del agua que la observada con los 3.000 participantes, lo cual sugiere que mientras más experimen- tada sea la persona que envía las intencio- nes mayor es el efecto (www.theintentionex- periment.com). El 18 de Enero del 2008 se realizó un nuevo experimento sobre el efecto de la in- tención. En esta oportunidad participaron 709 personas de distintas partes del mun- do. Los participantes enviaron su intención de hacer que el agua contenida en un reci- piente situado en el laboratorio de Korot- kov, brillara con mayor intensidad. Median- te el equipo de Visualización de Descarga de Gases se realizaron registros en los si- guientes períodos de tiempo: – 0-20 minutos. Estabilización del proce- so – 21-90 minutos. Antes de enviar la in- tención – 91-101 minutos. Durante la intención – 102-133 minutos. Después de la inten- ción Se utilizó un recipiente con agua como control, a la cual no se le envió ninguna in- tención. Después de examinar el área y la inten- sidad de la luz emitida, la diferencia fue muy significativa. El área y la intensidad fueron mucho menor en el control. Los efectos mayores se registraron 10 minutos después de la emisión de la intención. Los dos experimentos realizados hasta ahora han demostrado que cuando se le en- vía una intención al agua se incrementa su emisión de luz, lo cual sugiere que tenemos la habilidad para cambiar la estructura mis- ma del agua y, por inferencia, todo lo que contenga agua, incluyendo a los seres vi- vientes (www.theintentionexperiment.com). Grad (94), utilizando espectrofotome- tría infrarroja, demostró que cuando un grupo de sanadores envió intenciones de sa- nación a muestras de agua, se produjeron cambios fundamentales en su estructura molecular. En efecto, durante el proceso de sanación las moléculas de agua sufren una distorsión de la microestructura cristalina Vol. 49(4): 595 - 615, 2008 Evidencias sobre el poder de la intención 609
  • 16. (95). Otros estudios de espectrofotometría infrarroja demostraron que, cuando medita- dores experimentados enviaron la intención de afectar la estructura de muestras de agua sostenidas en sus manos durante la meditación, muchas de las cualidades esen- ciales del agua, en especial su absorbancia, se alteraron significativamente (96). Emoto (97) considera que la estructu- ra del agua puede ser cambiada con las emociones positivas o negativas. El agua que recibe pensamientos positivos desarro- lla una bella y compleja estructura cristali- na hexagonal cuando se congela, mientras que la estructura del agua sometida a emo- ciones negativas origina figuras desordena- das y grotescas. Los resultados más positi- vos, según Emoto, se obtienen cuando se envían sentimientos de amor y gratitud. Ra- din y colaboradores (98) ensayaron, en con- diciones doble ciego, la hipótesis que postu- la que una intención puede afectar los cris- tales de hielo formados a partir de agua. Se seleccionó a un grupo de unas 2.000 perso- nas en Tokyo, para que enviaran intencio- nes positivas a una muestra de agua que se encontraba en California, en una habitación aislada electromagnéticamente. Ese grupo de personas desconocía que existían mues- tras similares de agua en un sitio diferente para que sirvieran de control. Los cristales formados por las muestras de agua fueron identificados y fotografiados, y las imágenes resultantes fueron examinadas al azar por 100 jueces independientes. Las muestras de agua tratadas con las intenciones positivas, recibieron una puntuación significativa- mente mayor (p < 0,001) por su apariencia estética que las muestras control. En conclusión, los experimentos des- critos en esta revisión revelan que las inves- tigaciones sobre el pensamiento y la con- ciencia están emergiendo como aspectos fundamentales del universo y no como me- ros epifenómenos, todo lo cual parece con- ducir a un profundo cambio de paradigma en la biología y la medicina, como lo advir- tió Myers en 1891 (99). Es imperativa la ne- cesidad de realizar investigaciones interdis- ciplinarias en estas áreas del conocimiento tan prometedoras y tan poco estudiadas. Disciplinas como la física cuántica, la quí- mica, la biología, las matemáticas y la inge- niería eléctrica, trabajando mancomunada- mente, muy probablemente conducirán, en el corto plazo, al desarrollo de nuevas tera- pias con muchos menos efectos indeseables que las drogas. AGRADECIMIENTO A la MSc. Shirley Medina de Leendertz por su valiosa colaboración y a Lynne McTaggart por su persistente esfuerzo para darnos a conocer el poderoso efecto de la intención. REFERENCIAS 1. Jahn RG, Dunne BJ, Nelson RD, Dobyns YH, Bradish GJ. Correlations of Random Binary Sequences with Pre-Stated Opera- tor Intention: A Review of a 12-Year Pro- gram. J Scientif Explor 1997; 11:345-367. 2. Braud WG, Schlitz MJ. Consciousness in- teractions with remote biological systems: Anomalous intentionality effects. Subtle Energies: An Interdisciplinary. J Energec Informati Interact 1991; 2:1-46. 3. Stevenson I. Reincarnation and Biology: A contribution to the ethiology of birth- marks and birth defects (2 vol ), New York: Prager, 1997, vol 1, pp 94-103. 4. Vasiliev LL. Experiments in distant influ- ence. New York, E. P. Dulton, 1976. 5. Sicher F, Targ E, Moore D, Smith HS. A randomized double-blind study of the ef- fect of distant healing in a population with advanced AIDS. Report of a small scale study. West J Med 1998; 169:356-363. 6. Green EE, Parks PA, Guyer PM, Fahrion SL, Coyne L. Anomalous electrostatic phe- nomena in exceptional subjects. Subt Energ 1993; 2:69-94. Investigación Clínica 49(4): 2008 610 Bonilla y col.
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