2. En lo alto de una colina había un árbol solitario y
triste que en lugar de dar manzanas; ciruelas; nísperos
o melocotones; daba corazones.
3. Se acercaron hacia él unos cansados y
malhumorados caminantes que discutían por
haberse perdido.
Cuál fue su sorpresa, cuando al cabo de
reposar unos minutos bajo su sombra,
comenzaron a sentirse llenos de alegría y
gozo.
4. Cuando llegaron al pueblo comentaron lo
sucedido y todos quisieron conocer aquél
extraño árbol.
Subieron niños y abuelos, padres, madres,
primos y primas. Hasta los más ancianos del
lugar se animaron a emprender aquella
empinada aventura.
5. Todos los que al árbol se acercaban
experimentaban las mismas extrañas y
gozosas sensaciones.
Había quienes reían a carcajadas; otros
bailaban jubilosos; los había que se abrazaban
y besaban; pero todos, todos, se sentían
felices.
6. La fama del árbol cruzó el atlántico, el pacifico
y hasta el mar negro provocando riadas de
visitantes deseosos de nutrirse de las
bondades de aquél solitario ejemplar.
7. Cuenta la gente del lugar que sus semillas se
extendieron por los cinco continentes y que en
alguna de sus colinas crece un árbol solitario y
triste que en lugar de dar manzanas; ciruelas;
nísperos o melocotones; da corazones.